Jack the Ripper
El destripador corría por los pasillos del Valhalla tan rápido como sus pies se lo permitían.
La sombra del murciélago se cernía sobre él desde cerca, y impulsándolo a correr con más ímpetu.
La mente del caballero de la noche trabajaba a toda velocidad, definitivamente no estaba ante un caso cualquiera en el que necesitaba descubrir la identidad de un asesino y luego atraparlo, aquí era distinto.
No tenía nombres o identidades que encontrar, tampoco eran relevantes, todo se reducía a atrapar, derrotar y neutralizar al asesino antes de que sucediese algo especialmente malo.
Una sonrisa torcida se apoderó de rostro del destripador.
Antes de entender que sucedía, el murciélago fue sorprendido por un cable trampa, y pronto una lluvia de cuchillos cubrió el pasillo, con una trayectoria cuidadosamente planeada para apuntar al caballero de la noche.
Jack lo había tomado en cuenta todo, el tamaño, complexión, velocidad y posición de donde su enemigo estaría en el momento preciso en el que se activase su trampa.
Para Batman era claro que la inteligencia de aquel hombre rozaba limites insospechados.
El caballero de la noche tomó un par de electroimanes de su cinturón y los arrojó frente a sí.
La tormenta de cuchillas se volvió hacia los magnetos, quedando todos adheridos a ellos, e inutilizando el ataque trampa.
Jack salió de los pasillos, quedando en un espacio abierto en el exterior del estadio.
Sin perder el tiempo, el destripador extrajo un dispositivo de entre sus ropajes, una pistola con gancho, la cual disparó hacia las alturas para impulsarse hacía el cielo.
El asesino terminó por sobre las gradas humanas, corriendo encima de las murallas exteriores de la arena.
Batman disparó su propia pistola de gancho, impulsándose hacia donde su enemigo.
Sin embargo, en lugar de sólo subir a las murallas sin más, el caballero de la noche salió disparado hacia el cielo, extendiendo su capa y planeando con ella mientras su figura se asemejaba a un gran murciélago que cubría el mundo con sus alas.
Luego, girando sobre sí mismo y extendiendo las piernas, se lanzó sobre el destripador con una patada doble.
Jack esquivó el embate por muy poco, sacó un nuevo cuchillo de debajo de sus mangas, y cargó contra su enemigo de frente.
Batman alcanzó a estirar su brazo, atrapando a Jack antes de que su ataque conectara, forcejeando así ambos mientras la afilada punta del cuchillo se balanceaba peligrosamente cerca del ojo derecho del murciélago.
El destripador cargó todo su peso, obligando al caballero oscuro a quitar la cabeza antes de ser apuñalado.
Un desagradable corte pareció en el rostro del héroe, pasándole por sobre el ojo derecho, pero sin dañar su globo ocular.
Batman se lanzó hacia el frente con un puñetazo, y otro y otro, rematando su combo con una patada giratoria.
—My turn...—murmuró el asesinó, cambiando el agarre de su cuchillo.
Jack se abalanzó sobre el murciélago, lanzando una estocada tras otra con su arma.
Batman evadió los ataques con certeros movimientos, bloqueó el movimiento de su oponente y descargó sobre él una serie de veloces puñetazos en su pecho.
El caballero de la noche asestó, entonces, un devastador puñetazo en el rostro del destripador, obligándolo a retroceder un par de pasos.
Batman trató de rematar a su oponente con un último golpe, sin embargo, fue bloqueado por el brazo libre del destripador, quien balanceó su peso y cargó de nuevo con su cuchillo por frente.
El héroe retrocedió, ladeando su cabeza hacia la derecha para evadir el golpe.
Jack atacó entonces con su puño libre, ataque que el murciélago desvió con su brazo izquierdo.
Una nueva danza mortal se desató por sobre las cabezas de los espectadores del Ragnarök sin que ninguno fuera consiente de ello.
Golpes y cuchilladas volaron por el aire mientras ambos oponentes forcejeaban y esquivaban sus respectivos ataques.
Jack consiguió causarle un corte en el lado izquierdo del abdomen al murciélago, para acto seguido lanzarse de frente con un nuevo ataque directo.
Batman se hizo a un lado, evadiendo el ataque y atrapando el brazo del destripador.
Jack se soltó de un tirón y golpeó con sus puños repetidamente a su oponente, para luego sujetarlo por el traje y arrojarlo contra el suelo con violencia.
El caballero de la noche giró sobre sí mismo y se reincorporó a tiempo para evitar un nuevo ataque del asesino y se lanzó contra él con un salto.
Jack lo atrapó, tomándolo por los hombros, y lo devolvió al suelo con un feroz movimiento.
Sin embargo, Batman no cedió, tomó al destripador por la pierna y tiró de él, haciéndolo caer al suelo.
El murciélago se recompuso primero, y con el asesino viéndose superado, Jack se levantó y echó a correr, tratando de alejarse de su perseguidor.
Ambas figuras oscuras le dieron la vuelta corriendo al estadio del Valhalla, pasando por sobre el público sin ser notados por nadie.
Jack tropezó, rodando por el suelo.
El asesino no tardó en levantarse, pero los pocos segundos que había perdido le permitieron al murciélago darle alcance, abalanzándose sobre él como un depredador sobre su presa.
Batman derribó a su oponente con una patada, quien se recompuso nuevamente con algo de dificultad, se sacudió el polvo del saco, se acomodó su sombrero y retó al murciélago a que se acercase, alzando sus puños en guardia.
Batman aceptó el reto, adelantándose con una patada giratoria.
Jack superó su movimiento al adelantarse con un puñetazo que derribo al héroe. Batman se recompuso con un salto y alzó su guardia, cubriéndose de tres golpes del asesino antes de saltar y obligarlo a retroceder con una patada.
Batman comenzó a ganar terreno, conectando una patada tras otra, antes de mandar a su oponente al suelo con un derribo.
El murciélago se mostró victorioso una vez más, sólo pata ser sorprendido cuando el estadio entero tembló salvajemente, causado por uno de los peleadores en el campo de batalla principal.
Aprovechando la distracción, Jack se puso de pie y conectó una veloz sucesión de golpes, justamente en las heridas del murciélago, causándole un terrible daño a pesar de no usar demasiada fuerza.
Jack arrojó a Batman desde la muralla del estadio, haciéndolo caer decenas de metros hacia el vacío.
El murciélago, incluso en plena caída, alcanzó a apuntar su pistola gancho y disparar al destripador, atrapándolo por una pierna y haciéndole caer junto con él.
Ambos oponentes cayeron con dureza en el suelo, rodando heridos y golpeados.
Sin embargo, debido a sus heridas por su batalla contra Heracles, el murciélago fue el que terminó llevándose la peor parte del golpe.
Batman observó aturdido a sus alrededores.
El destripador lo observaba fijamente, parado a no muchos metros de él. El asesino estaba también bastante dañado, y definitivamente no en condiciones de combatir.
En un abrir y cerrar de ojos, Jack desapareció del lugar, dejando sólo a Batman, tendido en un charco de su propia sangre.
En el campo de batalla, los luchadores del lado de los humanos habían comenzado con una ventaja abrumadora sobre sus adversarios.
Zero se retorcía en el suelo, dando arcadas mientras sacaba la lengua, tosía y luchaba desesperadamente por aire.
—N... No puedo respirar...
—¡¡L-LA PATADA FRONTAL DE BUDA GOLPEA DE LLENO EN EL ABDOMEN A ZEROFUKU!! ¡¡A ZEROFUKU LE FALTA LA RESPIRACIÓN!!
El iluminado se alzó frente a su oponente, mirándolo con severidad.
—Vamos, hombre—le dijo—. Ya hemos comenzado.
Zero levantó la mirada, observándolo con odio.
Buda sonrió y lo señaló con un dedo.
—Ahora, ¿qué tal si dejamos los juegos?
El publico por el lado de los dioses comenzó a insultar al iluminado.
—¡¡E... eso fue trampa!!
—¡¡Cobarde!!
La comunidad budista de los humanos se removió incomoda.
—¿S-señor Buda...?
—¿Eh...? ¿Un Buda haciendo un ataque sorpresa?
Un hombre se rascó la barba, observando la batalla desde la primera fila.
—Hmm... la ley es la ley, sin importar que tan dura sea—dijo—. ¿Hm? Es bastante despiadado. A pesar de ser uno de los cuatro sabios...
Quien había hablado fue Sócrates, quien miraba divertido el campo de batalla.
—Es rápido para buscar pelea.
A su derecha, Jesús de Nazaret cerró los ojos, con los brazos cruzados, y asintió en silencio.
A la izquierda del grupo, el pensador Confucio se inclinó para ver de más cerca la batalla.
—"Pagar maldad con maldad..." No puedo levantar mi voz frente a mis alumnos... ¡¡Pero esto sí que me hace enloquecer!! ¡¡Supongo!!
Del otro lado de la arena, la gigantesca nube de humo que había provocado el choque de Hades comenzó a despejarse, mostrando la figura del dios griego incrustado en la pared.
Göll se inclinó para mirar desde más cerca.
—Va-vaya... ¡¡Eso fue increíble!! ¡¡No puedo creer que mandara a volar a Hades!!
La joven se volvió hacia su hermana.
—¿Pero qué fue ese movimiento?—preguntó—. ¿Qué acaba de pasar?
Brunhild no separó los ojos de la arena ni por un segundo.
—Es una de las muchas propiedades interesantes de ese metal tan peculiar, el Vibranium. El isótopo del metal de Wakanda posee la capacidad de absorber todas las vibraciones cercanas y la energía cinética dirigida a él. La energía absorbida se almacena dentro de los enlaces entre las moléculas que componen la sustancia. Como resultado, la energía cinética se disipa dentro de los enlaces en su lugar.
—¿Lo que en español significa...?
—Como las moléculas del traje de pantera están en un cero absoluto, detienen por completo el movimiento que lo impactan. Imagina que le dispararan con una pistola. En lugar de rebotar contra el metal, las balas perderían toda su fuerza y caerían al suelo sin energía.
Göll parpadeó impresionada.
—¿Y ese golpe...?
—La tecnología de Wakanda es sorprendente, Göll—afirmó Brunhild—. Sus científicos crearon el traje de la Pantera Negra para que, más allá de sólo absorber la energía de los ataques, también re-dirigiera la misma, pudiendo utilizarla para contraatacar.
ESTA TÉCNICA ES CONOCIDA COMO...
FORCE PUSH
Del otro lado de las gradas, en el palco VIP, Ares se hacía cuestionamientos similares a los de la menor de las valquirias.
—¿C-cómo pudo...? ¡¿Qué tipo de técnica podría golpear a Hades de esa manera?
Hermes se inclinó ligeramente.
—Por lo que pude ver, él desvió la energía del ataque de Hades, e inmediatamente después la envió de vuelta hacia él—explicó—. Bueno... es fácil decirlo, pero no conozco a ningún humano, ni siquiera a un dios, capaz de lograr tal hazaña contra Hades.
Ares comenzó a temblar en su asiento.
—Lo que significa... que Hades acaba de recibir... ¡¡Su propio poder!!
Sentado pesadamente en el suelo, y con la espalda recargada contra el muro de la arena, Hades levantó la mirada, con un chorro de sangre corriendo por el lado derecho de su rostro .
El dios se volvió a poner de pie, utilizando su lanza como bastón, mientras que era observado fijamente por la pantera.
—¿Todavía estás dispuesto a pelear, señor del inframundo?—preguntó el rey de los muertos.
Hades se plantó firme ante él, y lo miró directo a los ojos.
—T'Challa, ¿cierto?—murmuró—. Dime una cosa... A tus ojos, ¿qué hace a un rey?
—¿Un rey?—preguntó la pantera—. Alguien que nunca dude, que nunca ceda, que nunca se confíe, y que siempre se mantenga como el líder de su pueblo. Algunas personas ven el futuro más pronto que otras, y tienen el privilegio de mostrarle al mundo entero el camino.
Hades miró en silencio a su oponente, brevemente sorprendido.
El dios agachó la cabeza, y una sonrisa se apoderó de su rostro.
Pronto, el rey del inframundo estaba carcajeándose a todo pulmón, mientras su risa se esparcía por todo el campo de batalla con una alegría contagiosa.
Ares se inclinó, anonadado, con el rostro lleno de sudor nervioso.
—Que estrepitosa carcajada...—murmuró—. Nunca había visto eso de Hades.
—Tampoco yo...—asintió Hermes, igualmente sorprendido.
El rey del inframundo siguió riendo, mientas su oponente sólo lo miraba inexpresivamente a través de su mascara de felino.
—¿Qué es lo que te hace tanta gracia?
Hades se rascó la cabeza mientras trataba de calmar su risa.
—Me recordaste a alguien a quien conozco perfectamente.
La pantera entrecerró los ojos.
—¿Yo?
—Sí...—sonrió Hades, con nostalgia, mientras los recuerdos venían a su cabeza.
"No necesitamos ejércitos. No necesitamos traicionar. Y no necesitamos apoyo"
—Él era más noble que cualquier otro dios, más firme que cualquier otro, y era el dios más digno del titulo de rey.
El señor del inframundo alzó su lanza en alto, y miró hacia los cielos solemnemente.
—Mi hermano menor, Poseidón, Rey de los Mares.
El dios sujetó su bidente con fuerza, mientras su mirada se oscurecía.
—Y juro por su nombre... y como su hermano mayor... Me niego a ceder ante un simple rey de los hombres.
Hades sujetó su lanza desde cerca de la punta y flexionó las piernas, apuntando el extremo inferior de su arma hacia su enemigo.
Acción que llamó la atención de todo el público.
—Está sosteniendo su lanza muy arriba—dijo Ares—. ¿Qué clase de postura es esa?
T'Challa se puso en guardia, sus instintos le decían que algo grande se avecinaba.
Hades exhaló, y abriendo mucho los ojos, se lanzó a toda velocidad contra el humano.
Era un ataque desatado desde una postura inusual por Hades, conocido por la solidez de su lanza.
POR LO TANTO...
No era por impulso, sino la manera apropiada de luchar con la lanza.
La mano de Hades se deslizó por el mango de su arma, bajando más y más al tiempo que se balanceaba hacia el frente y abajo, a tal velocidad que su puño y el asta de su lanza estallaron en llamas.
Con todas sus fuerzas, el rey del inframundo... LANZÓ UN APLASTANTE GOLPE HACIA ABAJO.
¡¡PERSÉFONE: TITÁN!!
¡¡¡DESTRUCTOR DE LA TIERRA!!!
La pantera ni siquiera consideró la opción de esquivar el golpe, el ataque era demasiado rápido y tenía demasiada potencia.
En su lugar, T'Challa flexionó las piernas, alzó sus brazos y se preparó para recibir el embate.
—¡Ahh! ¡Ahí está!—exclamó Göll.
—Oh... ¡Oh no!—gritó Ares—. ¡Volverá a redirigirla con ese movimiento!
—No...—negó Hermes—. De hecho lo dudo.
—¿Eh?
El impacto de la lanza cayó directamente sobre los brazos del humano, haciendo temblar el suelo una vez más.
El traje de la pantera se ilumino, al tiempo que la energía comenzaba a ser re-dirigida.
—Intenta tomar todo esto... ¡Rey de los hombres!—retó Hades, al tiempo que daba un gran paso, destrozando el suelo a sus pies, sin dejar de aplicar presión con su bidente ni por un sólo instante.
—Se acabó—chilló Ares—. ¡Él va a desviarlo!
Hades presionó con aun más fuerza, y para la sorpresa del humano, su traje liberó toda la energía cinética de golpe en todas direcciones, creando una gran explosión de energía a su alrededor, en lugar de un sólo golpe concentrado.
—¡¿Qué...?!
Los pies de la pantera fueron arrastrados y hundidos en el suelo, mientras comenzaba a perder terreno.
Ares seguía chillando en su lugar, finalmente entendiendo lo que sucedía:
—La fuerza combinada del golpe hacía abajo y la retirada... ¡Es demasiado para que pueda desviarlo!
Hades miró fijamente a su oponente con ojos muertos.
—Yo... soy el rey del inframundo... ¡HADES!
Y con tal grito, el señor de los muertos se balanceó hacia abajo. Con el mango de su lanza casi totalmente doblado, únicamente los horcones permanecían en alto, aplastando con su poder al humano.
—Cae...—ordenó Hades—. ¡¡Y HAZTE PEDAZOS!!
El rey de Helheim salió catapultado hacia arriba por la fuerza de su ataque, aplicando una presión inconmensurable sobre el cuerpo de la pantera, quedando por encima del humano mientras lo aplastaba con su bidente.
T'Challa cedió, el suelo explotó, llamas se extendieron y piedras volaron por los aires.
Una vez más los humanos guardaron un silencio de muerte. Proteus dejó salir un grito de victoria y las valquirias se quedaron en total silencio.
La nube de polvo cubría ahora la mitad de la arena, y sobre ella se lograba apreciar a Hades, quien aún se sostenía de su lanza, mirando boca abajo al suelo desde las alturas.
El rey de los muertos se balanceó, las hojas de sus horcones se despegaron de la roca, y el dios aterrizó grácilmente en el suelo, recargando su bidente sobre su hombro y dando la espalda al titánico cráter de escombros que había dejado tras de sí.
Hades suspiró satisfecho, mientras que las valquirias miraban anonadadas el campo de batalla.
Sin perder el tiempo, el dios del inframundo giró sobre sí mismo y abanicó el aire con su lanza, despejando la nube de polvo que se había formado tras su ataque.
El público ahogó un grito cuando vieron el cuerpo de la pantera negra tendido en el suelo en medio de rocas y escombros.
—E-ÉL ESTÁ MUER...—comenzó Heimdall.
Sin embargo, antes de que pudieses acabar la frase, el rey de los muertos ya había comenzado a recomponerse.
—¡No me he rendido!—anunció—. Y como pueden ver, no estoy muerto. ¡El desafío aún continúa!
Hades lo miró sorprendido.
—Oh... Así que sigues vivo.
La pantera se sacudió los escombros del traje, completamente intacto, al tiempo que se volvía hacia donde el dios.
—La muerte es sólo un tipo de viaje distinto... a esa tierra de la cual soy rey.
Hades sonrió complacido.
—¿Todavía estas dispuesto a pelear, Rey de los Hombres?
T'Challa apuntó sus garras y se puso en guardia.
—Por supuesto... Ahora, bien. ¿Continuamos, Rey del Inframundo?
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