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Propiedad

Todos los ninjas salieron corriendo hasta dar con Yahiko.

El pobre hombre de cabello anaranjado estaba atorado entre la madera sosteniéndose parte de su abdomen.

-¿¡Te encuentras bien!?- gritaron los presentes tratando de incorporarlo.

-S-Si, pero qué fuerza tan descomunal- dijo el líder con algo de dificultad.

Los menores estaban por relajarse hasta que escucharon como el guardián de las montañas volvía a acercarse al grupo.

-Me sorprende que puedas moverte, supongo que algunas plagas son más difíciles de eliminar- dijo Ren con su hacha en mano.

Deidara y Hidan fruncieron el ceño para luego ir directo con el mayor.

-¡Papá, ya es suficiente!- dijeron al mismo tiempo los menores mientras le sujetaban los brazos.

Eso llamó la atención de los miembros de Akatsuki, los cuales giraron la cabeza para ver directo al Uchiha en busca de respuestas.

Pero Itachi solo desvió la mirada sin querer dar explicaciones.

-¿¡Por qué lo protegen!?, ¡ese infeliz los lastimó!- Ren no comprendía el comportamiento de sus niños.

-¡Eso ya no importa, entiende que ya no estamos molestos, hm!-

-¡Deja de comportarte como un maldito perro rabioso y escuchanos, ya no queremos más problemas!- Hidan le dio un manotazo haciendo que el hombre de cabello oscuro soltara su arma.

Ren apretó los dientes para luego señalar con su dedo a los ninjas con capas negras.

-¡Por esta ocasión los dejaré vivir, pero solo porque mis lindos, adorables, tiernos y dulces cachorritos me lo están pidiendo!- gritó Ren ruborizando a los menores.

Kisame sonrió al escuchar todo ese amor por parte del guardián.

-Se nota que los adoras- comentó el espadachín algo divertido.

-¡Adorarlos es poco!, ¡yo en serio amo a estos bellos niños!, ¡no hay chicos mas perfectos en todo el mundo y - pero antes de que Ren pudiera seguir con su discurso Itachi, Hidan y Deidara se le lanzaron encima para taparle la boca.

-¡NO DIGAS ESOS COSAS EN VOZ ALTA!- dijeron los menores con la cara completamente roja, cosa que extrañó al hombre de afilados colmillos. Pero claro, el sujeto no sabía que estaba avergonzado a sus hijos en frente de los chicos que les gustan.

********************

Luego de un rato, ya cuando las cosas se lograron calmar, el sujeto de cabello oscuro invitó a los ex compañeros de sus pequeños a pasar la noche en su hogar.

Ren iba a delante guiando el camino, mientras que el resto se encargaba de observar y mover al pobre Yahiko.

-¿Falta mucho para llegar?- preguntó el líder de Akatsuki sacándole una risita al guardián.

-Pero si ya estamos en casa- dijo el mayor haciendo que todos miraran al frente.

Los protegidos de Ren sonrieron al ver que en esa parte de la montaña una enorme puerta de metal los esperaba.

Con calma el papá sobreprotector colocó su mano en medio, transmitiendo a la estructura algo de chakra.

-De esta forma solo yo y mis bebés tenemos acceso a nuestra casa- aclaró Ren para después empujar la puerta permitiendo que todos pasaran.

El interior era igual al de una cueva solo que en la parte superior de ésta, habían varios cristales pegados, los cuales iluminaban cada pasillo.

Tras caminar unos metros llegaron a la sala, donde dejaron caer al líder de Akatsuki para que reposara.

Sasori se inclinó para inspeccionar la herida de Yahiko palpando alrededor.

-No parece que te haya roto algo, pero tendrás que guardar reposo, un mal movimiento y ahora sí podrías morir- bromeó el pelirrojo.

-Que extraño- dijo Kakuzu tocando los muebles.

-¿Qué cosa?- habló Kisame.

-Todo el lugar es muy antiguo, pero los objetos parecen son como este sillón son nuevos- señaló el moreno.

Los mayores buscaron con la mirada a sus chicos dándose cuenta de que hablaban con Ren en la otra parte de la cueva.

-Por cierto, ya no les pregunte, ¿encontraron algunos invasores?- preguntó el más alto cruzando los brazos.

-Demasiados, se nota que esos paganos hijos de puta no te dejarán en paz- soltó Hidan retirándose su abrigo junto con la máscara.

-Aunque no tuvimos problemas en deshacernos de ellos, hm- comentó Deidara despojándose también de ese pelaje blanco, quedando solo con un atuendo casual.

-Mañana daremos otro recorrido, solo para estar seguros de que no quedó nadie de ese grupo- Itachi dejó su vestimenta en el suelo para acomodarse el cabello.

Sin aviso Ren tomó a sus niños entre sus brazos para elevarlos.

-¡Excelente trabajo mis cachorritos!, ¡papá está muy orgulloso de ustedes!-

Con algo de pena los menores se acurrucaron en él, dejándose consentir.

Todo era felicidad hasta que la emoción le ganó al hombre mitad lobo y sin poder contenerse lamió la cara de sus hijos.

-¡QUE PUTO ASCO!- gritaron Hidan y Deidara haciendo que Ren los soltara.

Los tres chicos se tallaban el rostro con desesperación.

-Ustedes al pelear se manchan de sangre y otras cosas y eso no les ocasiona conflicto, pero si su amado padre les da una pequeña muestra de afecto de inmediato la rechazan, no saben cómo hieren mis sentimientos-

-¡LOS HUMANOS NO HACEMOS ESA CLASE DE COSAS!- dijo el jashinista notando como sus ex compañeros se cubrían la boca tratando de contener la risa.

Hidan apretó los labios tratando de ignorar las burlas.

-Me-Mejor vamos a la cocina y preparemos algo de tomar, hm- el artista quiso arrastrar a su padre pero este se lo impidió.

-Adelante, yo me quedaré aquí y hablaré con sus amiguitos, estoy seguro de que tienen muchas preguntas para mi- sonrió Ren preocupando a los presentes.

-Si te dejamos a solas con ellos, ¿prometes que te portaras bien?- dijo el poseedor del sharingan.

-Por supuesto que sí mi pequeño, por ustedes, les prometo que seré un buen lobito- contestó el mayor divertido.

"Bueno, de todos modos los ancianos saben cómo defenderse" pensó el fanático para retirarse de la habitación junto con sus mejores amigos.

Cuando sus niños se fueron el mayor tomó asiento quedando en frente del grupo.

Kakuzu fue el primero en hablarle, había cosas que le inquietaban de ese sujeto tan extraño.

-¿De qué clan eres?- soltó el avaro.

El mayor le sonrió dejando a la vista de todos sus ojos amarillos.

-Se dice que mi gente fue bendecida por el protector lobo Makami y por lo mismo comenzaron a llamarse de esa forma-

Esa respuesta sorprendió mucho al moreno.

-Creí que tu clan se había extinto hace más de 100 años-

-Jejejejeje no te culpo por pensar eso, hace décadas que yo tampoco sé nada de ellos- comentó Ren extrañando al marionetista.

-¿Por qué hablas como si los hubieras esperado una eternidad?, te ves como de nuestra edad- dijo Sasori sacandole unas fuertes carcajadas al hombre lobo.

-Que tiernos, pero les aseguro que soy mucho mayor que ustedes, es otra cualidad de mi especie-

Kisame dejó de atender al Yahiko para entrar en la plática.

-¿En serio?, ¿cuántos tienes en realidad?-

-Hace unas semanas cumplí 180- dijo Ren con una enorme sonrisa dejando en blanco a los ninjas.

Hubo un largo silencio hasta que el chico de cabello anaranjado se sentó para ver mejor al guardián de las montañas.

-Es sorprendente- admitió Yahiko.

-Un poco, aunque no somos inmortales, solo tenemos una vida más larga que la de un humano normal- aclaró Ren.

El discípulo Jiraya inclinó su cabeza en señal de respeto.

-Muchas gracias por haber cuidado a esos jóvenes, en serio estoy en deuda con usted-

El hombre de cabello oscuro tomó la barbilla del menor para que este regresara a su antigua posición.

-Para mi ha sido todo un placer, aun tengo muy claro el recuerdo de cuando encontré a esos adorables perfectos cachorritos en la nieve, les ofrecí mi hogar y a cambio ellos lo llenaron de alegría- dijo Ren agradecido desde lo más profundo de su corazón.

-Me alegra escuchar eso y quiero que sepa que es bienvenido a visitarlos las veces que usted quiera-

Al terminar de decir eso la expresión del lobo cambió por completo, ahora sus ojos demostraban cierta ira y su sonrisa parecía torcida.

-Me parece que hay un gran malentendido aquí, esos niños no irán a ningún lado, yo los encontré y ahora son míos- sentenció Ren desprendiendo un aura asesina.

Eso nadie se lo esperó y como de costumbre Yahiko se dejó llevar por sus impulsos.

-¡Ellos no son perros!, ¡no puede simplemente decidir eso!- gritó con fuerza ignorando el dolor de su cuerpo.

-Mis hijos me contaron cómo se unieron a esa organización, y por lo que entendí solo los recogieron y luego les brindaron un uniforme, ¿que diferencia hay si yo lo hago?- quiso saber Ren.

-¡Hay mucha diferencia!-

-Explicame- dijo el mayor con una ceja levantada.

-¡Nosotros somos un grupo elegido por las grandes naciones ninjas y ustedes un salvaje que vive aislado de todos!-

"Pide a gritos otra paliza" pensaron los presentes.

-Jajajajajaja si claro, solo son una bola de mocosos que busca un sueño imposible explotando la vida de mis hijos, ¿y yo soy el salvaje?, su moralidad es bastante hipócrita-

Ambos se miraban con tanta frialdad, indicando que desde ahora las cosas serían difíciles.








Aquí les traigo el capítulo nwn esperó les guste. ✨⭐✨⭐✨⭐✨⭐✨

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