El estadio del Valhalla había sufrido una gran remodelación. Las gradas rodeaban un enorme foso en cuyo centro la plataforma de combate se alzaba entre el vació: un hexágono rodeado con seis columnas en cada vértice.

Sobre estas columnas, seis gárgolas de piedra reposaban mirando al centro de la arena, y alrededor de la plataforma un total de veintitrés calaveras flotantes iluminaban el escenario.

Heimdall se alzó por sobre los espectadores montado en un asiento flotante adornado con la forma de un gran cráneo humano.

—¡¡FINALMENTE LA RENOVACIÓN DEL ESTADIO SE HA COMPLETADO!!—anunció con gran euforia.

Los espectadores estaban sumamente inquietos, en silencio y expectantes. Brunhild observaba cruzada de brazos el campo de batalla, sumamente confiada en el resultado del siguiente enfrentamiento.

—LA OCTAVA RONDA DEL RAGNARÖK INICIA CON TRES VICTORIAS PARA LOS DIOSES Y CUATRO PARA LA HUMANIDAD—siguió Heimdall—. POR PRIMERA VEZ EN LA HISTORIA, LOS DIOSES PERMITIERON QUE LOS HUMANOS TOMARAN LA DELANTERA.

El presentador señaló hacia una puerta en el lateral de la arena, en donde había tallada la figura de una mosca.

—¡¡PERO PARA DESHACER TAL HUMILLACIÓN HA VENIDO ESTE DIOS DESDE EL MISMO INFIERNO!!

Las deidades en las gradas comenzaron a temblar con horror al comprender tales palabras.

—No, no puede ser posible...

—Finalmente ese tipo...

—VINO A ACABAR CON TODA ESPERANZA DE LA SUCIA HUMANIDAD. ¡¡UN DIOS MALDITO!!

La puerta estalló en mil pedazos, lanzado escombros en todas direcciones. Cosa que acobardó a los humanos en la primera fila de las gradas.

Sentado sobre el tejado del palco de las valquirias, Michelle Nostrapito sonrió con éxtasis.

—Oh cielos... ¡Parece que el chico emo va a entrar en acción! Qué miedo~

Una sombría figura emergió del pasillo, con su larga túnica negra hondeando al viento y sosteniendo un bastón cuya punta tenía forma de cráneo humano.

—FORJADO EN LAS SOMBRAS MÁS PROFUNDAS. EL DIOS DE LA OSCURIDAD. ¿QUÉ ARRASTRA CONSIGO? ¿LA RUINA O LA PROSPERIDAD?

Un par de largos soportes metálicos emergieron a los lados del umbral, rotándose y levantando una serie de peldaños que al entrelazarse se convirtieron en un puente que le permitió el paso al luchador a través del abismo.

—NO SABEMOS A QUÉ LADO ATACARÁ, ¿A LOS DIOSES O A LA HUMANIDAD? DE LOS SIETE PECADOS CAPITALES, ES EL SACERDOTE DE LA GULA.

Las calaveras llameantes que iluminaban el estadio se alinearon a los costados del puente, como si de soldados haciendo un saludo miliar se tratase.

—GOBERNANTE DE LOS ESPÍRITUS MALIGNOS, INCLUSO LOS DIOSES LO ABORRECEN Y LE TEMEN. EL PODER DE SU MALDICIÓN FINALMENTE SERÁ LIBERADO.

Una poderosa y macabra aura de poder emanaba del oscuro dios mientras se abría paso, como si la plaga y la enfermedad le siguiesen a donde fuese.

—LA HUMANIDAD TIEMBLA DE MIEDO CADA VEZ QUE ESCUCHA SU SOBRENOMBRE: "EL SEÑOR DE LAS MOSCAS"

En las gradas humanos, los diversos grupos religiosos comenzaron a sudar nerviosos y temblar con horror.

—E... el señor de las moscas...

—¡E... el demonio!

—¡¡El Diablo ha venido!!

Finalmente, el hombre llegó al campo de batalla, parándose imponente con los brazos sobre su bastón y una mirada fría en los ojos.

—¡¡BELCEBÚ!!

¡El Dios Maldito por Satanás!

Las deidades en las gradas comenzaron a murmurar.

—F... finalmente apareció... sin duda, me da asco sólo verlo.

—Se dice que todos los dioses que se acercan a él terminan muertos.

—Tch. Debe ser el fin del mundo para que tengamos que pedirle ayuda a alguien así.

—Supongo que tampoco hay que pedir mucho si se trata de exterminar a la humanidad.

El dios oscuro los escuchaba en silencio, sin reaccionar o inmutarse.

—Vaya...—murmuró Göll desde su palco—. Parece que los dioses no están muy felices... tiene un aire muy extraño. ¿El señor Belcebú no es demasiado odiado?

Brunhild asintió con la cabeza, dedicándole una mirada de lástima al Señor de las Moscas.

—Sí, ese es el tipo de dios que es Belcebú...

Mientras la deidad maldita permanecía con aire sombrío en el campo de batalla, Heimdall retomó la atención del público.

—Y AHORA, EL REPRESENTANTE DE LA HUMANIDAD QUE SE ENFRENTARÁ AL DIOS MÁS OSCURO DEL INFIERNO, AL MÍSMO SEÑOR DE LAS MOSCAS, BELCEBÚ... ¡¡ES ÉL!!

Un nuevo puente se desplegó en el extremo opuesto de la arena y las puertas del lado humano se abrieron, mostrando un oscuro pasillo del que sólo salió silencio.

—¿Eh...?—murmuró Heimdall.

—¿Qué es eso?—preguntaban los humanos.

—¿Nadie saldrá?

Entonces, una carcajada llena de arrogancia resonó por el túnel, mientras el sonido de una poderosa fuerza mecánica empezaba a reverberar por todo el estadio.

—¡¿Qué?!—murmuró Heimdall—. ¡Ugh! Así son los humanos, todos ellos. ¡¡Quieres hacerlo de una forma tan vistosa, bien!! ¡¡Acepto el desafío!!

El presentador señalo la puerta de entrada al estadio.

¿QUÉ ES AQUELLO QUE HACE VERDADERAMENTE PODEROSO A UN HOMBRE?

—¿SERÁ LA RIQUEZA INAGOTABLE QUE LE BRINDA RECURSOS INFINITOS?

¡NO!

—¿ES ACASO LA FUERZA FÍSICA LLEVADA AL LÍMITE DEL SER HUMANO?

¡¡NIET!!

—¿ENTONCES QUIZÁ SEA UN INTELECTO SUPERIOR A CUALQUIER OTRO SER VISTO EN EL UNIVERSO?

¡¡¡NAIN!!!

—AQUELLO QUE LLEVÓ A ESTE HOMBRE A ESTAR A LA ALTURA DE LOS DIOSES, A PODER ENFRENTARSE CARA A CARA CON EL DIOS SOL DEL PLANETA KRIPTON, NO ES OTRA COSA QUE...

¡¡¡AMBICIÓN!!!

—¡SU HAMBRE DE PODER NO CONOCE LÍMITES! ¡¡SU CIENCIA ES CAPAZ DE DOBLEGAR A LOS NUEVOS DIOSES COMO SI FUERAN CACHORROS! ¡¿Y QUÉ ES AQUELLO QUE ÉSTE HOMBRE ODIA MÁS QUE CUALQUIER OTRA COSA?!

¡¡¡A LOS DIOSES!!!

Una enorme figura salió disparada desde el túnel de salida, elevándose sobre el aire con los brazos extendidos y el sol de espaldas, como si de un mecías salvador descendiendo del cielo se tratase.

—¡SÓLO HAY DOS COSAS EN LAS QUE CONFÍA! ¡¡EN EL POTENCIAL HUMANO SOBRE TOODO LO DEMÁS Y EN SU PROPIA SUPERIORIDAD COMO INDIVIDUO!!

El hombre aterrizó finalmente en el campo de batalla, mirando de menos a su oponente mientras se alzaba sobre él gracias a la altura superior que le brindaba su armadura.

—¡¡EL AUTODENOMINADO COMO EL GENUINO "SÚPER-HOMBRE"!! ¡¡¡LEX LUTHOR!!!

¡¡ALEXANDER JOSEPH LUTHOR!!

¡Völundr: Lex Luthor Warsuit!

Al ver la enorme armadura mecánica que recubría el cuerpo del hombre, los humanos en las gradas se emocionaron con gran curiosidad.

—¿Q-qué es eso? ¡¿Es un robot?!

—Más que un robot, ¿no es un súper traje?

—¡¡¡Increíble!!!

—¡¡Es realmente genial!!

Ambos oponentes se vieron frente a frente en el campo de batalla.

—AHORA, ¿EL BROTE DE ESPERANZA DE LA HUMANIDAD SERÁ CUBIERTO POR LAS ABRUMADORAS SOMBRAS DEL GOBERNANTE DE LA OSCURIDAD? ¡¿O EL SÚPER-HOMBRE PODRÁ ABRIRSE PASÓ MÁS ALLÁ DE LA TINIEBLA?!

Heimdall tomó aire antes de gritar a todo pulmón:

—¡¡¡LA OCTAVA RONDA DEL RAGNARÖK COMIENZA!!!

En cuanto la señal fue dada, Luthor se encaminó lenta pero seguramente hacia su oponente, mostrándose confiado e imponente en todo momento mientras sonreía con crueldad.

—¿EH...? ¡¿QUÉ PASA, QUÉ PASA? ¡¡LEX LUTHOR SE APROXIMA LENTAMENTE HACIA BELCEBÚ!!

El hombre se alzó frente al dios, mirándolo desde arriba.

—¿Tú eres el tan sonado "Señor de las Moscas"?—preguntó—. No me impresionas en lo absoluto.

En su palco, Göll comenzó a temblar.

—¿Q-qué está haciendo ese tipo?

—Esa... es la típica arrogancia de Luthor—respondió Brunhild—. Podríamos llamarlo un defecto fatal... si no fuera porque siempre tiene como respaldar sus palabras.

En el campo de batalla, Belcebú le dedicó una mirada muerta a su oponente.

—Cierra la boca—dijo con tono frío—. Lo único que pasará... es que voy a destrozarte.

El humano lo miró con desagrado.

—El poderoso siempre consume al débil—advirtió—. Parafraseando las palabras de Batman en la cuarta ronda: Ustedes los dioses siempre se creen superiores a nosotros, que debemos rogarles que nos salven, que nos perdonen. Pero no necesitamos ser salvados, debemos ser liberados. Y el gran secreto es que al final ustedes quieren ser salvados de nosotros.

La sonrisa en su rostro se ensanchó.

—Así que, Belcebú, muere siendo que nosotros los miramos a ustedes, quienes esperan lo mejor de nosotros, riendo.

El hombre se carcajeó, regocijándose en las expresiones de perplejidad de los dioses en las gradas.

Pero, para su disgusto, Belcebú no reaccionó de la misma forma.

—¿"Salvación"? ¿"Liberación"? No me importa...—sus ojos muertos le sostuvieron la mirada a su oponente—. Terminemos con esto de una vez por toas.

De un segundo para otro, el suelo bajo los pies del dios se hizo pedazos, creando una línea de destrucción que atravesó el campo de batalla a toda velocidad hasta donde Luthor.

El hombre sonrió confiado y se cruzó de brazos.

El ataqué lo golpeó, pero no le ocasionó ningún daño, puesto que la energía del golpe se había dispersado en su totalidad alrededor de su cuerpo, como si de un escudo se tratase.

El pilar que se alzaba a espaldas del humano fue completamente pulverizado por la energía residual del movimiento.

—¡¿QU... QUÉ?! D... DE PRONTO APARECIÓ UNA GRIETA EN EL SUELO. ¡Y DESPUÉS DE ESO, EL PILAR SE HIZO AÑICOS SIN QUE LEX RECIBIESE UN SÓLO RASGUÑO! BELCEBÚ... ¡¿LANZÓ UN PODEROSO ATAQUE MÁGICO SIN LA NECESIDAD DE MOVER UN MÚSCULO?!

Luthor miró con repugnancia al presentador.

—Era de esperarse que una mente tan pobre como la tuya no lo entendiera—escupió—. ¿"Ataqué mágico?" No me hagas reír. He visto magia con mis propios ojos más de una vez, y déjame decirte que eso no se le parece en nada.

Sus ojos relucieron con malicia.

—Ahora... terminemos con esta farsa.