Rey vs Rey
Ambas batallas estaban claramente cerca de terminar, Buda había derribado a su enemigo con un puñetazo, mientras que por su lado, Hades se alzaba imponente frente a la Pantera Negra, quien sangraba encorvado en su sitio.
—¡¡C-CON UNA RÁPIDA ESTOCADA, HADES FINALMENTE LOGRÓ ATRAVESAR LA DEFENSA IMPENETRABLE DE T'CHALLA!!
Los dioses que miraban al rey del inframundo estallaron en vítores.
—¡I-increíble!
—¡¡Así que este es el verdadero poder de Hades!!
—¡¡Que golpe tan temible!!
—Ja...—murmuró Thor, sentado en su oscura habitación.
Shiva sonrió débilmente, mientras era atendido en la enfermería.
—¡Nada mal, hombre!
Loki levantó en alto la tableta electrónica en la que miraba la batalla y sonrió con emoción.
—¡Oh! Esto es brutal—exclamó—. ¡Me siento muuuy mal por ese humano!
Sentado en su trono, Odín miró el campo de batalla con seriedad, mostrando un gran respeto por el soberano del Helheim.
—Así que ese es el poder que hizo retroceder a los titanes...
En su palco, Hermes se cruzó de brazos tras la espalda y se inclinó ligeramente
—Para haber atravesado tan limpiamente esa armadura, su poder es bastante sorprendente.
—Sí...—murmuró Zeus—. También es la primera vez que veo esto en acción, pero nunca pensé que fuera tan poderoso...
Adamantino sonrió y miró con confianza el campo de batalla con confianza.
—¡Je! ¡Por supuesto que lo es!
Entones, los sollozos de Ares a su lado llamaron su atención.
—¿Hmm? ¿Qué demonios pasa contigo, Ares?—preguntó, mirando con desagrado a su sobrino—. ¿Acaso estás llorando?
El dios de la guerra miró al rey del inframundo, con los ojos llenos de lagrimas.
—Q... que... que noble se ve ahora—respondió—. Él es realmente... EL HERMANO MAYOR DE LOS DIOSES.
T'Challa se reincorporó con dificultad, mientras su traje se le caía a pedazos y se desintegraba en el aire.
—H... ¡¡Hermana Alvitr!!—gritó Göll horrorizada—. La hermana Alvitr está bien, ¡¿verdad?!
Brunhild miró la arena con preocupación.
—Creo que te lo había dicho, Göll—respondió—. Con los destinos entrelazados, nosotras las valquirias, lo ofrecimos todo... Naturalmente, eso viene con un precio.
Una proyección mental de Alvitr, únicamente visible para la pantera, se hizo presente al lado de su compañero, habiendo sufrido una enorme cantidad de terribles heridas que se manifestaban en ella en la forma de huecos en su cuerpo que se desintegran entre luz verde esmeralda.
—¿Te encuentras bien, Alvitrt?—preguntó la pantera.
La valquiria apretó los dientes por el dolor, pero se las arregló para responder:
—N-nada que no pueda manejar...
—Lo lamento...—se disculpó el humano, sosteniéndose la herida del hombro—. Es mi culpa que te hayan herido.
Alvitr sonrió.
—Comparada con lo mal que estás, ¡esto son sólo rasguños!—aseguró con una forzada sonrisa—. Pero... ¿qué hay de ti? ¿Tú estás bien?
La pantera sonrió débilmente y extendió las garras de su mano derecha.
—No te preocupes, he estado en peores.
Alvitr le volvió a sonreír, ahora con sinceridad.
—Vaya... no te creo.
Mirándolo todo desde la cámara de Lester, Percy miró la batalla con los ojos ensombrecidos.
—Esto se ve mal...
—Sí...—murmuró Meg, sentada frente a la televisión—. Ya no puede hacer eso, ¿cierto?
Lester miró con tristeza al suelo.
—Se terminó, ¿eh?
La valquiria Hrist agitó violentamente a Percy, en busca de una explicación.
—¡¿De que hablan?!
El semidiós frunció el ceño.
—Además de que el escudo de luz y el dispositivo de teletransportación fueron destruidos, ahora no tiene el hombro izquierdo, y sin su armadura, tampoco puede usar el Force Push. En otras palabras, ya no tiene forma de defenderse contra los ataques de mi tío Hades.
En el campo de batalla, Hades apuntó a la pantera con su lanza.
—Enorgullécete por haberme llevado al punto de tener que utilizar a Desmos.
—¡E-EL PODER DE HADES ES SOBRECOGEDOR!—gritó Heimdall—. ¡¡AHORA LA PANTERA NO TIENE FORMA DE VENCERLO!!
T'Challa cerró los ojos y respiró profundamente antes de volverse a poner en guardia.
—Alvitr, si no hacemos algo, no tendremos oportunidad de ganar—murmuró—. Creo que deberíamos apostarlo todo en el siguiente ataque.
La valquiria lo miró en silencio, muy confundida. Se elevó sobre él, y con las manos apoyadas en la cintura, y le gritó como si lo estuviera regañando:
—¡¡Eso fue patético!! ¡¡Di lo que quieras alto y claro, como un rey!!
La pantera miró a su compañera, extremadamente sorprendido, antes de bajar la mirada.
—En este momento, me estás recordando demasiado a mi hermana—murmuró—. Ahora escucha... porque pase lo que pase... ¡Deseo a ganar esta batalla!
La valquiria le sonrió.
—¡Lo sé!—dijo, tendiéndole una mano—. ¡De verdad, ustedes los reyes son muy obstinaos!
T'Challa extendió su brazo derecho en alto, con los pedazos de su armadura refulgiendo intensamente con un color verde esmeralda.
—¡¡Permíteme brindarte todo el poder que tengo!!—anunció Alvitr.
Desde la antecámara de la pantera, un objeto fue llamado, materializándose en la mano del rey de reyes.
La Lanza de Bashenga , el fundador de la Tribu Pantera. Es un tótem sagrado y con siglos de antigüedad. Pertenece al jefe del Clan Pantera, el cual le fue entregado a T'Challa por su hermana, Shuri, momentos antes de abandonar su universo, como un gesto de despedida para desearle suerte en la batalla.
Luego, la armadura de la pantera comenzó a descomponerse, separando el traje original de las mejoras divinas dadas a él por la valquiria.
La semidiosa, entonces, se fusionó entonces con la lanza, llenando el arma de diseño simple con intrincados detalles en dorado.
—¡H-hermana Alvitr!—gritó Göll—. ¡Se está transformando!
Brunhild se inclinó para mirar desde más cerca.
—"Hervor Alvitr", el poder que reside en sus runas, es el "Anfitrión Guardián" cuyo nombre significa...
¡BRAZOS REFUNDIDOS DEL EMPERADOR!
¡¡IDOUAH: LANZA DEL PRIMER REY!!
La Pantera Negra alzó su arma en alto, mientras observaba a su enemigo con determinación.
—¡¿Una lanza?!—preguntó Göll.
—Sí—confirmó Brunhild—. La "mejor defensa" es, por así decirlo, la ofensiva.
Hades sonrió a su oponente.
—¿Crees que ese primitivo juguete va a salvarte?
T'Challa apuntó su lanza y sonrió.
—¿Juguete? Tal vez. ¿Primitivo? Como diría Ironman: ¡En Wakanda no hay nada primitivo!
Hades apuntó su lanza también, adoptando su pose de batalla.
—Excelente, oh, mi excelso rey—dijo con respeto—. Ahora... ¡Vamos a desgarrar su corazón por completo, Desmos!
Ambos oponentes se miraron a los ojos, con sus lanzas listas y en posición de ataque.
Él, que cargó con el orgullo de los dioses, y entregó su propia vida, el Rey del Inframundo.
Y él, que llevó consigo a todas las panteras negras que lo precedieron, y luchó por el bien de su gente, el Rey de los Muertos.
Sólo un rey puede entender la mente de un rey, y estos dos reyes podían sentir que el final de la batalla estaba cerca...
Todo el estadio guardó un silencio de muerte.
Un constructo de energía se formó alrededor de la Lanza de Bashenga, creado con lo último del poder de T'Challa como rey de los muertos, creando una coraza de energía que volvía su arma, con una apariencia idéntica a Desmos.
Hades se lanzó de frente, extendiendo su lanza y destruyéndolo todo a su paso.
¡¡ICOR: EOS!!
¡¡¡AMANECER GUIADO POR LA SANGRE!!!
T'Challa contraatacó, lanzando un golpe con todas sus fuerzas.
¡¡LANZA DE BASHENGA: ARMA SAGRADA DEL PRIMER REY!!
¡¡¡GARRA ESPECTRAL DEL REY DE LOS MUERTOS!!!
Las puntas de ambas lanzas se encontraron en el aire, liberando una explosión de energía en todas direcciones.
El suelo se resquebrajó, el cielo tembló y el aire estalló en llamas.
Y una vez más, el ataque de la Pantera Negra fue obliterado.
La lanza de Hades impactó en el hombro izquierdo de T'Challa, cortándole limpiamente el brazo antes de mandarlo a volar violentamente hasta la otra punta del estadio.
El rey de reyes rebotó con fuerza en el suelo, quedando finalmente tendido en un cráter.
Hades se encorvó, apoyando una mano sobre sus rodillas y sosteniendo su peso sobre su lanza, utilizándola como bastón.
—¡¡¡E-EL GOLPE DEL REY DEL INFRAMUNDO HA SUPERADO AL REY DE LOS HOMBRES!!!
Hades se notaba adolorido y cansado, pero seguía siendo el único de ambos oponentes en mantenerse en pie.
—N... No puede ser...—murmuró Hrist.
—A pesar de que se jugó todo poniendo toda su ofensiva en ese movimiento, fue incapaz de alcanzar a Hades—dijo Lester, por lo bajo.
Göll observaba el campo de batalla con los ojos llenos de lágrimas.
—T'Challa...
La pantera negra se quedó en el suelo, mirando hacia el cielo tendido en su cráter.
La manifestación de Alvitr se arrodilló junto a él.
—Incluso utilizando todo nuestro poder, fuimos incapaces de alcanzar a Hades...—murmuró.
El rey de reyes apretó el puño que le quedaba y estiró su mano hacia su lanza, cerrando su mano alrededor de ella.
Utilizando toda su fuerza de voluntad, la pantera comenzó a reincorporarse débilmente, apoyándose en su lanza como si fuese un bastón, sorprendiendo a todo el estadio, especialmente a su oponente.
Los humanos ya no querían seguir viendo la masacre.
—¡Detente!
—¡Ya fue suficiente!
—¡¡T-T'Challa!!
—¡Ya hiciste suficiente!
—¡Vamos, hombre, sólo quédate en el suelo!
Sentado en su trono entre las gradas, el primer emperador, Qin Shi Huang, negó con la cabeza.
—Se va a levantar—sentenció, llamando la atención de todos a su alrededor—. Un rey nunca duda. Un rey nunca cede. Un rey nunca depende de nada. Y un rey nunca se rinda. Sólo observen.
T'Challa, cubierto de sangre y heridas, respiró con dificultad, se aferró a su lanza, y emitió un rugido animal que sonó tal cual como el furioso rugido de una pantera.
—El fuerte cazará al débil...—murmuró, mientras se reincorporaba y apuntaba su lanza—. Es la ley de la naturaleza... ¡¡Y mi palabra es ley!!
¡EL ALMA DEL REY SE MANTIENE EN PIE!
Mientras la batalla estaba cerca de acabar, el público del lado humano celebraba por lo alto la ya prácticamente asegurada victoria de Buda.
Mientras tanto, Zero permanecía echado en el suelo, rendido y sin fuerzas mientras se transformaba una vez más.
—¿Hm...?—murmuraba el público, confundido.
—h-hey...
—¿Qu-qué pasó...?
Göll se volvió para mirar al dios de la fortuna.
—¡¡Zerofuku se ve muy raro, hermana Hilde!!
—No...—respondió la mayor de las valquirias, con una sonrisa—. No... esa de allí es la verdadera forma de Zerofuku...
El dios había recuperado su apariencia original que había tenido hacía tantos milenios en el pasado, sonreía con alegría y se limpiaba la sangre que chorreaba de su nariz mientras reía.
—Eso duele...—murmuró Zero, con diversión.
"Ahh..."—pensó, mirando al cielo—. "No puedo creerlo, estoy feliz"
Los cuernos del pequeño dios se desprendieron, mientras que este seguía riendo con felicidad. Mientras que, sin saberlo, los cuernos en el suelo comenzaban a sacudirse y temblar.
—Voy a tratar de creer otra vez—anunció—. En lo que quería hacer en las personas a quienes quería hacer feliz. Y voy a esforzarme para poder ser capaz de amar...
El público ya tomaba por hecho la victoria de Buda, por lo que la atención de todo el estadio se desvió hacia el duelo de reyes.
—¡¿A-AL BORDE DE LA MUERTE, T'CHALLA VOLVIÓ A LEVANTARE?!—gritó, Heimdall—. SIN SU BRAZO IZQUIERDO, INCLUSO CON SU VIDA COMENZANDO A DESVANECERSE, AHORA ESTÁ DE PIE... ¡¡POR PURA FUERZA DE VOLUNTAD!!
La pantera apuntó su lanza, respiró profundamente y miró a Hades a los ojos.
El público comenzó a emocionarse una vez más.
—I-idiota...
—Ese tipo no es poca cosa..
—Ese hombre es persistente...
—¡¡Vamos, T'Challa!!
—¡¡No pierdas contra ese dios!!
La pantera sonrió ligeramente, a pesar de que sus poderes divinos finalmente lo terminaron de abandonar, y mostrándose imponente, se preparó para el choque final de fuerzas.
Hades le sonrió de regreso mientras se ponía en guardia y alzaba su arma.
Mirando todo a través de una pantalla, Hrist apretó los puños con fuerza y gruñó por lo bajo.
—Alvitr...
—Perdió sus poderes y su tecnología, ya no tiene el brazo izquierdo—murmuró Lester—. Ya puede darse por muerto...
—No...—lo mandó a callar Meg—. Mira los ojos de la pantera, no se ha dado por vencido.
Percy se rascó la cabeza.
—¿Así que todavía tiene alguna especie de plan?
T'Challa tosió sangre, mientras se preparaba para el gran final.
La proyección mental de Alvitr hizo acto de presencia junto a él.
—Mira, sé que no quieres rendirte—le dijo—. ¿Pero que vas a hacer exactamente?
T'Challa mantuvo la vista fija sobre su enemigo.
—Te diré la verdad—respondió—. Ya no veo ninguna esperanza de ganar esto. Pero si voy a caer, será como un rey. Es tal y como dije, la muerte es sólo un tipo de viaje distinto a esa tierra sobre la cual gobierno...
—¿Eh?—se horrorizó la valquiria—. ¡No seas estúpido! ¡¡Espera por la ayuda de Buda!! ¡¡No puedes sólo rendirte!!
—No me estoy rindiendo—repuso la pantera—. Enfrento mi destino de la misma forma que mis antepasados. Luchando con honor y hasta el final en la arena de los reyes.
El humano miró a la valquiria.
—Quizá quieras deshacer el Völundr ahora—le dijo—. No es tarde, no tienes porque sucumbir conmigo.
Alvitr miró al humano sorprendida y en silencio, para luego sonreír y murmurar por lo bajo:
—Este tipo...
La valquiria adoptó la misma posición de ataque de su compañero y miró con determinación a su oponente.
—Si morimos aquí, bien... ¡Pero que jamás se diga que no hicimos absolutamente todo lo que pudimos!
T'Challa sonrió.
—¡Bien!
Hades miró a su oponente, sonriéndole con respeto.
—¡JA! Me siento orgulloso por haber podido luchar contra ti—anunció, preparando su lanza para terminar con todo.
TANTO LOS DIOSES...
...COMO LA HUMANIDAD
CADA OJO EN LA ARENA PODÍA SENTIR
Que el siguiente choque sería el último de la séptima ronda del Ragnarök
SIN EMBARGO
NADIE SABÍA, LO MUCHO QUE SE EQUIVOCABAN...
Un desgarrador grito de dolor sacudió el Valhalla, volviendo todas las miradas, inclusive la de los reyes de los muertos, hacia donde Zerofuku.
Los cuernos que se habían desprendido de su cabeza se habían enterrado una vez más profundamente en su cráneo.
Sus ojos y venas se hincharon, y mientras el dios era presa de un agónico dolor, comenzó a ponerse en pie, con los ojos y la boca completamente ennegrecidos.
—Oye, ¡¿Zero?!—preguntó Buda, preocupado.
—EH... UH... ¡¿SE PUSO DE PIE?!—preguntó Heimdall, inseguro—. ¡¡PARECE QUE AÚN QUIERE SEGUIR CON ESTO!!
Zerofuku temblaba, se retorcía y convulsionaba en su sitio, mientras sus cuernos crecían enormemente, saliendo de su craneo para luego introducirse en su boca y pecho de una forma genuinamente salvaje.
Los gritos agónicos del dios fueron lo único que se escuchó en el universo, mientras que su cuerpo se resquebrajaba y emanaba una oscuridad espantosa.
—N-no...—lloraba Zero, como si algo más estuviese hablando a través de él—. Yo... yo no... yo no... no quiero... ansío...
Dos gigantescos dragones, uno del color negro más oscuro y otro del blanco más brillante, emergieron de la boca y el pecho de Zero, elevándose en el aire y rugiendo mientras sobrevolaban el campo de batalla, sumiendo el estadio entero en la oscuridad,
—D-DOS DRAGONES GIGANTES... ¡¡ACABAN DE SALIR DEL CUERPO DE ZEROFUKU!!
Buda miró el espectáculo, con gotas de sudor nervioso deslizándose sobre su rostro.
—¿Qué...?
Los dragones, entonces, descendieron a toda velocidad, abalanzándose sobre el dios de la fortuna con las bocas abiertas.
—¡¡Zero!!—gritó Buda, corriendo tan rápido como pudo hacía él, tendiéndole una mano para tratar de alcanzarlo.
—B-Buda... ayuda...—lloró el dios, tratando de alcanzar la mano del iluminado.
Los dragones se envolvieron alrededor de Zerofuku, bloqueando a Buda y mandándolo a volar.
El ex-humano se aferró al suelo con todas sus fuerzas, siendo azotado por los feroces vientos huracanados.
—Qué...—murmuró Göll, desde las gradas—. ¿Qué rayos es esa cosa?
En donde segundos antes había estado Zero, ahora se encontraba una gigantesca esfera de escamas que brillaba intensamente y palpitaba, como si fueran los latidos de un macabro corazón.
—EHM... PARECE QUE EL ENCUENTRO AÚN NO ACABA... ESO CREO...—murmuró Heimdall.
—Que desagradable—murmuró Afrodita, desde su palco—. No es de mi gusto en lo absoluto...
Los tres peleadores que estaban en el campo de batalla miraron la extraña aparición fijamente.
Entonces, la escamosa superficie de la esfera se estiró y rompió desde un punto en específico, como un huevo haciendo eclosión.
Dos gigantescas manos emergieron del capullo, para después, abrirle paso a una terrible y enorme criatura.
Buda abrió los ojos de par en par y con un gran salto se alejó tanto como pudo de la criatura.
¿ACASO LA RAZÓN DE QUE BUDA RETROCEDIERA EN ESE MOMENTO FUE PORQUE PUDO VER LO QUE ESTABA POR OCURRIR?
¡¡NO!!
Un ser gigantesco, con enormes cuernos y rostro ensombrecido emergió del capullo, entrando en el campo de batalla y alzándose imponente frente al iluminado. Un par de ojos amarillos relucieron en sus cuencas oscuras.
—¿Quién demonios eres tú?—murmuró Buda, con nerviosismo.
FUE POR EL SIMPLE HECHO DE QUE NO PODÍA VER NADA.
Entre los pasillos del Valhalla, en la oscura habitación en cuya puerta tenía grabada una mosca, el representante de los dioses, Belcebú, ahora ponía toda su atención a las pantallas que proyectaban el combate.
—Z-ZEROFUKU HA CAMBIADO DE FORMA POR SEGUNDA... NO... ¡¡POR TERCERA VEZ!!—decía el presentador.
—Oh...—murmuró el señor de las moscas—. Así que esto fue en lo que se convirtió eso... Interesante.
Una pequeña sonrisa sombría apareció en su rostro.
—"Al mezclarse la luz blanca y la sombra negra, los cuernos del infierno despertarán, y nacerá una oscuridad eterna"—recitó—. El Legendario Berserker de los Infiernos...
REY DEMONIO DEL SEXTO CIELO
¡¡HAJUN!!
La criatura se mostró imponente, mirando despectivamente a los tres luchadores que lo observaban sorprendidos en el campo de batalla.
—Castigo... Divino...
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