🥀 Capitulo 11.
Había ciertas reglas en el set de grabación, y una de ellas era que no tenia que haber personas en celo aun así estuvieran tomando supresores, todo porque ya varios incidentes habían ocurrido. Y así como aquí existía esta misma regla en muchos empleos.
Era sábado y habían tenido que retrasar tres días sus grabaciones en lo que se le pasaba el celo al alfa Romsaithong
Mile Romsaithong solamente atravesaba por un día de celo como los demás en su cadena, pero en cambio, Apo tenía que soportar tres días enteros de dolor y muchas ganas de cariño, así que Mile se rehusaba a dejarlo solo o simplemente a volver sin él.
Así que todos lo esperarían pacientemente.
Y henos aquí ahora, con ambos recostados en la cama del alfa rodeados de envolturas de diferentes chucherías, botes vacíos de helado de chocolate, vainilla y fresa, mantas extendidas a su alrededor formando un pequeño y discreto intento de nido. Pero para ambos eso era normal entre amigos, así que no había problema con eso.
-Cámbiale de canal-. Apo estaba medio recostado en el pecho del alfa mientras comida de una bolsa de frituras de queso. Mile frunció el ceño y aventó el control fuera de la cama a sabiendas que ninguno de los dos se levantaría de la cama por el.
Apo lo miraba enojado, pero tenía razón, no iba a levantarse.
-Eres un grosero-. Le dio un pequeño golpe en el pecho sacándole una ligera risa.
-Yo quiero ver esto
-Y a mí no me interesa para nada ver un documental de la vida marina-. Mile se encogió de hombros, abrazando más hacia su cuerpo al omega menor.
Y es que Apo era muy valiente, pero también temeroso para bastantes cosas, una de ellas era para el mar, le tenía pánico. Y Mile lo sabía, por eso mismo no quería cambiar el canal.
El omega sostenía con fuerza la cintura del alfa, completamente tentado a ocultar su carita en el cuello del mayor. Ver esos caballitos de mar le aterraba bastante, más que nada le aterra mucho esa vista a sus espaldas.
-Mira que lindos pescaditos de colores-. El pelirrosa enterró su cara en el cuello del mayor, dejando salir un poco amargo su aroma.
-Quítalo
-¿Por qué? Si son adorables-. Rodo los ojos al sentir más fuerte el aroma del menor.
Se levantó de la cama para ir por el control remoto tirado en el piso y cambiarle a unas caricaturas en el canal siguiente. — Miedoso- Apo sonrió acurrucándose en las almohadas sin detenerse de comer las frituras.
Estuvieron así un buen rato. Con Apo mirando la televisión acurrucado entre cobijas y almohadas y Mile sentado en la orilla de la cama mirando hacia la pantalla. Ambos completamente ajenos al transcurso del tiempo.
El timbre fue tocado al cabo de un rato, no sabe desde hace cuánto tiempo habían estado acostados, pero por lo menos habían pasado alrededor de tal vez nueve capítulos de quince minutos, sin contar los cortes comerciales.
-Ve a abrir- Mile lo miro de mala forma.
-Tú eres mi asistente aquí.
-Ah mi pancita-. Tomo su abdomen con fuerza rodando hacia el lado opuesto de la cama matrimonial. -Tu celo llega mañana, no seas malo-. Le mostro un adorable, pero muy adorable puchero abriendo sus ojitos. Una carita tan linda ante la mirada del alfa. Sino fuera porque lo conociera de pies a cabeza no dudaría en abrazarlo y mantenerlo ahí el resto de sus días.
Pero lo conocía.
-Tú deberías ser el actor aquí-. Apo sonrió al ver salir al alfa refunfuñando por la puerta hacia la entrada.
Bajaba las escaleras con lentitud y fastidio, tenía razón. Él siempre tenía sus dolores un poco más débiles que los que sufría por tres días el omega, pero no se veía tan mal hasta que sonó el timbre.
Su olfato se agudizo a tan solo unos pasos de la puerta, reconociendo inmediatamente el aroma de aquella persona no deseada. Retrocedió un paso no queriendo llegar hacia la puerta.
-¡Mile Romsaithong abre la puerta!-. La voz del menor desde el piso de arriba. Maldijo entre dientes. Ahora no podía hacer como que la casa estaba vacía.
Respiró hondo antes de avanzar hacia la puerta y abrirla de una.
La chica frente a él retrocedió un poco al sentir el fuerte aroma del menor pegando del golpe en su nariz. Demasiado fuerte.
-Hola Mile-. Cubrió su nariz molestando bastante al alfa con ese gesto.
¿Cómo podía ser tan grosera si el aroma de Apo era delicioso?
- Love-. Se limitó a decir sin intenciones de dejarla pasar. -¿Qué te trae por aquí?-. Se cruzó de brazos en la puerta, dándole a entender que no la iba a dejar pasar.
-Vine porque estas en celo-. Quiso reír en la cara de la omega, y eso hizo, aunque ella solamente le extendió una bolsa de papel. -No vengo aquí para "aliviarte", solo te traje supresores y los chocolates que te gustan-. Detuvo su risa para mirarla fijamente.
-No era necesario que me trajeras esto-. No tomaba la bolsa, a decir verdad tenía miedo.
-Lo sé, pero no tengo nada que hacer en casa-. Se encogió de hombros bajando su brazo con la bolsa. --También traje un bote pequeño de helado del que le gusta a Apo y supresores-. Le extrañada mucho ese comportamiento de la mujer.
Estaba tan confundido que no se percató de las rápidas pisaditas que dejaba resonar desde el piso de arriba.
Apo se asomó desde el barandal de las escaleras, mirando completamente enojado a la omega conversar con Mile en la puerta de entrada.
No estaba completamente en sus casillas, simplemente le dolía la pancita y quería que el alfa ahí parado le prestara atención y le diera muchos cariñitos. No era tan difícil.
Pero ese alfa tonto no subía, solamente se quedaba ahí parado hablando con esa omega.
No lo pensó dos veces antes de acercarse rápidamente al mayor y rodearlo completamente entre sus brazos, haciendo que el alfa diera un pequeño brinquito del susto y Love retrocedería aún más.
-Hola Apo-. Saludo con un ademan con la mano aun tapándose la nariz. Apo frunció el ceño al notar el gesto de la omega, pero eso solamente le hizo pegar más su cuerpo a Mile
-Love
-Bien, creo que me voy-. Extendió nuevamente la bolsa. El pelirrosa la tomo dudoso y con cuidado la abrió. Sonrió al notar el contenido y se alejó un poco de Mile
-Gracias-.
-Adiós-. Apo no supo descifrar aquel gesto en el rostro de la mujer, pero el helado de moras con queso le hablaba más que esa omega, así que no le prestó atención.
Entró casi corriendo escuchando como el alfa cerraba la puerta sus espaldas.
-¿Te lo vas a comer ya?-. El omega asintió metiendo ya la cuchara en el bote para comenzar a devorarlo.
Mile se quedó parado en medio de la sala sintiendo el fuerte aroma de su amigo; el aroma era demasiado fuerte y se esparcía por toda la casa, y eso le encantaba, adoraba el aroma del menor. Sonrió satisfecho sintiendo unas inmensas ganas de abrazar al omega.
Quería enterrar su cabeza en el cuello del menor e inhalar completamente el aroma que este desprendía el menor.
No se supo contener, simplemente sentía una ganas enormes de correr hacia Apo y abrazarlo, no, quería más.
-Hey, ¿Qué sucede?-. Pregunto confundido mas no asustado. Mile había llegado de la nada y ahora lo llevaba cargando en modo nupcial hasta la habitación. -Mile– . Pero no obtenía respuesta alguna.
-Apo -. Al llegar a la habitación, lo dejo caer rápidamente y de manera brusca sobre la cama. Por ese momento Apo sentía pánico; Mile nunca había perdido así el control en todos los celos que llevaban juntos, por lo menos no hasta el grado de tirarlo en la cama.
Su lobo estaba tranquilo, pues aun no pasaban los efectos de los supresores que había ingerido hace poco, pero tenía miedo de perder también el control.
-Poo -. El alfa se aventó de un brinco a la cama, para quedar encima de Apo y abrazarlo por completo, rodeándolo con sus brazos, piernas y enterrando su cara en el cuello de su amigo. -Me duele-. Puchereo escondido.
Apo sonrió cuando comenzó a sentir aún más intenso el aroma del alfa.
-Oh Mili se adelantó tu celo-. Acariciaba los castaños cabellos del mayor con cuidado y cariño, dándole una hermosa sensación de tranquilidad casi de inmediato.
Tenía la intención de ir por uno de los supresores para alfa que guardaban en el botiquín del baño, pero Mile había caído completamente dormido entre sus brazos. Cuando despierte se lo daría con calma.
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-Ah te odio-. Renegaba la chica yendo de un extremo de la habitación a otro.
-Se dice gracias, te ayude-. El beta la miraba con fastidio sentado en uno de los sillones del departamento.
-Sí, pero estaba con Apo, ese tipo feo esta con él en su celo ¿entiendes?
-¿No era así también cuando eran pareja?-. Love lo miro de mala forma, incluso lo intimido un poco. -Bien, lo siento-. Se levantó del sillón y camino hacia la omega.
-Necesito otra idea, quiero que se enteren que cambie-. Poso sus manos en su cadera resaltando su figura. -No soy la misma mujer que antes
-Ah claro que no, eres mucho peor ahora-. Ella sonrió queriendo reír, mas no lo hizo. –Bien, en las próximas escenas ustedes dos tienen que convivir mucho, lo que quiere decir que grabaran demasiado juntos-. Ella asintió mirando hacia el suelo, comenzaba a comprender. -Pídele ayuda para ensayar tus diálogos-. Asintió a punto de brincar por la emoción.
-¡Eres un genio Tong!-. El beta sonrió regresando a sentarse.
-Soy tu mejor amigo en la película y la vida real, obviamente te tengo que ayudar-.
Capitulo doble ✨🤌🏻
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