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10 "Cosas de la Naturaleza"

- Adelante Sofia, que gusto verte - Gladis le permitió entrar en la casa.

- Gracias, no es muy cómodo para mi visitar la casa de los Sheraton - sonrió nerviosa.

- Te entiendo - Gladis la miró con cara de ángel - sube, al final de corredor encontraras el cuarto del joven, que sobra decir que no tengo ni idea de por que te hizo venir hasta aquí.

- Tampoco lo sé - Sofia rompió la ilusión de chisme de la sirvienta - pero debe ser importante, no me traería sino a la guarida del lobo, ¿no?

- Por supuesto, bueno voy a sacra algo del horno, y no se preocupe, en la casa solo esta Strim y duerme - al llegar al comedor desapareció detrás de una puerta.

Cuando llegó a la cima de la escalera quedo maravillada con la cantidad de ventanales que daban mucha claridad y paz, en esa casa de locos.

- Lucas, ¿puedo pasar? - golpeo dos veces y entró - ¿qué te pasó? - corrió hasta la cama donde se encontraba atado y amordazado con gruesas piolas.

- Tu abuela, ¡tu abuela está loca!, cuando te llamé aun podía controlarla, pero después fue insostenible.

- Creí que había superado sus fantasías contigo, su supuesto enamoramiento - comentó mientras intentaba desatarlo.

- ¿Supuesto enamoramiento?, ¡quiere violarme! - los ojos de Lucas fueron más allá de Sofia - ¡cuidado!

- ¿Qué? - no llegó a ver el jarrón que se rompió contra su cabeza.

Angelica estacionó el auto casi en la piscina, la ira del día anterior aun no desaparecía, pero ahora estaba dispuesta a arreglar todo. Haría como que nada había pasado, lo endulzaría, se pondría mimosa y no permitiría que su noviazgo de desmoronara.

Entró a la casa con su porte de niña refinada y desfilo hacia la escalera.

- ¿Qué pasó? - Sofia comenzaba a reaccionar, al entre abrir los ojos, se vio atada a Lucas, mientras su abuela de pie los observaba desde el final de la cama.

- Nada importante, solo que tu abuela te noqueo, nos tiene raptados y además pero no tan importante, quiere tener sexo conmigo, pero ese es solo un detallecito - su sarcasmo denotaba desesperación - ¿cómo es que una anciana de medio metro hace esto?

- Cosas de la naturaleza - Sofia tampoco lo entendía, además aquella situación la ponía incomoda, porque había estado casada con Lucas, pero nunca lo había tenido tan cerca, estaba boca arriba, sobre él, rodeada por las sogas.

- ¡La policía! - el repentino sonido de unas sirenas la alertó, por lo que Rosita dejó de maquillarse y de probarse ropa sexy que había hurtado de la alcoba de Erika, esfumándose por la ventana - volveré por ti amor mío - grito antes de desaparecer.

- ¿Quien aviso a la policía? - Sofia intentó moverse.

- No es la policía, es la hora del Super Boom, una serie de bomberos que mira Strim - Lucas también intento moverse.

- ¡Que buena suerte entonces! - Sofia estaba entusiasmada.

- Sí, en especial para mi, no me ha podido tocar ni un pelo - suspiró, y ese suspiro choco contra la nuca de Sofia, que de pronto, sintió ganas de ser ella quien le tocara algunos pelos.

- Que barbaridad, este Strim no cambia más - Angelica caminaba hacia la alcoba de Lucas pero al llegar a la puerta, escuchó voces adentro y se detuvo al oír una voz femenina.

- No ahí no, mas abajo, a la derecha, ¡más a la derecha! ahora arriba, si arriba, si ahí, ahí, si, si - Angelica estaba boca abierta, perdió hasta la coordinación para parpadear de la sorpresa, era la voz de Sofia, respiro hondo y se marchó.

- Por fin lo logramos, aunque tus indicaciones no eran muy buenas - comento Lucas cuando Sofia salió de encima de él, girando, cayendo exhausta boca abajo a su lado.

- Tendré que irme a buscar a mi abuela, antes de que haga mas locuras, y volver a encerrarla - miró hacia la derecha, quedo congelada al ver que Lucas la miraba con esos hermosos ojos celestes.

- No sé como agradecerte que hayas venido - le tomo la mano y le dio un beso en la mejilla, un beso tan cerca de la boca que ella deseó que sus labios resbalaran y cayeran allí y la besaran.

- No me agradezcas - se giro y bajo bruscamente de la cama - me voy, no quiero cruzarme con tu madre.


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La feria se llevaba a cabo en las calles menos modernizadas del pueblo, en aquellas en las que los caminos aun tenían arena, rodeadas de altos arboles y casonas antiguas, que sin duda eran las construcciones mas bellas de esa ciudad.

- Ven Nicolas - Flor lo tomó del brazo y no lo soltó en todo el recorrido, ni aunque el cura olía a incienso de misa - ella es Amapola y su tía Catalina - se detuvieron en un puesto donde se encontraba una anciana aun un poco rubia y una señora adulta de cabello muy corto y faldas muy anchas.

- Un placer señoritas - saludó él con su tono angelical, no podía evitarlo - han tenido una muy buena cosecha de zapallos este año - agregó viéndolos sobre la mesa, además de zanahorias y cebollas.

- Si señor, mi tía y yo estamos muy contentas de que este aquí, aunque sea solo por unos días - comento Amapola posando su mano en el hombro de la anciana.

- Gracias, me siento muy alagado, es una lastima que no pueda quedarme mas tiempo, tengo muchos compromisos en mi parroquia sede, sino con mucho gusto me quedaría una temporada.

-¡Seria un gusto maravilloso para mi! - exclamo Flor con tanto entusiasmo que los 3 se la quedaron viendo.

- No se como agradecer tanta hospitalidad, todos son muy amables aquí - Nicolas continuo con la charla.

- Pero padre, ¿quien no seria hospitalaria con un hombre tan apuesto como usted? - agregó Catalina con ese acento pastoso que provoca el no tener dientes.

- Continuemos Nicolas, quiero presentarle a algunas personas más - Flor lo jalo del brazo, y se lo llevó, "vieja pervertida" pensó.

- No dejan de sorprenderme estas personas - miro hacia todas partes, cuadras de feria - son amistosos, compañeros, simpáticos - agregó cuando caminaban lentos y con elegancia en medio de la muchedumbre, Flor se sentía la heroína en una película de Hollywood, del brazo de su amado.

- No se fie de ellos, cuando llegue a conocerlos lo volverán loco.

- No lo creo - él la miró con sus ojos tiernos y ella respiró profundo conteniendo su salvajismo.

- Nosotros hacemos una linda pareja - Flor se dejò envolver por la magia del momento.

- ¿De que hablas? - el asombro de Nicolas la bajo a tierra estrellándola contra la tierra.

- ¡Flor! ¡Flor! - Héctor y Hermes, la llamaban desde su puesto en la inmensa feria

- ¿Qué hacen muchachos? - llegó deprisa a ellos arrastrando al cura, intentando borrar lo sucedido.

- Estamos liquidando películas antiguas, en blanco y negro, algunas hasta son mudas - respondió Héctor sentándose en un tronco de la misma altura que la mesa. - hay a quienes les gustan.

-¿Estás seguro?, ¿sin color?, que aburrido - Flor miró las cintas por arriba.

- A mi me encantan, comparé algunos - Nicolas comenzó a leer los títulos.

- Por eso mismo decía, no tiene gracia que la gente no disfrute estas maravillas, si son increíbles, yo también comprare algunas y las veremos juntos.

- Pobre cura, que Dios lo proteja - murmuró Hermes a su hermano.

- No se preocupen, se cuidarme solo - les susurró Nicolas con una sonrisa en los labios, logrando que los gemelos se miraran asombrados cunado Flor perdida en los videos no se percató de nada.

- Padre, padre - Fermín llegó a ellos con el Tano en brazos - quiero pedirle disculpas por el incidente de anoche, lamento que se haya orinado en su cara.

- No se preocupe Fermín, son cosas de la Naturaleza, esta todo olvidado, usted no podía controlarlo, esperemos que el baño en agua bendita le haga efecto - Nicolas se mostro comprensivo.

- Eso espero padre, muchas gracias por su ayuda - el Tano se puso inquieto en los brazos de su amo, queriendo saltar sobre el cura.

- ¡Aleje esa cosa de mi! - al parecer Nicolas aun no superaba lo de la noche anterior.

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- Quite su mano de mis trasero - Gladis corrió alrededor de la mesa del comedor.

- Se que me deseas, no te resistas - Strim, la corría trayendo solo su bata.

- No diga tonterías - ella lo esquivaba con ayuda del plumero - en mi cabeza no hay ni un solo pensamiento para usted.

- ¿nunca tuviste fantasías con un medico? - le guiñó un ojo.

- Con otro puede ser, no con usted - le lanzó una de las enormes manzanas del centro de mesa.

- ¿No quieres esto? - Strim se desató la bata logrando que ella quedara inmóvil observándolo.

- ¿Strim? - Clara entró en la casa - ¿qué haces? - cuando llego al comedor el ya había cerrado su bata.

- Nada amor, vamos a la alcoba a hacerte unos masajes - la abrazó y ambos se alejaron.

- Tráenos una botella de vino blanco Gladis - ordeno la señora desde la distancia.

- Si doñita - se sentó agitada sobre una de las sillas- ay por favor que calor - exclamo dándose aire con el plumero.


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- Gracias por traerme Cal - Angelica bajó del auto rojo con cuatro puertas.

- No fue nada, venia para el pueblo, adiós - se despidió rápido y aceleró.

- Idiota, de seguro andas encubriéndole las chanchadas a tu amigo - hablaba sola mientras se dirigía a su alcoba en aquella pensión, no de segunda mano, casi una pensión de lujo por aquellos lados, sacando a los dos ancianos de lentes oscuros jugando al truco en mitad del patio, y la perra con sus cachorros haciendo bochinche bajo el manzano lleno de abejas.

- ¿Que haces aquí? - le preguntó a alguien que la esperaba sentando sobre su cama - Lucas logró engañarme, al final es un desgraciado como todos, se esta revolcando con esa mosquita muerta frente a mis narices - no espero a que le respondiera - ahora mas que nunca quiero su dinero, debo casarme con el antes de que sepan que mi familia esta en quiebra - lanzó la cartera contra un rincón, tu sigue controlándola.


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Jacobo se detuvo frente al puesto de velas, desde donde Vea lo miró de arriba a abajo con cierta complicidad que lo hizo sonrojar.

- ¿Aceptarías una cita conmigo? - el tipo se tiró a la piscina, sin flotadores, sin mirar si no había tiburones, o al menos agua.

- ¿Y su mujer? - Veo uso un tono inocente.

- La madre de Damián y yo, estamos separados hace mucho tiempo, y acabo de quedar viudo.

- Siendo así, acepto - movió sus labios violetas con provocativa lentitud.

- Esta noche paso por ti - se marchó antes de que ella se arrepintiera.

- ¡No vuelvas a esconderme! - Lucero estaba muy enfada cuando su madre la dejo salir de debajo de la mesa - no quiero un padrastro y mucho menos un hermano.

- Cuando seas grande lo entenderás, son cosas de la naturaleza.

- ¿El qué?, ¿satisfacer necesidades físicas?, mamá contrata un gigolo pero no te acuestes con Jacobo.- Vea la miró avergonzada cunado todas las personas que pasaban la miraron, incluidos Flor y Nicolás.

- Mejor no nos detengamos aquí, sigamos - Flor aceleró el paso, llevando al cura del brazo y una bolsa de videos - si esta se acuesta con Jacobo al cura me lo come - susurró.











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