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Prometheus


El caballero de la noche había sido trasladado una vez más a la enfermería, en donde se recuperaba lentamente de sus múltiples heridas.

Él sabía bien que, aunque el destripador era peligroso, no debería haber representado una amenaza tan grave para él. Su batalla con Heracles lo había dejado demasiado dañado, eso era claro, ademas había perdido la mayoría del equipo que había traído consigo, por no mencionar la destrucción de su armadura más avanzada.

Estaba débil y vulnerable, el peor momento para que un asesino serial decidiera atacar, y por supuesto, eso mismo fue lo qué pasó.

El cristal de su ventana estalló en mil pedazos, mientras Jack se abalanzaba sobre él, balanceándose con su pistola de gancho para asestar una contundente patada doble en el cuerpo del murciélago.

Batman cayó al suelo, sintiendo varias punzadas de dolor en todas partes.

—Me disculpo por mi interrupción, sir Bat—dijo el asesino, haciendo una reverencia—. No es nada personal, simplemente mucho me temo que necesito librarme de ti con tal de que dejes de intervenir en mis asuntos. Le pido perdón, nuevamente.

El murciélago se reincorporó rápidamente y se puso en guardia, aún con su cuerpo cubierto en vendas y despojado casi totalmente de su traje.

—No te preocupes. Lo mio tampoco es personal.

Jack lanzó un cuchillo, el cual Batman evadió con un leve movimiento de su cabeza. La hoja del arma se enterró profundamente en la pared detrás de él.

El destripador se lanzó de inmediato al ataque, lanzando un puñetazo tras otro.

Batman logró esquivar todos los golpes, con dificultad, y mantener las distancias con su enemigo.

El asesino tomó un nuevo cuchillo entre sus manos y siguió atacando con más velocidad, lanzando cuchilladas de un lado a otro sin descanso.

Batman retrocedió levemente, para luego dar un salto, girando por sobre su oponente, aterrizando así a su espalda y aprovechado para tomar un par de batarangs de su cinturón, el cual reposaba en una mesa al lado de su catre.

El murciélago atacó, abalanzándose sobre su oponente, entrechocando sus armas con el cuchillo del destripador a tal velocidad que el metal echaba chispas por el aire.

Jack retrocedió para evadir un golpe y trató de asestar un golpe descendente, el cual Batman esquivó rodando por el suelo, reincorporándose rápidamente y lanzando una patada giratoria al brazo de su oponente, arrancándole el cuchillo de las manos.

Luego, el caballero oscuro trató de lanzar una nueva patada, siendo bloqueada por los brazos del destripador, quien se aferró a su pierna y lo lanzó con violencia contra la pared.

—Oh, pero mire el desorden que estamos haciendo en tan hermosa sala—se lamentó el asesino, mientras sacaba de su cinturón dos nuevos cuchillos, uno para cada mano.

Batman se reincorporó como pudo y lanzó uno de sus batarangs, el cual fue desviado por un certero golpe de los cuchillos del asesino.

El caballero de la noche dio un salto por sobre su oponente, se agachó para esquivar una estocada y respondió con un golpe con el batarang que le quedaba, aunque fue detenido nuevamente por los cuchillos de Jack.

Batman trató de retomar distancia, pero fue un error.

Jack comenzó a arrojar cuchillos uno tras otro, los cuales el murciélago esquivó a duras penas antes de acercarse lo suficiente al asesino para responder con una patada.

Jack se agachó, esquivando el movimiento, y contraatacó con un gancho ascendente que derribó al murciélago.

—Esta herido, deje de luchar, sólo lo hará más doloroso.

La respuesta de Batman: saltar por la ventana.

—Maldición...—murmuró Jack.

Batman disparó su pistola con gancho mientras caía, sujetándose de la pared exterior del estadio del Valhalla.

Sin embargo, Jack era listo, y dando un golpe con todas sus fuerzas, logró cortar el grueso cable metálico que sostenía a su rival.

Batman cayó varios metros al suelo, dislocándose el brazo izquierdo con la caída.

Jack no perdió el tiempo para bajar y perseguirlo, lanzando cuchillos a toda velocidad.

El murciélago no tuvo más remedio que echar a correr a través de los jardines divinos del Valhalla, tratando de encontrar alguna forma de quitarse de encima a su perseguidor.

El destripador lo perseguía de cerca, y con un certero movimiento lanzó un cuchillo que iba directo al cuello de su presa.

Batman se giró sobre sí mismo y atrapó el arma con su mano derecha, a centímetros de que su hoja atravesara su piel.

Jack aprovechó ese momento para darle alcance y tratar de apuñalarlo.

El caballero oscuro evadió el ataque y respondió con una patada giratoria, logrando conectar en el pecho de su enemigo.

El asesino retrocedió levemente para tomar impulso y volvió a lanzarse de frente con sus cuchillos en alto.

Batman rodó por el suelo, evadiendo el golpe y posicionándose detrás de su enemigo.

Estaba herido, cansado, aturdido y su brazo izquierdo le colgaba sin fuerzas.

Jack se lanzó sobre él, lanzando una nueva serie de ataques a toda velocidad. Sin embargo, incluso en su terrible estado, Batman se las arregló para esquivar cada uno de los golpes y responder con una poderosa patada, directamente en el rostro de su enemigo.

El murciélago trató de aprovechar y contraatacar, pero el destripador se le adelantó, arrancándole el aire de los pulmones con un rodillazo y luego dandole una poderosa patada en la espalda.

Batman rodó por el suelo, deteniéndose a la orilla de un estanque decorativo del jardín.

El murciélago se puso de pie como pudo.

Jack sacó un nuevo cuchillo y se preparó para acabar con todo.

—Lo repito una vez más, esto no tenía por que terminar de esta manera.

Batman alzó el último batarang que tenía consigo y se dispuso a lanzarlo.

No obstante, Jack se le adelantó. Y con un certero movimiento, arrojó su cuchillo, el cual se enterró en el pecho del murciélago, justo a la altura de su corazón.

El caballero de la noche cayó sin fuerzas hacia atrás, hundiéndose en las turbias aguas del estanque.

—Moriste sin dar una sola señal de miedo—murmuró el asesino—. Eres... eras realmente admirable.

Jack el Destripador se dio media vuelta y regresó por donde había venido, sin saber que eso no era lo último que veía del caballero de la noche.







El par de hermanas valquirias caminaban silenciosamente por los pasillos del Valhalla, pensando en lo que acababa de ocurrirles.

—Lo de antes me dio miedo—confesó Göll—. El señor Belcebú es tan callado, y aún así, no creerías que mostraría sus emociones de esa forma...

Brunhild miró con seriedad hacia la nada.

—Supongo que eso significa que la derrota del señor Hades, el rey del inframundo, es un hecho que los dioses no pueden aceptar, ¿no es así?

Göll agachó la cabeza, pensativa.

—Ciertamente es así, ¿verdad?—murmuró—. Ellos debieron pensar que ganaría... nosotras también lo...

La joven se chocó de golpe con su hermana, quien se había detenido en seco frente a las puertas de una de las antecámaras de la humanidad.

—¡¿Eh?! ¿Q-qué es este lugar?—preguntó.

—Es la habitación del siguiente peleador—dijo Brunhild, con seriedad—. Te aconsejo cuidar tus modales con él, es un sujeto peligroso. Aún así, quiero que le prestes mucha atención, será algo, por decirlo de alguna forma... educativo.

La puerta, de una suave tonalidad verde con detalles en morado, era bastante grande, elegante y un tanto excéntrica, pero sin dejar de mostrar formalidad.

Sin embargo, a pesar de su apariencia relativamente simple, contaba con una tecnología del más alto calibre.

Un escáner de retina analizó a Brunhild, quien luego tuvo que teclear una contraseña en un tablero numérico, ademas de pasar su mano en un nuevo escáner.

—¿No es un poco excesivo?—preguntó Göll, mientras admiraba el finamente decorado pasillo que se habría ente ellas—. ¿De quién es esta sala de espera?

Brunhild hizo una mueca.

—Un mago—dijo finalmente—. Uno tan brillante que deja obsoleto incluso al único mago que ha existido en la historia de la humanidad de nuestro mundo.

—¡¿Ma-mago?!—preguntó Göll, confundida.

Las valquirias entraron en una gran habitación, elegante, confortable y bien amueblada, encontrándose de frente con lo que parecía una escena de horror.

Varios cuerpos yacían tirados inmóviles en el suelo, esparcidos por toda la habitación.

—Estas personas...—chilló Göll—. ¡¡Están muertas!!

Brunhild les pasó por encima a los cuerpos sin inmutarse.

—No hay que preocuparse. Sólo están durmiendo por el cansancio.

Göll miró incomoda los cuerpos.

—¿Du-durmiendo? Pero... ¡¿Qué es este lugar?!

Frente a ellas, una gran pantalla holográfica mostraba complejas ecuaciones matemáticas, planos de construcción y una cantidad de información tan abrumadora que sobrecargó la mente de la joven, incluso si era incapaz de entender nada.

Únicamente habían dos hombres de pie en la habitación, estudiando la información con detenimiento.

Uno de ellos, un joven de vestimenta algo excéntrica, en cuyo hombro reposaba una paloma metálica, se volvió hacia las recién llegadas. Su rostro mostraba a partes iguales una enorme fascinación y un cansancio abrumador, claramente su mente estaba sobrecargada por la información que había estado estudiando.

—Este sujetó está demente—dijo Nikola Tesla, el desafortunado genio inventor, con una gran sonrisa en su rostro—. ¿Ya vieron lo que está haciendo aquí? Hermosas... las perfectas leyes de la física son... lo más hermoso en este mundo.

Brunhild sonrió levemente.

—Veo que eres el mismo de siempre, señor Tesla—saludó—. ¿Cómo se encuentra nuestro invitado especial?

El otro hombre se dio la vuelta en ese momento, contestando con una voz tranquila y rebosante de carisma, aunque mostrando siempre algo de petulancia y arrogancia.

—¿Por qué no se lo pregunta directamente, señorita Brunhild?

La valquiria agachó la cabeza.

—Claro, señor Luthor.

REPRESENTANTE DE LA HUMANIDAD: ALEXANDER JOSEPH (LEX) LUTHOR

Göll ladeó la cabeza, incapaz de entender lo que veía.

El humano no parecía un luchador. Vestía elegantemente con saco y corbata, y su cabeza resaltaba gracias a una brillante calva. Fuera de ello, parecía más un político o empresario que un guerrero.

—¿Quién rayos...?

—Soy el hombre más listo que ha pisado este universo, pequeña—respondió Luthor, al tiempo que caminaba tranquilamente a un bar que tenía en la habitación y se servía una copa de vino—. O bueno, eso creo. ¿Batman sigue por aquí? No sé, no he puesto atención.

Göll parpadeó dos veces.

—Este sujeto es capaz de dejar impresionado al mismísimo Nikola Tesla... ¿y Batman es más listo que él?

Brunhild negó con la cabeza.

—Hablando meramente de intelecto, no. El señor Luthor es bastante superior a Batman—explicó—. La diferencia esta en como utiliza ese intelecto.

El humano se rió divertido.

—Me alagas, valquiria. Pero no es momento de discutir eso, ¿o me equivoco?

Göll lo analizó por un momento.

"Eh... no lo entiendo, pero sus ojos están llenos de confianza"

Brunhild miró a Lex directamente.

—Así que, ¿ya está lista su investigación para el prototipo?

Luthor dejó escapar una risa entre dientes.

—¿Prototipo? No lo creo—negó con arrogancia—. Ya he terminado el trabajo final.

Göll retrocedió ligeramente, tropezándose con uno de los cuerpos inconscientes y cayendo al suelo de golpe.

—N-no... suenas como alguien que está a punto de jugarse la vida contra un dios...

Luthor hizo una mueca.

—¿Dioses? Oh, me dan nauseas—gruñó—. Esas estúpidas sonrisas arrogantes y creen ser el centro del universo, sólo yo puedo hacer eso, ¿entiendes?

—Eh...

—Di la verdad, valquiria. ¿No sientes que su mera presencia te empequeñece? ¿No nos empequeñece a todos?

—N-no sé qué...

—¿Puedes imaginar un mundo mejor, pequeña? Eso es lo siempre he pedido—continuó el hombre—. Con los dioses alrededor, tú no eres más que una parodia de criatura, una tonta, una lisiada. ¡Al lado de Supermán, incuso la grandeza de Lex Luthor se oscurece!

Göll ladeó la cabeza, confundida.

—¿Supermán?

Luthor se acomodó la corbata.

—Perdón, la costumbre—se disculpó.

La joven valquiria miró a su hermana en busca de ayuda, pero Brunhild se limitó a observar en silencio.

—¿Estás tratando de intimidarme?—preguntó Göll, con todo el valor que pudo reunir.

Luthor se quitó su saco y se dirigió hacia la esquina de la habitación, en donde reposaban un par de gigantescas pesas, las cuales el humano levantó sin apenas problemas.

—Estoy tratando de educarte—respondió finalmente—. Ninguno de nosotros alcanza la nauseabunda e inhumana perfección de los "dioses".

El humano, entonces, dejó caer las pesas y flexionó los brazos, mostrando una enorme y trabajada musculatura.

—Toquen esto. Verdadero músculo. No el regalo de la bioquímica divina. El producto del trabajo duro.

Brunhild tosió para llamar su atención.

—Señor Luthor...

El hombre se encogió de hombros.

—Sí, tienes razón—reconoció, antes de volverse una vez más hacia Göll—. Creo que me agradas, valquiria. Eres humilde, modesta, cómicamente descoordinada, humana. En resumen, eres todo lo que "Él" no es.

Luthor se volvió entonces hacia la mayor de las valquirias.

—No sé si ya te lo dije, pero si utilizara mi traje de guerra de siempre esto no tendría sentido. Humillaría a la desdichada alma que se me pusiera enfrente. Así que pensé en crear un nuevo traje desde cero, espero que no te moleste.

Brunhild suspiró, sabiendo que lo único que buscaba Luthor era mostrar su superioridad ante todos. Por algo había traído a varios genios de la historia humana a su habitación, sólo para sobrecargar sus inferiores mentes con los conceptos más básicos de su nuevo traje.

—No hay problema, señor Luthor—dijo la valquiria, finalmente—. ¿Hay algo que le haga falta?

El humano soltó una carcajada sin gracia.

—Ambos sabemos que de poco sirve mi mente superior si carezco de los medios para mi armamento.

Brunhild sonrió y se cruzó de brazos.

—Bueno, en eso tiene mucha razón—la valquiria alzó la cabeza y gritó a los cuatro vientos—. ¡¡Göndul!!

Una voz respondió a su espalda.

—¿Sí? He estado esperando aquí desde hace tiempo.

GÖNDUL: NOVENA DE LAS 13 HERMANAS VALQUIRIAS

—¡Hermana Göndul!—se sorprendió Göll—. ¿C-cuándo...?

Antes de que nadie pudiese decir nada más, Tesla ya estaba dando vueltas alrededor de la nueva valquiria, estudiándola, midiéndola, probándola, mientras que ella simplemente permanecía firme e inmutable en su sitio, como si no le importase en lo absoluto el ser observaba de tal forma por el científico.

—¡¡Oye, eso es grosero!!—se quejó Göll—. ¡¿Qué crees que le haces a mi hermana?!

—No te preocupes, Göll—la detuvo Göndul—. A decir verdad, había tenido la esperanza de que el señor Tesla fuese mi compañero en la batalla, no obstante...

El hijo de la luz sonrió amablemente.

—Quizá otro día, señorita.

"¡¿Eh...?! ¡¿A qué rayos viene eso?!"—se preguntó Göll.

Tesla hizo una reverencia, señalando con las manos a Luthor, quien observaba la escena con desinterés.

—Queda entonces demostrado, la intuición trasciende el conocimiento, ansiaba este momento, pero habrá que esperar. Que sea todo por la ciencia.

La valquiria asintió.

—Sí, todo por la ciencia.

Göndul se encaminó hacia Luthor, quien sin pensarlo le estrechó la mano, estallando ambos en un pilar de luz verde esmeralda.


¡¡¡DIVINO TESORO: VÖLUNDR!!!


Göll salió despedida por la ráfaga de poder, mientras que el resplandor se hacía más y más intenso.

—La valquiria Göndul...—murmuró Brunhild—. El poder que reside en sus runas es...

"PORTADORA DE MAGIA"

El cuerpo de la valquiria se deshizo en tiras luminosas, las cuales envolvieron a Luthor por completo, cubriendo su cuerpo poco a poco con una enorme armadura de batalla.

La energía desprendida era tanta que incluso despertó a aquellos que habían estado inconscientes en el suelo.

—¿Qué? ¿Qué?—preguntó Galileo Galilei, abriendo los ojos.

—¡¡Increíble!!—exclamó Albert Einstein, asombrado.

—¡Que hermoso!—se maravilló Marie Curie.

—Conque eso es lo que trataba de explicarnos el pelado—murmuró Isaac Newton.

—Hay que admitirlo... ese sujeto no tiene ni un pelo de tonto—asintió Alfred Nobel.

Thomas Edison se agarró la cabeza, adolorido.

—¡Agh! ¡Que fastidio!

Finalmente, Nikola Tesla sonrió con una fascinación absoluta:

—¡Sabía que ese tipo era realmente un genio!—celebró—. Imaginar y crear, lo. Que unos llaman "Dios" otros lo llaman leyes de la física.

La voz de Luthor se escuchó desde el humo, hablado con soberbia y superioridad:

—Hace mucho tiempo deduje que si Dios es todo poderoso, entonces no es pura bondad. Y si es todo bondad, entonces no es todo poderoso. No existe un "Dios" sólo existe el hombre, un hombre, y ese hombre es Lex Luthor.

El humo y la luz se despejaron, permitiendo ver nuevamente al humano.


¡¡¡LEX LUTHOR WARSUIT!!!


El hombre ahora portaba una enorme armadura de colores verde y morados, equipada a más no poder con armas y toda clase de equipo.

—Ahora...—sonrió el humano—. Vamos a mostrarle al mundo qué pasa cuando te metes con Lex Luthor.







A través del Valhalla resonaba una hermosa melodía fúnebre.

Hermes tocaba su violín, casi como en transe. En una estantería detrás de él, reposaban una serie de partituras, cada una marcada con un nombre: Thorleif, William, Poseidón, Heracles, Steven y Zerofuku.

El dios sudaba por el esfuerzo mientras interpretaba su melodía, y al mismo tiempo que lo hacía, una pluma transcribía cada una de las notas en una nueva partitura.

Finalmente, el mensajero dió fin a su interpretación, respirando con cansancio, pero satisfecho con su trabajo.

Belcebú aplaudió respetuosamente, mientras escuchaba todo sentado en una esquina.

—Esa fue una hermosa melodía—felicitó—. ¿Es un réquiem para Hades?

—Sí...—murmuró Hermes, mientras guardaba la partitura junto con las demás, mirando sus manos con melancolía—. Este es el mejor tributo que puedo ofrecer a estos hombres.

Belcebú lo miró fijamente, y Hermes abandonó su actitud afligida para mostrarse animado.

—¡Ah, por cierto!—dijo el mensajero—. Ya que que has venido hasta mi habitación, supongo que necesitas algo.

—Sí...—murmuró Belcebú, admirando un pequeño cráneo en su mano—. Quiero que le digas a Zeus que...

Belcebú le dio un toque a la parte superior del cráneo, extendiendo desde su base un bastón, o mejor dicho, un cetro, el cual en su día había pertenecido a Hades.

—Voy a ser el siguiente—anunció el Señor de las Moscas, mientras se ponía de pie con determinación.


...

Y...  hasta  aquí  lo dejamos.

La  historia estará en pausa por ahora. Supongo que me esperaré a que terminen dos o tres rondas más antes de continuar, pero creo que por ahora estamos bien.

Ya ha pasado un buen tiempo desde que no actualizo "El Éxodo de Hércules" y ya va tocando.

Por ahora,  quisiera que me dijeran cuales han sido sus peleas favoritas y cuales consideran que pueden mejorar. La retroalimentación siempre es importante.

Por ahora, me despido, nos volveremos a ver eventualmente.

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