Capítulo 22
Encontrar ese estudio secreto podría traer malas situaciones y Cordelia no tenía deseos en saltar a la boca del lobo, así que prometió jamás volver a poner un pie en ese estudio lo que quedará su vida académica en Hogwarts.
Los días pasaban y con ellos las clases, Cordelia preguntó a Gringotts mediante una carta si las joyas que le fueron entregadas tenían encantamientos.
La respuesta fue si, pero Cordelia era consiente que no podía usarlas a diario como quisiera, también notó los delicados anillos de Pansy y Daphne, y de muchos de sus compañeros de casas llevaban anillos.
Los anillos de herederos.
Fue una absoluta imprudencia no preguntar y por ello estuvo desprotegida todo su primer año, un error que deberá ser emendado tan pronto lleguen las vacaciones de Yule haría una parada a Gringotts.
Luego del incidente de los duencillos, las clases de Lockhart se resumía en que el contaba sobre sus viajes o leían los pasajes de sus libros.
Fue una suerte las tutorías de los sexto curso. Estaban aprendiendo sobre hechizos de defensa, primero fue algo teórico donde Cordelia anotaba todo para darles sus apuntes a Eowyn y Neville (quien se había unido de manera parcial a su grupo)
Cordelia le preguntó porque no eran los de último año quienes den la tutorías, la prefecta Fawley explicó que ellos estaban recibiendo clases del profesor Snape para sus ÉXTASIS.
Cuando no había clases, el grupo pasaba tiempo en la biblioteca.
Aquella tarde estaban en su habitual mesa haciendo su tarea de transformaciones.
—¿Se podría aplicar la Ley de Lavoisier en Transformaciones?— preguntó Hermione jugando con su pluma.
—¿La que?— preguntó Daphne. Siempre lucia confundida cuando Hermione decía un término científico.
—Una ley de la física— contestó Hermione.
Según ella, sus padres tenían una amplia biblioteca en su casa con varios libros, poesía, literatura, medicina, física y muchos otros. Ahora que Hermione empezaba una educación mágica, empezó su propia sección, una sección de libros de magia.
—¿Me podrías decir en principios de la Ley?— preguntó Cordelia.
— La materia ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. — contestó Hermione.
—Si, si se aplica — contestó Cordelia— Las cosas no se crean de cero, deben hacer una "base", y dependiendo de los elementos que esté hecho la "base" podría dar un nuevo objeto de esa materia prima.
—¿Te gustan las transformaciones?— preguntó Eowyn con una sonrisa, desde el cuello de su túnica sobresalían los audífonos.
Eowyn siempre hacia sus tareas escuchando música. Al parecer la ayudaba concentrarse.
—Las encuentro muy fascinantes— sonrió Cordelia — Poder crear cosas nuevas y las posibilidades que existen.
—¿Debería citar en APA mis ensayos?— preguntó nuevamente Hermione dudosa mirando su pergamino.
—¿Qué es?— preguntó Pansy divertida. —En serio, Hermione. Me confundes con tantos términos muggles.
—Hermione, es una tarea escolar, no una tesis universitaria— dijo Eowyn. Las cinco rieron levemente ante el comentario de Eowyn.
Cordelia miró como a ellos se acercaban dos Gyrffindor de primer año. A la niña pelirroja de doble trenza la reconoció como Ginny Weasley y Colin Creevey.
Ginny nerviosa le tocó el hombro a Eowyn.
—Ginny, pequeña roja— dijo Eowyn— ¿Que necesitas?
—Se te quedaron en la Sala común— respondió la señorita Weasley una funda con plumas de azúcar— Ron se las iba a quedar.
—Ese era el chiste— dijo Eowyn mirando a los dulces— Les puse un poco de polvo picante.
—¿Por qué? — preguntó el niño.
—Bueno Colin, porque Weasley es una verdadera pulga molesta— sonrió Eowyn con notable molestia. —Así que pequeño Creevey, yo busco que deje de ser un total dolor cabeza.
Era bien sabido que Ron Weasley pareciese interesado en hacer explotar en furia a Eowyn, y ella como contrataque lo hacia tropezar cuando tenia oportunidad.
Cordelia pensaba que Ron Weasley era un total incivilizado.
—Nosotros nos vamos— dijo Ginny, Colin a su lado asintió con la cabeza.
—No, quédense— pidió Cordelia— Estoy segura que ustedes iban a ser sus tareas y con mucho podemos ser de algo de ayuda.
En el baúl de Cordelia descansaba una carpeta con todos sus ensayos del curso anterior, tal vez sean de utilidad para la señorita Weasley y el señor Creevey.
—¿En serio? — preguntó Colin. Cordelia sabia por Neville que Colin era de padres muggles como Hermione, así que no estaría mal que fuera guiado por las Vías Antiguas como estaba siendo Hermione.
Cordelia charló con Neville, pidiendo que se acercará al niño para que fuera su guía.
Además estaba segura que Madame Longbottom estaría contenta en poder guiar a Colin como protegido. Según la severa señora, ya pocos magos que llegaban al mundo Mágico se mostraban interesados en las tradiciones.
—Por supuesto— contestó Daphne— Además, nunca viene mal un poco de ayuda.
Ginny y Colin se miraron mutuamente y luego asintieron con la cabeza.
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Era un sueño, Cordelia estaba segura que era un sueño.
Podía escuchar a las gaviotas en el aire y por la imagen que el escenario que era testigo.
Estaba en un puerto, en suelo, amarradas de manos y sollozantes hacia varias chicas y niños pequeños con expresión de angustia.
Varios hombres empezaban a subir cosas al barco que estaba anclado.
Cordelia quería ayudarlos, pero el limitado movimiento supo que solo seria una espectadora del sueño.
El barco que estaba el mar se balanceaba a la par que el capitán de la tripulación pareciese examinar a los amarrados, todos con expresión de miedo.
Menos una, una chica joven de cabello lleno de rizos pelirrojos en una enorme sinfonía desordenada miraba al capitán con un odio.
El hombre con una sonrisa burlona se agachó a la altura de la pelirroja.
—Serás la sensación al harrem que vayas a parar— dijo el hombre tomando con su mano llena de anillos el rostro de la chica— Solo deberás ser una buena chica en la cama que vayas a parar.
Cordelia sintió repulsión por la forma que le dijo, sin ningún respeto.
La chica del sueño abrió su boca y clavó sus dientes en la mano. Un gruñido salvaje se escuchó de la pelirroja a la vez que afianzaba su mordida.
El pirata le dio una chaqueta que hizo que la chica cayera inmóvil al suelo, cerca de una ballesta, el hombre le dio una patada en el estómago a la joven.
—¡¿Como te atreves a morderme, salvaje?!— le propinó otra patada.
El sonido de unos cascos de caballos llamó la atención de los piratas y los raptados.
A escena apareció un hombre de armadura plata, era alto , de cabello negro y ojos verde oscuro.
El caballero saltó de su caballo a la vez que esgrimó su varita. De ella salieron muchas serpientes.
Un siseo que Cordelia escuchó como "Ataquen" , las serpientes saltaron sobre los piratas menos el capitán.
El hombre al ver su tripulación ser picados por serpientes sacó su espada.
—¡Brujo!— dijo levantando su espada.
El mago se acero dispuesto a atacar pero una flecha le dio justo en el medio del pecho al pirata que cayó muerto.
La pelirroja se había puesto de pie, y aún con las manos atadas sujeto y apuntó con la ballesta.
El mago que podía hablar con las serpientes miró con asombro a la chica de salvajes rizos.
Él con su varita desató la soga de las muñecas de la chica. Ella libre camino hasta cuerpo y sacó la flecha del pecho.
Rasgando parte de su falda la empapó de vino que había en la petaca del pirata. Con paso decidido lo envolvió en la punta de flecha y camino hasta la antorcha que estaba cerca de un cofre.
Con la flecha en llamas apuntó hacia el barco, en pocos segundos, el barco empezó a arder en llamas.
—Señorita — dijo el mago acercándose a la chica que miraba el fuego avivarse por el fuego.
La chica le arrebató la daga que estaba en el cinturón del mago, con pulso firme presionó la punta de la daga sobre la mandíbula del mago.
—Salazar Slytherin, a sus órdenes — dijo el mago.
Cordelia abrió los ojos de la impresión. Lord Slytherin, este sueño o lo que sea esto, es cuando Lord Slytherin salvo a la bruja que sería su esposa.
—Althaia — dijo la bruja aun si bajar la daga. Los demás secuestrados miraban todo con una expresión de asombro.
—Puede bajar la daga, no le haré daño.
—¡Ja! Como si creyera fácilmente en las palabras.
Lord Slytherin alzó su mano derecha y con su dedo índice presionó la frente de Althaia.
La bruja tambaleó y la daga cayó al suelo. Lord Slytherin sostuvo a la que sería su esposa desmayada.
Cordelia despertó del sueño sentadose sobre su cama. La oscuridad de cortinas y la suavidad del colchón.
Abrazada a su almohada se preguntó. ¿Qué acaba de soñar?
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