Edith miró desde la mesa de profesores a sus niños.

René bostezó en su mesa, con los ojos adormilados y el cabello algo despeinado. Miraba su tazón de avena como si tratará de entenderlo.

Estaba segura de que se develó haciendo algo anoche.

Luego miró a Colin, su pequeño tomaba su chocolate mientras leía un libro de Aritmancia, y luego a Dennis que conversaba animadamente con un compañero de casa.

Dejando de lado su fase de mamá gallina regresó a sus anotaciones de la clase. Los de tercero y cuarto ya tenían todo el cronograma del año listo y pulido. Sexto de igual manera.

Lo complicado eran con los de Quinto y Séptimo.

Los TIMOS y EXTASIS merecían mayor detalle.

Edith se rió de esta situación. Ni bien acabó el bachillerato disfrutó de quemar los libros de las materias que más odiaba mientras ponía a Blacksabath de fondo, alegrándose de que nunca jamás le vería la cara a los maestros que más detestó por seis años.

Y ahora ella es maestra.

¡Ja! Como la vida daba vueltas divertidas.

Un carraspeo la sacó de su lectura, Edith alzó la mirada y a su izquierda estaba Umbridge mirando sus papeles. Edith rápidamente los volteó para evitar la mirada indiscreta de esta.

—* ¿Si que cosita?* — preguntó. Con los años había aprendido a manipular la perfección su anillo y podía decir frases en español aun con el anillo puesto.

Umbridge alzó su ceja confundida.

—¿Qué se le ofrece, profesora Umbridge? — preguntó Edith en inglés.

—Me llamó la atención lo que tiene programado para los de Quinto año — dijo mirando los papeles.

—Bueno. Es un buen año para llevar a los practico— contestó ella — Es su año de TIMOS. Y no solo es teoría.

—¿Y su plan de estudio fue aprobado por el Ministerio?

—La junta de gobernadores leyó el contenido de mi malla educativa que preparé— Edith forzó una sonrisa. —Y fue aprobada de forma unánime.

—¿Y cuántos años lleva ejerciendo la docencia?

—Muchos más que usted. De eso estoy segura— respondió Edith quitándose los lentes — Además de que soy parte del Comité de Traductores Rúnicos de la AML desde que tengo 18 años.

— "¿Por qué no te metes en tus malditos asuntos, metiche?" — pensó Edith para sí misma.

Umbra se soltó un Humm antes de seguir con su desayuno.

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Theo observó como Cordelia habana con Padma, unos niños de Ravenclaw de primer año se acercaron a ella.

Anderson de seguro fue quien les habló de ella.

La niña de Ravenclaw seguía a Cordelia cuando tenía la oportunidad, siempre pidiendo su opinión sobre tareas o le contaba su día.

Cuando Theo estaba junto a Delia, Gillie Anderson los veía con una sonrisa.

Aquellos nuevos niños significaron una alegría a Cordelia pero a la vez más responsabilidad. él la vio como trataba de balancear sus taras, la preparación para los TIMOS y los patitos.

Aun no sabia si ella consciente mente se había aliado a todos los Prefectos ( menos el idiota de Goldestein), pero ahora niños de primer año en Hufflepuff y Gryffdinor se estaba mostrando adeptos a las tradiciones mágicas y las Vías Antiguas.

—¿Un veneno caducado es más o menos mortal? — preguntó Anderson a Cordelia. Ella alzó la mirada de su pergamino de Aritmancia.

—Mmm... No lo sé— dijo ella para luego verlo a él. Sus brillantes ojos verdes lo miraron buscando respuesta.

—Menos letales— contestó Theo.

El pequeño grupo de siempre, Gillie y dos Hufflepuff se reunían aquí para ser ayudados con sus dudas. Emily le tocó el hombro a Theo llamando su atención.

Luego señaló por un pasillo.

El maldito de Xue Chang se estaba acercando a ellos.

—Lady Potter — saludó primero a Cordelia y luego lo vio a el — Heredero Nott. Hola chicos – sonrió mientras los saludaba con la mano.

—Chang— dijo Theo.

Aún estaba tratando de averiguar el motivo por el que envió a su maldito Kitsune tras el,

—El día de ayer escuché que usted, Lady Potter, estaba buscando este libro — Chang sacó de su mochila un tomó de pasta negra — Madame Pince me dijo esta mañana que lo necesita para Runas.

Theo frunció el ceño. Los dos habían estado como media hora recorriendo los estantes buscando al maldito libro, y lo tenía él.

—Muchas gracias, Chang— Cordelia sonrió.

—De no hay de que— él le sonrió. Theo sabía que no tenía nada de qué preocuparse.

él y Cordelia estaban en un cortejo, así que Xue Chang no significaba ningún peligro, pero sí una molestia.

Cordelia le había dicho a Gillie que estaban saliendo, la niña le contó a un par de amigas y para el final del día medio Hogwarts era consciente que ambos se cortejaban.

—He podido notar, en estos días, Lady Potter — le señaló Chang— Es que tiene muchos más niños a su cuidado.

—Un poco — respondió Cordelia — Pero me las arreglaré. No le puedo negar la ayuda a quien la pide. Además, tengo a Theo que me ayuda — ella apoyó su cabeza en el hombro de Theo.

Theo le sonrió a Chang, con una clara victoria en su rostro que hizo que Chang se mostrará serio.

—Me gustaría ayudarla— Chang volvió a su sonrisa calmada — Este año será complicado y me gustaría poder ayudarles. Me puedo ofrecer como tutor de los niños cuando ustedes estén muy ocupados.

—¿En serio harías eso?

Theo miró a Cordelia, la había visto estos últimos días un poco cansada, él también le estaba ayudando con las tutorías, pero Quinto año los tenía atados de mano.

—Comprende que es un año... complicado — explicó Chang — Así que con gusto ayudaré en lo que más pueda.

Theo miró a Chang, y él lo vio.

Nuevamente un destello plateado cruzó su mirada oscura.