Capítulo 60
Sirius sintió un escalofrió cuando entro a Grimmauld Place con Cordelia.
—Okey Bambi— dijo Sirius con sus manos sobre los hombros de Delia— Ve a la biblioteca mientras yo termino ese papeleo que tengo pendiente.
Sirius hubiera preferido dejar a Cordelia en Potter Estate al cuidado de Sam, pero la chica tenia trabajo ese día, así que se quedo sin la confiable niñera, además no quería molestar a Edith ese día cuando ella tiene a su cuidado otros dos niños.
—De acuerdo padrino. ¿Pero donde queda la biblioteca?
—¡Kreacher!
Sirius y Kreacher se miraron fijamente cuando el apareció, siendo sincero, Kreacher siempre destetó a Sirius y mimaba a Regulus.
—¿Qué desea, Lord Black?
—Guía a mi ahijada hacia la biblioteca— le ordenó— Recuerda que ella es la heredera Black, por lo tanto también le debes servir a ella.
Sirius miro por un momento a Cordelia que lo miraba seriamente, vagamente le recordó a los ojos de Gorgona de Lily.
—Es un placer conocerte, Kreacher— sonrió Cordelia. Kreacher parpadeo un par de veces antes de empezarla a guiar hacia a biblioteca. Sirius suspirando fue a la oficina de su padre, esperaba que terminar todo en una hora, menos si era posible.
—Padre— saludo Sirius al retrato.
—Sirius— el retrato con la forma mágica de su padre le devolvió el saludo— ¿Cómo así no viniste con ese artefacto muggle?
—Se le acabaron las baterías— respondió sentadose en la silla detrás del escritorio, rápidamente ojeo las cartas mientras sacaba el abre carta del cajón. En estos momentos se odiaba por no conseguir baterías al Walkman que Nymphadora le obsequio, además de cintas con música grabadas.
Al parecer fue un proyecto entre Dora y Sam, recopilaron todas canción de los 80's más populares para que él pudiera disfrutarlas.
—¿No se como puedes cumplir tus deberes como señor de esta casa escuchando música muggle?
—Al igual que en la adolescencia— Sirius levantó su mirada para sonreír con ironía a su padre— Ignorando tus comentarios.
Sirius abrió las cartas del Ministerio, las misivas de las reuniones de Wizegamont, los avisos de la Junta de Gobernadores de Hogwarts.
Cartas de Dumbledore que quemó apenas leyó el nombre del remitente. Cartas de otros Lores, invitación a cenas, partidas de Whist, cartas de los negocios asociados a los Black
Luego de leer la correspondencia dividió por las que requerían una respuesta inmediata y las que no eran de urgente consideración. Empezó a contestar las cartas de negocios, las partes que requerían su firma.
Sirius estaría siempre agradecido con Andy por hacerse cargo de esto en sus años en Azkaban y ponerlo al día con estos negocios. Mientras firmaba lo que tenia que firmar metido si era momento de que Cordelia empezará sus lecciones como cabeza de una casa mágica.
Él empezó a los doce y Bambi tiene trece. Medito los pro y contras.
Contra, aun era pequeña.
Pro, entre más pronto sepa todo esto se adaptaría más rápido. Ella tomaría total control e independencia sobre los negocio de los Potter, por lo que el mocoso infernal con quien se vaya casar no tendría porque meter su nariz en el asunto.
Mejor consultaría esto con Moony.
Cuando termino todos sus pendientes, observo su reloj de bolsillo y sonrió, termino justo todo esto en una hora.
—Bueno, termine lo pendiente—dijo Sirius masajeándose levemente el cuello. —Adiós.
Salió del estudio y escuchó risas en el pasillo, avanzó un poco hasta donde estaba el retrato de su madre, frente a ella estaba Cordelia abrazada a un libro y con una sonrisa suave.
—Vaya— dijo el retrato de Walburga cuando notó la presencia de Sirius— Que niña para más educada y encantadora. Se nota que no la criaste tu.
—También es un gusto verte— respondió Sirius con sarcasmo
—Le estaba contando a Lady Black sobre la fogata de la profesora Edith— dijo Cordelia.
—Si, se escucha interesante esa profesora— lo miró el retrato fijamente a Sirius— Soltera, New Blood, seguidora de las Vías Antiguas, soltera.
—Oh no— pensó Sirius de inmediato a donde iba la conversación.
—Querida— dijo su madre a Cordelia— ¿Por que no le pides a Kreacher que te lleve a mi recamara? Como ha pasado Yule, quisiera darte un obsequio. Puedes escoger tres piezas de mi alhajero. ¡Kreacher!
En un ¡Pop! Kreacher apareció frente al retrato.
—Kreacher, lleva a la señorita Potter a mi recamara— ordenó. Cordelia lo miró a él con esos ojos brillosos, Sirius asintió con la cabeza.
Dejando un leve rastro de una risilla emocionada los dejaron solos.
—Hay una bruja perfecta para ti y aun no las has cortejado— lo regañó como si fuera niño pequeño.
—No me interesa Edith, y yo lo interesó para nada.
—Muchacho idiota— le dijo Walburga— Eres Lord Black, es tu deber tener un heredero.
—Ya tengo una y es mi ahijada. — respondió Sirius. — Mi único deber es priorizar es el bienestar de mi ahijada, así que , madre. El matrimonio esta fuera de discusión.
Además, recordó a Edith mirando con pánico la carta que Lord Selwyn le envió solicitando un cortejo. Pálida lo llamó sin saber que hacer al respecto.
Selwyn ya tenia un heredero que se graduaba este año y era viudo. Su estatus de New Blood luego de su juicio se hizo publico, así que esa carta no fue nada inesperada para Sirius.
Aunque Sirius intuía por la interacción muy cercana entre Moony y Edith presentía que esos dos tenían algo, así que si podía mantener a los sangre pura lejos de Edith para que ella y Moony sean algo formal con gusto lo haría.
—Muchacho idiota— le dijo su madre.
—Gracias, tu me criaste— sonrió Sirius.
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El 31 de diciembre llegó y Cordelia verificaba que todo lo previsto para la cena de Año Nuevo estuviera en su lugar. Era su primera cena formal como anfitriona y esa tenia entre emocionada y nerviosa.
Había invitado a Madame Longbottom junto a Neville, a la profesora Edith con René y Colin.
Cordelia recordó como tía Petunia organizaba las cenas de negocios de tío Vernon, era una suerte contar con Brissa y Dough. Encantada, tía Petunia le paso varias recetas para que Cordelia tuviera donde escoger.
Antes de las diez de las noches, Cordelia estaba lista. Junto a su padrino esperaron en la sala.
Los primeros en llegar fueron la profesora Edith junto a el tío Moony con René y Colín. Su padrino los recibió con una sonrisa, y con cortesía tomo la mano derecha de la profesora y le besó los nudillos.
—Tío Moony— dijo feliz Cordelia de volverlo a ver , sin dudarlo lo abrazó fuertemente.
—Cachorra— dijo feliz besándole la frente— ¿Es mi idea o estas más alta?
—Tal vez un par de centímetros. — sonrió Cordelia. Luego Cordelia saludo a la profesora a René y a Colin que parecían emocionados.
Cordelia mentiría si dijera que no estaba impresionada por la profesora Edith, en Hogwarts lucia como una maestra amigable pero esa noche parecía salida de una revista de modelos. Su vestido negro, sencillo la hacia lucir elegante y fabulosa.
—Es gusto haber sido invitada— dijo con una sonrisa— Es un bonito hogar.
—Gracias profesora.
—Edith. ¿Te tiento con una copa de vino?— preguntó su padrino con una copa en sus manos.
—Solo una, soy adulta responsable— rio mientras aceptaba la copa.
Cordelia se sentó junto entre René y Colin hablando de lo que hicieron esos días. Luego de unos minutos llegaron los Longbottom, su padrino se levantó para recibirlos, al igual que con la profesora, beso los nudillos de Madame Longbottom como forma de saludo y extendió su mano hacia Neville.
Neville rápidamente se incorporó a la conversación de ellos tres con su habitual charla de plantas, algo que parecía tener en común con René, porque rápidamente comentaron sobre ellas.
Cordelia desvió su atención hacia Colin, le preguntaba como le estaba con las materias y si necesitaba ayuda en algo, preguntó algo sobre los posibles temas que vendrían en el examen.
La cena fue servida a las 23:00, Cordelia se sentó medio de su padrino y el tío Moony, la cena fue tranquila, los adultos los integraban a la conversación de manera armónica.
La profesora Edith contó las diferentes formas en que las sociedades mágicas reciben el año nuevo en diferentes países.
—Aunque todas son interesantes, en mi país es muy tradicional el fuego— dijo Edith.
—¿Rituales?— preguntó Madame Longbottom.
—Mas bien es una costumbre arraigada en sociedad muggle— contestó la profesora— Se hacen muchos de papel o llenos de aserrín, le prendemos fuego a media noche. Es como una manera de despedir el año. Yo como tradición personal hago una lista de las cosas que me salieron mal en el año y las pongo dentro del muñeco para que se queme.
—¿No es peligroso?— preguntó tío Moony.
—Un poco, pero hasta el momento nadie en la familia ha resultado herido— la profesora bebió un poco de su copa— Eso si, como mi René es asmático tengo su inhalador a la mano. Además es una pena no tener una que quemar, hubiera hecho a Rita Skeeter, al menos sentiría algo de satisfacción.
—Cada año entre mis tíos hacen un monigote grande o al político idiota de turno— dijo René. — Es una lastima no pasar con ellos este año.
—¿Extrañas mucho a tu familia?— preguntó Cordelia.
—Si, pero extraño mucho más cuando mis tíos me dan dinero cuando están ligeramente pasados copas.
Su padrino rio con su repuesta y la profesora lo miro con cara de sorpresa. Cordelia también rio un poco.
Ya pasada la media noche, todos recibieron el año en la sala entre charlas y buenos deseos para ese nuevo año.
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