Cordelia encendió la Red Flú.

—Nos vemos en la noche – se despidió de su padrino.

—Hasta la noche, Lord Black — se despidió de igual forma Theo.

Cordelia entró a la chimenea con cuidado, el pay de cerezas que preparó como postre para el almuerzo con tía Petunia y Dudley es una total sorpresa. Theo lanzó el polvo hacia los pies de la chimenea, Cordelia cerró los ojos y se aferró al postre, cuando abrió vio que estaba en la sala de la casa de tía Petunia.

—¡Delia! — Dudley se levantó del sillón dejando de lado el mando de su videojuego y caminó hasta ella.

La ayudó a salir de la chimenea y la abrazo justo cuando Theo llegó por la Red Flú. Dudley miró a Theo mientras este se limpiaba un poco el hollín de su hombro.

—Dudley, te presento al heredero Theodore Nott, mi novio — dijo Cordelia con una sonrisa — Theo, mi primo Dudley.

—Un gusto — dijo Dudley extendiendo su mano hacia Theo, su novio aceptó el apretón de mano diciendo que también era un gusto conocerlos.

Desde la cocina se escuchó un "¿Cordelia ya llegó?", luego pasos. Tía Petunia llegó a la sala, secó sus manos en el delantal que tenía sobre su vestido, ella le sonrió.

—Cordelia, mi vida — tía Petunia le besó las mejillas.

—Tía, es el mi novio, Theo — sonrió Cordelia al presentar a Theo a su tía.

—Theodore Nott, es un gusto conocerla, señora Dursley — se presentó Theo.

Tía Petunia sonrió y los invitó a sentarse en la sala. Dudley apagó lo que tenía en el televisor y algunas bebidas.

Tía Petunia se quitó su delantal en la cocina cuando llevó el postre de Cordelia a la mesa.

Tía Petunia le preguntó cómo había estado y la conversación giró en torno a todo el quinto año y lo que estaba por venir.

—Me acuerdo que Lily estaba así en su último año — dijo tía Petunia con las manos sobre su regazo — Si no me acuerdo mal, Lily fue Prefecta.

—Lo sé, Sirius me lo dijo cuando me enteré que Hermione fue seleccionada — contestó Cordelia.

—¿Y usted, heredero Nott, es el prefecto de su casa?

—No, es mi amigo, el heredero Malfoy que tiene esa responsabilidad junto a la señorita Granger — contestó Theo.

Tía Petunia sonrió y se disculpó diciendo que debía ver algo en la cocina. Cordelia se levantó yendo detrás de su tía, para dejar que Dudley conversara con Theo.

Cordelia ayudó a colocar la mesa para los cuatro mientras tía Petunia servía los platos. Los cuatro se sentaron en la mesa y tía Petunia mantuvo una agradable conversación con Theo, preguntó hace cuánto tiempo había estado cortejando a Cordelia.

—Desde el inicio del año escolar — dijo Theo — Primero envíe una carta formal a Lord Black.

—¿Y por qué a él primero si querías salir con Delia? — preguntó Dudley.

—Porque es el jefe de la casa y en este caso tutor de Cordelia — explicó Theo. — Si bien la carta de intención va primero al jefe de la casa, padre o tutor, la bruja es la que tiene su última palabra en aceptar o no aceptar el cortejo.

—Me acuerdo que una vez James Potter llevó a tomar un café a mi padre — contó tía Petunia — Fue justo antes de su último año, antes de pedirle a Lily que sea formalmente su novia.

—¿En serio? — preguntó Cordelia. Ella nunca supo eso o Sirius habérselo contado.

—Mi padre lo considero muy educado, primero hablar con él sobre sus intenciones con Lily — dijo tía Petunia — Y en las vacaciones de invierno, Lily lo llevó para presentarlo formalmente con la familia. Casi similar a esto, un almuerzo antes de año nuevo.

Tía Petunia contó que James Potter había llevado un ramo de flores para la abuela Aurora y para ella igual. Cordelia escuchó atentamente todo, Sirius a veces le contaba de sus padres, pero Cordelia no preguntaba mucho porque a veces Sirius se ponía triste cuando los recordaba.

Así que tenía más información de su padres por parte del tío Remus.

Luego del almuerzo donde tomaron el postre en la sala. Theo parecía llevar una agradable conversación con tía Petunia, ella le preguntó cuáles eran sus materias favoritas o sus planes para el futuro.

Cuando terminaron el postre, Cordelia ayudó a limpiar los platos.

—Es un chico totalmente encantador, Cordelia — dijo tía Petunia.

—Theo es muy amable e inteligente.

—Un chico con buenos modales — sonrió tía Petunia — Sin duda mis padres estarían encantados con el joven Nott. Tráelo en otra ocasión, es muy agradable conversar con él.

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Recibieron año nuevo en la residencia Lupin-Luzardo.

La tía Edith había preparado una gran cena, orgullosa dijo que René la había ayudado. Los adultos estaban conversando mientras ellos cuatro estaban sentados alrededor de la mesa pequeña de la sala mientras jugaban cartas.

Cinco minutos antes que dieran la media noche, tía Edith les dio a cada uno un pequeño pedazo de papel.

—¿Para qué es esto? — preguntó Cordelia.

—Solo escribe lo que más odiaste de este año en papel o en lo que te fue mal— explicó René — Ya veras.

Cordelia escribió inevitablemente el nombre de Dolores Umbridge y el nombre de Xue Chang, aún lo mantenía en violencia luego de lo sucedido con el regalo de Yule.

Tía Edith sacó un extraño muñeco con ropa rosada, del tamaño de una persona bajita. Tenía una cabeza hecha de papel y pintada de forma caricaturizada.

—¿Es Umbridge? — preguntó Sirius.

—¡Hice un monigote de ella! — contestó con orgullo tía Edith.

René les había contado antes que en su país tenían la costumbre de quemar muñecos de aserrín o papel para recibir el año nuevo.

René colocó los papeles dentro de los bolsillos. Cordelia se fijó que el muñeco tenía ese horrible listón rosado que Umbridge suele usar casi siempre, tenía el maquillaje como siempre lo usa, con un rubor exagerado y ese labial nada favorecer.

—¿Quién hizo la cabeza? — preguntó Cordelia mientras veía a Sirius y al tío Remus cargar el muñeco hasta el jardín trasero.

—Yo — sonrió orgulloso René — Madre hizo el cuerpo.

Con la vista en el reloj, un minutos antes de la media noche, Edith roció con algo al muñeco de aserrín y le dio una patada antes de prenderle fuego.

Tía Edith abrazo a cada uno deseándole feliz año, incluido a Sirius, para luego brindar con el tío Remus y después darse un pequeño besos en los labios.

El muñeco se empezó a tonar negro mientras las llamas lo envolvía, y algo en el pecho de Cordelia sintió satisfacción al ver a la figura de Umbridge de aserrín consumirse en llamas, recordando como esa horrible mujer había tirado al fuego el valioso libro de su madre.

Y deseo que este nuevo año, la verdadera Umbridge pague por lo que hizo.