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Something In The Way


UN DIOS HA CAÍDO ANTE LA HUMANIDAD, LA HUMANIDAD HA LOGRADO TENER UNA VICTORIA TRASCENDENTAL CONTRA LOS DIOSES.

FRENTE A ESA INCONCEBIBLE REALIDAD, LOS DIOSES MIRARON SILENCIOSAMENTE.

Ares, Shiva, Afrodita, Hermes, Loki, Odín y todas las demás deidades en las gradas guardaron un terrible silencio mientras, con miradas sombrías, veían como el cuerpo sin vida de Poseidón se desvanecía en el aire entre destellos esmeraldas, no dejando nada tras de sí ademas de la punta de su tridente.

—¿Q-QUIÉN HABRÍA ESPERADO ESTO? FINALMENTE, EN LA TERCERA RONDA DEL RAGNAROK... ¡¡EL PADRE FUE VENCIDO POR EL HIJO, Y LA HUMANIDAD HA ROBADO LA VICTORIA DE LAS MANOS DE LOS DIOSES!!

El estadio estalló en vítores, los humanos celebraban con los ojos llenos de lágrimas de felicidad, incapaces de contener la emoción que los abrumaba.

Los dioses temblaban en sus lugares, en shock ante lo que acababan de ver.

—Me estás jodiendo...

—Poseidón ha...

—¿Cómo... cómo pudo pasar?

Desde su lugar, Geir apretó los puños, tratando en vano de contener la inmensa felicidad en su corazón.

—Sí... sí... ¡¡Síííííííííííííííííííííííííííííííííí!!

Los humanos seguían vitoreando con emoción.

—¡¡Perseus!!

—¡¡Eso es!!

Percy sonrió brevemente al público, antes de encorvarse y toser sangre a chorros.

—Maldición... ¿podrían dejar de festejar por un segundo y llamar una ambulancia?

Nadie pareció escucharlo, Brunhild permanecía calmada y en silencio, aunque con una sonrisa apoderándose lentamente de su rostro.

"Oh dioses, deleiten sus ojos"—pensó—. "¡¡Este es el potencial de la humanidad!!"

En el palco VIP, Odín observaba sombríamente el campo de batalla, mientras sus dedos se aferraban con furia a los reposabrazos de su tono, destruyendo el asiento.

Loki se alborotó el cabello mientras se apretaba la cabeza con fuerza.

—Ahh, hombre...—la expresión del hijo de gigantes se tornó sería y furiosa de un segundo a otro—. Esto es una excusa de mierda como para ser una broma.

En el campo de batalla, las puertas de salida se abrieron de par en par, y las aguas que rodeaban el campo de batalla retrocedieron, dejándole su lugar a un firme puente de piedra.

Percy volvió la mirada hacía la salida y trató de hacer esfuerzo para ponerse de pie, apoyándose en su espada como si fuese un bastón, pero sin éxito alguno.

—Mierda, ese sujeto... realmente me dejó hecho polvo...

El chico soltó su arma, la cual se descompuso en varias hebras de luz verde antes e volver a tomar la forma de la tercera segunda valquiria, Hrist.

—Percy, ¿estás bien?—preguntó la semidiosa, mientras ayudaba al chico a ponerse en pie.

—Eh... podría estar mejor—reconoció—. Pero no es nada que una tonelada de galletas azules no arregle.

La valquiria se rió levemente mientras comenzaba a llevarse a Percy hacía la enfermería.

—No físicamente—explicó—. Él era tu padre, después de todo.

El chico suspiró.

—Me gustaría decir que... como sólo era una versión de otro universo distinto al mio no me afectó. Pero eso sería mentirme a mí mismo—respondió finalmente—. La verdad, es que no sé como me deba sentir.

Desde su lugar entre los espectadores, Geir observó con los ojos llenos de lagrimas como ambos semidioses salían lenta pero seguramente del campo de batalla.

—¡¡Hermana Hrist!!

Eso detonó el cambio de personalidad de la segunda, quien apretó los dientes y enseñó los colmillos mientras rugía con molestia:

—¡¿Tienes que chillar por cada maldita cosa?!—le espetó a Geir.

Tras calmarse lo suficiente, Hrist sonrió con autosuficiencia.

—Ya te lo he dicho, Geir. Que los haríamos pagar por todo.

Mientras Percy y Hrist finalmente salían del campo de batalla, entrando a la boca del túnel de salida. El chico miró brevemente hacia atrás, y por breves momentos, observó como su padre le sonreía, asentía con la cabeza y retrocedía, perdiéndose entre la multitud de espectadores.

Geir se llevó una mano al pecho, justo a la altura del corazón, y suspiró aliviada.

"Es toy feliz... es la misma de siempre"—pensó—. "¡Ella está bien!"

—Con esto... la humanidad venció a los dioses, ¿cierto?—preguntó la menor de las valquirias.

Brunhild guardó silencio por varios segundos, mirando fijamente a la nada, antes e contestar:

—No. Todavía faltan seis más.

Geir la miró en silencio.

"Querida hermana... en serio quieres ganarle a los dioses, ¿no es así?"







PALACIO DE LOS DIOSES

CUARTO DE ZEUS:

El rey de los dioses estaba recostado cómodamente en un sillón mientras se dedicaba a beber una taza de una bebida caliente, su cuerpo estaba lleno de vendajes que cubrían sólo parcialmente la incontable cantidad de heridas que había sufrido en su batalla.

Detrás de él, como si de guardaespaldas se tratase, Ares y Hermes estaban parados firmemente y con las miradas ensombrecidas.

—Y bien...—dijo Zeus—. ¿Por qué tienen esas caras?—preguntó.

Shiva golpeó la mesa violentamente.

—¡Dioses!

La taza se le escapó de las manos a Zeus, pero el anciano alcanzó a atraparla y a recuperar el líquido sin perder una sola gota.

—¡NO ES MOMENTO DE JUGAR, ANCIANO!—gritó Shiva furioso.

Loki, quien estaba recostado en su asiento con las piernas sobre la mesa y los brazos tras la espalda, miró fijamente a Zeus.

—Tu hermano Poseidón acaba de ser asesinado—dijo el dios nórdico—. Estas bastante calmado, ¿no crees?

Zeus inclinó la cabeza.

—Hmm...—murmuró—. Bueno... ese chico le dio verdaderos problemas a Poseidón, su sangre corría por sus venas, después de todo.

El anciano depositó su taza en la mesa con cuidado.

—Pero bueno... ese mortal no era más fuerte que Poseidón, eso es todo lo que tengo que decir.

Zeus se levantó del asiento y sus cuencas vacías miraron en dirección a Shiva y Loki.

—Además... si han visto las pelas, deberían saber lo que estas batallas implican.

Loki y Shiva lo miraron fijamente. Ares y Hermes seguían con sus ojos ensombrecidos. Zeus volvió a sentarse.

—Primero tenemos que admitir... QUE LA HUMANIDAD ES FUERTE—dijo Zeus con dureza—. Parece que la pequeña chica valquiria realmente intenta derrotarnos. Sabiendo eso, TENEMOS QUE RESPONDER.

Los orbes amarillos del anciano relucieron.

Shiva se puso de pie.

—Ya que resolvimos eso—dijo el dios hindú—. ¡SERÉ EL SIGUIENTE! ¡NO DEJARÉ QUE ESAS PEQUEÑAS MIERDAS SEAN TAN ENGREÍDAS!

Alrededor del dios de la destrucción, una poderosa aura se manifestó, haciendo hondear el viento y emanar calor a causa de tanta energía desprendida.

Zeus se rascó la barba.

—Ah... sobre eso...

Shiva se agarró la cabeza con sus dos manos superiores.

—¡¿Ahora que?!—gritó—. ¡¿Otra de tus solicitudes egoístas?!

Las venas de la cabeza de Zeus se hincharon tanto por la ira que empezaron a salpicar sangre.

—Mis más sinceras disculpas, pero...

La musculatura de Zeus creció aún más. Sus ojos brillaron con furia. A su espalda, Hermes y Ares estaban cubiertos de sombras, solamente con sus orbes reluciendo con enfado.

La ira y poder desprendido era tanto que incluso Ares parecía aterrador.

—¿NO DEBERÍAMOS LOS DEL PANTEÓN GRIEGO, PAGAR EL FAVOR QUE NOS HAN HECHO TAN AMABLEMENTE?

Loki sonrió, entendiendo lo que eso significaba.

—Ya veo...

Shiva suspiró y se sobó el cuello con dos de sus brazos.

—Maldición... supongo que no hay de otra—aceptó—. Juro que ustedes, los dioses griegos, me van a volver loco un día de estos...







DENTRO DEL CORREDOR DE LA ARENA:

Los pasos de Brunhild resonaban por el largo pasillo mientras meditaba cuál sería su siguiente movimiento. Estaba desesperada, y se notaba desde lejos.

—El insufrible orgullo de los dioses—dijo la valquiria—. No les permitiría perder dos veces seguidas, la siguiente batalla es una que no pueden perder. Estarán dándolo todo...

—¿A quién crees que enviarán?—preguntó Geir nerviosamente detrás de ella.

Una nueva voz sacudió el Valhalla.

—A mí.

Al aire se agitó violentamente, dejando en evidencia el abrumador poder del siguiente luchador divino.

—Está presión—dijo Geir con los ojos muy abiertos.

Las dos valquirias vieron como frente a ellas, un gigantesco guerrero se alzaba imponente.

En cuanto lo reconoció, la mirada de Geir se oscureció, flexiono las extremidades para tomar impulso y corrió a toda velocidad directamente hacia el dios.

La deidad la espero de frente mientras sonreía, con sus ojos cubiertos por las sombras. Tomó su enorme garrote, lo balanceó y...

Geir y el sujeto intercambiaron un amistoso saludó.

—¡Hermano Heracles!—celebró Geir.

El dios rió alegremente.

—¡Has crecido, Geir!

Heracles era un hombre musculoso y muy alto, presentaba ojos color azul marino y su cabello era largo de color naranja rojizo. Vestía con una hombrera, la cual llevaba en su brazo derecho, además de tener un protector pectoral de tiro con arco. En su brazo izquierdo poseía un brazalete dorado el cual cubría sus bíceps. También vestía una falda de piel de león, un cinturón de campeonato dorado y unas sencillas sandalias de cuero. Contaba con un tatuaje rojizo el cual atravesaba desde su torso hasta la parte inferior izquierda de su abdomen.

Brunhild se acercó hacia ellos e hizo una reverencia.

—Ha pasado tiempo, hermano Heracles.

El dios griego sonrió.

—Seguro que sí, Hilde—saludó—. Sigues tan educada como siempre, ¿no?

La valquiria se reincorporó.

—Me alegra que te veas tan saludable como siempre también.

Geir rió mientras colgaba alegremente del brazo de Heracles.

—Sí, estoy segura de que te has hecho más fuerte.

Brunhild miró al dios fijamente.

—Hablando de eso...—dijo fríamente—. Lo que dijiste antes significa...

La mirada del dios se endureció.

—Sí... yo seré el siguiente que peleará.

La valquiria y el dios se miraron fijamente a los ojos.

Geir los miraba a ambos con preocupación.

Entonces, Brunhild se arrodilló nuevamente y agachó la cabeza.

—Aunque no estoy en posición de decir esto...—dijo la valquiria—. Te deseo buena suerte.

Heracles le sonrió.

—Sí... lo mismo para ustedes—dijo con sinceridad.

El gigantesco dios siguió su camino por los pasillos del Valhalla.

Mientras subía por una larga escalera al aire libre, un torbellino se deslizó por su costado.

La ventosidad adoptó su verdadera forma: un hombre joven y delgado con rasgos andróginos. Era de baja estatura y su cabello era medianamente largo de color verde con un mechón blanco que caía al lado izquierdo de su rostro mientras que del lado derecho llevaba una pequeña trenza. Vestía con una capa púrpura, una camisa negra sin mangas la cual dejaba descubierta parte de su pecho, además de usar un par de guantes sin dedos y mangas negras las cuales llegaban hasta sus biceps. También tenía seis piercings en cada una de sus orejas y usaba unas botas largas las cuales pasaban de sus rodillas.

—TE VI~—dijo Loki malévolamente—. Te llevas muy bien con las valquirias, ¿no es así, pequeño Heracles?

El dios griego lo miró por un momento con molestia antes de seguir su camino.

Loki dio un gran salto hasta quedar frente a Heracles, de alguna manera suspendido de cabeza en el aire.

—Ah, ya veo... aunque nuestros panteones pueden estar lejos geográficamente, ambos están llenos de semidioses mediocres, ¿no?

Los rostros de ambos dioses estaban a la misma altura, aunque el de Loki estaba volteado al revés.

El dios nórdico tomó con ambas manos el rostro de Hércules.

—¿Esto no será difícil para ti?

El dios griego sonrió.

—Los humanos son enemigos temibles—dijo con emoción—. Como representante de los dioses... y como un guerrero, pretendo tener una pelea justa.

El dios griego pensó en el chico que acababa de ver pelear contra Poseidón, tan joven pero a la vez tan poderoso. Un semidiós, al igual que él mismo lo había sido alguna vez. Si para Loki ese chico no era más que un "semidiós mediocre" el tridente partido en dos de Poseidón podría estar en desacuerdo.

—Hmm...—Loki hizo una mueca—. Espero que eso funcione para ti.

—Loki... déjame decirte algo—tomó con fuerza el brazo derecho del dios del engaño y lo parto hacia un lado—. Me opongo a terminar con la humanidad. Sin embargo... desde que el Ragnarok comenzó, no tengo intenciones de perder.

El dios soltó a Loki, apretó los dientes, su mirada se llenó de ira y determina y alzó el puño.

—COMO UNO DE LOS REPRESENTANTES DE LOS DIOSES, ¡¡SIN DUDA VOY A GANAR!!—dijo Heracles enérgicamente—. Además... ¡¡Me moveré para salvar a la humanidad!!

Loki sonrío, se sentó en el garrote de Heracles (no lo malpiensen) y miró al dios griego fijamente.

—No has cambiado para nada...—se burló Loki—. No sabes en qué lado estás.

El dios nórdico sonrió satisfecho, pero Heracles lo miró con seriedad en sus ojos.

—Yo siempre... SIEMPRE ESTOY DEL LADO DE LA JUSTICIA.

Heracles siguió su camino.

Loki se quedó solo en la escalera. Y pensativo, se apartó un mechón de cabello del rostro.

—Justicia, ¿eh?—murmuró con un tono frío.







De regreso con las valquirias, Brunhild encendió el artefacto que Caos le había entregado y revisó a los luchadores de su lista.

—Ya veo... el hermano Heracles es nuestro cuarto oponente...

Geir se mordió la uña del pulgar con nerviosismo.

—Es cierto, no sé a qué lado debería apoyar—dijo la pequeña.

A Brunhild le brillaban los ojos.

—Sí... en efecto es problemático...

Geir se acercó a su hermana.

—Dejando eso de lado, ¿quién podrá competir contra el hermano Heracles?

Brunhild miró fijamente a la valquiria más joven.

—Hmm... he tenido el oponente perfecto para él desde el principio.

Geir abrió mucho los ojos.

—¿Eh...? ¿Eh...?

—Entre toda la humanidad, elegí a un hombre que con seguridad sacudirá el corazón y la moral de Heracles. A pesar de ser un simple mortal, se ha coronado a sí mismo como un dios por derecho propio.

La valquiria seleccionó al hombre elegido de entre su lista de humanos.

Geir abrió mucho los ojos al ver al guerrero y dejó que un chillido de terror se le escapase.







ARENA DEL VALHALLA

Todos se removían inquietos, esperando por el siguiente combate.

Las luces se apagaron por completo, un único reflector apuntó directamente a Heimdall en el centro de la arena.

—¡AHORA, PARA LA CUARTA BATALLA DEL RAGNAROK!!—anunció el dios—. LOS DIOSES TIENEN DOS VICTORIAS. LA HUMANIDAD, SIGUE CON UNA.

Ambos bandos miraron en silencio al dios presentador.

—¡Y AHORA, LE DAMOS LA BIENVENIDA AL MOMENTO DECISIVO DE LAS PRIMERAS ETAPAS!

Alrededor de Heimdall, edificios surgieron del suelo, calles se pavimentaron y torres se alzaron, una enorme ciudad apareció en el campo de batalla. Moderna y llena de estructuras industriales y empresariales. Toda la urbanización estaba rodeada por un gran cuerpo de agua.

El sitio se veía en cierto modo futurista, pero también antiguo a la vez. Tenía un aura sombría, como si se tratase de un monstruo que escondiera sus atrocidades del mundo, parecía un dragón dormido, apuntó de estallar y llevarse consigo al mundo entero. Esa ciudad era macabra por donde se viera.

Miles y miles de pantallas aparecieron frente a las gradas, señalando y mostrando todos los rincones de la ciudad, de manera que los espectadores pudieran ver con claridad.

—¡¡Wow, es enorme!!

—Es el más grande hasta ahora...

—¿Estaremos viendo la palea a través de monitores esta vez?

—¡¿Hay toda una ciudad en el escenario...?!

—¿Cómo van a palear en un lugar así?

—No reconozco este lugar...

—¿Qué ciudad es esta?

Ningún humano o dios era capaz de reconocer esta urbe, parecía ser única, era diferente a cualquier lugar que hubiesen visto antes.

Un par de cuervos abrieron las alas, sosteniendo cada uno una cuerda atada al asiento de Heimdall, el dios levitaba por el cielo, sostenido por las aves para poder admirar todo el escenario.

—¡¡LA CIUDAD EN FRENTE DE USTEDES ES EL HOGAR DE NUSTRO SIGUIENTE LUCHADOR HUMANO!!—dijo Heimdall—. ESTE CAMPO FUE SOLICITADO POR EL REPRESENTANTE DE LA HUMANIDAD Y LOS DIOSES EN SU INFINITA COMPASIÓN ¡¡ACEPTARON!!

Los dioses prorrumpieron en gritos de arrogancia.

Heimdall se columpió en el cielo.

—¡¡LA PRIMERA EN LA HISTORIA!!—gritó él—. ¡¡LA PRIMER PELEA CALLEJERA ENTRE LOS DIOSES Y LA HUMANIDAD!!

Los humanos se revolvían incómodos.

—¿Así que dice que los dioses aceptaron una solicitud de la humanidad?

—¿Por qué?

Los dioses les respondieron desde el otro lado de las gradas.

—¡Cállense humanos!

—¡¡Consideren esto como una desventaja apropiada, idiotas!!

Desde su lugar, Geir observaba la ciudad, algo impresionada pero también molesta.

—Tiene sentido que "él" haya solicitado esto... y que el hermano Hércules haya aceptado.

Brunhild sonrío maliciosamente.

"Sabía que él aceptaría"—pensó la valquiria—. "Oh, qué ingenuo"

—ENTONCES... ME PREGUNTO QUÉ TIPO DE BATALLA NOS MOSTRARÁN EN ESTA ARENA ESPECIAL—dijo Heimdall.

Una poderosa luz se encendió en la cima de uno de los edificios, proyectando una luminosa señal entre las oscuras nubes de tormenta que cubrían la ciudad: un murciélago.

—REPRESENTANDO A LA HUMANIDAD EN LA CUARTA BATALLA...

El cielo dejó caer su carga, y una tormenta azotó el campo de batalla.

—LAS CALLES DE ESTA CIUDAD ESTÁN LLENAS POR EL DÍA—comenzó Heimdall—. APESAR DE LA LLUVIA, OCULTO EN EL CAOS, ESTÁ EL ELEMENTO QUE ESPERA ATACAR COMO UNA COBRA.

Los espectadores se removieron nerviosos al no detectar ningún rastro del siguiente luchador.

—PERO AHÍ ESTÁ ÉL TAMBIÉN, VIGILANDO. VIVIENDO EN LAS NOCHES COMO UN ANMAL NOCTURNO. SIEMPRE ELIGIENDO SUS OBJETIVOS CON CUIDADO.

El público forzó la mirada, vigilando cada esquina, cada sombra, cada posible escondite, pero ni siquiera miles de millones de ojos pudieron encontrar alguna señal de vida en aquellos callejones.

—ES COMO SI ESTUVIESE EN TODAS PARTES, PERO NADIE SABE DÓNDE REALMENTE SE ESCONDE—el presentador señaló hacía el cielo—. ESA SEÑAL, NO ES SÓLO UN LLMADO, SINO TAMBIÉN UNA ADVERTENCIA PARA TODOS AQUELLOS QUE TAN SIQUIERA PIENSEN EN COMETER EL MAL.

La tensión en el ambiente alcanzó su punto máximo, todo el mundo sentía que algo no iba bien, era como si en cualquier momento un monstruo fuese a saltar de entre las sombras y atacar despiadadamente al primero que se le pusiese enfrente.

—EL MIEDO... ES SU HERRAMIENTA, PUES MIENTRAS TODOS CREEN QUE SE OCULTA EN LAS SOMBRAS, ÉL ES LA SOMBRA.

Un trueno resonó en las alturas, un rayo ilumino por instantes el cielo, y por apenas un segundo, el Valhalla pudo observar una figura oscura que se alzaba imponente por sobre los edificios, un monstruo cuya capa negra ocultaba su cuerpo.

Tan rápido como aquella visión vino, se fue, dejando al público aún más aterrado.

—¡ÉL ES VENGANZA! ¡¡ÉL ES LA NOCHE!! ¡¡¡ÉL ES...!!!

¡¡¡BATMAN!!!

Cuarto representante de la humanidad: Batman, el Caballero de la Noche.

Los humanos se removieron en sus asientos con terror.

—¿Qué... qué fue eso?

—Un monstruo... eso es lo que es.

—¿Ustedes también lo vieron? ¿No fue sólo mi imaginación?

Loki observaba todo el espectáculo mientras permanecía cómodamente recostado en un sillón. El dios abrió una bolsa de papás fritas y se llevó un par a la boca.

—Oh, ya veo...—murmuró mientras miraba a lo lejos, en dirección a Brunhild—. Con que así quieren jugar... como de costumbre, eres una mujer muy desagradable.

De vuelta en el campo de batalla, Heimdall consiguió llamar la atención del público una vez más:

—Y ENFRENTÁNDOLO...

Un puente se levantó del otro lado de la arena, abriendo las puertas a una entrada más luminosa y esperanzadora.

—EL HOMBRE QUE PRETENDE SOPORTAR LA CARGA DE RETOMAR LA PRIMERA PÉRDIDA DE LOS DIOSES ¡¡AQUÍ ESTÁ!!

Montado en un carro griego tirado por dos corceles, el puente fue atravesado a toda velocidad por el dios que habría de luchar.

—EL VALIENTE SEMIDIÓS FORZADO A PELEAR CONTRA EL LEÓN DE NEMEA Y CERBERO, CON SUS MANOS DESNUDAS. DESPUÉS DE COMPLETAR LAS 12 LABORES QUE SE LE ASIGNARON ¡¡ASCENDIÓ A LAS ESCALERAS DEL OLIMPO!!

El hombre tras las riendas miró decididamente su camino, con las poderosas luces de sus reflectores a su espalda. El dios tiró con fuerza de las riendas de sus corceles para detener su vehículo. Plantó los pies firmemente sobre el suelo y alzó su garrote.

—ÉL BRINDA ESPERANZA TANTO A LOS DIOSES COMO A LOS HUMANOS. ¡¡EL MENSAJERO DE LA JUSTICIA!!

El dios hizo girar su arma, el viento se arremolinó a su alrededor y sopló con potencia, movido por un simple movimiento del descomunal poder de aquel hombre.

—SU VALENTÍA ES INCOMPARABLE.

¡¡HERACLES!!

El héroe legendario plantó su garrote con fuerza sobre el suelo, mientras miraba fijamente las oscuras calles de la macabra ciudad en la que se encontraba.

—¡¡¡LORD HERACLES!!!—gritaban los dioses.

—¡¡¡SÍÍÍÍÍÍÍÍ!!!

Pequeñas deidades, nada más que niños entre los dioses, alzaron los brazos y rieron con emoción.

—¡¡Vamos Lord Heracles!!

—¡¡No pierdas contra los malos!!

—¡Nuestro héroe eterno!

—¡Buena suerte!

Tanto para los más jóvenes como para los ancianos entre los dioses, Heracles era su héroe.

Los puentes que llevaban a las salidas de la arena se levantaron y bloquearon.

Heracles sujetó con fuerza su porra.

—¡LA LUCHA DE LOS DOS MÁS GRANDES JUSTICIEROS! ¡LA OSCURIDAD CONTRA LA LUZ! ¡LA ESPERANZA CONTRA EL MIEDO! ¡EL PASADO CONTRA EL FUTURO! ¡LA FUERZA CONTRA LA ASTUCIA!

El dios miró hacía la nada, sabiendo que, incluso sí él no lo veía, su oponente lo estaba observando en ese mismo instante.

Heracles vs Batman

—DOS CARAS DE UNA MISMA MONEDA, LOS DOS EXTREMOS OPUESTOS DE LA JUSTICIA.

¡¡LUCHEN!!

La cuarta batalla del Ragnarok ¡¡Empieza ahora!!

¡¡La batalla definitiva entre justicieros!! Ragnarok no será tan simple como prometer la victoria a la luz sobre la oscuridad...

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