Cordelia siempre había tenido la idea de París como la cuidad más encantadora del mundo por medio de series y películas.

Pero ver París por ella misma era algo mucho más impresionante. Ella y su padrino arribaron a Le château , un impresionante hotel mágico con arquitectura rococó en la noche justo antes de la cena.

Hedwig y los perros fueron encargados a Nympha que con gusto aceptó hacerse cargo de ellos y Hermione mantendría correspondencia con Gillie y Joe, ademas los tres podían encontrarse con mucha facilidad en el Londres Muggle.

Para Cordelia fue asombroso escuchar a su padrino hablar tan fluido francés al camarero, de vez en cuando le preguntaba a ella que quería.

—¿Y que tal hasta ahora Bambi?— le preguntó con una sonrisa.

—Muy impresionada— sonrió Cordelia— No sabría que hablarías tan fluido el francés.

—No solo yo— le contestó — Tu padre también lo hablaba con mucha naturalidad, tu abuela Euphemia era mitad francesa, así que James se crio hablando francés desde pequeño.

Cordelia recordó que en Benden esperaba aprender francés, pero ese detalle se lo olvido por completo al ingresar en Hogwarts, pero el deseos aun permanecía ahí.

Consultaría a Hermione.

—¿Y bueno mi preciosa ahijada?— le preguntó su padrino emocionado— ¿Qué quieres visitar?

—Hermione habló mucho del distrito mágico de París— contestó Cordelia — ¿Los Herondale ya saben que estamos aquí?

Conocer a la familia que perteneció su abuela Euphemia le causaba intriga y nerviosismo, hasta la fecha la única familia que conocía era tía Petunia y Dudley. Con la poca connivencia que ha tenido con su padrino se dio cuenta que la relación fraternal con el tío Vernon era nula, casi inexistente.

Si bien proveyó a Cordelia toda su infancia, casi nunca convivía con ella. Cordelia siempre lo atribuyo a que estaba ocupado con el trabajo, pero ni con Dudley convivía mucho, siempre había sido ellos tres: tía Petunia, Dudley y Cordelia.

—Por supuesto que si Bambi— le respondió su padrino. En eso llegó llegó el camarero con su orden, con mucho cuidado dejó la orden en la mesa — Merci beaucoup, si nous avons besoin d'autre chose, je vous le ferai savoir.*

—Très bien, monsieur.*— contestó el camarero despidiéndose.

—Como te decía Delia— continuo hablando su padrino emocionado— Cecille, la prima de James, nos ha ofrecido quedarnos en la residencia Herondale los últimos día de nuestras vacaciones, te va encantar, el paisaje es limpio y muy calmado.

—Estoy muy emocionada por conocer a más familia— sonrió Cordelia.

—Y ella encantada de conocerte a ti— le dijo— Si mi memoria no me falla la memoria te conoció de semanas de nacida.

Más familia, pensó emocionada Cordelia.

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Theo disfrutó del distrito mágico de París, fue a su librería favorita por el libro que había solicitado con anterioridad. Recorriendo el distrito reconoció un tono específico de pelirrojo.

Cordelia, tan bonita como siempre, miraba hacia el escaparate de una tienda, un vistazo rápido Theo notó que era la joyería de Madame Rouge.

¿Qué hacia sola en París?

¿Dónde estaba Lord Black? Ya que era raro ver a Cordelia sola sin la compañía de Lord Black.

Theo se enderezó un poco y se arregló el cabello con los dedos. Con paso seguro se acercó por detrás de Cordelia que seguía observando una bonita gargantilla.

—Muy bonita gargantilla— dijo Theo — Apuesto que la harías resaltar.

Un ligero jadeo salió de Cordelia, ella se giró rápidamente con sus ojos brillando de emoción.

—¡Theo!— le sonrió contenta, rápidamente ella lo abrazó enrollando sus brazos al cuello.

Theo no desaprovechó la oportunidad y envolvió sus brazos por la cintura de Cordelia, sonrió de igual forma, un dolor leve le atravesó en el costado lastimado, aun le dolía la mordedura del maldito Kitsune.

Luego de segundo Cordelia se separó de él aun sonriendo.

—¿Qué haces en aquí?— preguntó con un ligero rubor que la hacia ver más bonita.

—Estoy pasando el verano con mis abuelos — contestó Theo— ¿Y Lord Black?

—Mi padrino esta just...— Cordelia se giro levemente pero no había nadie — Perdí a mi padrino, estaba a lado mío hace un momento.

Theo vio por el escaparate de la joyería, Lord Black estaba dentro cerca del mostrador mientras una joven bruja le entregaba un paquete, la gargantilla que estaba viendo Cordelia ya no estaba en el exhibidor.

—Ahí es— señaló Theo hacia dentro de la tienda.

Cordelia suspiró, Lord Black salió de la tienda con una expresión alegre que rápidamente se apagó a verlo.

—Lord Black— saludo Theo. — Es un gusto verlo nuevamente.

—Heir Nott— le devolvió el saludo mientras se ponía a lado de Cordelia. Por su tono de voz era claro que no estaba contento de verlo. — Una sorpresa verlo.

—¿Verdad padrino?— dijo Cordelia manteniendo una sonrisa— Theo esta vacacionando con sus abuelo.

—¿Y los Clermont?— preguntó Lord Black con su mirada fija en él.

—Mis abuelos me dejaron venir al distrito por un pedido por mi cuenta— contestó Theo. Sabia que ganarse la aprobación de Lord Black era lo más fundamental si quería cortejar a Cordelia el próximo.

Lord Black seria el desafío más grande que se enfrentaba, pero Theo se ganaría la aprobación de él. Además, podía contar con la ayuda de Lady Malfoy.

—¿Y en donde se están hospedando?— preguntó Theo.

—En Le château— contestó Cordelia.

—Es momento de irnos Cordelia— dijo Lord Black sonriéndole levemente para luego verlo a él con absoluta seriedad.

—Entonces me retiro— dijo Theo— Lord Black— inclinó levemente su cabeza en forma de saludo— Fue agradable poder verte aquí, Cordelia— Theo tomó una mano de Cordelia y le dio un casto beso en los nudillos.

Ella se sonrojó levemente y miro rápidamente a Lord Black, si las miradas matarán, Theo ya estaría enterrado bajo tierra por la forma en que los ojos grises de Lord Black lo miraban.

—Nos vemos después Theo— le dijo Cordelia aun con las mejillas ligeramente ruborizadas.

Theo vio a Cordelia irse con su brazo entrelazado con el de Lord Black.

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Sirius estaba molesto.

Se descuidaba cinco minutos de Cordelia y los mocosos roba Bambi descendía como la peste.

—No debiste cómprame la garantilla padrino— dijo Cordelia sacándolo de sus pensamientos.

—Tus ojos brillaron cuando lo viste, mi Delia— le contestó una sonrisa.

—Fue un gasto innecesario.

—Soy tu padrino— le recordó a Cordelia— Y entre mis obligaciones esta consentirte.

Sirius se lo debía, casi doce años Azkaban lo habían privado por completo de mimar a Cordelia. Se perdió muchas cosas de ella, su primer cumpleaños lo pasó resguardada junto a James y Lily en Godric Hollow bajo el Fidelius, por lo que Sirius no pudo entregarle su regalo de cumpleaños.

Cuando vio a Cordelia mirar con ojos soñadores esa garantilla no dudo entrar y comprarla para ella.

Además esta haciendo lo mismo que haría James, comprarle todo lo que Delia mirara con esos ojos brillantes. Sirius pensó en los múltiples regaños que Lily le hubiera dado a James por malcriar a Cordelia.

Recordaba vívidamente a James presentar a Cordelia ante los demás, su voz profesaba orgullo de su pequeño corazón como heredera de los Potter y con una enorme sonrisa declarar que Delia era la bebé más bonita de la vida.

Si James estuviera vivo seria el padre más consentidor y meloso del mundo.

—Me sorprendí al ver a Theo aquí— le dijo Cordelia sonriendo.

—Si, no sabia que pasaba los veranos con su familia materna— contestó Sirius.

—"Genial, el mocoso roba Bambi #1 está aquí"— pensó con molestia, solo esperaba que ese mocoso no apareciera más en sus vacaciones.

—¿Qué te parece si vamos a una cafetería cerca de aquí?— sugirió Sirius sonriéndole a Delia— Preparan los mejores bocadillos del mundo.

—Tu eres el guía padrino— le sonrió ella.

—"Ningún mocoso infernal arruinará esto"— pensó Sirius guiando a Cordelia hacia la cafetería. 

N/a: INCIAMOS EL MINI ARCO DE THELIA EN PARÍS

Estamos de acuerdo que James hubiera sido el típico papá que le consentiría hasta el mínimo capricho a Cordelia y Lily regañándolo de que no lo hiciera.