Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Red Sun


¿QUÉ SON LOS DIOSES PRIMORDIALES?

SON AQUELLOS DIOSES QUE NACIERON DEL CAOS PRIMIGENIO.


Son el origen del universo, el comienzo de la existencia de todas las cosas, quienes una vez gobernaron el mundo entero. Sin embargo, el poder de los dioses primordiales era tan fuerte que se autodestruyeron.


SE DICE QUE REGRESARON AL CAOS PRIMORDIAL


—Extraído de la Historia de la Teología del Valhalla.







Odín, padre de todos, sombrío e imponente se alzaba amenazante por sobre Buda y Belcebú, el mundo desmoronándose a su alrededor, cayéndose a pedazos a causa de su inconmensurable poder.

—¿"La resurrección de algún dios primordial"?—repitió Buda.

—¿Qué estás diciendo?—se burló Huginn—. Los dioses primordiales del Anché no son más que leyendas.

—Es una terrible fantasía, ¿cómo podría el señor Odín querer algo así?—apoyó Muninn—. Hubo antes antiguos dioses que alguna vez se autoproclamaron como primordiales, pero si los verdaderos dioses primordiales existieran, tanto los cielos como Midgard serían completamente destruidos.

—Yo también creía, al igual que los demás dioses, que los dioses primordiales sólo eran una simple leyenda—tuvo que reconocer Belcebú—. Hasta que encontré el libro prohibido.

—¿Libro prohibido?

—Cuando estaba investigando sobre Satanás, busqué respuestas en la biblioteca del inframundo. Ahí fue dónde lo encontré por casualidad en lo más recóndito del lugar. El Libro de Gornil, un libro prohibido que habla sobre la resurrección de los dioses primordiales. Es decir, que los dioses primordiales realmente existieron una vez, y que hay quienes conocen el método para su resurrección, tanto como quienes lo prohiben.

—¿Quién podría tener un libro así...?—cuestionaron los cuervos.

—Desafortunadamente, la mayor parte de ese libro prohibido está desgastado—prosiguió Belcebú—. La mayoría de las secciones son ilegibles. Pero, dentro de este, encontré un pasaje que decía lo siguiente: "cuando el árbol del mundo haya absorbido el agua de la vida, Odín, el de los ojos gemelo, ofrecerá su ser como ofrenda y el mundo regresará a su estado primordial".

Un profundo silencio se apoderó del lugar, incrédulos tanto Buda como los cuervos por aquello que oían.

—Fue algo que leí hace mucho tiempo, pero finalmente he unido todas las piezas—el dios oscuro sonrió arrogante—. Bueno, puede que sea sólo mi imaginación pensar que ese contenido habla de la resurrección de los dioses primordiales, pero ese libro prohibido, en el que estaba escrito tu nombre, ¿no es acaso la respuesta a tu "deseo de toda la vida"? Oiga, dígame, señor Odín.

El sombrío rostro del anciano se arrugó lentamente, conforme una leve risa comenzaba a escapar de su pecho.

—"Dígame... dígame... dígame..."—repitió entre risas—. Eso es todo lo que saben decir, ¿por qué estoy rodeado de locos?

Y su risa se transformó en una maníaca carcajada desprovista de cordura. Las sombras se arremolinaban alrededor del padre de todos, su aplastante aura empequeñeciendo a todos los presentes.

—Yo soy el señor de la locura. Yo soy el señor de la ira. Insensatos, desaparezcan.

El dios blandió su lanza en mortal ataque, listo para desatar la muerte en aquel malito rincón del Valhalla. Belcebú alzó su bastón y Buda se puso en guardia, sin embargo el ataque jamás llegó, pues rayos se abrieron paso desde el cielo y pararon en seco el movimiento del dios escandinavo.

—¿Qué está pasando aquí?—exigió saber el dios del trueno y de la guerra.

Para sorpresa de los dioses y animales reunidos aquel día, Thor entraba al campo de batalla envuelto en relámpagos, cargando pesadamente con su Mjölnir sobre el hombro.

—¡¡Señor Thor!!—chillaron Huginn y Muninn, con lágrimas en los ojos.

Quien fuese el primer combatiente del Ragnarök se plantó con firmeza entre los tres dioses enfrentados, tornándose a sí mismo en una muralla impenetrable.

—Thor, apártate—ordenó Odín.

El dios del trueno no le respondió.

—Hola, pequeño Thor—saludó Buda, con una sonrisa—. ¿No habrás venido a ayudar a Dindín, cierto?

—No tengo intención de ayudar a nadie—respondió el berserker—. Pero les diré una cosa: En esa arena cada guerrero lo ha dado todo, si alguien quiere manchar el honor de quienes lucharon, no importa quien sea... ¡No lo permitiré!

Odín, Buda y Belcebú callaron a partes iguales, sorprendidos por el inusual despliegue de emoción por parte del señor de la guerra.

—Hasta que este Ragnarök haya terminado, la vida y la muerte se decidirán en la arena. Eso es lo que debemos mostrar a los formidables oponentes que cayeron, es el deber de un guerrero.

Buda apretó los puños, incapaz de ocultar su sonrisa.

—Vaya, no sabía... No sabía que el pequeño Thor era un chico de gran corazón. Comprendo. Lo tengo claro.

Aceptando sus palabras, Thor se volvió en redondo y encaró a Odín, apuntándole con su martillo en actitud desafiante.

—Padre, ¿está bien con eso?

El dios supremo emitió un gruñido.

—Hasta que termine el Ragnarök, bien—aceptó, dándose la vuelta, disponiéndose a retirarse junto a su hijo.

—Que ni se te ocurra—siseó Belcebú, haciendo vibrar su bastón—. Todavía no hemos terminado nuestra conversación. Te sacaré las respuestas aunque sea a la fuerza.

El señor de las moscas se abalanzó sobre las deidades de Escandinavia, siendo detenido en seco por el mecánico grito de Adamantino:

—¡Alto!

Llegando al lugar desde el extremo opuesto del pasillo, Sakata no Kintoki fijó su atención en su viejo amigo.

—¿Oh? ¿Otra vez te metiste en problemas, Shaka?

De un momento a otro, lo que había comenzado como una confrontación entre dos dioses se había tornado en un festival en donde seis de los guerreros más poderosos a través del cielo, la Tierra y el inframundo se veían las caras.

—No interfieras, Adamantino—ordenó Belcebú—. Si lo haces, te destrozaré.

—"No rebajes la dignidad divina que mostraba Hades"—le recordó el dios cyborg—. Eso es lo que me dijiste a mí.

Adamantino puso su mano sobre el bastón de quien en antaño fuese su salvador, aún cuando su extremidad metálica comenzó a caerse a pedazos por el contacto con la vibración del mismo.

—Normalmente eres tan frío como el hielo del infierno. "El señor Belcebú, el gran rey de las tinieblas". Pero ahora deja de hacer estupideces, maldito idiota.

Belcebú bajó la mirada, ensombrecida, desistiendo de su misión. Thor y Odín retomaron su camino, pasando al lado del legendario niño de oro.

—¡Hola, Kin-chan!—saludó Buda.

—Tú no te quedas quieto nunca, ¿verdad?—respondió el cazador de demonios.

La severa mirada de Odín se fijó sobre él, irradiando una tremenda hostilidad. Finalmente, ambos dioses nórdicos desaparecieron en la distancia, dejando al resto por su cuenta.

—¡Llegaste en un buen momento!—rió Buda.

—¿Qué pasaba con ese anciano enorme?—cuestionó Kintaro—. Me miró con tanto odio que me asusté muchísimo.

—Ah, ese era Odín, quizá le caes mal porque le dije que fuiste a investigar el Tártaro.

—¡¿P-por qué le dijiste eso?!—Kintoki se dejó caer al suelo, exhalando un profundo suspiro—. Bueno, no importa, pero estoy cansado, el inframundo es agotador.

—Oh, vaya... ¿cómo te fue?

—Digamos que no sirvió de mucho ir. La vigilancia en el Tártaro es extremadamente dura. Es absolutamente imposible infiltrase y contactar a los dioses prisioneros dentro.

Buda se cruzó de brazos.

—Hmm, ya veo. De alguna manera, me está dando más ganas de ver al pequeño Sig.

—No digas eso. ¡¡Es imposible, ya te lo dije, imposible!!—insistió Kintaro.

El iluminado le ofreció una mano para que se pusiese en pie.

—Bueno, mientras comes algunos dulces, cuéntame más detalles,

—¿Otra vez dulces? Me gustan, pero, ¿no me saldrán caries?

—No si te cepillas bien.

Belcebú observó al iluminado en silencio, mirándolo marcharse.

—Pero bueno, hasta la próxima pequeño Bubu.

—Shaka, tú... ¿no me odias?—cuestionó el demonio.

Buda se volvió hacia él, confundido.

—¿Odiar?

—Ya lo sabes, ¿verdad?—el señor de las moscas sonrió fríamente—. El que plantó la semilla de Hajun en Zerofuku fui yo.

—Oye, Belcebú...—murmuró Adamantino.

—Probablemente tu odio te lleve a querer hacerme pedazos y matarme, ¿no es así?—insistió el dios oscuro.

Buda se volvió hacia él, mirándolo muy seriamente, ambos frente a frente, una mirada salvaje en el rostro del iluminado conforme sacaba de entre sus ropajes la Ono no Fuko de su difunto compañero. Belcebú agachó la cabeza, aceptando su destino con alivio.

BONK

Tras darle una buena sacudida, el ex-humano le sonrió a la sombría deidad.

—Bueno, con eso bastará.

—¿Eh?

El iluminado sonrió nostálgico.

—A mí, el pequeño Zero me enseñó que es inevitable que brote el odio en tu corazón. Pero, dejarme llevar por el odio sería como traicionar al pequeño Zero. Seguiremos juntos el camino de la luz, hicimos esa promesa. Por eso yo no te odiaré.

"Es mejor así, ¿no, pequeño Zero?"

Con una sonrisa que no se molestó en disimular, Belcebú retrajo su bastón y se volvió para retirarse.

—Tú también eres bastante molesto. Pero si algún día te entran las ganas, ven a matarme—pidió—. Sé que podrías ser capaz de hacerlo.

Buda se rió nerviosamente, sin saber exactamente como reaccionar a tan extraño cumplido.

—Eres un tipo muy raro, ¿eh?

Mirando al dios oscuro retirarse, una pregunta brotó en la mente de Adamantino.

—Dijiste que no lo odias, pero le pegaste en la cabeza.

—Ah...

—¿Qué fue eso?

—Lo siento, sin querer salió mi adolescencia—rió Buda.

—"Sin querer", este tipo no lo tiene miedo a nada—bufó Adamantino.

—El problema es que para él no existe el miedo—se burló Kintaro.







"SOL ROJO"

"SOL ROJO SOBRE EL PARAÍSO"


Mientras tanto, en la arena del Valhalla, la audiencia estaba envuelta por un silencio insólito, únicamente roto por el choque de sables y filos cortando el aire.

El campo de batalla se caía a pedazos, con edificios, estructuras y adornos siendo cortados como mero daño colateral del choque entre ambos guerreros. Rugían los vientos huracanados y volaban los rayos en todas direcciones mientras ambos, dios y hombre, competían por la supremacía, lanzando tremendas cantidades de tajos y estocadas a toda velocidad.


"SOL ROJO"

"SOL ROJO SOBRE EL PARAÍSO"


Con un devastador arco ascendente, Susno'o mandó a su adversario a volar. Este giró sobre sí mismo en el aire, aterrizando contra una pared y usándola para impulsarse como una bala en un frontal embate contra el dios.


¡¡¡LIGHTNING STRIKE: GOLPE RELÁMPAGO!!!


Convertido en un as de luz eléctrica, el demonio blanco atravesó el campo de batalla en menos de un parpadeo, en curso de colusión directa con su adversario. Susano'o sonrió macabro, al tiempo que balanceaba todo su peso en un devastador golpe descendente. Ambas fuerzas volvieron a encontrarse, provocando una explosión que sacudió el escenario al completo.

Ambos hombres fueron despedidos en direcciones contrarias, arrastrándose sus pies sobre el suelo. Un pequeño corte sangrante apareció en el rostro del humano, mientras que parte de los ropajes del dios cayeron al suelo limpiamente cercenados.


"RAYOS DORADOS DEL GLORIOSO BRILLO SOLAR"

"ESTABLECIENDO UNA LUZ TAN ROJO SANGRE"


Los espectadores estallaron en sonoros vítores, comenzando a contagiarse de la enorme euforia y sed de sangre que ambos espadachines emanaban.

—N-no tengo idea de lo que es, pero lo único que sé es que es asombroso.

—Sí... como se atacan es asombroso...

—Esos dos son realmente increíbles, ¿verdad?

—Esto es... Esto es...

—La batalla a muerte entre el Dios de la Espada y el Demonio Blanco.


"AHORA LOS ANIMALES SE RETIRAN LENTAMENTE A LAS SOMBRAS, FUERA DE LA VISTA"


—¡LA SHINRA YAOYOROZU DE SUSANO'O ENCAJA LOS ATAQUES DE RAIDEN A VELOCIDAD TERMINAL! ¡PERO RAIDEN NO CEDE Y CONTRAATACA! ¡¡SIN EMBARGO, SUSANO'O ESQUIVA Y CONTRAATACA AÚN MÁS!! ¡¡ESTE ES EL ENFRENTAMIENTO DEL DESTAJA-DIOSES MÁS FUERTE Y EL DESTAJA-HUMANOS MÁS FUERTE!!

Ares miraba al campo de batalla del todo perplejo, paralizado en su lugar, incapaz de mover un sólo músculo o tan siquiera parpadear.

—Mi hermano mayor se quedó sin alma debido a lo asombroso que es esto—se burló Hermes—. Relajarse un segundo es imposible.

—Por muy letales que sean las espadas, nada supera una buena pelea a puños—bufó Zeus.

—Qué lindo, que lindo—jadeaba Anubis, salivando a chorros—. No debí haber cedido mi turno, no me canso de ese humano. Ah... hasta aquí se siente, huele tan espectacular, es tan denso el olor de la muerte...


"BRIZA ÁRIDA SOPLA A TRAVÉS DE LAS MONTAÑAS"

"DANDO VUELO A LAS AVES DE PRESA"


Meg se cruzó de brazos, pensativa.

—El Shinra Yaoyorozu, que enfrenta y repele todos los cortes, es verdaderamente una postura temible.

—Según lo que vemos, parece que abarca todo—asintió Percy—. El dios Susano'o parece haber dominado todas las técnicas de la espada creadas por la humanidad, de todas las épocas, lugares y escuelas. Y probablemente, haya alcanzado el máximo en todos esos estilos.

—Más que un dios de la espada, es un otaku de la espada—murmuró Hirst.


"EN LA DISTANCIA LAS MÁQUINAS VIENEN A TRANSFORMAR EL EDÉN DÍA A DÍA"


Susano'o le sonrió a su adversario, más que contento por como el combate se había desarrollado hasta el momento.

—Eso de antes, el Lightning Strike, fue un excelente movimiento de espada—reconoció—. ¡Ha sido majestuoso!

Raiden alzó su guardia, sintiendo las gotas de sangre deslizándose por su rostro.

—Tenías la intención de cortarme ambos brazos con un contraataque, aun así lo dices con tranquilidad—sus ojos refulgieron brevemente—. ¡Pero me estoy divirtiendo mucho!


"SÓLO EL AMOR ESTÁ CON NOSOTROS AHORA"

"ALGO CÁLIDO Y PURO"


—¿Se está divirtiendo?—se cuestionó el público.

—Si se relaja por un segundo, le costará la vida.

Raiden no le teme a la muerte—explicó entonces Blade Wolf—. Todos los días, en el campo de batalla, la muerte siempre asecha. Para Raiden, luchar a muerte es algo cotidiano.


"ENCUENTRA LA PAZ ENTRE NOSOTROS"

"SIN NECESIDAD DE UNA CURA"


—¿Aún sonríes?—inquirió Susano'o—. Justo así es como debería ser un asesino de tu calibre, Raiden.

Contra la técnica infinita del dios de la espada, Shinra Yaoyorozu, al demonio blanco sólo le queda recurrir a aquello que mejor conocía: violencia.


"CUANDO EL VIENTO ES LENTO"

"Y EL FUEGO ES CALIENTE"

"EL VUITRE ESPERA A VER QUE SE PUDRE"


La maligna aura que manaba del cuerpo del cybog echó chispas, crepitando los rayos violentamente a su alrededor. Una gota de sudor se deslizó por el rostro de Susano'o, pudiendo sentir un cambió en la violencia del ambiente.

—Oh, que bueno—dijo el dios—. Esto me emociona.

—A mí también—reconoció el humano—. Allá voy.

La sonrisa de la deidad se ensanchó conforme su expresión se tornaba en una de la más absoluta concentración.

"El aura que lo envuelve ha cambiado, es como la presión de una espada que se clava..."

Raiden atacó, cargando de frente a toda velocidad, dejando un luminoso rastro de relámpagos a su paso. Susano'o mantuvo en alto su guardia, preparado para cualquier truco de su adversario. Ambos oponentes fijaron miradas con el otro, y en medio de un chispazo Susano'o se las arregló para protegerse de un brutal golpe que no terminó de registrar.


"OH, QUE HERMOSO"

"TODO EL ESCENARIO"

"ESTO ES SACRIFICIO DE LA NATURALEZA"


El corazón del dios se aceleró violentamente. Le zumbaban los oídos y le temblaban los brazos a causa de la adrenalina.

"No veo el inicio del movimiento".

Más golpes cayeron con una celeridad tal que ni siquiera la deidad terminaba de comprenderlos. Mientras los espadazos iban y venían, Susano'o tenía la sensación de que su adversario no se movía, sino que permanecía estático en su sitio mientras el mundo era despedazado a su alrededor.

No... no era eso. Raiden se estaba moviendo a una velocidad tan grande que no podía verle. Si seguía vivo era a causa de milenios de disciplina y entrenamiento constante que habían refinado sus sentidos hasta niveles imposibles.


"CUANDO EL AIRE SOPLA A TRAVÉS"

"CON UN ENÉRGICO ATAQUE"

"LA COLA DEL REPTIL ES ARRANCADA DE SU ESPALDA"


Susano'o respiró profundamente, ladeó el cuerpo evadiendo una estocada y presionó con su hoja sobre la punta del arma de su adversario, controlando su movimiento y alejando aquella espada de su cuerpo.

Acto seguido, el dios aprovechó su posición ventajosa, con un oponente desequilibrado y con su guardia expuesta, y preparó su espada para dar un golpe de gracia.


"CUANDO EL SOL SE PONE"

"NO OLVIDAREMOS EL SOL ROJO SOBRE EL PARAÍSO"


Raiden vio el movimiento venir en cámara lenta. Se adelantó a la deidad con enorme celeridad, dando un quiebro y revolviéndose para bloquear el embate, sólo para acto seguido blandir su hoja con la la ayuda de su pie y trazar un devastador arco de destrucción descendente.

Susano'o nunca lo vio venir. En medio de un chorro de sangre que manaba de su cuerpo, el dios de la espada fue despedido de espaldas con terrible brutalidad.


"SOL ROJO"

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro