Capítulo 84
Hubo un silencio.
Theo miró directamente hacia los ojos de Cordelia.
Pudo leer claramente el miedo en ellos, su delicada mano lo apretó con algo de fuerza. Rápidamente el profesor Snape avanzó hasta la mesa y lo miró fijamente.
—Con los demás campeones, señor Nott— le indicó el profesor.
Theo se puso de pie, pero Cordelia aun se aferraba a él con fuerza.
—Potter, suelte a Nott— ordenó el profesor Snape viendo a Cordelia— Potter.
Cordelia lo soltó pero su mirada de miedo aun estaba sobre le. Theo avanzó por el Gran Comedor con las miradas fijas sobre él e hizo lo que siempre se le inculcó, caminar con la frente en alto sin mostrar debilidad.
En la sala adjunta estaban Diggory, Delacour y Krum junto a los demás adulto. Theo observó como la profesora Luzardo se retorcía los dedos mirándolo nerviosamente.
—Señor Nott— dijo Dumbledore mirándolo con calma— ¿Puso usted su nombre en el Cáliz?
—No, no lo hice señor— contestó Theo con seriedad.
—¿Le pidió a algún alumno de años superiores que pusiera su nombre?
—No.
—¡El muchacho miente!— declaró Karkarov
—¡Es solo un niño!— dijo la profesora Luzardo colocándose a su lado, sus manos fueron a parar a los hombros de Theo. Notó que los ojos de ella adquirieron un brillo dorado, como la de un lobo.
—¿Entonces como hay un cuarto campeón?— esta vez preguntó Madame Maxime.
—Claramente aquí esta el nombre del heredero Nott— dijo Lord Crouch con el papel en sus manos. La profesora Luzardo se lo arrebató sin delicadeza.
—Esta no es la letra del señor Nott— comentó regresando el papel— Pregúntenle a otro maestro y confirmaran que no es su letra.
—Llamen a mi abuelo— exigió Theo. Él no se iba a quedar parado viendo como lo incriminaban de algo que no hizo. — Es irracional pensar que pondría mi seguridad y la supervivencia de la casa Nott en riesgo en este torneo.
Theo miró al profesor Snape.
—Lo llamaremos de inmediato— dijo Dumbledore.
Luego de algunos minutos su abuelo salió de la red flu con la mirada más fría que jamás vio en su vida.
Nuevamente los adultos se pusieron a discutir, Theo permaneció callado mientras la profesara le frotaba el brazo en un gesto maternal y de calma.
—¡Les dije esta mañana que sentí una perturbación en el Cáliz y ninguno de ustedes!— la profesora les recriminó mirando sobre todo a Crouch y Bagman— ¡Me hizo el menor caso! ¡Y miren como estamos ahora!
—Bueno, pensamos que usted estaba un poco confundida— dijo Bagman— Para ustedes, los lectores de firmas mágicas, a veces puede ser abrumador tantas personas alrededor.
Theo la sintió tensarse.
—¿Hubo algo extraño con el cáliz y aun siguieron adelante con la selección?— preguntó su abuelo mirando a todos seriamente.
—Pensábamos que era algo sin significancia— dijo Bagman.
—¿Entonces sacarán a mi nieto del Torneo?— cuestiono su abuelo.
—No se puede, una vez que el Cáliz de fuego selecciona a alguien no hay marcha atrás— dijo Crouch— Desde ese momento, Theodore Nott es el cuarto campeón. El cáliz será llevado a para un análisis y determinar que sucedió.
—Abuelo— dijo Theo preocupado. ¿Enserio lo podrían a participar?
Bagman se frotó las manos.
—Bueno, ¿nos ponemos a ello, entonces? —dijo frotándose las manos y sonriendo a todo el mundo—. Tenemos que darles las instrucciones a nuestros campeones, ¿no? Barty, ¿quieres hacer el honor?
El señor Crouch pareció salir de un profundo ensueño.
—Sí —respondió—, las instrucciones. Sí... la primera prueba... está pensada para medir vuestro coraje —les explicó a Theo, Cedric, Fleur y Krum—, así que no los vamos a decir en qué consiste. El coraje para afrontar lo desconocido es una cualidad muy importante en un mago, muy importante...
»La primera prueba se llevará a cabo el veinticuatro de noviembre, ante los demás estudiantes y el tribunal.
»A los campeones no les está permitido solicitar ni aceptar ayuda de ningún tipo por parte de sus profesores para llevar a cabo las pruebas del Torneo. Harán frente al primero de los retos armados sólo con su varita. Cuando la primera prueba haya dado fin, recibirán información sobre la segunda. Debido a que el Torneo exige una gran dedicación a los campeones, éstos quedarán exentos de los exámenes de fin de año.
Una vez finalizado la explicación Theo se sintió cansado, y con una migraña creciente
—Creo que lo mejor es que el señor Nott vaya a su sala común— dijo Dumbledore.
—Yo lo guare devuelta— se ofreció la profesora Luzardo
Theo miró a su abuelo, él asintió con la cabeza.
El camino de regreso a las mazmorras pudo ver a los fantasmas cotilleado, el camino fue silencioso, solo el sonido de los tacones de la profesora Luzardo resonado en el camino de piedra.
—Señor Nott— dijo la profesora Luzardo detenidamente— Desde mañana antes de la cena estará en mi oficina.
—¿Por que?
—Por su edad lleva a una desventaja en comparación a los otros campeones— le contestó ella— Y hare lo que este en mi alcance para ayudarlo. Cada runa que le pueda enseñar, lo hare. Me asegurare que salga vivo de este torneo, tal vez no victorioso, pero si vivo.
—Pero dijeron que no puedo aceptar la ayuda de ningún profesor— dijo Theo secamente.
—¿Pero nunca mencionaron a un alumno puente?— contestó la profesora— Mi hijo será ese puente, hare que ustedes dos tengan que tomar materia de refuerzo, pero lo que estarán haciendo es preparándose.
—Gracias profesora
Ella asintió con la cabeza y colocó una de sus manos sobre sus hombros mirándolo con una leve sonrisa, pero detrás de eso notó el miedo, la angustia y la incertidumbre.
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Cordelia mantuvo sus manos inquitas mirando la puerta de la sala común. Todos los Slytherin estaban dentro de la sala común, solo los primero hasta tercero que tuvieron que irse a sus dormitorios.
—¿Qué creen que le estén diciendo a Nott?— preguntó Hermione igual de preocupada.
—Dudo que lo hagan participar— dijo Cordelia tratando de convérsese a si misma— ¿Verdad?
Antes que alguien pudiera contestar la puerta de la sala común se abrió dejando entrar a Theo. Cordelia se puso de pie para poder verlo.
Su mirada estaba seria, Cordelia con cuidado tomó sus manos.
—¿Qué te han dicho?— preguntó Cordelia en medio del silencio que se formó en el lugar
—No es mi letra de la pergamino— dijo Theo con la voz fría, pero él le frotó los nudillos a través de la tela de sus guantes— Pero igual estoy obligado a participar, es eso o mi magia.
—¡No pueden hacerlo!— dijo Cordelia muy preocupada.
—No tengo de otra.
Cordelia no dijo nada y solo se abrazó al pecho de Theo olvidándose del resto de los presentes. Los brazos de Theo se enrollaron en su cintura mientras apoyaba su barbilla en el hombro de Cordelia.
Cordelia respiró profundamente.
Mañana en la mañana buscaría los diarios de Rhea y Prometeo. Tal vez algo en ellos ayuden a Theo a sobrevivir al torneo.
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