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Aria on the G String


—RECUERDEN, EL DESTINO DE LA HUMANIDAD DEPENDE DE ESTE COMBATE.

Representante de la humanidad: William Joseph Batson (Shazam)

La presencia del humano ponía nerviosos a los dioses, su poder se sentía desde lejos y era superior a cualquier cosa que hubiesen visto alguna vez.

—¿El poder de Zeus...?—murmuró el cuervo blanco de Odín.

—Tiene que ser una broma...—graznó preocupado el cuervo negro, lamentándose por adelantado del dios a quien le tocase enfrentar al hombre.

Las demás deidades se encontraban en una posición similar.

—La fuerza de Hércules y la velocidad de Mercurio...

—¿Se atreve a usar el poder de los dioses contra nosotros?

—Pues lo hace... y no quisiera ser yo quien lo enfrente.

La expresión del humano parecía seria, pero relajada, inspiraba confianza, sin embargo, en segundos su mueca se ensanchó en una amplia sonrisa.

—¡Esto es increíble!—rió—. ¿De verdad todos esos son dioses? Genial.

Heimdall se rascó la cabeza, incomodo.

—Ehm... sí, claro... ejem—el dios se volvió a dirigir al público—. ¡¡Y AHORA, ENFRENTÁNDOSE AL MORTAL MÁS PODEROSO QUE EXISTE POR SÍ MISMO, Y SIGUIENDO AL DIOS NÓRDICO MÁS PODEROSO DE LA PRIMERA BATALLA, TENEMOS AL DIOS MÁS PODEROSO DE TODA LA INDIA HACIENDO SU GRAN ENTRADA!!

Shazam se removió emocionado mirando con atención al túnel por el que habría de legar su oponente, pero nadie apareció para combatirlo.

—Eh... ¿hola? ¿Hay alguien ahí?—preguntó el humano, confundido.

El teléfono de Heimdall, un luminoso disco flotante, empezó a sonar, alertando al confundido dios, quien respondió a la llamada sin entender lo que sucedía.

—¿Cuál es su problema?—se preguntó Geir, mirando desde la distancia.

Heimdall escuchó atentamente lo que le decían a través del teléfono.

—¿Qué? ¿Cambiamos el orden? ¿Entonces quién sigue? Espera... ¿Quién?—los ojos del dios se abrieron como platos—. ¡Imposible!

Las luces del estadio se apagaron, dejando la arena sumida en tinieblas, el único brillo en los alrededores provenía de los rayos del propio Shazam.

—¿Eh? ¿Por qué está tan oscuro?—se preguntó Geir.

Brunhild no sabía que responder, se encontraba igualmente sorprendida.

Entonces, la suave melodía de un violín se deslizó por el aire, llegando a los oídos del público.

—¿Hm? ¿Qué es ese sonido?—se preguntaban.

—¿Es un violín, cierto?

—Pero, ¿quién lo está tocando?

Un hombre con anticuadas vestimentas elegantes se inclinó hacia otro de una vestimenta similar.

—Está canción... ¡Maestro Bach...!

Este era el Hijo Pródigo: Wolfgang Amadeus Mozart.

—En efecto, está es mi "Aria sobre la cuerda de Sol", y aún así...—respondió el otro hombre entre lágrimas—. En todos mis años, nunca escuché que fuese interpretada de manera tan hermosa antes.

Él era el considerado Padre de la Música: Johann Sebastian Bach

—¡¡ESTO REALMENTE ES UN CONVENIO CELESTIAL!!

La luna llena iluminó el cielo, asomándose de entre las nubes.

Un hombre vestido elegantemente salió caminando tranquilamente por el túnel de los dioses, tocando el violín con una habilidad y majestuosidad indescriptibles.

Geir y Brunhild abrieron mucho los ojos y retrocedieron alarmadas.

—¡¿Ese es Lord Hermes?!—preguntó Geir.

La joven se volvió hacia su hermana.

—¿Nuestro próximo oponente es Lord Hermes? Pero su nombre no estaba en la lista, ¿verdad?

Brunhild no le prestó la más mínima atención, su rostro se había tornado en terror absoluto al conocer de algo que su hermana menor ignoraba por completo.

—No pude ser...

—Oh... Les pido disculpas—dijo Heimdall al público—. Parece que tuvimos algunas dificultades técnicas... ¡¡PERMITANME PRESENTARLES NUESTRO SEGUNDO COMBATIENTE POR PARTE DE LOS DIOSES!!

Shazam hizo una mueca.

—No es el tipo del violín, ¿verdad?

Hermes se limitó a mirar al humano de reojo y sonreír divertido mientras continuaba con su canción.

—EL ÚNICO QUE ENFRENTARÁ AL MORTAL MÁS PODEROSO ES ESTE DIOS, NO... ESPEREN... ¡¡ES ACTUALMENTE EL ESTIMADO CABALLERO QUE ESTÁ AHÍ!!

Un poderoso reflector arrasó con la oscuridad, revelando finalmente al siguiente luchador por parte de los dioses.

—Hola a todos—saludó el anciano, agitando animadamente el brazo izquierdo en el aire—. ¡SEAN AMABLES CONMIGO!

Geir saltó de su lugar con los ojos muy abiertos, soltando un grito de terror. Brunhild abrió mucho los ojos y retrocedió con terror al confirmarse sus sospechas.

"¡¡¡ESE VIEJO BASTARDO...!!!—pensó lo valquiria.

El participante de los dioses era un pequeño anciano de aspecto muy frágil, en la cabeza únicamente tenía un mechón de delgado cabello blanco, unas pobladas cejas canosas sobre las cuencas vacías que tenía por ojos, una larga barba y bigote igualmente blancos colgando de su cara bajo su sonrisa sin dientes. El decrépito luchador iba vestido única y exclusivamente con una holgada túnica griega que atravesaba su cuerpo con una banda desde su hombro izquierdo hasta el lado derecho de su cintura, donde se conectaba con un largo faldón que hondeaba al viento.

El viejo sostenía su peso en un largo bastón de madera que sujetaba con la mano derecha mientras saludaba al público con la mano izquierda y apuntaba al cielo.

—¿¡LORD ZEUS SE LANZÓ AL SEGUNDO ROUND!?—gritó alarmado un dios con cabeza de lobo.

Los mortales no compartían la emoción.

—¿Huh? ¿Qué pasa con ese viejo frágil?—preguntó Mozart al aire—. ¿Siquiera puede pelear?

Todos los humanos entendían su confusión, no encontraban sentido alguno, ni se sentían amenazados, por la presencia del viejo.

—Él es un dios... ¿tal vez?—murmuró otro humano.

Mientras Hermes seguía tocando, Zeus alzó los brazos al cielo con emoción.

—¡Todos!—gritó—. ¡Bien! ¡Aquí vamos!—el viejo chasqueó los dedos—. ¡HERMES! ¡VAMOS CON TODO!

El dios mensajero siguió tocando su violín.

—Pobre de mí. ¡¡Cuántos milenios han pasado...—alzó el brazo derecho con el que sostenía el arco, a su alrededor aparecieron flotando una decena de violines aparte del que ya tenía, el aura de poder del dios se extendió y atrapó los instrumentos—. Desde que anuncié la marcha de Lord Zeus para batallar... CON ESTA CANCIÓN!!

Los violines se alinearon en el aire, formando un círculo atrás de Hermes, luego todos fueron conectados con los demás por medio de un círculo con forma de pentagrama musical. Hermes tocó una nota que resonó con toda la potencia de sus once violines mientras sonreía con una satisfacción salvaje.


¡¡MASACRE EN EL CUADRILÁTERO DE LOS DIOSES!!


—¡¡OH!!—gritó Mozart con emoción.

Bach alzó el puño.

—Así que este es el concierto de los dioses...

Zeus abrió la mano derecha y dejó caer su bastón mientras se reía, el instrumento chocó con el suelo en un gran estrépito.

—Esta canción siempre me hace arder la sangre.

El estadio se iluminó con docenas de reflectores, luces multicolores y destellos salvajes en un increíble espectáculo.

Zeus abrió los brazos y las piernas haciendo una extraña pose y empezó a mecerse al ritmo de la música.

—¡ES MOMENTO DE LLAMAR AL PADRE DE LOS DIOSES...! ¡¡NO!!—se interrumpió Heimdall.

Zeus se llevó la mano izquierda al oído, haciendo una seña de "¡no los escuchó!"

Shazam parpadeó dos veces, sin comprender lo que veía, pero fascinado con el show de luces.

—D P D C—dijo Heimdall—. ¡¡DIOS PADRE DEL COSMOS!!

Zeus arqueó la espalda y levantó el brazo izquierdo al aire mientras sonreía con su boca sin dientes.

Los dioses alzaron los puños y empezaron a vitorear.

—D P D C

—D P D C

—D P D C

Zeus extendió ambos brazos mirando al cielo, regocijándose entre las alabanzas y vítores.

Hermes seguía tocando su melodía casi en transe.

El anciano empezó a mover los brazos y a posar con emoción mientras la música seguía resonando y los espectadores celebrando.

—D P D C

—D P D C

—D P D C

—D P D C

Zeus y Hermes se pararon frente a frente y se hicieron una reverencia mutuamente sin dejar de tocar su melodía.

Los dioses gritaban eufóricos y alzaban los brazos como si de un concierto se tratase.

"Oh, empezaron a bailar..."—pensó Geir mientras miraba la arena con una cara de confusión y vergüenza ajena.

—Querida hermana, ¿qué estoy viendo en este momento?—pregunto la joven.

Brunhild tenía una expresión muy similar a Geir en ese momento.

—No tengo idea.

Los humanos estaban en una situación muy similar, su confusión sólo había aumentado hasta niveles astronómicos.

—¿Por qué están bailando?

—Dan miedo.

—Como dije, ¿¡Quién demonios es ese viejo!?

Zeus no paraba de bailar y posar claramente muy feliz por la situación.

—¡USANDO LOS PODERES DE LA CREACIÓN A SU PROPIO CAPRICHO, REGRESANDO AL VACÍO LO QUE NO LE QUEDE BIEN EN SU ELEGANTE ESPALDA.

Zeus se arrodilló en el suelo, juntando sus dos manos sobre su cabeza en forma de flecha, entonces, sus dos piernas crecieron a un tamaño gigantesco, se abultaron de músculos y se le hincharon las venas.

—EL VERDADERO...


¡¡¡REY DE LOS DIOSES!!!


Los humanos abrieron los ojos muy aterrados mientras se inclinaban hacia la arena para ver mejor.

—HACE EONES...—seguía Heimdall—. LUCHO EN LA TITANOMAQUIA PARA DECIDIR AL DIOS MÁS PODEROSO...

El abdomen y pecho de Zeus se hincharon y crecieron de la misma forma que lo hicieron sus peinaras mientras el dios se ponía de pie con emoción. Luego flexionó sus brazos, que crecieron y se llenaron de músculos también.

—INFAME POR HABER COMETIDO EL CRIMEN DE PARRICIDIO, EL VIEJO, ¡¡ENTRA A LA BATALLA!!

Heimdall se arrodilló en su sitio y señaló a Zeus con su mano izquierda abierta. Los ojos cubiertos en lentes del dios brillaban con un resplandor rojo.

—SU NOMBRE ES...

El viejo terminó de ponerse de pie, con las piernas muy abiertas, el brazo izquierdo extendido hacia el suelo y el brazo derecho elevado hacia lo más alto del cielo, una seria de explosiones de fuego y fuegos artificiales se extendieron por todos los alrededores del dios mientras que Hermes terminaba su concierto.

Todos los dioses alzaron los brazos al aire con y señalaron el cielo imitando la pose del viejo y gritaron al unísono su nombre con una inconmensurable emoción.

¡¡¡ZEUS!!!

¡¡YEEEEAAAAH!!

Los humanos retrocedieron en sus asientos acobardados.

—¡¿Es Zeus!?

Hermes se inclinó he hizo una reverencia mientras recibía los aplausos de los dioses por su interpretación musical.

Los reflectores apuntaban a Zeus, quien estaba extremadamente emocionado mientras, al igual que Hermes, recibía los aplausos del público.

Geir temblaba y retrocedía aterrada.

—Huh... ¿Qué? ¿Qué está pasando...?—preguntó la joven—. ¿Por qué...? ¡¿POR QUÉ EL JEFE FINAL ESTÁ ENTRANDO AL PRÓLOGO?!

Brunhild se mordió el pulgar derecho con furia.

—Nunca pensé que él se presentaría tan temprano...—la valquiria se sacó el dedo de la boca y escupió la uña que se había arrancado—. Tengo que admitir que... esto estaba fuera de mis expectativas.

Zeus alzaba ambos brazos al aire y se paraba en las puntas de los pies con emoción.

Hermes lo miró desde cierta distancia, con los brazos cruzados tras su espalda.

"Demonios..."—pensó el dios mensajero—. "Sirvo a un maestro bastante molesto..."







MINUTOS ANTES

EN LA ENTRADA DEL TÚNEL:

Una figura caminaba tranquilamente hacia la arena, éste no era otro que Shiva, el dios hindú de la creación y destrucción.

Shiva sonreía con arrogancia mientras se dirigía a la salida del túnel, tenía sus dos ojos superiores abiertos mientras mantenía los dos interiores serrados. Su ojo central veía todo tranquilamente.

El dios se estiraba y preparaba con calma, con sus dos brazos superiores por arriba de su cabeza y atrás del cuello. Mientras que sus dos brazos inferiores hacían lo propio por delante de su cuerpo.

—Jeje... tengo que calmarme un poco...—dijo Shiva para si—. Si me presento así... él será un montón de cenizas en un instante.

El dios apretó su puño inferior izquierdo con arrogancia mientras sonreía confiado.

Shiva siguió su camino, moviendo sus hombros en círculos para calentar los músculos. Entonces una mano arrugada se posó en su hombro, y el dios se volvió sorprendido a sus espaldas.

Al voltear a ver, se encontró con quien lo había tomado por detrás era Zeus, y junto a él estaba Hermes. El anciano saludó con la mano mientras dedicaba a Shiva una sonrisa sin dientes.

El dios hindú le devolvió el saludo y la sonrisa.

—¿Qué pasa abuelo?—dijo el dios—. ¿Viniste hasta aquí para apoyarme?

Sin embargo, Zeus sólo volvió a posar su mano derecha sobre el hombro de shiva y miró al dios hindú fijamente con las cuencas oscuras que tenía por ojos.

—Este es mi turno—dijo Zeus con una voz profunda.

Shiva se quedó mirando al viejo fijamente por un momento, sorprendido y en silencio. Entonces su mirada se endureció con enfado.

—Anciano... ¿Qué tratas de decir? ¿Yo soy el siguiente, verdad?

—Este es mi turno—volvió a decir Zeus.

Shiva bajó la mirada, cruzó los brazos inferiores por detrás de su espalda y bajó los brazos superiores, apretó los puños y respiró profundamente para intentar tranquilizarse y armarse de paciencia para tratar con ese anciano.

—¿No habíamos acordado que serías el último?—dijo Shiva, tratando de ser lo más claro posible—. Si me estás pidiendo que te deje pasar antes, olvídalo. Han pasado varios miles de años desde que me emocionaba así...

Zeus permaneció impasible, sin soltar a Shiva.

El dios de la destrucción abrió todos sus ojos y miró iracundo a Zeus.

—¡QUÍTAME LA MANO DE ENCIMA!

Shiva se quedó en un total silencio y miró con enfado y temor a Zeus, quien seguía sin inmutarse, con la mano sobre el hombro del dios hindú, mirándolo fijamente con sus cuencas vacías y una sonrisa sin dientes.

—Este es mi turno—se repitió Zeus.

El rostro de Shiva reflejaba una ira nunca antes vista.

—... ¿HUH?

Hermes miraba el espectáculo con interés mientras se llevaba el puño a la barbilla. Zeus se limitó a sonreír de nueva cuenta a Shiva.

El dios destructor emitió un aura amenazante, con los ojos muy abiertos y los cuatro brazos flexionados a sus costados, con las palmas abiertas y los dedos doblados.

—¿¡ESTÁS MAL DE LOS OÍDOS VIEJO DE MIERDA!?—gritó iracundo el dios—. ¡TE DIJE QUE NO...!

El agarre de Zeus sobre el hombro de Shiva pasó de casual y amigable a simplemente aplicar algo de presión. El dios hindú miró con sorpresa como Zeus lo había obligado a arrodillarse solamente presionando un poco su hombro.

Shiva no podía creerse que hubiera sido doblegado con tanta facilidad.

—ESTE ES MI TURNO—dijo Zeus una última vez.

Ambos dioses se miraron fijamente, Shiva serró sus dos Ojos inferiores.

—Ya veo... así que será así...

El dios hindú agarró el brazo de Zeus con su brazo superior izquierdo y lo arrancó de su hombro antes de arrojarlo atrás con violencia.

El dios destructor se puso de pie nuevamente con una mirada sombría.

—Entonces no te importará... TENER QUE PELEAR CONMIGO AQUÍ Y AHORA. ¿CIERTO?

Hermes cruzó sus brazos por detrás de su espalda.

—Oh... que emocionante—murmuró para si.

Zeus no dijo nada, miró fijamente a Shiva únicamente con su ojo derecho, de la cuenca negra brillo el orbe amarillo del dios.

Shiva miró aterrado a Zeus, apartó la mirada y suspiró con resignación.

—Creo que no tengo opción...—dijo señalando el túnel con una mano.

El dios se recargó contra la pared y fingió que no le importaba el asunto en lo más mínimo.

—Ve. Eres mi superior después de todo—dijo Shiva—. Solo recuerda que me debes una.

Zeus rio con satisfacción mientras pasaba de largo a Shiva.

Hermes siguió a su maestro desde una distancia respetuosa.

"Bueno, eso fue decepcionante... ¿así que se rindió?"—pensó Hermes para si mismo.

Zeus se dirigió a la salida del túnel dando saltitos animadamente.







"Él debe ser el dios más desvergonzado de la existencia"—se dijo Hermes a sí mismo con una sonrisa en los labios.

—¡Y AHORA! ¡NUESTRA SEGUNDA RONDA SERÁ SHAZAM VS ZEUS! ¡¡UN ENCUENTRO HECHO EN EL CIELO!! ¡¡UNA BATALLA ENTRE EL MORTAL MÁS PODEROSO Y EL DIOS MÁS POTENTE!!

Ambos lados de las gradas empezaron a vitorear y gritar a todo pulmón.

—¡Lord Zeus! ¡Aniquílelo de un sólo golpe!—llamaban los dioses.

—¡Buena suerte!—gritaban los humanos—. ¡¡Muéstrales el inflexible espíritu del hombre!!

Shazam miró fijamente a Zeus a los ojos, le apuntó con un dedo por un par de segundos y luego comenzó a aplaudir y reír alegremente.

—Cielos... ¡eso fue increíble! ¡Las luces! ¡La música! ¡Genial!

Zeus se le acercó velozmente dando alegres saltos, mostrándose imponente frente a él, pero agitando las manos con emoción.

—Ya lo sé, muchas gracias, muchas gracias, niño—rió el dios—. Ahora dime, ¿estarás bien sin esa cosa? Ya sabes, la "unión valquiriana" esa cosa.

Zeus se inclinó sobre Shazam, quedando sus rostros a pocos centímetros de separación, los orbes amarillos del inmortal refulgieron brevemente en sus cuencas negras.

—Sin eso, niño, terminaré antes de que lo sepas.

Shazam alzó una ceja antes de volver a reírse confiado.

—¿El Völundr? Nah, no lo necesito—aseguró el humano, al tiempo que alzaba su puño derecho, el cual chisporroteaba cargado de electricidad—. Será pan comido, abuelo, tengo todo tu poder y mucho más.

Geir miró confundida al mortal más poderoso.

—¿Sin völundr? Pero, hermana Hilde, ¿no habías dicho que sin nosotras los humanos no tendrían ninguna posibilidad...?

Brunhild frunció el ceño.

—Sí, y es verdad, para la mayoría de nuestros guerreros, al menos—aseguró—. Pero el Capitán Maravilla es diferente. Nosotras, como valquirias, no somos dioses, no somos hombres, pero Billy... él es ambos. Más que nadie que haya vivido en éste o cualquier universo, él sabe lo que es vivir en ambos mundos, sólo él puede medir su valor en igualdad.

De regreso en la arena, Zeus comenzó a reír fascinado y alzó sus puños poniéndose en guardia.

—¡Esto promete ser aún mucho más divertido de lo que creí!

Shazam le sonrió de regreso y apretó los puños, liberando rayos en todas direcciones.

—Sabes, creo que opino lo mismo.

LA SEGUNDA BATALLA DEL RAGNARÖK EMPIEZA YA

ZEUS VS SHAZAM 

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