II
En aquel parque el reía divertido, su padre lo cargaba y lo hacía reír, solo su madre observaba con una gran sonrisa y diciendo palabras que no alcance a oír, mientras yo sólo me dedique observar, sentía ganas de llorar, jamas, jamas en mi vida hice o pude ver a Angel reír, ¿Por qué? ¿Acaso hice algo mal? ¿En que fallé?. Él padre de Angel lo bajo al suelo, y este hizo una seña al niño, de inmediato el menor corrió hacia una niña menor que él, por el físico podía apostar que era su hermana menor, ella jugaba con otras niñas con muñecas de su misma edad, él se había acercado para jugar con ellas, quería acercarme y escuchar aunque me haría sospechoso al caminar directo a los niños y hablarles, un hombre caminaba desesperadamente como si estuviese drogado, su cuerpo parecía temblar y sus pies provocaban que se tambaleara, me percate que iba directo hacia la niñas donde se encontraba mi niño jugando con ellas, quise correr pero no pude, cuando me di cuenta aquel hombre de cabello gris y vestimenta poco limpia, tenía manchas de lodo en toda su ropa, como si hubiera dormido en el piso, agarro y jalo del brazo a Angel colocando una pistola aun lado de la cabeza del pequeño, todos nos quedamos estupefactos, quería hacer algo pero no podía.
“Nadie se mueva o lo mato”
Esas palabras me helaron el cuerpo, sentí como mi pulso se aceleraba al igual mi respiración, pero el padre de Angel sonrió, al igual que mi niño. Escuche unas personas murmurar asustadas, yo quise decir algo pero temía a la vez por la vida de Angel, me llene de ira al ver como sonreía el “Papá” de Angel, su hijo estaba en peligro y él solo reía, yo no haría algo así, si él no temía por la vida de su hijo yo sí.
—Dejad al niño—. Dije sin rodeos, temía por la vida de Angel, pero el niño me miro molesto.
—Dispara—. Dijo fríamente el padre de Angel, todos nos sorprendimos al ver que su padre reaccionaba así, pero no puede hacer nada.
—Sí. ¿Qué te cuesta jalar del gatillo? ¡Dispara de una vez! ¿¡Acaso eres un cobarde!?—. Escuche que decía fríamente Angel, provocando y confundiendo al criminal
—¿Que... Qué dices mocoso? —. Titubeo aquel hombre, pero entonces me di cuenta que Angel es igual de frío que ahora, todo lo que decía parecía un plan de él y de su padre, el padre de Angel aprovechó aquel momento y se dirigió rápidamente a aquel hombre para tratar de arrebatarle el arma, ese momento fue suficiente para que el menor se escabullera.
Ellos empezaron a forcejear, pero al estar drogado su fuerza era poca así que se le hizo fácil al padre de Angel quitarle el arma. Angel se acercó a mi con una sonrisa y tiro de mí camisa, lo mire.
—Gracias por preocuparte, pero, mi papá me puede proteger —. Me dijo secamente a la vez que sonreía. Me sentí ofendido. yo siempre he querido escuchar esa palabra de parte de él, pero ahora lo oigo decirlo hacia aquel que sí es su verdadero padre... Me preguntó ¿Qué hice mal?.
—¿Cómo se llama tu padre? —. Le pregunte.
—Alexis—. Respondió. —Es el mejor policía del mundo—. Dijo observando como su padre arrestaba a aquel hombre.
—¿Enserio? —. Dicho esto baje mi mirada.
—¿Por qué me observabas? —. Él se había dado cuenta de que lo observaba, sin duda así era Angel, desde pequeño era tan astuto, no cabe duda que es por eso que decían que era un niño súper dotado
—Me recuerdas a mi hijo—. Fue lo único que fui capaz de responder, sin que se me hiciera un nudo en la garganta
—¿Cuantos años tiene?—. Pregunto con curiosidad.
—Tiene 17 años... Pero el me odia... Realmente envidio a tu padre que es capaz de hacer reír a su hijo, y yo a un complaciéndole, jamas me llamo padre —. Sentía un nudo en la garganta, quería llorar, todo lo que hice siempre fue inútil.
—Creo que él solo espera el momento indicado para decirlo—. Dijo como si supiera de que se tratara.
En ese momento se fue corriendo hacia su padre, parecía muy feliz a su lado. ¿Yo que fui para él? creo que hay cosas que no terminaría de comprender, no se como cuidar a un niño por que la organización me mató a mis padres cuando yo tenia 5 años por lo cual solo observaba violencia, como la pareja de la organización que me adoptó, siempre se golpeaban, aquel hombre que se hacia llamar mi padre adoptivo golpeaba a su mujer hasta hacerla escupir sangre,como la violencia era lo único que había en mi hogar, algunas veces yo también recibí golpes, jamas alguna muestra de cariño, ninguna palabra cariñosa de parte de nadie, por eso que trate de darle todo a Angel, lo regañaba cuando hacia algo que estaba fuera de los límites de un niño, quería darle lo que yo nunca tuve: amor, cariño, juguetes, tiempo. Pero nada lo complacía, tal vez el jamas quiso que yo hiciera nada por el o simplemente me odiaba como no odió a ninguna persona en este mundo.
Yo no podía felicitarlo si a la edad de 10 años mato a un ladrón que se escabulló en la casa, lo había matado con mi pistola y con palabras ingenuas me dijo: “Mate a la rata que te quería robar, Bakan” Ese día fue la primera vez que lo castigue sin dejarlo salir de la casa
Tan sólo deseaba lo mejor para él.
Pero Angel parecía muy feliz a lado de su familia, entonces el que cometió un error fui yo, me gire para retirarme iría a buscar un hotel donde quedarme, por ahora sólo debía buscar que es lo que hice mal y analizarlo.
Debía buscar que fue lo que no hice como un padre, nadie nace sabiendo y por consentirlo demasiado falle, tal vez debí ponerle más atención, cuidarle a un más. ¿Es que acaso la vida me odia?
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