Capitulo Diecisiete.
Arrastrando los pies por las escaleras de su edificio de apartamentos, Blue sofocó un bostezo detrás de su mano y parpadeó rápidamente para apartar el sueño. Estar despierto desde tan temprano era inhumano, alguien debería ser castigado por obligarlo a levartarse en la madrugada. Había estado dando vueltas alrededor de la facultad practicamente toda la mañana, intentando poner en orden los papeles para asegurarse de que las inscripciones para los cursos que deseaba tomar estaban listas.
Y eso le había tomado practicamente toda la mañana, ni siquiera se había detenido para comer algo, quería regresar a casa lo más rápido posible.
Aquí estaba, arrastrando los pies de nuevo a su apartamento, queriendo echarse una siesta antes de tener que ir a ver el primer enfrentamiento de Damon del campeonato. Si era sincero consigo mismo, esperaba que le diesen un par de buenos golpes, a ver si así lograba meter algo de sentido dentro de ese duro craneo vacío del que el mayor era dueño. O al menos que le enseñara a no abrir la boca cuando no debía hacerlo.
El tipo simplemente no comprendía el concepto de manter un secreto, le era fisicamente imposible mantener las cosas en su cabeza... bueno, dentro de su maldita cabeza. Luego de su pequeña confesión delante de sus hermanos, Blue había tomado la desesperada decisión de mantener los labios sellados mientras escuchaba al castaño explicar toda la situación.
De alguna manera, el idiota había omitido varios detalles, incluyendo la dudosa paternidad, la falta de una real propuesta de matrimonio y, la más importante, la inexistente respuesta positiva de Blue a dicha propuesta.
Dios, si esto seguía a este paso, iba a terminar casado y con varios niños aferrados a sus piernas antes de que pudiese siquiera abrir la boca para negarse. Un escalofrío le recorrió el cuerpo ante el mero pensamiento. Él no tenía nada contra los bebés, enserio, es solo que le causaban cierto grado de... respeto. Sabía que tendría que acostumbrarse tarde o temprano, su bebé no esperaría por él y era su obligación como padre darle un buen cuidado luego de traerlo al mundo. Estaba nervioso, si, pero al menos era uno solo, y eso de alguna manera le daba una cierta cantidad de paz.
—Sobreviviremos —musitó al pasillo vacio, arrastrandose hacia la puerta de su apartamento—. He estado manteniendome a mi mismo en pie por veinte años, puedo cuidarte, Shiloh.
No hubo respuesta, tampoco la esperaba.
Había metido la llave en la cerradura, cuando su celular comenzó a sonar desde el bolsillo de sus jeans. No quería hablar con nadie, él solo quería arrastrarse a la cama y dormir. Aun así, con pesades, sacó el aparato de su bolsillo al tiempo que entraba y cerraba la puerta detrás de él.
—Hey, princesa —saludó al llevar el telefono a su oreja, moviendose hacia la sala—. ¿Que te tiene fastidiando desde tan temprano?
Nick rezongó un poco desde el otro lado antes de responder—. Nauseas matutinas —su voz era quejumbrosa—. ¿Tu porqué estas despierto?
—Tuve que ir a la facultad para teminar el papeleo de los cursos que pienso tomar —comentó, arrojó la mochila sobre el sofá individual y se dejó caer en el sofá, frunciendole el ceño a los desconocidos paquetes ordenados sobre la pequeña mesa frente a él. Él no había dejado eso ahí.
—Oh, pensé que estabas de vacaciones.
—Lo estoy, pero estoy intentando administrar mejor mi tiempo —explicó—. Estoy intentando hacer estas cosas ahora, antes de que me ponga redondo como una pelota y deba bajar la carga horaria.
Alcanzó una pequeña nota sobre uno de los paquetes, era de su casero:
"Esto llegó por correo para ti luego de que te marchaste esta mañana. Finn".
Girando la tarjeta entre sus dedos, miró con curiosidad los paquetes. Él no había pedido nada, porque si lo hubiese hecho, lo habría marcado en su calendario para poder quedarse por allí y esperarlo el día entero si era necesario, dado que si esto era dejado al alcance de las fauces del pequeño pequines de la señora Diaz, al final del pasillo, solo serian jirones de cartón para cuando su arranque de furia terminase. Debía agradecerle a su casero haberse tomado la molestia de entrarlo a su apartamento, aunque obviamente, el tipo tenía a la persona equivocada porque Blue no había comprado nada.
—¿Blue? —Nick canturreó desde el telefono.
Sacudiendo su atención de las cosas, volvió a la conversación—. ¿Si? Lo siento, me distraje por un momento, ¿que dijiste?
—Dije que no debes excederte, necesitas descansar para que tú y el bebé esten bien.
—Lo sé, lo sé, por eso estoy haciendo esto ahora. —dijo—. No voy a excederme y seré cuidadoso.
—Debes ser ultra cuidadoso —presionó antes de suspirar—. ¿Como vas con las nauseas?
—Uh —dudó—. En realidad, han estado desapareciendo gradualmente en estos días.
—¿Estas de broma?
—Nop —negó—. Hace unos cuatro días que no siento nauseas matutinas, y he estado evitando cualquier comida que pueda provocarlas, así que...
—Maldito bastardo suertudo —Nicky murmuró, sonando lastimoso—. Yo aun las sufro.
Eso lo hizo reir—. Ya, ya, pasaran pronto.
—Eso espero, estoy cansado de rendirle tributo al dios del Inodoro cada mañana —dijo—. Eso sin contar con la actitud de mamá gallina de Wolf, lo juro, el tipo va a terminar calvo si sigue así.
—Las nauseas son normales en un embarazo.
—Mm, eso no quita que se preocupe por todo, lo juro, el tipo salta si solo se me ocurre respirar a destiempo —rió suavemente—. ¿Y tu como vas? ¿Como esta Damon?
Blue le había comentado a Nick anteriormente sobre la aparente decisión de Damon de hacerse cargo del bebé sin importar nada, así que no le soprendió que preguntara—. Mm, si él llega al final de este embarazo vivo y yo sin convertirme en un homicida, creo que ambos estaremos bien.
La risa de Nick traspasó el auricular—. ¿Tan malo?
—Él le ha dicho a toda persona que tenga oídos y quiera escuchar, que el bebé es suyo —dijo—. Y que nosotros nos vamos a casar pronto.
Nick se ahogó, tosiendo pateticamente—. ¿Te lo propuso?
—Eh, no creo que lo que hizo fuese realmente una propuesta —sacudió la cabeza—. Te lo juro, Nicky, el tipo esta rematadamente loco y me quiere arrastrar a su mundo de locura.
—¿Y porqué no simplemente le sigues la corriente?
Frunció el ceño—. ¿Tu me estas escuchando al menos? ¡Esta loco!
Otra risa—. ¿Acaso nunca escuchaste que de la locura parte la felicidad?
—Eso te lo acabas de inventar.
—Puede que si, o puede que no —evadió—. El punto es, que a veces debemos probar cosas nuevas para descubrir lo que realmente nos hace felices.
Blue estrechó los ojos—. ¿Tu y Wolf han entrado en el mundo del BDSM? ¡Sabía que eras retorcido, princesa!
—¡No soy un sumiso!
—Si lo eres, eres un lindo y moldeable sumiso.
—¡No lo soy!
—¿Como le dices a Wolf? ¿Amo? ¿Maestro? ¿Señor?
—¡No estamos haciendo esas cosas! —chilló—. ¡Y yo no soy un sumiso!
—Oh, ¿te gusta más el término "Mascota"?
Nicky hizo un sonido disgustado, Blue pudo escuchar la voz de Wolf atrás, preguntando que sucedía—. Blue esta diciendo que soy un sum y tu un dom —dijo—. ¿Verdad que no soy un sumiso?
—Si lo eres. —la voz de Wolf retumbó, haciendo reir a Blue.
—Idiotas —Nick masculló, y Blue podía imaginarlo rodando los ojos hacia ellos—. Volviendo al tema en cuestión, creo que deberías darle la Damon más libertad de acción, siguele la corriente y ve donde terminan.
—Yo sé donde terminaremos —replicó—. Él enterrado y yo criando a mi bebé en prisión por ceder a los impulsos homicidas que él me provoca.
—Oh, vamos, Blue, él te gusta, ni siquiera intentes negarmelo.
—Por supuesto que me gusta, ¿acaso has visto al tipo? —dijo con obviedad.
—Si, si lo he visto, y si es atractivo —Nick bufó al pequeño gruñido que se escuchó al fondo—. Pero, yo creo que te gusta más que solo su apariencia, ¿me equivoco?
—En muchas cosas, pero no estoy con animos de enlistartelas a todas.
—Deja de intentar evadir el tema —le gruñó—. Él te gusta, él realmente te gusta, así que solo admitelo de una vez y has algo al respecto.
Blue estaba a punto de replicar, pero sabía que eso solo sería perder el tiempo, lo que Nick tenía de lindo, también lo tenía de terco—. Si, él me gusta, lo admito —masculló—. Eso no quiere decir nada.
—Eso lo quiere decir todo, ¿por qué no solo aceptas lo que él te esta ofreciendo y lo intentas?
—¿Y luego qué? ¿Le hago a mi hijo lo mismo que mi padre me hizo a mi? —sacudió la cabeza—. No, no puedo simplemente aceptarlo, tengo que saber quién es su verdadero padre, mi hijo tiene el derecho a saber la verdad.
Hubo una pausa silenciosa antes de que Nick suspirara—. Puedes hacer ambas cosas. Puedes intentarlo con Damon, pero dejarle claro tu necesidad de tener un examén de ADN hecho —dijo—. Explicale todo, dejale saber en que se esta metiendo realmente al aceptarlos a ti y al bebé.
—No lo sé, todo esto es demasiado complicado, ya he involucrado a muchas personas en este lío, no quiero agrandarlo más.
—¿Por qué no te tomas un tiempo para pensarlo con calma? —propuso—. Piensalo bien antes de tomar una decisión precipitada y rechazar a Damon, ¿si?
Asintió suavemente aunque el moreno no podía verlo—. Esta bien, lo pensaré.
Y con esa simple promesa, Nick facilmente llevó el tema lejos y lo entretuvo al menos unos diez minutos más hablando sobre todas las clases de paternidad que ellos podían tomar juntos. Luego de pensarlo un largo tiempo, Blue terminó cediendo a varias de ellas. Necesitaba aprender a ser padre, y aunque odiaba tener que pedir ayuda, por su bebé iba a tragarse su orgullo y pedirla.
Luego de despedirse, terminó y la llamada y dejó caer la cabeza hacia atrás del sofá, cerrando los ojos. Era hora de que tomara una siesta, pero antes...
Irguiendose nuevamente, atrajo uno de los paquetes sobre la mesa y rasgó un poco el papel con curiosidad, diciendose a si mismo que podía pegarlo con algo luego si tenía que devolverlo. Un pequeño vistazo lo tuvo rasgando completamente el papel, parpadeando rápidamente al ver su contenido.
Era una canasta para el bebé.
Toallitas, colonia, pañales, un par de conjuntos de ropa, talco, un termometro y esos juguetes que los bebés muerden cuando comienzan a salir sus dientes. Todo estaba allí, perfectamente ordenado, con algunas otras cosas más aquí y allá. Una pequeña tarjeta colgaba de un lado, Blue la tomó rápidamente.
"Para Shiloh.
De tu tío Dorian, quién te espera con cariño".
Alcanzando el otro paquete, Blue rasgó el papel rápidamente, encontrandose con otra canasta. Esta estaba llena de peluches, juguetes, libros, biberones, chupones y también algo de ropa. También tenía una nota.
"Para Shiloh, de tus tíos Darius y Noah.
Estamos ansiosos por tu llegada, te amamos".
Con las tarjetas en sus manos, se recostó nuevamente en el sofá, su mirada pegada a las cosas. Había algunos paquetes más pequeños, Blue tenía una pequeña idea de lo que iba a encontrar allí, así que no se apresuró a comprobarlos aun. Sus sentimientos estaban mezclados gracias al gesto, feliz por un lado y culpable por el otro. Si el bebé no era de Damon...
—Si Damon es tu papá, tendrás asombrosos tíos, Shiloh —murmuró, frotando su abdomen con su mano suavemente—. Dios, realmente espero que seas un Baker.
Mirando a través de las cosas, sintió una opresión en su pecho ante tal muestra de cariño, aun iba a matar a Damon por haberles dado su dirección, pero aun así no podía evitar el gesto que habían tenido con su bebé.
(...)
Quedandose de pie a un lado, Blue observó a Malcom hablar con Damon en voz baja como si estuviese intentando darle toda su sabiduría de golpe para evitar que el tipo fuese masacrado en el cuadrilatero. Blue había visto peleas en el correr de su vida, varios de sus amigos eran fanaticos del boxeo, personalmente jamás le había puesto demasiada atención. Ahora, mirando todo desde adentro, siendo tan cercano a uno de los contrincantes, encontró que el deporte en si mismo podía llegar a ser interesante.
Aun así, la repartición de golpes y la sangre... no sabía si realmente tendría estomago para verlo hasta el final.
Espero tan tranquilamente como pudo, no queriendo husmear en lo que estuviese siendo dicho entre entrenador y deportista. Tenía curiosidad, si, pero decidió que no era de su incumbencia. Pasaron varios minutos antes de que Malcom finalmente pareciese satisfecho con la cantidad de información que había proporcionado y se alejase de Damon.
—Iré a asegurarme de que todo esta listo para tu entrada al cuadrilatero —dijo finalmente, girandose y saliendo de la habitación.
Damon giró a mirarlo, una pequeña sonrisa en sus labios—. Hey, Gatito, si viniste.
—No podía perder la oportunidad de ver a alguien molerte a golpes. —se burló, copiando el gesto.
—¿Ya me das por perdedor? —agitó la cabeza—. Tenme más fe.
—Tengo fe en ti, o no estaría aquí —dijo y antes de que pudiese decir algo, se apresuró a agregar—. ¿Como consiguieron tus hermanos mi dirección?
—¿Uh?
—Hoy en la mañana encontré dos canastas repletas de cosas para el bebé —explicó—. Las enviaron tus hermanos.
—¿En serio? —se puso de pie, acercandose y logrando que la mirada de Blue se trasladara al marcado pecho y abdomen que se dejaba ver a través de la bata abierta—. Ellos dijeron que querian enviarle algo al bebé, no pensé que fuese una mala idea, lamento si te molestó.
—No me molestó, fue realmente un lindo gesto —levantando su mano, pasó sus dedos suavemente a través de toda esos duros y expuestos musculos, apoyando su palma en el centro del pecho del mayor, justo donde su corazón latía—. ¿Puedes agradecerles por mi?
—Lo haré —asintió, estaba tan cerca ahora—. Pero Shiloh tiene unos increibles tío que ya lo adoran, te puedo asegurar que eso no será lo último que te envien, ellos estaban malditamente felices con la noticia de que tendrán un sobrino.
Blue se mordisqueó el labio—. Sobre eso... tenemos que hablar.
—Mm, la manera en que lo dijiste, ¿debo preocuparme?
Con una pequeña sonrisa, sacudió la cabeza—. No, nada de que preocuparse, solo hay algunas cosas que debemos aclarar, pero pueden esperar.
—Esta bien —miró brevemente la puerta del pequeño vestuario y suspiró—. Tengo que ir allí afuera ahora.
—¿Vas a ganar?
—¿Quieres que gane? —replicó.
Riendo un poco, Blue se puso en puntas de pie y, con su mano en la nuca del mayor, lo atrajo a un beso. Un profundo y largo beso que pareció ir a través de su piel y por todo su cuerpo. Sus dedos se arrastraron por la piel caliente del pecho de Damon en un toque suave, pero manteniendo el gesto en solo un beso. Lo último que necesitaban era que Malcom los encontrase haciendo algo indebido.
Separandose, Blue recuperó el aliento antes de rozar su nariz con el mayor y sonreirle—. Para la suerte.
El brazo de Damon rodeó su cintura y lo atrajo más cerca, besando suavemente su mandibula—. Espero que seas consciente de que acabas de crear una cabala.
—¿Uh?
—Eso quiere decir, que vas a tener que estar aquí, justo antes de que cada uno de mis enfrentamientos para darme un beso así, o perderé —explicó—. Acabas de ponerte en una dificil situación aquí, ahora es tu obligación darme un beso así cada vez que pelee.
Blue rodó los ojos, aun sonriendo—. ¿Por qué no me extraña que quieras sacar provecho de esto?
—Porque ya me conoces bien —dejó otro breve beso en sus labios antes de finalmente separarse—. Te quedarás hasta el final, ¿verdad?
—No voy a ningún lugar.
La voz de Malcom lo llamó desde el exterior, dedicandole una sonrisa, Damon se dirigió en esa dirección, la bata negra con su nombre bordado en la espalda flotó a su alrededor con cada paso. Estaba justo en la puerta cuando se giró y regresó corriendo, logrando que Blue lo mirase confundido.
De rodillas, puso su frente contra el abdomen de Blue—. Ganaré esto por ti, hijo, siempre será por ti —murmuró, dejando un suave beso allí—. Papá te ama, Shiloh.
Poniendose de pie, dejó otro beso en los labios de Blue y se alejó apresuradamente, justo en el momento en que Malcom entraba, volviendo a llamarlo. Blue se quedó allí, congelado, observandolos irse sin saber como reaccionar a esas últimas declaraciones.
¿Por qué el idiota tenía que ser tan lindo? Blue se mordió el labio intentando no ceder a ese estupido impulso de llorar, pero obviamente él no estaba obteniendo lo que quería, porque las lágrimas se deslizaron por sus mejillas antes de que pudiese detenerlas.
—Ah, Shiloh, me estas convirtiendo en un llorón —musitó, sus manos sobre su abdomen y su mirada en la puerta, donde Damon había desaparecido—. Ya escuchaste a papá, vamos a verlo ganar.
Y si, Damon ganó y el idiota, con su mano arriba, gritó el nombre de Shiloh, dedicandole el triunfo delante de una multitud de personas. Era un idiota, un idiota que estaba ganandose el cariño de Blue demasiado malditamente rápido.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro