Capitulo Ocho.
Bien, definitivamente, había sido mucho más fácil enfrentar a su padre con el tema del embarazo que a sus primos.
Al menos Luke no se lo había quedado mirando como si cuernos purpura hubiesen brotado de su cabeza y su piel se hubiese tornado azul.
Aunque jamás lo admitiese en voz alta, sentía a los mellizos como hermanos y obviamente la opinión de ambos le importaba mucho. Y a pesar de ser menor que ellos, en el correr de los años, de alguna manera había terminado encasillado entre ambos. Nee se comportaba como el hermano mayor responsable que intentaba protegerlo de todo. Mientras que Nick era el hermano pequeño y molesto que vivía y existía para fastidiarlo.
Así que, aunque no estaba esperando la misma, sabía que la conversación iba a tener que suceder en algún momento.
Ahora, que ya había soltado practicamente toda la historia, solo le quedaba esperar por la reacción de sus primos y rogar para que no fuesen ellos quienes terminaran asesinandolo. Por la expresión en sus rostros, tenía la sensación de que la respuesta no sería la que él esperaba.
El primero en mostrar una reacción fue Nick, quién le dedicó una enorme sonrisa antes de acercarse para abrazarlo contra su voluntad—. ¡Felicidades, Blue! —chilló en su oído, apretandolo con fuerza en sus flacos brazos—. ¿No es genial? Los dos estamos embarazados al mismo tiempo, compartiremos toda la experiencia, ¡Será increible!
Intentando mantener el toque delicado, Blue lo apartó de él y miró sus alegres ojos castaños—. Creo que tu no estas entendiendo mi dilema.
—Por supuesto que si, yo también estaba asustado cuando supe de mi embarazo —volvió a abrazarlo, esta vez con un poco más de dulzura, al tiempo que palmeaba su espalda. Blue no se sentía para nada confortado, aun cuando sabía que ese era el proposito del gesto—. Todo estará bien, Blue.
—En difinitiva, tu no estas entendiendo nada —escapó bajo los brazos de su primo—. Nada irá bien, Nicky, porque nada esta bien en este momento y las cosas no mejorarán por arte de magia.
—Bien, con esa negativa actitud, obviamente no lo harán. —dijo—. Debes pensar en positivo para que las cosas se desarrollen de forma positiva, ¿entiendes?
—Positivo, ¿eh? —asintió—. Positivamente, tengo veinte años, estoy a mitad de mi carrera, vivo en un apartamento del tamaño de una caja de zapatos, muy probablemente no tenga empleo luego de que mi estado sea de conocimiento público y para ponerle broche de oro a mi existencia, hay un párasito creciendo en mi interior.
—¡DYLAN!
—¿Que? —se quejó.
—¡No le digas "parasito" a tu bebé! —Nick le gruñó, dedicandole una muy mala mirada.
—Es con cariño —aseguró—. Además, según el diccionario, eso es exactamente lo que es.
Nick frunció el ceño—. De todas formas, no me gusta que le digas así.
—Es mío, ¿no? —bufó—. Yo le digo como yo quiera.
El moreno abrió la boca para replicar antes de simplemente sacudir la cabeza, como si Blue lo sacara totalmente de quicio—. Ya compadezco al pobre niño.
—¡A eso es a lo que voy! —señaló, dejandose caer pesadamente en un sofá cercano—. Ya estoy haciendo las cosas mal, ¿que se supone que haré yo con un niño?
Y esa frase, solo logró traer una nueva sonrisa al rostro de Nick—. Bueno, estoy seguro de que los dos podemos aprender esas cosas —dijo—. Tomaremos todas las clases necesarias juntos; clases de parto, de alimentación, de paternidad y por supuesto que tenemos que hacer yoga y ¡hasta pilates!
Blue se retorció con cada punto en la lista de Nick mientras este los pronunciaba.
—Vamos, Blue —Nick lo sacudió cuando colocó un cojin contra su rostro e intentó asfixiarse a si mismo—. Deja eso.
—Dejame suicidarme en paz. —le gruñó.
Con un firme jalón, el moreno logró arrancarle el cojin de las manos y hacer que lo mirara—. Todo estará bien —volvió a asegurarle—. Aprenderás como ser padre y todo irá maravillosamente, solo debes esforzarte un poco para lograr que eso suceda así. Tendrás un hijo precioso y serás un padre estupendo.
Blue lo miró por los más largos treinta segundos antes de mascullar—. Eres como Pinkie Pie de My Little Pony —dijo—. Tu positivismo es irritante.
Apartandose, Nick dejó caer sus manos en un gesto de rendición—. Si quieres ser negativo, bien por ti, revuelcate en tu propia miseria.
—¡Gracias!
—¡No puedes simplemente retorcerte ahí, eso no soluciona nada! —gruñó. Volviendo hacia su hermano, le acertó un golpe en la nuca—. Sal de tu estado catatonico y dile algo.
Nee parpadeó muy lentamente, sus dos neuronas luchando por hacer el contacto necesario para procesar todo y no haciendo un buen trabajo al parecer—. ¿Embarazado?
—Si, Nee, está embarazado —Nick rodó los ojos hacia su hermano—. Si te vas a quedar aquí, al menos ponte al corriente con la charla, que ese punto ya lo pasamos hace rato.
Sacudiendose, Nee se refregó el rostro con las manos y volvió a mirar a Blue—. Preguntaría ¿Como?, pero creo que logro hacerme a la idea.
—Tienes dos hijos, estoy seguro de que ya tienes el concepto básico.
—Y por eso, es que voy a ir a la segunda pregunta en mi lista —dijo el mayor—. ¿Padre?
—En la iglesia —Blue respondió automaticamente.
La mirada de Nee le dijo que su bromita no había sido tan graciosa como él pensaba—. ¿Quién es el otro padre, Blue?
—¿El otro padre? —se enderezó en su asiento e intentó una sonrisa que se sintió demasiado temblorosa—. Bien, sobre eso... existe una pequeña confusión que estoy esforzandome porque sea despejada en breve.
—¿Eso que quiere decir?
—Quiere decir lo que quiere decir —evadió, volviendose a mirar a Nick—. ¿Que me decías de esas clases?
Nick negó suavemente—. ¿Que quisiste decir con "pequeña confusión"?
Por supuesto que Nick tampoco iba a dejarlo pasasr, esos dos eran iguales cuando algo se les metía en la cabeza, sacarlo era una misión imposible. Y ahora ambos mellizos estaban mirandolo, esperando que respondiera su pregunta, y Blue era totalmente consciente de que seria imposible desviarlos del tema, así que solo le quedaba rendirse y ceder.
Se mordió el labio con saña por un momento, tomó un respiro y lo soltó—. No sé quién es el otro padre. —se puso de pie, intentando huir—. ¿Alguien tiene hambre? Iré por bocadillos.
—Son las dos de la madrugada, Blue, nadie tiene hambre —Nee lo obligó a sentarse nuevamente—. Explica mejor que quiere decir eso, ¿como es que no sabes quién es el otro padre?
—Hay posibilidades, ¿si? —se defendió—. Solo tengo que averiguar cual de ellos fue el que le dio al premio.
Nee elevó una ceja—. ¿Cuantas posibilidades?
—Tres —elevó sus tres dedos.
—¡Dios! —dejandose caer contra el respaldo del sofá, Nee observó el techo como si intentase encontrar su paz interior allí antes de volver a mirar al rubio—. Te obsequie una caja llena de preservativos para tu cumpleaños para evitar exactamente esto, ¿por qué demonios no los usas?
—¡Los usé! —se defendió antes de fruncir el ceño con duda—. Bueno, más o menos.
—¡Dylan!
El sonido del timbre logró salvarlo de tener que escuchar lo que venía luego de aquel grito. Saltando fuera del sofá nuevamente, se apresuró hacia la puerta, echando un breve vistazo a través de la mirilla porque, demonios, eran las dos de la maldita mañana, ¿quien demonios podía estar tocando el timbre de su casa tan temprano?
Abriendo la puerta, frunció el ceño hacia Damon—. Esto del acosador se te esta yendo de las manos, Baker.
—No estoy acosandote, al menos no ahora mismo —se defendió—. Necesito hablar contigo.
Blue pudo ver a Wolf de pie un par de pasos atrás, una mirada extraña pintada en su rostro. Dando un paso a un lado, les permitió pasar, asegurandose de cerrar antes de seguirlos a su pequeña sala. El maldito lugar parecia abarrotado con tantas personas, obviamente no había sido construido para albergar tantas personas al mismo tiempo.
Buscó la mirada de Damon—. ¿De que querías hablar?
—Creo que deberiamos dejarlos solos, Caperucita —Wolf rodeó con un brazo amable a Nicky, guiandolo suavemente hacia la puerta—. Ellos necesitan hablar.
—¿Hablar de qué? —Nick interrogó—. ¿Ellos siquiera se conocen?
—Si, lo hacen —le hizo un gesto a Nee para que los siguiera—. Les explicaré todo en el camino, por ahora demosles espacio, ¿si?
—Espera un minuto, —Nee se detuvo, mirando a su primo al tiempo que hacia un gesto hacia Damon—. ¿Él es un posible-
—Si, es una posibilidad —lo cortó, dandole un vistazo a la postura nerviosa de Damon—. Ve con ellos, necesito hablar con Damon ahora.
Una breve mirada entre ellos pareció convencer al castaño, quién con un pequeño asentimiento, se giró y salió detrás de su hermano y su cuñado. Blue escuchó la puerta cerrarse detrás de ellos antes de girar a mirar a Damon.
—¿Que sucede? —preguntó—. ¿De que querías hablarme?
—Directo al hueso, ¿no?
—Son las dos de la mañana, Damon —le recordó—. Si estas aquí a esta hora, entonces es algo importante y sinceramente, tengo suficiente en mi cabeza ahora mismo. Así que solo sueltalo, así puedo irme a la cama y olvidarme de todo esto por un rato.
Pasandose ambas manos por el cabello, Damon pareció reorganizar sus pensamientos por un momento antes de mirarlo—. Bien —dijo finalmente, y parecía no tener deseos reales de ponerle voz a lo que sea que hubiese en su mente—. ¿Recuerdas cuando nos acostamos hace un mes?
—Tu no me has dejado olvidar eso ni un solo día desde que nos reencontramos.
—Si, bueno —jugueteó con sus dedos—. Acabo de saber, que los preservativos que usamos estaban... fallados.
—¿Fallados? —repitió—. ¿Que quieres decir exactamente con "fallados"?
—Eso, Blue, fallados. Al parecer, fue un problema de fabrica, del que yo no tenía ni idea, te lo juro.
Sentandose en el borde del sofá, Blue intentó procesar la nueva información al tiempo que su cerebro se esforzaba por darle un sentido a todo—. Eso cambia la perspectiva de las cosas.
—¿No estas enojado?
—No tienes idea del grado de enojo que estoy manejando ahora mismo —musitó—. Hierve justo bajo mi piel, te lo juro.
Acercandose, Damon se sentó en un sofá cercano e hizo una pequeña mueca—. No fue mi culpa, yo no lo sabía.
—Y por eso mismo, no estoy estrangulandote ahora mismo. —tomó un respiro, se aferró a su cordura y se obligó a tranquilizarse antes de volver a levantar la mirada hacia los verdosos ojos del mayor—. Estoy embarazado, Damon.
Pudo ver el cuerpo de Damon estremecerse visiblemente—. Bien, yo-
—No estoy seguro de que sea tuyo.
—¿Que?
Pasando sus dedos a través de sus rizos, los sacudió fuera de su rostro y suspiró—. Lo que me acabas de decir, eleva las posibilidades —dijo—. Pero no voy a mentirte, no estoy seguro.
—Eso... Eso no es lo que estaba esperando, pero bien. —tragó, un pequeño ceño en su rostro—. ¿Que se supone que hacemos ahora?
—No tengo idea —sacudió la cabeza, sintiendo que toda la situación comenzaba a superarlo—. Sinceramente, no tengo idea.
Cubriendose el rostro con las manos, intentó respirar a través del miedo y el estrés que todo le provocaba, el pánico no estaba demasiado lejos. Sintió a Damon moverse hasta estar sentado a su lado, su brazo rodeandolo con suavidad.
—Esta bien, Gatito, todo estará bien.
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