Soo Bin llevaba ya tres días de dormir en la calle, estaba decidido, jamás volvería a su casa, se sentía mucho más seguro durmiendo en las bancas de los parques, al principio pensó en ir a la casa de su mejor amigo pero no recordaba dónde vivía y mucho menos podía llamarlo, no se sabía su número y no contaba con un celular para hacerlo, cada que le pedía uno a su madre, su papá intervenía diciendole que esas cosas no servían y solo le harían perder su tiempo. También pensó en ir a buscar a Beom Gyu a la escuela pero por miedo de encontrarse con su papá, decidió mejor la calle.

—Siempre viviré con miedo y siendo un asco de persona —soltó mirando hacia el hermoso cielo nocturno estrellado.

Necesitaba un buen baño urgente, su olor cada día se hacía mas penetrante, al grado que ni el mismo Soo Bin soportaba su propio olor, su estómago le pedía a gritos que lo alimentara, en tres días no había probado ni un bacado de comida, sus bellos labios rosados estaba tan secos que ni su poca salíva los hidrataba.

—¡Aaaaugh! —soltó un gran grito de dolor, su cabeza le dolía tanto que sentía que en cualquier momento explotaría, su cuerpo ya no lo soportaba pero lo que más le dolía era el corazón, conforme pasaban los días sentía comoo poco a poco se rompía en mil pedazos.

—¡¡Soo Bin!! ¡¿Eres tú?! —gritó una voz familiar, rapidamente se escondió en los periódicos viejos que usaba como cobijas para cubrirse del frío, no quería que esa persona lo mirará con desprecio y asco —Vamos Soo Bin, sé que eres tú, habla... —decía esa persona llorando mientras le retiraba los periódicos para verlo.

—Beom... —sus palabras fueron calladas por un fuerte y cálido abrazo.

A Beom Gyu no le importaba el estado en el que estaba Soo Bin, llevaba días buscandolo, necesitaba saber que estuviera bien.

—¿Por qué te fuiste? No sabes lo asustado que esraba, pensé que algo malo te había pasado —lo regaño galandole las orejas, está vez no se la perdonaría tan fácil.

—Perdoname Beom, yo lo s...

—Lo pensaré, me dirás el motivo del porque te desapareciste después de que comas y tomes un buen baño, vamos a mi casa.

Un relajante baño y una deliciosa cena por parte de la madre de Beom Gyu hizo muy feliz a Soo Bin, él sentía que la familia de Beomie era la suya. Beom Gyu logró robarse a Soo Bin de sus padres, se encerraron en su habitación para poder hablar.

—Y bien Binnie, dime, ¿Por qué huiste?, ¿Tus padres te hicieron algo?, ¿Te corrieron?, no sabes lo asustado que estaba, cuando te fui a buscar a tu casa y tu mamá me dijo que te fuiste, lo primero que hice fue ir a buscarte a la escuela, después a mi casa, hospitales, albergues...

—Perdón —bajo la mirada, tenía ganas de llorar pero no podía era algo que su papá le prohibía y si lo hacía, le pegaba— Beom Gyu —lo llamo jugando con sus manos, algo dentro de él le pedía a gritos que pidiera ayuda, que hablara y dijera toda la verdad —Tengo que deci...

—¡Ya sé! —Beom Gyu gritó y Soo Bin lo miro atento —¿Te fuiste de casa por lo que paso la otra vez?, ¿cuándo tu papá nos encontro?, ¿Sabes? Tu papá no me cae bien, algo de él me hace desconfiar, no sé... Se que es tu papá Soo Bin pero no me agrada.

—Descuida, yo tampoco lo quiero, lo odio... —susurro sin que Beom Gyu escuchara.

Soo Bin miro algo que le molesto mucho, en la mesita de noche de su amigo, no estaba el cuadro de ellos juntos que le regaló.

—Oye, ¿y el cuadro? —preguntó mirándolo molesto —¿Dónde está?— exigió una explicación.

—Aaaa... —Beom Gyu sonrió nervioso— Lo guarde —Soo Bin alzo una ceja como señal de molestia y confusión —Ay Binnie —se bajo de su cama y gateo hasta su amigo —Eres más distraído que yo, mira la habitación.

—¡¿Qué?! —se sorprendió al ver toda la habitación llena de cajas —¿por qué están esas cajas?, ¿te mudas?, ¿te vas de viaje? —preguntó mirandolo, Beom Gyu lo tomo de las manos y lo miró a los ojos.

—Lo siento, me voy del país —lo abrazó.

Soo Bin se aferró a Beom Gyu, no podía dejar ir a su único amigo, no quería que se fuera de su lado, solo con él se sentía seguro y eso quería decir, que tal vez nunca más lo volvería a ver.

—Por favor Beom Gyu, no te vayas, no me dejes —pidió entre llantos —Por...

—Perdón Soo Bin, no quería irme sin antes despedirme de tí, jamás me lo perdonaría.

—¿Volverás? —se alejó para mirarlo, necesitaba saber que volvería.

—Lo haré —Beom Gyu le sonrió dulcemente, él volvería a Corea por su amigo —Es una promesa.

Jaló una de las cajas que estaba a su lado, la abrió y saco algo de ella.

—Toma, para que me recuerdes —le regalo una cadenita de plata con una figura de osito.

—Gracias —Soo Bin la tomo como muestra de la promesa de Beom Gyu, confiaba en que él regresaría, Soo Bin también le daría algo para que lo recordará —Toma —y lo besó.

A la mañana siguiente, muy temprano un taxi llegó a la casa Choi para llevarlos al areopuerto.

—Cuídate Soo Bin, espero verte pronto— se despidió la señora Choi besando su mejilla —Adiós.

—Cuídese señora, señor Choi cuide de su bella esposa y de Beom Gyu —le sonrió Soo Bin.

—Jajaja, yo soy el que tengo que cuidarme de estos traviesos —bromeo el padre de Beom Gyu, Soo Bin se preguntaba por que su papá no podía ser como el señor Choi.

—Chistosito, anda vamos —la señora Choi jaló a su esposo para meterlo al taxi y dejar a solas a su hijo y amigo.

—Toma —Beom Gyu le regalo un puerquito azul con nubes, era su alcancía.

—No, yo no puedo, es tuyo —Soo Bin se nego aceptarlo.

—Ahora es tuya —lo abrazó y tomo de la mano para darle un papel y susurrarle al oído —Es un boleto para Busan, adiós.

Soo Bin miro el taxi alejarse mientras pensaba en el regalo de Beom Gyu, tal vez, solo tal vez irse sería la mejor opción o almenos eso pensó, nunca imaginó que aquella decisión solo era el inicio de un gran infierno y camino hacia su muerte.

•━━━━━━━━━━•

Disfruten de este capitulo!! 💖💖  ¿Ustedes creen qué Soobin debería irse a Busan o no? 🤔

Espero les haya gustado, se viene cosas muy interesantes en los siguientes capitulos!! ❤❤

Por cierto, ya subí la segunda parte de Rebeldía para un Rey!! ❤❤ Espero puedan leerla!! 💖