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Epilogo.

Cinco meses después...

Pasando el pequeño peine suavemente, Blue hizo su mejor esfuerzo por alisar los escasos cabellos rubios de Shiloh, soltando un pequeño gruñido cuando los dorados hilos volvieron a rizarse como si estuviesen burlandose de él. Su pequeño no tenía una cabellera abundante, era más como un mechón delicado que caía sobre su frente y le daba la apariencia de uno de esos bebés tiernos de los dibujos animados. Sinceramente, Blue no había conocido nunca un bebé más lindo que su hijo, aunque él era un poco imparcial en ese aspecto.

Rindiendose luego del quinto intento, dejó el peine a un lado y miró a su bebé—. Deberiamos ir a buscar a Ashton y darle su merecido, después de todo, él fue quién nos heredó este incontrolable cabello, es su culpa.

Los ojos azules de Shiloh, tan parecidos a los suyos, lo miraron con atención por un momento antes de que sacara de su boca el patito de hule que había estado mordisqueando y se lo ofreciera. Habiendo cumplido seis meses unos días atrás, Shiloh había estado en la etapa de tomar cualquier cosa a su alcance y morderla sin concideración, juguetes, celulares y hasta los dedos de Damon, el pequeño no parecía discriminar nada cuando se trataba de morder.

Blue le sonrió, bajando el labio inferior de su bebé con su dedo para poder dar un vistazo—. Tu dientito esta casi afuera, bebé, ¿estas emocionado? Yo lo estoy, estoy deseando ver esa sonrisita completa. Serás todo un rompecorazones, ¿verdad que sí?

—Teniendonos a nosotros como muestra, yo creo que sería bueno ir comprando una escopeta —Damon bromeó, entrando a la habitación mientras intentaba prender los botones de las muñecas de su camisa blanca—. ¿Por qué esto es tan dificil?

—Ven aquí, bebé grande —Blue pidió, prendiendo los mismos por él cuando el castaño estuvo cerca. Levantando a Shiloh del cambiador, dio un paso atrás y tomó un vistazo completo de Damon, soltando un pequeño silbido—. Definitivamente el azul marino es tu color. Gira para mi... Sip, definitivamente, el corte de esos pantalones y el color te hacen ver un culo de infarto.

Poniendose la chaqueta a juego con los pantalones, la cual había estado colgando en su brazo, el castaño dio un giro sobre si mismo y posó como si hubiese salido de la portada de una revista—. Toma una foto, Gatito, tanta belleza no se ve todos los días.

Blue bufó una risa—. Tanto egocentrismo concentrado en una sola persona no puede ser bueno.

—Yo no soy egocentrico, soy atractivo, lo sé y me gusta que los demás también lo vean —le hizo un guiño—. Pero no te preocupes, tu eres el único que va a compartir la cama con toda esta belleza.

Rodó los ojos—. Que afortunado de mi.

—Que bueno que seas consciente de ello.

—Estaba siendo sarcastico. —masculló, meciendose con Shiloh enganchado en su cadera.

—Lo sé —Damon se acercó, rodeandolo con sus brazos y dejando un beso en sus labios—. Porque es obvio que soy yo el afortunado aquí; tengo un novio hermoso, el cual me dio un hijo igual de hermoso. Es obvio que soy quién más suerte ha tenido.

—Mono cursi —susurró, poniendose en puntas de pie para otro beso—. Dices las cosas más lindas.

—Mm, si tienes más de esos dulces besos, se me ocurren muchas otras cosas lindas que decirte. —sonrió, acercandose.

Permitiendose otro beso, este un poco más largo, Blue se apartó con una risa—. Debo ir a cambiarme, Mono, deja de distraerme.

—Yo no te distraígo, es mi belleza la que lo hace —tomó a Shiloh de sus brazos, poniendo especial atención a los pantalones de vestir de un suave tono crema, la camisa blanca y los tirantes que su pequeño lucia, todo eso complementado con un pequeño moño gris en su cuello—. ¿Como diablos conseguiste un traje tan pequeño?

—Mi tío Zayn hace ropa para bebés, lo consiguió para él —rio.

—Ow, definitivamente encantaras a todos en esa boda, mi pequeño gruñón —besó repetidamente las mejillas de Shiloh, haciendolo reir—. Pero mira que hermoso que es mi hijo, niño bonito.

Shiloh rio encantado con la atención, extendiendo sus manitos en un intento de atrapar el rostro de Damon. Por alguna razón, su bebé estaba obsesionado con la barba del castaño, literalmente, Blue lo había visto dormirse con su mano acariciando la barbilla de Damon. Era gracioso de ver, la carita confundida de Shiloh le decía que estaba intentando averiguar que era esa cosa que su papá tenía en la cara, pero por más que lo miraba, no parecía encontrarle sentido. Era lindo y raro al mismo tiempo.

—No, no desordenes la barba de papá, cariño —Damon intentó alejar las manitos—. Papá tiene que estar increiblemente atractivo para poder opacar a tu tío Wolf en su propia boda.

—¿Enserio? ¿Esa es tu intención al arreglarte tanto? —Blue interrogó.

Damon lo miró—. ¿Que otra razón tendría para ir que no sea el opacar a mi mejor amigo en su día especial?

—Ni siquiera intentaré discutir con eso —se dirigió a la puerta—. Cuida de Shiloh, iré a cambiarme.

—Seguro, nosotros... ¡Auch, Shiloh, a papá le duele si jalas su barba!

Riendo, salió de la habitación de su bebé y se dirigió a la suya, yendo directamente por el traje perfectamente empacado que colgaba en su armario. Aun no podía creer que Nick lo estaba obligando a usar un maldito traje para asistir a su boda. ¡Blue practicamente había planeado la jodida ceremonia completa! Desde la bonita iglesia con aspecto de castillo hasta el lugar de recepción, el cual no solo era al aire libre, sino que había sido decorado como si se tratase de un bosque encantado. Él había estado en todos los pequeños detalles para asegurarse de que su primo consiguiese exactamente lo que siempre había soñado.

Debería tener el derecho a usar lo que él quisiese para asistir... él odiaba los trajes, al menos cuando era él quién debía usarlos. Si los usaba Damon, eso era otra historia.

Con un suspiro y una sacudida de cabeza, se metió en el baño y se dio una rápida ducha, sabiendo bien que si dejaba a esos dos solos mucho tiempo, corría el riesgo de encontrarse con un desastre de proporciones epicas al salir. Enfundandose en el bonito traje, se puso los zapatos y se paró frente al espejo, intentando averiguar que demonios hacer con su rebelde cabello. Por lo general, dejaba que el bastardo se saliese con la suya e hiciese lo que quisiese, pero dado que era una ocasión especial, quizá debería intentar hacer algo para domarlo.

—Gatito, ¿cuan enojado estarías si, por esas razones de la vida, Shiloh hubiese ensuciado sus ropa? —Damon se detuvo en la puerta con Shiloh en sus brazos y pasó su mirada por Blue—. Wow, Gatito, si hubiese sabido antes que te veías así de bien en traje, te hubiese obligado a usar uno antes.

Arreglado la chaqueta gris sobre sus hombros, dio un pequeño giro—. ¿Realmente me veo bien?

—Increiblemente bien —susurró.

Tenía esa expresión en su rostro, esa que le decía a Blue que si no tenía cuidado, su próximo destino sería una cama y no una iglesia. Y por eso mismo que se alejó de un salto, tomando a Shiloh de los brazos del mayor para revisarlo. Había varias manchas oscuras en su camisa blanca, y dado que había restos de eso también alrededor de su boca, fue fácil deducir que Damon había cedido nuevamente a los ojitos de cachorro de su bebé.

—¿Le diste una galleta? —interrogó, mientras ponía a Shiloh sobre la cama y comenzaba a desprender los botoncitos de su camisa, al menos sus pantalones seguían limpios.

—Él puso los ojos —Damon se defendió—. Esos ojos, sabes que no puedo resistirme a ellos.

—Eres tan malditamente débil —bufó con una risa, quitandole la camisa a Shiloh y limpiando sus manitos y boca con la misma—. Planché dos camisas más, estaba seguro de que iba a encontrar la manera de ensuciarse antes de salir, ve por una, estan colgadas en su closet. Y trae toallitas humedas para terminar de limpiar sus manitos y boca.

Poniendo mala cara se dirigió a la puerta—. Yo quería un besito.

Viendo a Damon salir, se giró a mirar a Shiloh con una sonrisa—. Tu debes dejar de manipular a papá —dijo, tocando con su dedo la pequeña nariz, ganandose una sonrisa llena de encias—. Ah, mi niño, el día que te des cuenta de que nos tienes envueltos alrededor de tu pequeño dedo, estaremos perdidos.

Shiloh balbuceó hacia él, pareciendo demasiado seguro de estar siendo comprendido por su papi antes de proceder a mordisquear la tela de la camisa descartada.

—¿Te digo un secreto? —susurró, acercandose para atraer la atención de Shiloh—. Tengo una obsequio para papá Damon que va a hacerlo muy feliz, pero no puedes decirle nada aun, ¿si? Es una sorpresa.

Shiloh parecía más interesado en morder la tela de la camisa que en prestarle atención, pero dado que Damon, como el apurado que era, entró resbalando dentro de la habitación con las cosas que le había enviado a buscar, Blue decidió que revelar sus planes podía esperar. Tenía una boda a la que asistir.

(...)

Sentado frente a una de las mesas que rodeaban la pista de baile, Blue movió su vaso de zumo hasta que los hielos chocaron contra el cristal, mientras sonreía a la tierna escena frente a él. Le hubiese gustado poder decir que estaba sonriendo hacia los recién casados, quienes se movían al compás de la música con grandes sonrisas en su rostro. Pero en realidad, su mirada estaba enfocada en otras dos personas, más especificamente en Damon, quién giraba alrededor con un sonriente Shiloh en sus brazos, el cual parecía encantado con la situación.

Estaba seguro, que en toda su vida, jamás había visto una escena más tierna que esa.

—Cuidado, Joker, Batman esta cerca —Nee bromeó, dejandose caer en la silla a su lado antes de hacer un gesto a su rostro—. Lo digo por la sonrisa, ya sabes, un poco más ancha y tu rostro se partiría a la mitad.

—Si tienes que explicar la broma, entonces no tiene gracia. —replicó.

Ignorandolo, el mayor miró sobre su hombro brevemente antes de volver a él—. Aun no logro procesar lo de Damon y tu —admitió—. Los he conocido a ambos por años, jamás pensé que podrían conectar, mucho menos ser una pareja estable con un hijo.

Blue se encogió ligeramente de hombros—. Si te soy sincero, yo tampoco. En realidad, jamás pensé que sería una de esas personas que encuentran el amor y se establecen, pero ya ves, la vida tiene una forma de sorprenderte con cosas increibles cuando menos te lo esperas.

—Si, sé como es eso —echó un vistazo hacia donde Kai estaba bailando con sus dos pequeños hijos y sonrió enorme. Volviendo a verlo, revisó dentro del bolsillo de su chaqueta y le tendió una pequeña caja azul—. Aquí, lo que me pediste.

—¿Conseguiste los que quería? —interrogó, tomando la misma y abriendola para ver el contenido.

—Exactamente los mismos de la fotografía que me enviaste, llegaron hoy en la mañana.

Blue asintió—. Gracias.

—No es nada. Si hay algo más en lo que pueda ayudar, solo debes decirme.

—A decir verdad —lo detuvo antes de que pudiese ponerse de pie—. Hay algo en lo que puedes ayudarme, bueno, no a mi directamente, pero aun así.

Eso logró captar su atención y que lo mirase con curiosidad—. ¿De que se trata?

Empujando la cajita en su bolsillo, hizo un pequeño gesto con su mano—. Nick me comentó que tu asesor de imagen renunció.

—Si, gracias a que Nick le dijo que estaba haciendo un pesimo trabajo conmigo y que me hacia parecer un idiota —rodó los ojos—. Ninguno de los asesores que trabajan para GOXD quiere venir aquí para ayudarme personalmente, así que por el momento, estoy solo en ese aspecto.

—Y eso no es bueno —sacudió la cabeza—. Aun recuerdo como te vestías siendo adolescente.

—No era tan malo.

—Si, si lo era —asintió solemnemente—. De todas maneras, creo que tengo a la persona perfecta para ocupar el puesto.

Arqueó una ceja—. ¿Si? ¿Y quién es esa persona?

Hizo un pequeño gesto a las personas a varias mesas de distancia—. ¿Ves aquel joven, el de camisa blanca, que parece una muñeca de porcelana?

—¿Hablas del chico que tiene el brazo de Darius Baker sobre sus hombros y que le sonrie como si el idiota fuese quién sacase el sol por las mañanas y lo escondiese por las noches?

—Si, ese exactamente —asintió—. Su nombre es Noah Kenneth, es asistente de imagen y en este momento esta desempleado.

Nee lo miró con sorpresa—. No lo sé, Blue, no me gusta meterme entre parejas, Kai podría hacerme mucho daño si hago eso. Y yo como que he aprendido a tenerle miedo.

—Tranquilo, ellos no son pareja. Aunque es algo obvio para todos que deberían serlo —sacudió la cabeza con pesar—. Y es con eso exactamente con lo que puedes ayudarme. ¿Que funciona mejor para activar a un tipo que darle celos?

—Quieres que empleé a ese joven para provocarle celos a Darius y lograr que vea lo que esta justo frente a él, ¿es eso?

—Exactamente.

—Mm —se frotó la barbilla pensativamente por un momento antes de encogerse de hombros—. Aun no estoy seguro.

—Oh, por favor, ambos sabemos que eres un romantico empedernido y, al igual que tú, Noah ha estado enamorado de Darius desde que son niños —canturreó—. ¿No te hubiese gustado que alguien te ayudase a conquistar a Kai?

Nee bufó suavemente, obviamente comprendiendo lo que Blue estaba haciendo—. No te prometo nada y sinceramente, si fuese por mi, Darius se puede caer dentro de un pozo y quedarse allí, pero como me lo estas pidiendo tu, voy a hacer un minimo esfuerzo y me involucraré en la vida amorosa de dos personas que apenas conozco.

—Gracias, tu siempre tan servicial. —bromeó.

Desordenando sus rizos, como si Blue fuese un niño pequeño, el mayor se puso de pie—. Sabes que siempre soy así. —dijo antes de girar y alejarse hacia su esposo e hijos.

Pasando una mano por su cabello en un intento de ordenarlo nuevamente, volvió a mirar a la pista y no pudo evitar reir. Los había perdido de vista solo cinco segundos y de alguna manera esos dos habían terminado en un trencito de baile, y si se guíaba por la enorme sonrisa de hoyuelos en el rostro de su bebé, era obvio que estaban pasandola muy bien.

Dejando su vaso sobre la mesa, se puso de pie y fue al encuentro de esos dos, obviamente necesitaban un momento de descanso antes de seguir avergonzandose más, ya iban a tener suficiente cuando el video de la fiesta viese la luz. En el momento en que Damon lo vió, no tardó en rodearlo con su brazos y acercarlo para que bailara con ellos.

—¿No crees que ustedes dos necesitan un descanso? —Blue preguntó, intentando no ser arrastrado por el tipo.

La música cambió a algo más lento y Blue no pudo evitar ceder y abrazar a ambos, observando con ternura como su bebé se acurrucaba en el pecho del mayor. Pudo ver el cansancio en el rostro del pequeño, sabía que no iban a poder quedarse mucho tiempo más, su niño necesitaba dormir, ya había sido suficiente emoción y aventura para él por un día. El brazo de Damon se apretó suavemente a su alrededor antes de que sintiera un beso siendo dejado en su cabello.

—¿Hora de ir a casa? —susurró, pareciendo leer su mente.

Blue lo miró y asintió suavemente—. Hora de ir a casa.

Luego de despedirse de unos sonrientes Wolf y Nick, tomaron sus cosas y salieron de allí. No era tan tarde aun, pero cuando tenías un bebé, tus horarios cambiaban completamente, y lo que antes para ti era malditamente temprano, ahora era demasiado tarde como para siquiera pensar estar en la calle. Blue suspiró, su vida había cambiado tanto en tan poco tiempo. Poco más de un año atrás, a esa hora, seguramente habría estado comenzando a emborracharse en algún club mediocre en un intento de encontrar a alguien para llevar a la cama. Y ahora, aquí estaba, actuando como un padre responsable y volviendo a casa para acostar a su bebé.

—¿Sucede algo? —Damon interrogó mientras entraba al camino de entrada de su casa. Blue lo miró confundido, sacudiendo la cabeza—. Pregunto porque has estado suspirando los últimos diez minutos como si algo te molestara.

—No, no es nada, yo... —otro pequeño suspiro antes de preguntar—. ¿Te arrepientes?

—¿Arrepentirme de qué?

—No lo sé, de todo, nuestras vidas eran tan diferentes hace solo un año y medio —señaló—. ¿En algún momento te has arrepentido de tomar esta responsabilidad? ¿De elegir formar una familia en vez de seguir con esa vida?

Estacionando y apagando el motor, Damon lo miró por varios segundos antes de sonreir con dulzura—. Cariño, esa vida era basura al lado de lo que tengo hoy en día.

Blue rodó los ojos—. No seas adulador, dime la verdad, prometo no enojarme.

—¿Quieres que sea completamente sincero? —esperó el asentimiento antes de seguir—. Hace un año y medio atrás, me sentía tan solo que era triste de presenciar. Volvía cada día a un apartamento vacío que me daba la sensación de que nunca nadie iba a quererme verdaderamente. Salía, me emborrachaba y tomaba cualquier oportunidad para sentirme al menos un poco acompañado y olvidar mi propia soledad.

—No sabía que estabas tan solo. —susurró.

—No era algo que estaba diciendole a todo el mundo —aceptó, alcanzando su mejilla a través del espacio—. Pero ahora todo es diferente. Ahora me despierto cada día al lado del hombre más hermoso que he conocido en toda mi vida, un hombre que me ama como yo lo amo a él. Ahora tengo la oportunidad de escuchar reir a mi precioso hijo, verlo aprender y crecer justo frente a mis ojos. Tengo una casa llena de vida cada vez que vuelvo del trabajo, alguien que me espera para cenar y que se queda a mi lado en cada momento de mi vida. Así que no, Gatito, no extraño mi antigua vida ni por un segundo.

Blue sintió sus ojos arder—. Estupido mono cursi.

—Ah, mi gatito salvaje —se inclinó sobre la consola, dandole uno de esos besos delicados y lentos, esos que tenían una enorme carga de emociones, los que eran más una expresión de amor que un toque sexual—. Te amo tanto, Dylan.

—También te amo, Damon —acarició con la yema de sus dedos la barba del mayor, mirando directamente a los emotivos ojos verdes—. Y por eso compré algo para ti.

—¿Eh?

Alcanzando dentro de su bolsillo, tomó la pequeña caja azul y la puso frente al rostro del mayor—. Sé que este no es el escenario más romantico del mundo, y que quizas no es el mejor momento pero... desde el principio, eso nunca pareció importante para nosotros. —Damon se veía completamente confundido, así que Blue lo incentivó—. Abrela.

Con dedos algo inestables, el castaño abrió la tapa y miró dentro, sus ojos ampliandose—. ¿Que...?

Blue sabía lo que estaba viendo, él los había enviado a hacer para ellos, así que sabía exactamente como se veían los dos anillos acomodados en una suave almohadilla de seda. Eran de titanio gris, con una banda negra que cruzaba ambos. Casi completamente iguales, lo único diferente era el tamaño, y que el de Damon era un poco más grueso para evitar que el tonto pudiese romperlo de alguna manera.

—Son anillos de promesa —explicó, cuando el castaño siguió viendose como si no comprendiese que sucedía. Blue no lo culpaba, habían hablado hasta el cansancio sobre sus problemas con el compromiso, así que era de esperarse que el tipo no entendiese nada—. No estoy preparado para el matrimonio aun, sinceramente, no tengo idea de si lo estaré pronto. Y eso es injusto para ti, porque son mis inseguridades las que estan bloqueando algo que tu quieres.

Damon sacudió la cabeza, acariciando su mejilla con dulzura—. Oh, cariño, tu no estas deteniendo nada. Con tenerte a mi lado es más que suficiente, es lo único que deseo. —sonrió—. Yo puedo esperarte toda la vida, Gatito.

—Gracias —murmuró, porque realmente estaba tan malditamente agradecido con él.

Blue ni siquiera se había dado cuenta de los reales problemas que todo el asunto con sus padres le había dejado, hasta que Damon planteó la idea de casarse. Según la psicologa que había visitado, el sentimiento de soledad que lo había acompañado durante gran parte de su infancia y la traición que había sentido por parte de quienes deberían haberlo protegido del dolor, le había dejado más inseguridades de lo que parecía a simple vista. Él estaba luchando para superar eso día a día, pero era un proceso malditamente lento el volver a confiar plenamente. Y aunque amaba a Damon con el alma, el miedo de que este se alejara de él luego de casados, era tan irracional como arraigado en su interior.

Y Damon lo entendía, él jodidamente lo entendía y le había prometido hasta el cansancio que siempre iba a estar a su lado sin importar nada, que lo ayudaría a superar cualquier cosa en su camino, y eso solo hacia que Blue lo amase aun más.

Secando la húmedad en su rostro, alcanzó el anillo más grande antes de tomar la mano de Damon, deslizando el aro de titanio en su dedo anular—. Yo, Blue Miller, te prometo a ti, Damon Baker, que voy a esforzarme al máximo para superar todas mis inseguridades, y que un día, voy a poder pararme frente a un altar, con mi corazón completamente libre, y aceptarte como mi esposo.

Sonriendo, con un brillo especial en sus ojos, Damon tomó el otro anillo y lo deslizó con cuidado en el dedo de Blue—. Yo, Damon Baker, te prometo a ti, Dylan Hemmings, mi hermoso gatito, estar a tu lado siempre, apoyarte en cada paso del camino y sostener tu mano sin importar nada. Te amo, cariño, y te voy a amar siempre, espero que algún día logres creerme completamente.

Inclinandose a besarlo nuevamente, Blue sonrió en medio del toque, sabiendo bien que a pesar de todos sus miedos, Damon ya sostenía una parte importante de él:

Su corazón.

FIN. 

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