Aún con el alma y el corazón hecho pedazos, Yahiko decidió aceptar los sentimientos de aquellos jóvenes. Tuvo la suficiente madurez para reconocer sus errores, y entender que lo único que podía hacer de ahora en adelante era crecer como ninja para brindarle a las nuevas generaciones un mejor futuro, utilizando como arma la palabra. 

Sin tener a dónde ir gracias a las condiciones que les puso Konan, el mayor decidió dejar que los chicos explorarán la  naturaleza mientras él se mantenía a una distancia prudente. 

Durante tres días, Hidan, Itachi y Deidara jugaron por toda la zona hasta cansarse, pescaron, escalaron grandes árboles, recolectaron bayas, observaron las estrellas, alzaron sus manos hacia la Luna y también contaron historias de terror, que más que sustos parecían chistes ya que los menores no paraban de reírse. 

Al cuarto día, los cachorros se llevaron algunas herramientas para ir a cortar algo de leña, ya que el clima no pintaba muy bien. Bajaron por el sendero hasta que el hombre cabello anaranjado los perdió de vista. 

Yahiko soltó un suspiro antes de dejarse caer sobre el pasto. En su interior se sentía aliviado, solo les quedaba una noche de campamento, luego de eso podrían volver a la base. 

Cerró los ojos tratando de dormir un poco, pero la presencia de ciertos individuos lo hizo reaccionar a tiempo, dando varios saltos hacia atrás, para después sacar una kunai. 

-¿Quiénes son ustedes?- preguntó el líder de Akatsuki notando que entre la vegetación se podían distinguir unas extrañas sombras.

Poco a poco decidieron mostrarse, eran ninjas, que por su uniforme parecían de alto rango, todos portaban bandas de diferentes aldeas. 

-Una disculpa, no era nuestra intención asustarte, ¿tú eres Yahiko, cierto?, el discípulo del gran maestro Jiraiya y creador de la organización Akatsuki- habló uno de los presentes que parecía ser el capitán. 

-Es correcto, ¿que desean?- preguntó el mayor sin dejar su posición de ataque. 

-Es un honor conocerlo, hace unas semanas tratamos de llamar su atención pero por desgracia las cosas se salieron de control, verá, es difícil controlar las llamas- 

Fue entonces cuando Yahiko comprendió todo, esos sujetos habían sido los responsables del derrumbe de la cueva. 

-Bastardos, dañaron nuestro hogar, destruyeron nuestras valiosas posesiones y nos dejaron expuestos a los peligros- la sangre de aquel hombre hervía por la ira. 

-Escucha no era nuestra intención perjudicarte a ti o a los demás líderes, solo queríamos eliminar a esas malditas pestes- 

-¿Qué?- 

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Los menores regresaban contentos, con varios trozos de madera sobre sus espaldas. 

-Creo que se nos fue la mano, hm- dijo Deidara acomodando mejor su botín. 

-Tranquilo rubiecita, si nos sobra leña la llevaremos a la casa, seguro que al idiota de Tobi le dará gusto, adora dormir al lado del fuego- comentó el jashinista. 

Itachi estaba por opinar, pero en lugar de eso jalo a sus hermanos a los arbustos y les tapo la boca antes de que pudieran hacer un escándalo.

-Miren allá- dijo el Uchiha para señalar con su dedo al grupo de hombres que tenía rodeado a su compañero.

De mala gana, Hidan y Deidara se quitaron de encima las extremidades de la comadreja. 

-¿Qué debemos hacer, hm?- susurró el artista. 

-Yo digo que nos larguemos de aquí y le digamos a los chicos que el líder fue devorado por un oso- dijo el creyente en voz baja. 

-Por ahora sólo escuchemos, creo que están hablando de nosotros- dijo Itachi acercándose para poder oír mejor, y claro, sus amigos también lo imitaron. 

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Yahiko agitó su cabeza tratando de mantener la compostura.

-¿Ustedes estaban detrás de mis subordinados?- 

De repente el semblante de los ninjas cambió, todos parecían estar molestos. 

-Simplemente no podemos comprender porque un grupo tan increíble, aceptaría criminales como ellos- 

El mayor quiso hablar pero fue interrumpido por una de las kunoichis. 

-¡Esos monstruos arruinaron nuestras vidas, por culpa de uno de esos malditos fenómenos toda mi familia pereció!- 

Y entonces todo el lugar se llenó de gritos, reclamos y lamentaciones.

Cada uno de esos jóvenes tenía en el interior una historia que contar que venía acompañada de un gran resentimiento, junto con una sed de venganza.

-¡Ahora no lo ves, pero tarde o temprano esos locos te apuñalaran por la espalda, solo estamos tratando de ponerle fin a su reinado!- 

El hombre de cabello anaranjado agachó un poco la mirada recordando su pasado, cómo el odio entre las naciones había provocado una gran guerra, y con ella también se desató el hambre, las carencias, la enfermedad y la ignorancia. 

Gran parte de su infancia pidió ser fuerte para acabar con todos y conseguir la paz, pero entonces un hombre sabio acarició su cabeza, le dedicó una cálida sonrisa y le explicó que el verdadero cambio sólo empezaría el día que comprendiera que todas las vidas son valiosas sin importar su pasado o pensamientos. 

Así es, Jiraiya le había abierto los ojos, su deber en este mundo era cerrar el ciclo, de otro modo la trágica historia solo volvería a repetirse. 

Yahiko alzó la cabeza, mostrando a los presentes una mirada firme, llena de coraje y gran confianza, igual a la de Kage. 

-Mis compañeros cometieron muchos errores en el pasado, estaban confundidos, cansados y llenos de odio, habían sido traicionados por sus aldeas, y al no saber cómo canalizar su frustración decidieron desquitarse con inocentes- 

Los ninjas intercambiaron miradas sin comprender hacia dónde iba ese discurso. 

-Pero lo que nadie lograba ver, es que ellos solo buscaban ser comprendidos, buscaban ser escuchados, buscaban ser sanados, justo como yo, es por eso que se creó Akatsuki, es por eso por lo que lucho y es por eso por lo que no volveré a permitir que vuelvan a poner a mis amigos en peligro- 

-No puedo creerlo, ¿de verdad estás dispuesto a sufrir el mismo castigo que esos demonios?- 

-Hay algo que deben saber de mí, soy la clase de persona que se lanzaría a las llamas del infierno para proteger a los que ama, así que lo que hayan preparado para ellos, yo lo recibiré, porque eso es lo que hace un líder- 

Cansados de las palabras de Yahiko, el grupo de shinobis se le fueron encima, pero antes de que pudieran tocarlo, una explosión hizo que salieran volando un par de metros. 

Cuando el humo se disipó, los ninjas lograron reconocer a sus oponentes. 

-Vaya, vaya, vaya, miren esto hermanos, parece que Jashin-sama nos ha bendecido con unos lindos sacrificios- dijo Hidan sosteniendo su pesada guadaña. 

-¿Doce contra uno?, eso no parece muy justo, veamos si nuestra presencia logra equilibrar las cosas, hm- comentó Deidara mientras en su mano caminaban varias arañas de arcilla. 

-Terminemos con esto- Itachi activo su sharingan, indicando que la pelea iba más que en serio.

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Tras una larga batalla, los chicos de Akatsuki habían logrado desterrar a sus enemigos, con la advertencia de que si volvían a ver sus rostros cerca de la organización no dudarían en arrancarles cada una de sus extremidades. 

Yahiko al ver que todo había salido de maravilla, se dió la vuelta para darles algo de espacio, pero lo que no se esperaba es que los chicos lo fueran a rodear con sus cálidos brazos. 

El mayor estaba de verdad sorprendido, tanto que le era imposible articular alguna palabra. 

Los menores se acurrucaron en su superior, aferrándose a él como si su existencia dependiera de ello. 

-Gracias, gracias por defendernos, hm- 

-Gracias por querernos- dijo el fanático. 

-Gracias por ver más allá de nuestros defectos- señaló Itachi ocultando su rostro en el hombro del líder. 

Sin poder aguantarlo más, Yahiko derramó aquellas pesadas lágrimas que por mucho tiempo reprimió. Esa tarde de verano, en el punto más alto de la montaña, había recuperado el amor y la confianza de sus niños. 

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En la entrada de una enorme casa de madera, Tobi jugaba con una pelota, siendo supervisado por sus compañeros, que a su vez disfrutaban de la fresca brisa. 

La tranquilidad del ambiente fue interrumpida por unos fuertes gritos que venían del bosque. 

Entre los árboles, se podía distinguir como Yahiko llevaba a Deidara sobre su espalda, mientras que Itachi y Hidan se divertían jalando a sus compañeros para que avanzarán más rápido. 

Una escena que conmovió a los líderes y llenó de calma al resto de los renegados.

A partir de aquí las cosas solo mejorarán para todos ✨❤️

Espero les guste el capítulo nwn ❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨