
Capítulo Diez
Apenas el nuevo maestro sustituto terminó de presentarse, una mano se levantó.
Senku parpadeó por un segundo, antes de carraspear y señalar al niño con su mano en lo alto.
-¿Qué se te ofrece?-
-¿Usted es el científico de la televisión que inventó los rei-bots?- preguntó inocentemente.
-En realidad los rei-bots fueron una colaboración con mi padre y unos colegas de Rusia y Estados Unidos…- ante esas palabras, todos los niños solo se vieron confundidos y Senku suspiró. —Sí, sí. Yo inventé los rei-bots.-
-¡WOW!- todos se quedaron con las bocas abiertas y los ojos brillantes.
-¡¿Es cierto que envió gente al espacio exterior?!-
-¡¿Es cierto que puede convertir a la gente en piedra?!-
-¡¿Puede hacer cosas como viajar en el tiempo o teletransportación?!-
-¡Mi mami dice que se quiere casar con usted!-
-Eh…- las cejas del adulto temblaron con molestia, no obstante rápidamente tomó aire y sonrió divertido. —Muy bien, supongo que la mayoría de ustedes son demasiado jóvenes como para saber de todas mis invenciones, pero lo más importante aquí no es lo que yo sepa, sino lo que ustedes pueden aprender de mí… y yo de ustedes.-
-¡¿Ahh?!- todos se mostraron confundidos, ladeando sus cabecitas de un lado a otro.
Senku fijó sus ojos en su hija por un breve instante, notando que ella era la única que permanecía con la misma expresión, una expresión seria y confusa, con sus ojos muy abiertos pero su boca apretada en una fina línea. Era un gesto que Kohaku solía hacer cuando estaba intentando entender algo…
Sonrió al pensar en las similitudes de madre e hija, aunque rápidamente sacudió la cabeza y se concentró en la clase que tenía que dar. Había pasado varios días preparándose para esto.
-Ya que muchos de ustedes no me conocen bien, contestaré sus preguntas. Sin embargo, solo permitiré una pregunta por cada uno de ustedes respecto a mi persona a lo largo de estas dos semanas. Pueden guardar esta pregunta para después o hacerla ahora. A cambio, yo les haré treinta preguntas a cada uno de ustedes, ya que son treinta.- se sentó sobre el escritorio, cruzando una pierna sobre su rodilla. —Empecemos por esta fila.- señaló la fila más cercana a la puerta. —Díganme su nombre y su pregunta, si no quieren preguntar nada aún pueden decir "paso".-
-Mi nombre es Daisuke. Senku-sensei, ¿usted puede volar?- la primera pregunta de un niño con lentes lo hizo reír.
-Sí, con ayuda de vehículos voladores, no por mi cuenta. Tú también podrías hacerlo. Siguiente pregunta, la niña detrás de Daisuke.-
-Mi nombre es Tomoyo. ¿Es verdad que usted es la persona más inteligente del mundo?-
-Mmm… la inteligencia es difícil de medir, aunque sea muy inteligente, yo también puedo hacer cosas estúpidas.- sonrió mientras frotaba su oído, mirando de reojo a su hija.
-¡¿De verdad?!- todos se quedaron con la boca abierta ante esas palabras.
-Siguiente pregunta, el niño detrás de Tomoyo.- el niño se presentó, pero decidió pasar la pregunta, y la niña detrás de él era tan tímida que tuvieron que presentarla otros, y claro que no preguntó nada. Después de ella, Senku pasó a la otra fila, donde le preguntaron por el espacio y Marte, hasta que se encontró con una niña pelirroja que estaba sentada junto a Tsukiku. -¿Tu nombre?-
-Mi nombre es Misaki.- ella lo miraba con ojos entrecerrados. —Senku-sensei ¿usted tiene familia?- preguntó inocentemente.
Él hizo una mueca, mirando de reojo a Tsukiku, que seguía con la misma expresión de antes.
-Claro. Tengo padres adoptivos y cuatro hermanos.- y una hija a la que ansiaba conocer.
Cuando pasó a la fila donde estaba sentada la verdadera personita a la que ansiaba escuchar, se sorprendió cuando ella rápidamente apartó la mirada de él.
-Mi nombre es Tsukiku. Pasó.-
Él solo suspiró. Al menos pudo escucharla otra vez…
-Muy bien… el niño detrás de mi… de Tsukiku. ¿Cuál es tu nombre?- miró con curiosidad al niño que traía una mascarilla.
-Mijow Yok.- dijo secamente. —También pasó, Ishigami-sensei.-
Senku bufó. ¿Cuál era el problema de ese mocoso y los apellidos? Era el único que se presentó con su nombre completo y sin llamarlo por su nombre.
-Muy bien, la niña detrás de Mijow Yok. ¿Cómo te llamas?-
-¡Soy Chizuru! Senku-sensei, ¿no querría casarse con mi mami?- él volvió a reír.
Algunos de estos niños eran incluso peores que los mocosos más jóvenes de Taiju.
-No. Siguiente pregunta.- ignorando los pucheros de la niña, siguió adelante hasta que conoció el nombre de todos los estudiantes de primero de primaria y se le hizo la última pregunta.
-¿Por qué su cabello es tan raro?- agh, mocosos.
-Ahora que lo pienso, su cabello se parece mucho al de…-
-¡Cuando yo era estudiante de preparatoria!- interrumpió al chiquillo que por poco y señala a Tsukiku, atrayendo la atención hacia él una vez más. —Mis compañeros de clases tenían la teoría de que yo era el clon fusionado de un científico y una lechuga mutante.- sonrió divertido al ver las mandíbulas de todos caer hasta el piso. Y sonrió todavía más al ver a su hija contener una risita adorable, cubriendo su rostro con las manos.
-¡¿DE VERDAD?!-
-Lo siento, se les acabaron las preguntas.-
-¡OWW!-
-¡No es justo!-
Mientras todos los mocosos se quejaban, Senku se puso en pie y abrió su maletín.
-Temo que es mi turno de hacerles preguntas.- sacó del maletín una gran esfera transparente, una que él mismo había creado para este día.
Y, ante la mirada curiosa de los niños, la arrojó con fuerza hacia el centro del aula, dejando que se estrellara contra el techo. Al hacerlo, la esfera se dividió en treinta pequeñas esferas que rebotaron en el suelo, los pupitres y algunas en las cabezas de los mocosos, que apenas y sí se fijaron, más ocupado jadeando con asombro y haciendo todo lo posible por agarrar todas las esferas que pudieran, con grandes sonrisas en los rostros.
Rió y presionó un botón en su reloj de muñeca que desplegó un teclado holográfico, mismo con el que cesó el movimiento de rebote de las esferas transparentes.
Con una sonrisa divertida, ordenó a los mocosos que se repartieran las esferas, que cada uno debía tener solo una.
-Oww…- aunque quejándose, los chiquillos obedecieron.
Senku notó una pequeña esfera rodar hasta sus pies y, al ver que Tsukiku todavía no había tomado ninguna, sonrió y se la lanzó.
Ella estaba distraída mirando a sus compañeros, y Senku había lanzado la esfera con la intención de que rebotará en su pupitre y así llamará su atención, pero Tsukiku lo sorprendió cuando, todavía con los ojos fijos en sus compañeros, atrapó la esfera con una sola mano, envolviéndola entre sus pequeños dedos.
Solo después de atrapar la esferita volteó a verlo con el ceño fruncido. Y él le dedicó una gran sonrisa, acercándose un par de pasos a ella.
¡Finalmente una excusa para hablarle!
-Buena atrapada.- le dijo con voz suave, sonriendo sinceramente.
Ella lo miró con los ojos muy abiertos, antes de finalmente sonreírle otra vez, con una sonrisa tan grande y hermosa como esas que le había dedicado en la feria de ciencia.
-¡Gracias! Tengo buenos reflejos.- alzó la barbilla orgullosamente.
Él extendió una mano hacia ella, tentado de acariciar las mejillas regordetas y rosadas, antes de darse cuenta de lo que estaba haciendo y carraspear, llevando la mano a su barbilla.
-¡Muy bien, si ya todos tienen una esfera podremos comenzar con el ejercicio!- volvió a sentarse en el escritorio.
-¿Ejercicio?- los mocosos de inmediato comenzaron a murmurar.
-Estas esferas no son normales. Aparte de poder dividirse y multiplicarse, tienen diversas propiedades que les agregue para esta clase. Es una masa inteligente, a la que puedo controlar a distancia.- los niños lo miraban con los ojos muy abiertos, algunos probablemente no tenían ni idea de qué estaba hablando. —Vamos a comenzar nuestro ejercicio… Díganme, ¿todos tienen un color favorito?-
-¡Sí, sensei!- corearon todos, incluida su mocosa que ya parecía de mejor humor.
-¡Excelente! Entonces… seguro lo verán ahora.- presionó un botón en el teclado holográfico y de inmediato todas las esferas comenzaron a brillar, iluminándose con todos los colores del arcoíris y unos cuantos más, incluido el negro.
-¡WOW!- todos los chiquillos se impresionaron, y Senku sonrió al ver los ojos de Tsukiku muy abiertos y maravillados.
-Nuestro primer ejercicio será para estimular el pensamiento rápido. Vamos a estimular su velocidad de reacción.- un juego divertido e interesante que podría traerles beneficios, típico truco de su padre. —Quiero que cada vez que vean su color favorito aprieten la esfera. Si llegan a presionarla correctamente diez veces la esfera será suya. Podrán llevársela y hacer lo que quieran con ella.-
-¡WOW!-
-¡Increíble!-
-¡Esto será pan comido!-
-No empiecen todavía.- miró con fastidio a algunos mocosos ya queriendo comenzar con el juego. —Sabrán que ya la han presionado las diez veces cuando la esfera se vuelva de su color favorito. Muy bien, ahora…- apretó un botón del teclado holográfico. -¡Empiecen!-
Se sentó relajado mientras veía a los mocosos entusiasmarse jugando el estúpido juego, pero sobre todo viendo a su hija sonreír de esa forma tan absurdamente adorable mientras presionaba la esfera.
Así que tu color favorito es el verde ¿eh?
Curioso. Senku no tenía color favorito, pero sabía que el color favorito de Kohaku era el rojo. Las pocas veces que le regaló flores, siempre fueron flores rojas.
¿A su hija le gustarían las flores? Quería saberlo, quería saber todo sobre ella.
Observó divertido a los mocosos jactarse de que el juego era muy fácil. No obstante, luego del quinto apretón, los colores comenzaron a pasar de forma mucho más rápida y los chiquillos empezaron a quejarse, concentrarse y esforzarse, pero también parecían seguir divirtiéndose.
Los únicos que parecieron no tener problemas con la esfera por más que haya aumentado la velocidad de los colores fueron su hija, el mocoso con mascarilla y un niño con lentes sentado al fondo de la clase.
Tsukiku fue la primera en terminar, aunque solo pocos segundos antes que el chiquillo de lentes. Un minuto después les siguió el niño con mascarilla.
Solo pocos niños terminaron pocos minutos después, incluida la niña pelirroja sentada junto a su hija. El resto de los mocosos terminaron casi al mismo tiempo.
Interesante.
-Muy bien, no estuvo nada mal.- rió entre dientes, volviendo a teclear en su teclado holográfico. —Ahora…- de repente, las esferas se convirtieron en masas tan maleables como la arcilla, casi derritiéndose en las manos de los chiquillos, también aumentando su volumen. —Tienen veinte minutos para convertir esa masa en lo que ustedes quieran antes de que se endurezca. Denle una forma, la que ustedes quieran.-
Los mocosos comenzaron a murmurar, pero rápidamente encontraron divertido el juego estúpido y le siguieron la corriente.
Senku suspiró aliviado. Esto de estar lidiando con mocosos no era nada fácil, le había pedido unos cuantos consejos a su padre y había estudiado por su cuenta algunas cosas, pero aún así temía que en cualquier momento las cosas se le fuera de las manos.
Sonrió una vez más al ver lo que su hija estaba haciendo: una especie de cohete extraño medio deforme, pero un cohete al fin y al cabo.
Se preguntó si ella sería buena dibujando o tan mala como él y Kohaku siempre fueron en eso.
Le llamó la atención que, una vez terminó con su cohete, volteó a ver a la niña pelirroja y al niño con mascarilla, que habían hecho una guitarra y un destornillador, respectivamente.
¿Esos dos eran los amigos de su hija? Era bueno saberlo.
Cuando pasaron los veinte minutos, se levantó del escritorio y sonrió.
-Muy bien, parece que han hecho algunas cosas interesantes… Oh, un dinosaurio.- el niño llamado Daisuke sería el primero para probar este método de enseñanza. —Los dinosaurios son muy interesantes… ¿Sabían que vivieron hace aproximadamente sesenta y cinco millones de años?- la gran mayoría de niños se quedó con la mandíbula por los suelos, aunque algunos se jactaron de ya saberlo. —Oh, veo que hay algunos niños listos por aquí… Y díganme, ¿sabían que la tierra tiene unos cuatro mil seiscientos millones de años de edad?- eso si que dejó a todos con los ojos muy abiertos. —Aunque es una mera especulación que podría estar ligeramente errada. Otra especulación es que las primeras formas de vida comenzaron a aparecer hace tres mil ochocientos millones de años, aunque no era vida como la conocen, sino pequeños organismos simples, parecidos a bacterias.- sacó una esfera de masa inteligente de su bolsillo y la moldeó en la forma hipotética que podrían haber tenido esos organismos, dejando con las bocas todavía más abiertas a los chiquillos. —Los dinosaurios aparecieron hace unos doscientos veinticinco millones de años y su existencia abarcó tres periodos: Triásico, Jurásico y Cretácico. Y se extinguieron hace esos sesenta y cinco millones de años que mencionamos.-
-¡¿Con el meteorito?!- preguntó emocionado el niño de lentes de antes.
-Diez billones de puntos para ti.- sonrió complacido. Decidió que eso fue suficiente por ese tema y pasó al siguiente niño, que había hecho una espada, o más bien... —Una katana ¿eh? Nada mal. ¿Sabían que se las considera la espada más fuerte del mundo?-
-¡WOW!-
Al ver que su hija parecía incluso más interesada en las katanas que en los dinosaurios, Senku se extendió un poco más en su explicación respecto a cómo surgieron, su utilidad y cómo se hacían, y apenas tuvo tiempo de hablar sobre otras dos figuras antes de que fuera la hora del receso.
La vio salir con la niña pelirroja y el niño con mascarilla, pero la llamó antes de que terminara de cruzar la puerta.
-Disculpa, Tsukiku…- se sintió raro llamarla directamente por su nombre. En realidad todo era raro, todo era nuevo, pero quería cambiar eso. —Necesito hablar contigo por un momento. ¿Podrías quedarte?-
Ella lo miró curiosa con sus grandes ojos azules, antes de despedirse de sus amigos y sentarse en el pupitre que estaba junto al escritorio.
-¿Sucede algo, Senku-sensei?- parecía un poco nerviosa.
Él sonrió suavemente, mirándola en silencio por largo tiempo hasta que ella le frunció el ceño. Carraspeó y decidió sacar su as bajo la manga sin rodeos.
Metió la mano en uno de los bolsillos y de allí sacó algo que Tsukiku reconoció al instante, jadeando ruidosamente.
-¡Mi proyecto!- sonrió enormemente.
Él rió entre dientes.
-Llegue a probarlo…- dijo lentamente. —Me has impresionado, funcionó muy bien…- la sonrisa de la niña se hizo todavía más grande y alegre. —Por unos minutos… antes de estallar.- eso provocó que hiciera pucheros.
-¿Estalló? Ow, Ruchiru-nii tenía razón…- refunfuñó, cruzando los brazos bajo su pecho. —El tonto chip no era lo suficientemente bueno.-
-En realidad… Tu pequeño rei-bot de bolsillo se hizo trizas por completo.- se lo arrojó y ella lo atrapó sin problemas. —Me tomé la molestia de reconstruirlo. No solo fue fallo del chip, todos los circuitos no pudieron soportar la carga, además de un mal reparto de la energía. Tenía muchas fallas.- Tsukiku infló las mejillas, viéndose como si estuviese siendo regañada. Él rió suavemente. -Aunque, como dije, lograste impresionarme. Con un diseño tan simple y materiales reutilizados, hiciste una versión más pequeña y funcional de mi robot. Estoy…- orgulloso, absurdamente orgulloso de esa niña que apenas conocía pero que ya sentía que quería… Aunque no podía decirle eso. —Estoy muy impresionado. Si la feria no se hubiera cancelado, te habría dado el primer premio sin duda.-
Ella lo miró con la boca abierta, con un poco de rosa en sus mejillas regordetas y sus ojos azules sumamente brillantes.
Sin embargo, rápidamente frunció el ceño.
-No, no lo creo.- se cruzó de brazos, sorprendiéndolo. —No aceptaré eso hasta que veas el proyecto de Ruchiru-nii. El suyo es genial y no explotó.- suspiró. —Apuesto que él me habría ganado…-
Senku alzó una ceja, divertido.
Parecía que esa pequeña cachorra de leona era tan competitiva como su madre.
-Eh, supongo que podemos averiguarlo… Tal vez organice otra feria dentro de poco…- ella volvió a mirarlo con esos ojos suyos tan brillantes muy abiertos y asombrados, y él no pudo callarse sus siguientes palabras. —Con una condición.-
La pequeña ladeó la cabeza.
-¿Cuál?- pestañeó inocentemente.
Él apretó los labios, intentando razonar consigo mismo y cambiar el tema, pero al verla y saber que esa niña tan pequeña y adorable era su hija y de Kohaku simplemente no pudo callarse. Quiso intentar conseguir algo que había estado deseando desde que supo de ella.
-¿Me… darías un abrazo?-
Estaba siendo completamente ilógico y lo sabía. Hizo toda esta payasada de sobornar a la maestra y convertirse en su maestro solo para verla y hablarle inmediatamente, impaciente de conocerla y saber más de ella, y a pesar de todo seguía impaciente, queriendo saber lo que se sentiría tener a su hija en sus brazos… aunque sea solo una vez.
Tsukiku agrandó mucho sus ojos… antes de mirarlo como si fuera un bicho raro.
-¿Eh? ¿Por qué?- arrugó por completo su carita, incrédula. -¿Eres un rarito, sensei?- Senku sintió esa pregunta como un yunque sobre su cabeza.
Frotó sus sienes con frustración, una vez más maldiciéndose por sus errores del pasado. Si hubiera sido sincero hace siete años no tendría porqué estar soportando esta humillación ahora mismo.
Ya fue lo suficientemente malo tener que fingir que esas ferias habían cambiado su perspectiva sobre los mocosos para que Byakuya se tragara que quería enseñar en una escuela solo por curiosidad con las generaciones más jóvenes, cosa que nunca le habría dicho de no ser porque necesitaba de su experiencia como profesor. Y ese viejo no dejó de burlarse de él en su tormento para prepararse para estas clases. Y ahora su hija lo creía un rarito…
Ugh, seguramente abuelo y nieta se llevarían de maravilla.
-No… no es eso.- suspiró profundamente, para luego fruncir el ceño. —Te propongo un trato, Tsukiku…- eso la hizo mirarlo con curiosidad. —Estas dos semanas te ayudaré a hacer funcional tu pequeño rei-bot, pero solo te daré las bases para ello, al final todo dependerá de tu capacidad.- ambos se miraron seriamente. —Si lo logras… me darás ese abrazo. ¿Qué dices?-
Ella volvió a ladear su cabecita, alzando una ceja.
-Eres raro…- Senku sintió eso como otro yunque. -¡Pero está bien! Aunque no es justo que me ayudes con mi proyecto, así que para la feria haré otra cosa ¡y será aún mejor!- alzó un puñito en el aire.
Él sonrió sinceramente.
-Entonces trato hecho, mini-leona.-
-¿Ah?- pestañeó. -¿Mini-leona?- infló las mejillas. —Eso es raro, eres muy raro.- y otro yunque…
Se llevó una mano a la nuca, riendo por lo bajo.
-Lo siento, lo siento. Pero estás de acuerdo ¿verdad? ¿Tenemos un trato?-
Ella volvió a sonreírle de esa forma tan radiante.
-¡Ja, claro que si! Trato hecho, Senku-sensei.- se veía muy emocionada.
Y, a pesar de todo, Senku sintió que su pequeño truco de infiltrarse como maestro valió la pena al diez billones por ciento.
.
-Estás muy feliz en la escuela últimamente, eh…- Tsukiku se congeló en medio de jugar con su nueva esfera de masa inteligente que le había regalado Senku-sensei. -¿Algo qué contar?- su madre la miró con una sonrisa mientras acariciaba su mejilla dulcemente.
Nerviosa, Tsukiku negó repetidamente, sacudiendo su cabeza de un lado al otro.
-Nooooo…-
Su madre sonrió divertida.
-¿Seguraaaaaaa?-
-Siiiiiii…-
Kohaku rió, pellizcándole las mejillas ligeramente.
-Muy bien, muy bien. Entonces…- calló cuando su celular sonó de pronto. —Oh, un minuto, bebé. Es del trabajo.- le picoteo la nariz con un dedo antes de alejarse, hablando con quién sabe quién.
Tsukiku hizo pucheros.
Últimamente su mamá estaba muy ocupada y apenas pasaban tiempo juntas, ni siquiera aunque ya se habían mudado a una nueva casa sola las dos. Muchas veces su madre terminaba llevándola a casa de su tía Ruri para que la cuide mientras ella trabajaba.
Eso la hacía sentir un poco triste, pero también podía verle el lado bueno. Como que eso la hacía pasar más tiempo con su tío científico Chrome y su primo Ruchiru, que siempre estaba dispuesto a enseñarle lo que sabía sobre sus temas favoritos de ciencia.
Aunque en la escuela tenía al mejor científico enseñándole… ¡Ishigami Senku era realmente genial!
No podía creer todas las cosas que había aprendido en solo unos pocos días… La ciencia no era tan buena como pensó, nop, para nada. ¡Era diez billones de veces mejor!
Su sensei les enseñaba mucho en horario de clase, y a la hora del receso Tsukiku se quedaba almorzando con él mientras le enseñaba muchas cosas asombrosas para mejorar su rei-bot. Gracias a su sensei ¡hasta estaba comenzando a entender algo tan complicado como la nanotecnología!
Aunque él solo le enseñaba la parte que necesitaría para trabajar en su robot, pero aún así Tsukiku estaba más que impresionada. Y muy contenta.
Desearía poder hablar con su madre de esto pero… A ella no le agradaba Ishigami Senku, y Tsukiku no quería que la regañara porque no la obedeció y siguió mirando sus videos. Y ahora él era su sensei…
Tsukiku solía ser muy traviesa… Bueno, no, seguía siendo traviesa. Siempre le causó problemas a su madre con su temperamento y sabía lo que era ver a su madre verdaderamente enojada. Y era muy aterradora…
Se volvió una experta en evitar sus regaños, pero sabía que cuando le ocultaba cosas por mucho tiempo su madre solo se enfadaría más al final. Así que tenía dos opciones: decirle pronto o no decirle nunca.
Había estado pensando en no decirle nunca, pero entonces su sensei tuvo una plática muy extraña con ella…
-¿Aún no le has dicho a tu madre… que yo soy tu maestro?- el rostro de su sensei se vio muy serio y raro en ese momento.
-No.- encogió los hombros.
Lo vio apretar los labios.
-¿Puedo preguntar por qué?-
Ella hizo una mueca.
-Es que… creo que no le agradas.- rió nerviosamente. —Dijo cosas malas de ti cuando empecé a ver tus videos.-
-¿Ah, sí?- frunció el ceño. -¿Ella no quiere que te interese la ciencia?-
-No, no es eso.- bufó. —Creo que solo no le agradas tú, sensei.-
Extrañamente, él se rió.
-Ya veo… Bueno, eso me ofende. Creo que tengo derecho a intentar hacerla cambiar de opinión.- sonrió casi malvadamente.
-¿Hacerla cambiar de opinión?- ladeó la cabeza.
—Dime… ¿qué te parece invitar a tu sensei a cenar?-
Su sensei definitivamente era un rarito, pero Tsukiku le dijo que lo pensaría.
La verdad, estaba nerviosa por esto. No quería que su madre la regañara… o peor, no quería que la hiciera dejar de ver a Ishigami Senku. Él era un gran científico y tenía una forma de hacerla entender las cosas que nadie más poseía. A pesar de que era un rarito él le agradaba mucho.
-¿Y bien?- luego de que terminara su llamada y sirviera la cena para ambas, su madre la miró expectante. -¿Segura que nada interesante sucedió en la escuela?-
Tsukiku suspiró.
Estúpido Senku-sensei… si su madre la regañaba lo culparía totalmente.
-En realidad… sí.-
-¿De verdad? Cuéntamelo todo.- la miró con una gran sonrisa y toda su atención.
Ella comenzó a sudar frío.
¿Se enojaría mucho?
-La verdad es que…- sonrió nerviosamente. —La verdad es que… eh… ¡Hay un maestro sustituto!-
-Ya veo… ¿y él es muy divertido?-
Tsukiku se metió un gran bocado de carne a la boca antes de asentir con nerviosismo.
-Si… él es un gran maestro. Es muy bueno conmigo y me está ayudando en un proyecto especial…-
-¿En serio? ¡Que bueno oír eso, hija! ¿Te gusta mucho tu nueva escuela, no?-
Ella asintió.
-De hecho… mi sensei me preguntó si podría venir a cenar a casa…-
Su madre abrió mucho los ojos.
-¿Ah, sí? Vaya… debiste impresionarlo mucho.- sonrió con una sonrisa un poco ¿triste? —Eres una niña realmente inteligente… Era inevitable que destaques mucho más en la escuela.- suspiró. -Bien. El viernes estoy libre. Puedo pedirle a tu tía que lo acompañe hasta aquí cuando te traiga de la escuela.- Tsukiku asintió, suspirando temblorosamente. -¿Y cómo se llama?llamas?-
-¡¿Eh?!- se tensó de pies a cabeza.
-¿Cómo se llama tu sensei?-
-Eh… la verdad es que lo llamo tanto sensei que… lo olvidé.- rió nerviosa y falsamente.
Su madre entrecerró los ojos, antes de negar con la cabeza y suspirar.
-Bien, bien. Supongo que lo conoceré mañana.-
Tsukiku pudo respirar aliviada.
Esto no podría salir bien ¿verdad?
Mejor retrasar su regaño todo lo que pudiera.
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Cuando su hija le dijo que Kohaku accedió a invitarlo a su casa a cenar, Senku tomó una gran bocanada de aire.
Llegó el momento.
Honestamente, había pensado que sería antes. Creyó que Tsukiku le diría que él era su nuevo maestro y Kohaku llegaría a tirar su puerta abajo en cualquier momento, pero no pasó por más que ya estaba preparado para la confrontación.
Resulta que Tsukiku ya sabía que no sería nada lindo que él y Kohaku se encuentren. La niña lo estuvo encubriendo todo este tiempo, pero Senku sabía que eso no era una buena idea.
Mientras más esperará para confrontar a Kohaku, más problemas tendría con ella. Y ya tenían suficientes problemas. Los dos.
Cuando todos los mocosos se retiraron con sus padres o cuidadores, Tsukiku se quedó sola en el aula de clases con él en vez de esperar fuera del pasillo como solía hacerlo.
-Mi tía tarda más en venir por mí porque primero va por mi primo a su escuela.-
-Ya veo.- eso era bueno, así tendría más tiempo con su hija. —Hay algo… que quiero preguntarte, Tsukiku.-
-¿Qué?- pestañeó, curiosa.
Senku bajó la mirada por un momento, apretando sus manos en puños, antes de mirarla con una sonrisa un tanto temerosa.
-Dijiste que en tu casa son solo tu mamá y tú… ¿no sabes nada… de tu padre?-
Contuvo la respiración mientras la miraba expectante.
Tsukiku lo miró sorprendida por un momento, antes de ponerse seria.
-No.- dijo simplemente.
Senku apretó los labios.
-¿Tu madre nunca te dijo nada?-
Ella encogió los hombros.
-No. Y la verdad no me interesa.-
Senku abrió mucho los ojos.
-¿Qué?...-
-No me interesa mi padre.- masculló con su carita llena de indiferencia.
Él se quedó en silencio por un segundo, completamente paralizado, antes de tomar aire y apartar la mirada.
-¿Puedo preguntar… por qué?-
-Mmm…- ella se llevó un dedo a la barbilla. —Bueno, mis compañeros siempre dijeron que sus papás juegan con ellos, los cargan en sus brazos y les compran regalos geniales. Pero mi mamá ya hace todo eso.- rió alegremente. -¿Por qué necesitaría un papá?-
Senku cerró los ojos lentamente.
-Ya veo…- tomó aire. -¿Qué tal si esperamos a tu tía afuera? ¿Quieres un chocolate o algo?- haciendo todo lo posible para tragarse su mezcla de sentimientos, se levantó de su escritorio y se encaminó a la máquina expendedora.
-¡Claro!- ella lo siguió brincando felizmente.
Le compró su chocolate y se compró una bebida energética, y justo cuando comenzó a beberla escuchó una voz familiar.
-¡¿Senku-kun?!-
Volteó, encontrándose con alguien que hace bastante tiempo no veía.
-Ah… El guitarrista.- arrugó el gesto. —Tsukiku, ve a esperar a tu tía junto a la puerta del aula ¿quieres?-
-Eh… está bien.- la pequeña le dio una gran mordida a su chocolate antes de retirarse.
-S-Senku-kun… No puedo creerlo. ¿Al final Kohaku-chan te dijo de tu hija?- tenía sus ojos muy abiertos.
Senku hizo una mueca.
¿Así que incluso el ex novio de Kohaku sabía de su hija antes que el mismo?
Oh, tendría tanto que decirle a esa mujer cuando se la encontrará en probablemente menos de una hora.
-Realmente no es asunto tuyo, guitarrista.- frotó su oído perezosamente. —Más importante, ¿qué haces tú aquí? ¿Y por qué tienes esa estúpida peluca?-
-Vamos, Senku-kun, no me digas guitarrista. Mi nombre es Myuji.- hizo pucheros como el completo idiota que era. —Y mi hijo estudia aquí. Además, ya sabes que uso peluca para que no me reconozcan.-
-Ah, tu mocoso… ¿ya va a primaria? La última vez que lo vi tenía como tres años…- se frotó la barbilla, intentando recordar a ese chiquillo copia de su padre pero menos irritante.
-Tiene siete y va a segundo de primaria…- suspiró. -Es un año mayor que tu princesa.- sonrío tontamente. —Me sorprende que Kohaku-chan te lo dijera tan pronto... parecía muy nerviosa cuando yo me enteré…-
-Realmente no tengo porqué darte explicaciones, guitarrista.-
-Te dije que mi nombre es Myuji. ¿Por qué siempre eres malo conmigo, Senku-kun?- siguió con sus pucheros ridículos.
-Tu nombre no es Myuji, bastardo.- rió entre dientes. —Ese es tu nombre artístico, tu verdadero nombre es…-
-¡Es Myuji!- rápidamente lo interrumpió. -¿Sabes qué? Prefiero que me llames guitarrista.- bufó. -De todos modos, tampoco debería estar gritando mi nombre por todas partes…- miró nerviosamente a los lados.
-¿Tan asustado estás de tus fans?-
-No…- frunció el ceño. —Prefiero que nadie sepa que mi hijo estudia aquí, ya sabes… Cuando tienes enemigos... Hasta preferiría que nadie sepa que tengo hijo.- suspiró tensamente. -Eh, lo siento.- se sorprendió al ver su rostro pasmado de repente. —Yo… eh… Tener hijos sigue siendo lo mejor del mundo para mí. Felicidades por tu hija, por cierto.- rió incómodamente. —Es una niña muy linda.-
Él frunció el ceño duramente.
-Gracias.- contestó secamente. —Una cosa más, guitarrista. No te atrevas a decirle a nadie que me viste aquí… ni tampoco le digas a nadie de mi hija. ¿Quedó claro?-
Él lo miró seriamente, antes de asentir.
-Claro, claro. No te preocupes, ya sé que es mala idea meterme contigo.- guiñó un ojo. —Bien, entonces. Nos vemos pronto, Senku-kun.- agitó una mano mientras se retiraba probablemente para ir a buscar a su hijo.
Cuando volvió con Tsukiku, ella lo miró curiosa.
-¿También conoces al amigo de mi mamá?- preguntó curiosa.
-Más o menos… Es un músico famoso, pero también sabe muchos idiomas, así que a veces trabajamos juntos.- el guitarrista no era un completo imbécil, debía admitir.
-Hmm… no me agrada.- infló las mejillas.
Senku rió divertido.
-A mí tampoco.- posó una mano en su cabeza, dándole unas suaves palmaditas antes de que ella lo apartara de un manotazo, haciéndolo reír más.
Así fue como los vio Ruri, con los ojos muy abiertos y la mandíbula casi desencajada. Su hijo Ruchiru estaba a su lado, viéndose confundido.
-¿S-Senku-san?- no podía creer lo que veía.
-Ah, hola, Ruri. Ha pasado tiempo.- sonrió ladinamente. —Cambio de planes para ti. Dime la dirección y yo llevaré a Tsukiku a casa.- por supuesto, ya sabía la dirección, pero debía disimular para que su hija no lo creyera todavía más rarito.
-¿Conoces a mi tía, Senku-sensei?-
-Duh, mi papá trabaja para él, tonta.- Ruchiru le hizo el favor de contestar eso.
-S-Senku-san…- Ruri estaba sin palabras. -¿Por qué…?... ¿Desde cuándo…?... Yo… no entiendo.- se llevó una mano a la frente, viéndose pálida.
-Chrome puede contarte la historia.- encogió los hombros. —Luego puedes preguntarle el resto a Kohaku. Por ahora, te recomendaría que me dejes manejar esta situación a mí.- entrecerró los ojos, intentando dejarle en claro su mensaje:
"No te metas".
Ella suspiró.
-Lo siento… Yo nunca quise que las cosas fueran así.- le dijo con pena, confundiendo a los niños.
Luego de que le diera la dirección, le dio un beso en la frente a su sobrina y se marchó junto a su hijo.
Aunque la casa de Kohaku no estaba muy lejos, Senku decidió llevar a Tsukiku en su auto, sin querer que algún chismoso los viera juntos y la noticia se hiciera viral en un parpadeo.
Él y Ryusui ya habían acordado mantener a raya a los medios de comunicación con sus influencias, pero incluso con tanta tecnología de su lado sería muy difícil silenciar al internet entero también.
Una vez llegaron a la casa y bajaron del auto, Tsukiku suspiró profundamente.
-Lo siento si no le agradas a mi mamá, sensei, pero…- apretó sus pequeños puños, antes de mirarlo con sus grandes ojos azules. —Pero tú a mí me agradas mucho. No olvides eso ¿sí?- lo miró suplicante.
El corazón de Senku se derritió por completo y tuvo que frenarse para no abrazarla ahí mismo.
-Claro… No lo olvidaré.-
Agh… Kohaku definitivamente iba a escucharlo después de siete años manteniéndolo lejos de esa princesa adorable que tenían por hija. La obligaría a escucharlo de ser necesario.
Tsukiku abrió la puerta de su casa con lentitud.
-¡Ya llegué, mamá!-
-¡Bienvenida, hija!- la voz alegre de Kohaku hizo a Senku estremecerse. -¿Cómo te fue en la escuela? ¿Trajiste a tu sensei contigo?- pudieron escuchar sus pasos acercándose.
-Sí… Él está aquí. ¡Y su nombre es Ishigami Senku-sensei!- exclamó nerviosamente, justo cuando Kohaku llegó al recibidor.
Sus ojos azules se encontraron con los ojos rojos de Senku…
...Y entonces Kohaku, la fiera leona, la dura mujer que todo lo podía con su gran perseverancia, la gran Hizashi Kohaku… cayó desplomada en el suelo, desmayada por la impresión.
Continuara...
Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! :D
No es fic mío sin desmayos XD
Tenganme paciencia con los fics, me lastime el dedo así que ando medio lenta para escribir :'3 Pero aún así me hace feliz saber que esperan ansiosos las actualizaciones :'D
Llegamos a diez capítulos con Una Nueva Vida! No era el plan original pero espero que les esté gustando la historia! También muchas gracias por sus comentarios y su apoyo al fic! Me animan a continuar más rápido OwO
No olviden que los amo~
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
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