Cuando en la cena pudieron ver a Eowyn, Cordelia se emocionó, pero rápidamente fue reemplazada por una mueca de preocupación por el semblante triste de Eowyn.

Desde la mesa de Gryffindor vio como Eowyn no tocaba nada de su comida, hasta que Percy Weasley le dijo algo y ella suspiró probando bocado.

Y mañana en el desayuno hablaría con Eowyn.

En la mesa de Slytherin Cordelia y sus amigas conversaron de manera susurrante sobre la situación de Eowyn.

—Mis padres conocen a un abogado— dijo Hermione mirando su libreta— Pueden tramitar la custodia de Eowyn.

—Tiene que ir a Gringotts— sugirió Pansy.

—Por una prueba de herencia— continuo Cordelia con una mano sobre su barbilla, su mente estaba buscando alguna solución— Lord Malfoy me comentó lo mismo. Dice que como Eowyn no conoce a su padre puede existir un camino por esa línea.

—¿Y Eowyn querrá saber quién es su padre? — preguntó Daphne.

Entre las cuatro se miraron. Sabían toda la historia de Eowyn, ella no se guardó nada para ella, así que era claro que Eowyn poco le importaba quien era su padre.

—Hablaremos con Eowyn en el desayuno— finalizó Cordelia— Por cierto, Hermione. ¿Programaste nuestro plan de estudio?

Hermione sonrió ampliamente y señaló su libreta.

—Todo listo y planeado. Sacaremos buenas notas en nuestros exámenes— dijo con absoluta confianza.

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—¿Pueden dejar de mirarme como si me estuviera velando? — dijo Eowyn con tono demandante.

Las cinco estaban juntas en una amplia mesa de la biblioteca, con sus pergaminos extendidos y varios posts it para anotar las ideas generales.

Las miradas que le daban sus compañeras la irritaban.

¡¿Por qué la miraban con lastima?!

—Nada, es que nos sentíamos mal por dejarte sola— dijo Cordelia con ese tono dulce de siempre.

—Estoy bien— respondió subrayando con un lápiz verde una línea que parecía importante de pociones— Si bien, me quede en Hogwarts, pero al menos estoy bien. Ni que haya caído en depresión.

Medio mintió un poco en lo último.

—Me quede en la sala común sola, viendo el leño de yule arder mientras escuchaba a ABBA cubierta por una manta — respondió Eowyn.

—Espera— dijo Hermione —¿Cómo escuchaste música dentro de Hogwarts?

Eowyn miró a sus lados y cuando no notó alguna rata chismosa, sacó de su bolso un walkman, regalo del año pasado de las amigas de su mamá.

—¿Por qué lo trajiste? — preguntó Cordelia—

—No iba a dejar mis valiosas pertenencias en Wools donde me lo podían robar alguno de los niños— dijo con obviedad Eowyn dejando su walkman sobre la mesa— Solo me traje esto y mi cajita musical. Lo demás esta guardado con mucho recelo en el sombrío y polvoso ático.

Eowyn sonrió torcidamente. Ella misma había corrido los rumores que este ático había una fea y grotesca rata que se comía los dientes de los niños, así que todos evitaban ese lugar y las matronas lo iban para tirar cosas viejas e inservibles.

—¿Qué esto? — picó Pansy con su dedo el walkman.

—Permite escuchar música— Eowyn agarró el reproductor— Estos se llaman audífonos, por aquí sale la música, y si tienes un casete lo puedes reproducir. El que esta adentro tiene un grupo sueco llamado ABBA, el mejor grupo de la historia.

—¿Y que como lo hiciste funcionar? — preguntó Hermione— Las cosas muggles no funcionan aquí.

—Funcionan con el hechizo adecuado según Percy Weasley— sonrió Eowyn— Así que engañe a un Ravenclaw de ultimo, le dije que no eran habilidoso como para hacer funcionar mi walkman. Lo tomó como un reto personal y ¡tadan! ahora puedo escuchar música en mi cama a escondidas.

—Eso fue muy listo— dijo Cordelia.

—Gracias— dijo Eowyn orgullosa de sí misma. — ¿Ahora cuáles son sus planes para liberarme de Wools?

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Las pesadillas aun atormentaban a Cordelia como una bandada de cuervos sobrevolando sobre su cabeza.

Lo mismo de siempre. La risa, el destello verde y el frío subiendo por su cuello.

Siempre despertaba exaltada con la cabeza doliéndole fuertemente.

El dolor llegó hasta el punto de ir con Madame Pomfrey por algo para calmar el dolor y las pociones para sobrellevar el dolor se convirtieron en su salvación.

Solo aparecían cuando dormían, así que trataba de mantenerse cómoda durante el día.

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Hermione vio como sus compañeros de casa empezaban a amontar algunos dulces y algunas monedas de plantas sobre la mesa de comedor para las apuestas del día de hoy.

Era el partido de esa mañana era Gryffindor contra Ravenclaw.

Eowyn dejó un papel sobre los dulces.

—¿Un vale de tres ensayos? — dijo Heir Malfoy el papel.

— A favor de Gryffindor— contestó.

—¿Apostarás a favor de Gryffindor? — arqueó una ceja Heir Malfoy.

—Es mi casa— se encogió de hombros— El equipo es bueno. Wood es fanático que raya a lo obsesivo, pero es un buen jugador, sus cazadoras son buenas. Los gemelos Weasley son como bugglers humanas, el único defecto es el tonto que tienen como buscador cuyo ego es más grande que su cabeza.

Cordelia soltó una risilla desde su lugar.

—Así que estoy dispuesta a hacer tres ensayos si Gryffindor pierde. — terminó Eowyn su análisis.

—15 sickle a que gana Ravenclaw— dijo Heir Malfoy aceptando el reto de Eowyn.

—¿Entonces es una apuesta? — sonrió Eowyn como un gato que visualizó una presa.

—Es una apuesta— aceptó Draco Malfoy.

Hermione negó con la cabeza y sentó a lado de Cordelia que estaba leyendo el libro de transformaciones.

—¿No sé qué le ven divertido al Quidditch? — dijo Cordelia cerrando su libro— A mí me daría pánico volar en una escoba. No es para mí, prefiero mi cuello y mi integridad física intacta.

Oh y vaya que tenía razón. En la primera lección de vuelo con Madame Hooch, la escoba respondió a la primera orden de Cordelia, pero era claro que cuando la lección avanzó y Cordelia se elevó un poco del suelo supo que volar no era lo de ella.

—Te comprendo— le apoyó Hermione asintiendo— También tengo acrofobia.

Al final del día del partido, Eowyn se quedó con los 15 sickle de Heir Malfoy.