Tres Dioses.
Rodeaba una y otra vez la fuente,con los brazos cruzados y las cejas fruncidas, pensaba en la posibilidad de poder tomar el lugar de los humanos. Hace unos minutos,la reunión entre los tres dioses había finalizado y entablaron un tema del cual él mismo no estaba tan seguro de poder cumplir.
Hades,el rey del inframundo paseandose algo aturdido por el Olimpo, creía que en su interior,le agradaba estar en la obscuridad.
-Hades.-llamó la pelimorada y delgada Athena, acercándose por su detrás de forma pacífica,como solía hacerlo desde siempre.-Hades podrías decirme qué es lo que piensas?
El rey del inframundo se giró,la vió recordando las veces en que intentó matarla,y todo para obtener la absoluta obscuridad y el mundo a sus pies. Exhaló un suspiro y esquivó la mirada.
Ella seguía esperando una respuesta,la cual nunca llegó,por supuesto que él no le contestaría tan fácilmente, lo sabía porque era muy cauteloso con sus pensamientos y muy prevenido,además de no tener la confianza suficiente de contárselo precisamente a ella.
-Hades..-volvió a repetir su nombre por tercera vez. Entonces el susodicho se sentó a la orilla de la fuente y dijo con la voz contraída,como si le doliera expresar lo que pensaba justamente a la mujer que le impidió completar su sueño.
-No creas que te diré algo. Pero me niego absolutamente a tomar el lugar de un humano.-Apoyó ambas manos para soporte de su propio cuerpo inclinado hacia atrás.-Y tú también deberías de estar en contra,pero por lo que veo, estás muy tranquila.
La pelimorada se sentó a unos centímetros cerca de él, y Hades se alejó un metro y medio más allá por pura inercia, jamás le agradó que se acercarán a él además de ser Pandora,pues a ella la comprendía por ser "su hermana".
-De hecho, no estoy tan tranquila como piensas. De ser así no estaría hablando contigo. Yo quiero saber si es que considerarías la posibilidad de hacerlo. Como si fuese una prueba.-lo miró con una leve sonrisa que el rey de la obscuridad no pudo evitar guardar en su pensamiento.
-Déjame pensarlo un poco más, somos dioses, no tendría por qué ponerme en su lugar, ¿Qué ganaría yo con eso?
-Vivir..
-Explícate un poco mejor, ¿Quieres?
-Me refiero que a esto que llevamos, no es una "vida feliz". Ninguno de los dos la lleva. Hemos estado peleando desde la era del mito y creo que llevar una vida como humanos,nos ayudaría a ver las cosas de otra manera. ¿Ahora me entiendes? Nosotros como deidades, creemos que somos perfectos, pero no es así. Tu mismo lo has comprobado en tus derrotas, de haber sido perfecto, todos tus planes habrían salido como esperabas.
-Tratas de convencerme pero no te será tan sencillo..-bufó.-Digas lo que digas, solo yo tengo la última palabra.
-Entonces.-Se levantó dando unos cuantos pasos al frente.-No olvides que si no lo haces,seguirás existiendo como un dios miserable. No es por ofender,pero debes darte cuenta,que nosotros también merecemos vivir, y experimentar en carne propia por lo que pasan los humanos.
Athena estaba de espaldas,y al terminar de hablar,siguió su rumbo hacia uno de los lugares más hermosos que se presenciaba allí. Era como la tierra,pero su belleza parecía resaltar más de lo normal y de lo que la naturaleza podría brindar.
-¡Athena!
La voz de Poseidón llamó la atención del pelinegro. Pose ignoró su presencia por completo y se apresuró a alcanzar a la pelimorada.
No sabía sobre qué hablaban,pero notaba que las sonrisas en ambos rostros no eran una buena señal para él. Le desagradaba que esos dos se llevarán tan bien,y aborrecía a poseidón por haber ayudado a athena cuando estaba por ganar la batalla.
Por otro lado, no le gustaba para nada que se vieran tan felices juntos,no sabía que demonios era. Pero esa sensación, se parecía mucho a la vez en que vio por primera vez a perséfone.
Los observó por unos minutos. Su rostro estaba serio y desapareció del Olimpo en menos de un milisegundo. Ya que necesitaba resolver algunos problemas que se daban en una de las prisiones del inframundo.
-Señor hades.
La voz de Pandora,la pelinegra que comandaba su ejército de espectros se le acercó con una reverencia.
-Pandora, ¿necesitas algo?
Ella levantó el rostro plasmado de asombro, pues era la primera vez que su señor le hablaba tan relajadamente y le preguntaba si necesitaba algo. Siempre ocurrió al revés, pues era ella quien le cuestionaba si a él se le ofrecía algo o necesitaba a alguien.
Al ver el rostro de la pelinegra, él mismo entró en asombro,pues se percató de la situación. Sí que su existencia en el inframundo ya era muy rutinaria y lo único que hacía era dar órdenes, y eso ya le aburría constantemente.
Quizá athena tenga la razón, aunque le costara admitirlo era muy probable que la vida como un simple ser humano sea más interesante de lo que parece.
Ellos sufren,lloran,ríen y sienten la felicidad. Hades ya no podía describir la sensación de la felicidad o la alegría, tal vez porque pasaron siglos, en que no volvió a sonreír con verdadero sentimiento.
Lo tachaban como el Dios más infeliz, y que por ello se desquitaba llevándose las almas de los cuerpos sin importar la situación. Solo para apaciguar un poco el saber que él mismo, no puede disfrutar de una vida plena y placentera.
Miró sus manos,blancas y suaves. No hacía esfuerzo alguno y era debido a sus poderes, siempre le ahorraban los esfuerzos hasta para hacer el más mínimo esfuerzo.
-Déjame contarte lo que se habló en la reunión de solo tres dioses. Athena, poseidón y yo.
-Pero, nunca me ha querido decir nada sobre esas cosas, no me las merezco porque solo soy una sirviente más de usted señor.
A Hades no le importó, abrió los labios y explicó todo lo ocurrido, tanto ella como uno de los jueces que escuchaba todo, estaban totalmente sorprendidos.
El rey del inframundo,estaba cambiando.
-...después de tantos siglos, creo que por fin he de tomar una decisión razonable y apoyaré su decisión. Quiero darme al menos,un tiempo en la tierra, como un sujeto perteneciente a la raza humana.
Al culminar, se levantó de su trono. Y dirigió la mirada en donde se encontraba el juez y con la voz en un tono severo dijo:
-Sal de ahí, no pretendas que escondiéndote detrás de una pared, no me daré cuenta que has escuchado todo.
Era Minos de Griffo. Salió de su escondite e hizo una reverencia pronunciando una disculpa.
Hades no dijo nada, en el fondo, tal vez tarde o temprano se enterarían que él se rebajaría a vivir como un ser insignificante ante los dioses.
♟️-♟️-♟️
Habían pasado ya tres días,en los cuales los tres dioses analizaban lo que estaban por decidir, nuevamente debían de reunirse y dar la última decisión.
Se reunieron en un salón repleto de objetos valiosos,jarrones de oro,esculturas adornadas con rubíes y demás objetos bellos.
-Comenzaré. Ya que la idea la propuse yo..- se levantó la pelimorada apoyando ambas manos sobre la mesa de forma rectangular.-En este tiempo que nos hemos dado, acepto dejar mi puesto de Diosa y vivir como humana. Pero no lo haría si alguno de los dos se niega. Ya que si bien puedo hacerlo, corro el riesgo de descuidar el mundo y que alguno de los dos intente dominar la tierra.
Ambos Dioses dieron a conocer que se sintieron ofendidos por lo que dijo, sin embargo el pelinegro sonrió por lo precavida que era athena. No era tan tonta como parecía, pues esa carita inocente era motivo de que él pensara que estaba por debajo de él.
Poseidón fue el único que le dedicó una sonrisa de lo más boba.
-Yo estoy de acuerdo. Total, mayormente nunca usé mis poderes y al gobernar los mares puedo hacerlo hasta sin tener cosmos,ya que de por sí, entiendo el idioma del océano y mis guerreros sobretodo podrían encargarse de mi templo.
Yo te apoyo Saori.
O era Hades o era que Poseidón estaba de empalagoso con athena.
Cruzó sus manos sobre la mesa y después dejó una mirada de desprecio al rey de los mares.
-Está bien, me uno en esto, solamente por un breve tiempo. Y no lo hago por ustedes, lo hago porque es mi decisión. Mi última palabra será que no voy a usar mi cuerpo original en la tierra. Usaré un..
-¡Bien! De acuerdo Hades,athena y yo pensábamos algo igual,pero nosotros queremos experimentar sensaciones muy diferentes a las que tenemos con estos cuerpos.
-¿De qué hablas Poseidón?.-exigió una respuesta tratando de mantener la calma, le parecía muy mala opción cambiar de género en la tierra.
-Que Athena será hombre y poseidón será mujer. Y tú, deberás ser mujer también.-ingresó Rea con esa bellaza que tanto la caracterizaba.
-Pero madre..-murmuró el rey del inframundo en desacuerdo.
-¿Lo harás por mi?.-pidió acercándose acariciando su rostro.-Un hijo mío merece saber lo que sufren los humanos, cuando escondí a Zeus, lo envíe con los humanos y ya vieron, terminó gobernando los cielos.
Apartando la mano de su madre,a la cual amaba tanto y a la que no veía demasiado tiempo. Se levantó y salió del lugar molesto.
-Al parecer no le gustó la idea.-dijo entre hombros Poseidón.
-Yo sé que quiere hacerlo y solo finge estar en desacuerdo.-dijo su madre mirando por el lugar en el que Hades había desaparecido.- no le agradó que fuera enviado al inframundo y aún guarda rencor por ello. Pero veremos qué ocurre mañana, puede decidirlo aún hasta la media noche.
-Espero y él acepte,de esa forma nosotros tres podremos tener paz unos con otros.
Llegada las once con cincuenta y nueve de la noche, Hades miraba la luna con pesar. Era una hermosa luna creciente y exhaló sentándose en su cama.
Contactó por su cosmos a los dos dioses quienes dormían plácidamente en sus determinadas habitaciones y en sueños,les informó que aceptaría por el hecho de que fue su madre quien lo convenció.
Todos sonrieron de lado y al dar las doce y cero minutos, el brillo de su cosmos hacía su trabajo.
Hades fue el único que sintió todos los cambios al estar despierto. Notó que sus pechos aumentaban de tamaño, sentía cosquilleo en su intimidad. Sus manos se volvían más delgadas y su cintura se ensanchaba.
Vaya cara de terror que tuvo en esos momentos decidiendo al instante dormirse tratando de olvidar esa sensación de dejar su cuerpo que desde la era del mito lo había caracterizado.
-Señor Hades..
Abrió los ojos con pesadez y miró la gran puerta en donde Pandora lo llamaba. Estiró las sábanas y volvió a cubrirse ignorando a la pelinegra.
-Señor Hades, debe bajar a desayunar.
El señor hypnos y El señor thanatos están aquí.
En cuanto mencionó a sus consejeros, abrió los ojos sentándose de golpe. Recordaba que a media noche había cambiado de sexo y..no podría volver a hacerlo a menos que los 3 estuvieran de acuerdo nuevamente.
-¡Pandora!
La mujer entró aturdida, llevándose ambas manos sobre sus labios para no gritar. Su señor Hades había hecho lo que le había contado. Y ahora..ahora que haría?
-Pandora,necesito que me prestes uno de tus vestidos.-ordenó cubriéndose con una sábana para ir a mirarse en un espejo.
Ella salió en busca de uno que tenía guardado, era un vestido que no le gustaba,pero que de seguro a su ahora señora Hades le agradaría.
-Aquí tiene..-dijo sin mirarla,extendiendo sus brazos con el vestido que traía.
-Vete. Dile a mis consejeros que en un momento voy.
Así lo hizo,les dijo a ambos que en unos momentos bajaría Hades. Y que no debían asombrarse por lo que fueran a ver.
Antes de que se le llenara de preguntas a la pelinegra, la mujer que apareció por las escaleras con ese vestido negro y con algo de rojo en su cintura parecía llevar una argolla de plata en el cuello y su cabello estaba sujeto en una cola de caballo dejando a los dioses con la boca abierta. Ni hablar de la cara que pusieron ambos dioses del sueño y de la muerte.
En cambio en el santuario o en el fondo del mar, no había tanto escándalo porque la mayoría estaban informados sobre lo que sus dioses harían.
Ahora la reina del inframundo y la reina de los mares,debían reunirse al medio día en el santuario de athena.
Lo malo,era que debían ingresar por las 12 casas.
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