La verdadera magia no radica solamente en los cuentos de hadas, no es necesario ser una criatura mística, ni un dios, ángel, vampiro, hombre lobo, bruja, o cualquier otro que hayamos leído en libros que posee poderes sobrenaturales, no hace falta aprender trucos de un mago para hacer magia.

La verdadera magia está en nosotros mismos y en cada cosa que nos rodea, no hace falta ser un superhéroe para apreciarla, o entenderla, tampoco se debe buscar porque no es invisible, solo lo es ante los ojos que no creen en ella.

En cosas tan cotidianas como es el amanecer, cuando los rayos de luz se escabullen por tu ventana, el ocaso del sol, cuando se torna el cielo de esos colores entre azules, violetas y rojizos, en la llegada de la primavera cuando todo se torna más bello y la fragancia de las flores nos invaden con potentes y dulces aromas, en el viento chocando con nuestro rostro en una tarde de verano, como si una brisa refrescante fuese suficiente para sacarnos una sonrisa, en la música que nos hace feliz instantáneamente, con tan solo escuchar el primer acorde, la llegada de otoño y consigo la caída de las hojas de los árboles, en esos días de invierno donde ansías jugar en la nieve, incluso en la maduración de un fruto o en el brote de una hermosa flor, en esas cosas tan sencillas y comunes, existe la magia.

No es necesario convertirnos en brujas para crear nuestra propia magia, cuando sonreímos así porque sí, cuando brillan nuestros ojos de esa manera tan especial, hablamos de nuestros sentimientos, leemos un libro que nos apasiona, cuando nos llega la inspiración y nos volvemos artistas, creando arte de disímiles formas, escribimos acerca de lo que sentimos y pensamos, o de algo vivido, en la poesía, porque cada verso es arte y por ende se vuelve mágico si nos identificamos con cada palabra expuesta, capaz de tocar miles de corazones en un solo instante, cuando perseguimos nuestros sueños, y somos capaces de conseguirlos, cuando nos afrontamos a los problemas aún nos estemos muriendo de miedo, cuando lloramos por algo sincero, cuando sonreímos a pesar de sentirnos destrozados por dentro, cuando somos osados, decididos, nos convertimos en auténticos hechizeros, no hace falta un conjuro para darnos cuenta que la magia vive en nosotros y en todo momento de nuestras vidas nos acompaña regalándonos alegrías y tristezas pero sobre todo nos hace reflexionar acerca de que debemos ver nuestro camino de una forma única y llena de magia, y no como una sucesión de hechos irrelevantes que se olvidarán conforme pase el tiempo, has que tu vida sea interesante, magnifica cada experiencia, sentimiento, recuerda cada momento donde sentiste magia, un abrazo, un beso, un "te amo", cada roce que te llevo a perder la cordura, cada amigo sincero que te brindo su ayuda, cada rostro de satisfacción de tus padres al verte cumplir tus objetivos, cada cumpleaños lleno de felicidad, cada noche buena que pasastes en familia, por lo general momentos como esos llenos de magia son los que debes permitir que vivan en tus recuerdos.

Y si algún día alguien te pregunta si crees en la magia, tu le respondes que sí, acordándote de estas palabras, porque la magia por mucho que intente ocultarse está ahí, solo debes apreciar más cada una de sus formas de manifestarse.

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¡¡Hola!!

La verdadera esencia de la magia vive en nosotros mismos...

Gracias por leer, apoyen con un voto y un comentario, los amo, no olviden que ustedes son mi inspiración...