Cordelia observó su imagen completa en el espejo del tocador.

Su corazón latía de la emoción mientras que su estómago se contraía del nerviosismo. Cordelia miró la capa que había sido enviada de forma anónima junto a los regalos de sus amigas esa mañana.

Cuando se la probó se dio cuenta que era una Capa de Invisibilidad y con ella una nota breve explicando que la capa era de su padre y que la usará bien.

Cordelia se encogió de hombros ante el obsequio, hasta el momento no podía pensar en un usó adecuado para la capa. Durante el transcurso del día pudo observar a Lady Narcissa organizar todo del baile, y Cordelia estuvo a su lado viendo cómo se organizaba un baile de Yule.

Cordelia seguía a Lady Narcissa como un pequeño patito siguiendo a su mamá, y de vez en cuando la hermosa dama le daba algunas explicaciones sobre la decoración.

Ya cuando la noche se acercaba, Lady Narcissa le sugirió a Cordelia que debería tomar una siesta para estar descansada y con ánimo para el baile, y tenía razón, apenas Cordelia se acostó en la cama cayó completamente dormida.

Fue despertada por Lady Narcissa ya cerca de la caída de la tarde, Cordelia entusiasmada se comenzó a arreglar, la elfina que le fue asignada mientras su estancia alisó su vestido para que no tuviera ninguna arruga visible.

Cordelia se tomó su debido tiempo para tomar un exquisito baño para luego arreglarse. Sonrió al notar que el vestido la hacía lucir impecable, luego se sentó en el tocador para realizar su peinado escogido.

Un recogido sencillo que aprendió por los recortes que hizo en el verano y su varita fue de utilidad. Con cuidado empezó a seguir los pasos y ajustar con los pasadores, ya cuando notó que su cabello estaba bien sujeto, empezó a decorarlo con pequeñas flores de lavanda a juego con su vestido.

Sonrió cuando su imagen era como lo que esperaba. La gargantilla de perlas y ópalo junto a unos preciosos aretes de perla en forma de gota le daban ese detalle perfecto, que fueron un regalo de parte de Lady Narcissa y Lord Malfoy.

Se apretó las mejillas para darle ese efecto a rubor.

—Adelante— dijo Cordelia ante la persona que llamaba a la puerta, levantándose del tocador mientras se colocaba los guantes.

— Cordelia querida. — dijo Lady Narcissa entrando a su habitación.

Cordelia solo podía describir a Lady Malfoy como hermosa. Llevaba un vestido color salmón con mangas que daban la apariencia de capa, con guantes tan delicados de encaje.

Su cabello rubio estaba en un peinado recogidos y había destellos plateados que eran claramente diamantes pequeños.

—Luces preciosa— le sonrió la hermosa bruja a Cordelia. — Muy buena elección de vestido, y ese detalle de las flores en tu cabello es perfecta. Sin duda los colores pasteles son los indicados para ti.

—Muchas gracias, Lady Malfoy— se sonrojó Cordelia.

—Se me estaba olvidando— ella sacó de una de sus mangas una especie de carné de plata muy bonito— Tu carné de baile.

Lady Narcissa pasó la fina tira por la muñeca derecha de Cordelia. El carné en la portada tenía relieves de lirios entrelazados uno a lado del otro.

—¿Conoces la función de este carné?

—Para anotar quienes bailen alguna pieza conmigo durante algún baile. — sonrió Cordelia. Había aprendido algunas cosas mediante los documéntenles que solía ver con tía Petunia sobre la época de debutantes del Siglo XVIII.

—¡Muy bien! — aplaudió Lady Narcissa. —Tu tía te ha educado muy bien. Ahora, como es tu primer baile te recomiendo que solo bailes cuatro piezas.

Cordelia asintió con la cabeza ante la sugerencia de Lady Malfoy.

—Draco y Lucius ya están en el salón. Ven vamos— le extendió la mano y Cordelia muy gustosa la aceptó— Recuerdo que le prometiste a mi dragón la primera pieza.

—Con gusto bailare con su hijo, Lady Malfoy.

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Como prometió la primera pieza fue reservada para Heir Malfoy.

Cordelia quedó asombrada de como quedó el salón de baile de Malfoy Manor. Había un gran árbol en una esquina del vestíbulo con muchas decoraciones de cristal y pequeñas luces que tintineaban como luciérnagas.

Cordelia permaneció a lado de Lady Narcissa cuando los invitados empezaron a llegar y saludo junto a la familia Malfoy como invitada. Se emocionó cuando Pansy y Daphne llegaron con sus respectivos padres, y las abrazó fraternalmente y saludó como era correspondido.

Cuando Heir Nott llegó con su abuelo, Theo la presentó personalmente con su abuelo. Un hombre con el cabello lleno de canas y una postura que recordaba a Winston Churchill por la imponencia de su voz.

Heir Nott le solicitó bailar una pieza y Cordelia encantada le extendió su carné de baile para que anotará su nombre.

Heir Zabini solicitó el tercer baile cuando fue presentada a Lady Zabini. Era una mujer alta de cabello negro sujeto en una redecilla de oro, vestía de color perla con las mangas transparente con destellos sutiles, vagamente les recordó a las actrices italianas de los años 40'.

—Ese vestido es obra de Jacqueline— dijo comentando su vestido.

—Es hermoso vestido— sonrió Cordelia— Mi querida amiga Pansy me sugirió diciendo que Madeimoselle Jacqueline era su modista predilecta para este tipo de evento.

—Y tiene toda la razón— dijo Lady Zabini— Jacqueline es la única modista que trabaja el tul de manera tan preciosa. Te ves completamente linda, Lady Potter.

Cordelia agradeció el alago con las mejillas sonrojadas.

Los invitados que más le sorprendió fue ver a Heir Longbottom acompañado de su abuela. Cordelia casi no había tenido mucha interacción con el Gryffindor, lo más cercano a una conversación completa con Heir Longbottom era en las clases de Herbología debido a que trabajaron un par de veces juntos.

Eso y que fuera presentado como Lord Longbottom, Cordelia sabía lo que significaba, pero también sabía que era imprudente preguntar por tan delicado tema en un momento como este.

Luego llegaron las hermanas de Lady Malfoy. Lady Bellatrix Lestrange eras como el otro lado de la moneda y se comparaba a Lady Malfoy, de cabello muy negro y rizado, con ojos grises como el mercurio. Venia acompañada de su esposo Lord Lestrange.

—Lamentamos la demora— se disculpó Lady Lestrange— Fue difícil hacer dormir a Corvus.

Draco le susurró sutilmente que Corvus era el hijo bebé de los Lestrange de cinco meses.

Un bebé, que lindo.

Luego vino la otra hermana de Lady Malfoy. La señora Andrómeda Tonks tenía un gran parecido a Lady Bellatrix, la única diferencia era que tenía el cabello castaño. También le fue presentado el señor Edward Tonks, llámenme, Ted, pidió con ligereza, y también a la Nymphadora, la hija de ellos.

Cordelia quedó impresionada con el cabello color rosa chillón de Nymphadora, lucia como algodón de azúcar.

Ya terminada las presentaciones, Cordelia se acercó a Pansy y Daphne que estaba sentadas juntas.

—He decir que nos tenías ansiosas por tu vestido— sonrió Pansy.

—Me recuerda a una de las fotografías de la princesa Diana—comentó Daphne— Esas flores se ven muy bien en tu cabello, hace que huelas a lavanda.

—¿Verdad? — sonrió Cordelia.

—¿Ya tienes anotados algunos en tu carné? — preguntó abriendo Daphne su carné que era de oro rosa— Solo tengo a Blaise y Gregory.

—Si— asintió Cordelia— Draco, Theo y Blaise.

—Vicent, Gregory y Adrián Pucey— contestó Pansy jugando con su carné con relieves de rosas.

—¿No es de quinto año? — preguntó Daphne.

—Si— asintió Pansy. — Solo es cuatro años mayor, ni que fuera un anciano. — río— Ah, es una pena no tener a Hermione y a Eowyn.

—Hermione ha de estar bien— dijo Cordelia— Está con sus padres, me preocupó por Eowyn, estar sola con los Weasley, bueno tres de los cuatro, Percy no es tan...— trató de buscar la palabra Cordelia.

—¿Explosivos como sus hermanos? — preguntó Pansy.

—Exacto— contestó Cordelia.

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El leño de Yule que ardía en la gran chimenea del vestíbulo daba un calor reconfortante a todo el lugar, dándole una calidez que todos podían disfrutar

Cordelia mentiría si dijera que no sentía nervios cuando Heir Malfoy la sacó a bailar. Pero para su suerte, Draco era muy bueno guiando un vals, así que el nerviosismo se fue rápidamente.

Parecían estar coordinados muy bien. Luego fue el turno de Heir Nott, que al igual que Draco también fue un buen compañero de baile. Heir Zabini era el más entusiasta de sus amigos, se atrevió a hacerla girar con mucha gracia que la hizo sonreír.

Su cuarta y última pieza la bailo con Neville Longbottom, el chico se notaba muy nervioso, pero Cordelia le sonrió y pudieron bailar muy bien, claro si quitaba las dos ocasiones en que le piso ligeramente los pies, pero nada del otro mundo o para quejarse.

Ya era casi de madrugada, pero la emoción era lo que mantenía despierta a Cordelia.

Aquella velada era el mejor día de su vida hasta ahora. 

N/A: Los Carné de Baile es un tarjetón doblado o un librillo de tamaño pequeño impreso con algunos datos y adornos, que fue indispensable para las damas que asistían a los bailes aristocráticos o de familias importantes del siglo XIX y comienzos del XX; por lo general tenía ya escrito el nombre de las programadas, a continuación de los cuales la dama iba escribiendo el nombre del caballero que le pedía bailar con él ese determinado número.