Capitulo 1
El sonido del timbre de salida resonó en la pequeña tienda de ropa donde Taehyung trabajaba. Miró el reloj, apenas eran las seis de la tarde. Con una mezcla de ansiedad y emoción, recogió sus cosas y salió disparado de la tienda, ignorando las miradas curiosas de sus compañeros. Hoy era un día especial: una nueva escena de Jungkook con otro chico iba a ser publicada, y él no podía perderse ni un segundo.
Mientras se dirigía a su apartamento, su mente revoloteaba entre los pensamientos de lo que estaba a punto de suceder. Había seguido a Jungkook desde sus primeros días en la industria, y cada nuevo lanzamiento era una mezcla de nervios y excitación. La idea de ver a su ídolo en acción, de observar cada detalle de su cuerpo, cada expresión, lo llenaba de un deseo creciente.
Al llegar a su hogar, Taehyung cerró la puerta tras de sí con un golpe suave, como si temiera romper la magia del momento. Se despojó de su ropa, dejando solo una camiseta holgada y unos pantalones cortos, y se apresuró a encender su laptop. El aire en su apartamento estaba impregnado de la fragancia de la vela que siempre encendía para relajarse. Sin embargo, esta vez estaba demasiado ansioso para simplemente sentarse y esperar.
Con movimientos rápidos, sacó una bolsa de toallitas húmedas y un pequeño paquete de confort. Era parte de su ritual, uno que había perfeccionado a lo largo de los años. Se sentó en su sillón favorito, la pantalla brillando frente a él como un faro de promesas. A su alrededor, posters de Jungkook adornaban las paredes, capturando al actor en diferentes facetas: sonriendo, provocando y, por supuesto, en sus escenas más atrevidas.
Mientras el reloj avanzaba, Taehyung no podía dejar de mirar los posters. En uno de ellos, Jungkook sonreía con una mirada seductora que lo hacía sentir como si lo estuviera mirando directamente. Era un recordatorio constante de que, a pesar de la distancia que los separaba, había una conexión que él sentía profundamente. El sudor empezaba a acumularse en su frente, y el palpitar de su corazón se hacía más fuerte.
Finalmente, el momento llegó. Un clic en su mouse y la pantalla se llenó de colores y sonidos, la escena comenzaba. Jungkook apareció en la pantalla, y Taehyung contuvo la respiración. El actor estaba en su elemento, su cuerpo brillando bajo las luces, cada movimiento seductor. Taehyung se sintió como un niño en un parque de atracciones, atrapado entre el asombro y el deseo.
Con cada escena, la tensión crecía. Jungkook y su compañero se movían al unísono, sus cuerpos entrelazándose de una manera que hacía que el corazón de Taehyung se acelerara. Los gemidos y susurros que llenaban el aire eran música para sus oídos. Era todo lo que había deseado y más, una representación perfecta de lo que significaba la pasión sin límites.
Mientras las manos de Jungkook exploraban, Taehyung se dejó llevar, sintiendo una oleada de calor recorrer su cuerpo. Las toallitas húmedas y el confort estaban a su lado, pero en ese momento, todo lo que podía pensar era en cómo sería estar allí, en la piel de aquel chico que compartía la escena con su ídolo.
La escena continuó, y Taehyung se perdió en la experiencia. La forma en que Jungkook se entregaba por completo, cómo sus ojos brillaban con cada toque, lo hacía sentir como si estuviera allí mismo, compartiendo la intimidad. Era un mundo donde los límites se desdibujaban, donde su admiración se transformaba en algo más tangible.
Cuando finalmente la escena llegó a su clímax, el corazón de Taehyung latía con fuerza. Era un momento de pura euforia, de conexión intensa. Con cada movimiento de Jungkook, cada susurro, sentía que la distancia entre ellos se reducía un poco más.
Al final de la escena, mientras los créditos comenzaban a rodar, Taehyung se quedó mirando la pantalla, una mezcla de satisfacción y anhelo en su pecho. Sabía que había algo más que solo admiración en su corazón. Mientras cerraba la laptop, se sintió decidido: era hora de buscar la forma de acercarse a Jungkook, de cruzar esa línea entre el fan y el deseo. El mundo de la fantasía era emocionante, pero la realidad podía ser aún más intensa.
Taehyung se quedó sentado en su sillón, la pantalla todavía iluminada frente a él, pero su mente estaba lejos de allí. La escena había terminado, pero el calor que la había provocado en su cuerpo no se disipaba. Se pasó una mano por el cabello, sintiendo la adrenalina aún corriendo por sus venas.
–Mierda, –murmuró para sí mismo, recordando lo que había sentido. ¿Cómo era posible que, con solo verlo, su cuerpo reaccionara de esa manera?
La imagen de Jungkook, con su sonrisa deslumbrante y su cuerpo esculpido, se repetía en su mente. Taehyung se puso a pensar en lo que significaba realmente ese deseo. “Si con solo verlo me pongo así, ¿cómo será tenerlo aquí, dentro de mí?” Su respiración se aceleró al imaginar la posibilidad de tener a Jungkook a su lado, sintiendo su calor, su peso, su aliento. Era un pensamiento que lo dejaba completamente aturdido, una mezcla de emoción y anhelo que lo dejaba sin aliento.
Se levantó de su sillón, incapaz de permanecer quieto. Comenzó a caminar de un lado a otro de su pequeño apartamento, sus pensamientos girando como un torbellino. Las paredes estaban cubiertas de posters de Jungkook, cada uno representando una faceta del actor que lo fascinaba. Pero hoy, más que nunca, sentía que esas imágenes eran solo una fracción de lo que realmente deseaba. Quería más que un simple fanatismo; quería la experiencia completa.
Con cada paso, su mente divagaba más allá de la pantalla. Se imaginó en una habitación iluminada solo por la suave luz de una lámpara, con Jungkook a su lado. Podía casi sentir su piel, el roce de sus cuerpos, la forma en que sus labios se encontrarían en un beso lleno de deseo. La idea de tenerlo dentro de él era una fantasía que lo consumía, que lo hacía sentir vivo.
Sin embargo, también había un lado de Taehyung que se sentía inseguro. ¿Era realmente posible que alguien como Jungkook pudiera estar interesado en él? Se reprendió mentalmente por sus pensamientos.
–No seas estúpido, –se dijo. –Es solo un sueño. Un deseo inalcanzable. –Pero la voz de la duda no podía silenciar la realidad de su deseo. La conexión que sentía era más que superficial; era visceral.
Decidido a despejar su mente, se dirigió a la cocina. Preparó una taza de té, el aroma cálido envolviéndolo mientras esperaba que el agua hirviera. Sin embargo, incluso mientras se ocupaba de algo tan cotidiano, su mente seguía ocupada con imágenes de Jungkook, las escenas que había visto en la pantalla, la forma en que su cuerpo se movía con una confianza inquebrantable.
Mientras el agua burbujeaba, Taehyung se dio cuenta de que se había corrido mientras veía el video. La intensidad de sus emociones lo había llevado a un punto en el que no podía ignorar lo que realmente quería. “Quizás esto no sea solo una obsesión”, pensó. “Tal vez esto es lo que realmente deseo”.
Con su taza de té en mano, se sentó nuevamente en su sillón, pero esta vez no encendió la laptop. En lugar de eso, dejó que sus pensamientos fluyeran libremente. La idea de acercarse a Jungkook, de tener la oportunidad de conocerlo más allá de la pantalla, lo llenaba de nervios, pero también de una emoción incontrolable. ¿Y si había una posibilidad real? ¿Y si Jungkook no solo era un actor, sino un hombre con el que podría compartir algo auténtico?
El tiempo pasó rápidamente mientras se sumía en sus pensamientos. Las luces de la ciudad brillaban a través de la ventana, y Taehyung se dio cuenta de que la noche había caído. La soledad de su apartamento se sentía más pesada, más palpable. Los posters de Jungkook parecían mirarlo con complicidad, como si supieran los secretos que guardaba en su corazón.
Finalmente, se levantó y se acercó a uno de los posters. Jungkook lo miraba con esa sonrisa traviesa, como si estuviera invitándolo a dar el primer paso.
–Tal vez debería intentarlo, –murmuró Taehyung, sintiendo cómo el coraje comenzaba a crecer dentro de él. –Quizás no esté tan lejos de la realidad.
Decidió que era hora de dejar atrás el miedo. Abrió su laptop una vez más, esta vez no para ver otra de sus escenas, sino para investigar más sobre Jungkook, su vida, sus intereses. Quería conocer al hombre detrás de la imagen, descubrir qué lo hacía reír, qué lo hacía feliz.
A medida que exploraba, Taehyung sintió que un nuevo capítulo estaba a punto de comenzar. Era el momento de pasar de ser un simple espectador a un participante activo en su propia historia. La idea de acercarse a Jungkook lo llenaba de nervios, pero también de emoción.
–Quiero que esto sea más que un sueño,– se dijo a sí mismo. –Quiero que sea real.
Con el pulso acelerado y el corazón latiendo con fuerza, Taehyung se preparó para dar el primer paso hacia lo desconocido. Sabía que el viaje sería desafiante, pero estaba dispuesto a correr el riesgo. Desde ese momento, su vida ya no sería la misma. La pasión que había sentido frente a la pantalla era solo el comienzo; ahora, estaba listo para buscar su propia conexión.
Les traigo el primer capítulo
Espero les guste
🥰🥰
Nuestro querido taehyung anda un "poco" fogoso 🫣
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