
La despedida (2)
Durante el camino Kakuzu no podía dejar de observar al pequeño lobo, el cual no dejaba de acomodarse entre los brazos del creyente.
Ren que seguía disfrutando de las atenciones, decidió abrir los ojos, para toparse con aquella mirada, que de más de una forma le decía que estaba a nada de matarlo.
Divertido por los celos del tesorero, decidió llevar su ira al límite.
Con calma se incorporó hasta llegar al rostro de su niño y empezar a lamerlo.
-¡Papá, no hagas eso, me da cosquillas, jajajaja!- dijo Hidan con una enorme sonrisa.
Listo, eso había acabado con la poca paciencia del moreno.
Kakuzu estiró su brazo con la intención de agarrar al guardián, pero de un brincó el pequeño lobo huyó, aterrizando en los brazos de Deidara.
-Hola papá, ¿ahora quieres que yo te lleve?, hm-
Cómo respuesta Ren movió la cola, recargando su cabeza sobre el hombro del artista.
-Admito que ahora eres muy adorable, hm- dijo el rubio para luego abrazar con fuerza a su tutor.
Desafortunadamente para Ren, el marionetista tampoco aprobaba todo ese cariño.
-Me parece que eres capaz de llegar a la cueva tú solo, así que deja de molestar a mi estudiante- Sasori quiso bajar al lobito, pero este respondió dándole una fuerte mordida, que hizo que su mano se pudiera roja.
-¡Demonios!- se quejó el pelirrojo notando las marcas de colmillos.
El chico de las explosiones parpadeó sin comprender por qué su padre se puso agresivo casi de la nada.
-Maldito- al igual que Kakuzu, el pelirrojo trató de alcanzarlo pero este al sentir el peligro volvió a saltar, quedando sobre la cabeza de Itachi.
El Uchiha por poco pierde el equilibrio, pero logró sujetar al lobo de pelaje oscuro.
-Ren, ten cuidado, no te vayas a lastimar-
Al escuchar eso, el mayor se colocó un poco más adelante, para de ese modo estirar sus patitas, desordenando por completo el cabello de la comadreja.
Kisame soltó una carcajada por las ocurrencias de Ren, era claro porque los chicos no se aburrían de él.
-Itachi-san, parece que tienen un esponjoso gorro- dijo el ex ninja de la niebla para luego pasar sus manos sobre las orejas del guardián.
El mayor cerró los ojos para disfrutar de las caricias por parte del tiburón, de todos los pretendientes de sus hijos, Kisame era el que más le agradaba.
Pero ese escenario no duró mucho, ya que gracias a su agudo olfato, Ren pudo percibir que el grupo no se encontraba solo.
Cómo pudo se bajó de Itachi para caer sobre el agua, regresando a su enorme tamaño.
Eso sorprendió a los presentes, que no dudaron en ponerse en guardia.
-Ren, ¿qué carajos ocurre?- preguntó el jashinista con el ceño fruncido.
-Parece que tenemos compañía- y justo cuando terminó de hablar, varios sujetos armados salieron de los alrededores.
Los miembros de Akatsuki analizaron a sus oponentes de arriba a abajo, por su aspecto parecían solo cazadores y no ninjas.
-Solo miren ese hermoso animal, les dije que aún quedaba un miembro del Clan Makami- habló uno de los invasores, alterando a los jóvenes.
Los menores se colocaron en frente de Ren, preparando sus armas.
-¡NO LE PONDRÁN LAS MANOS ENCIMA, ASQUEROSOS PAGANOS!- gritó el Jashinista para sacar de su vestimenta un rollo, que al abrirlo dejó al descubierto su pesada guadaña.
-¡Tranquilo papá, nosotros te cubrimos, hm!- dijo Deidara ya con una figura en mano.
Itachi activó su sharingan, dejando en claro que en cualquier momento atacaría.
-Pero no se queden con toda la diversión- sonrió Sasori colocándose al lado de los protegidos de Ren.
-Veamos si alguno de estos infelices vale algo- comentó Kakuzu liberando algunos hilos.
-Samehada también está ansiosa, supongo que le hace falta un bocadillo- dijo Kisame, sujetando con fuerza la escamosa espada.
-¡Tobi quiere ayudar, Tobi es muy fuerte y sabe cómo patear traseros!- gritó el buen chico mientras daba varios saltos entusiasmado.
Los líderes intercambiaron miradas, para después asentir.
-Bien, les mostraremos que no es bueno subestimar a la organización Akatsuki- sentenció Yahiko.
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La pelea no fue la gran cosa, como ex criminales y trabajadores de las cinco naciones los ninjas habían enfrentado peores retos, o eso era lo que llevaban rato explicándole al padre del año que no paraba de llorar.
Sobre la espalda del enorme lobo, cierto jashinista iba acostado, tratando de no moverse mucho pues la enorme herida de su abdomen podría volver a abrirse y a un costado estaba Deidara con una pierna increíblemente lastimada.
Ren era un mar de lágrimas, no podía creer que en la batalla sus niños habían sido dañados.
-¡POR EL AMOR A JASHIN-SAMA, YA DEJA DE MOQUEAR, LA OXIGENADA Y YO ESTAMOS BIEN!- el creyentes aveces le desesperaba lo dramatico que era su papá.
Pero eso solo empeoró el estado del guardián, que murmuraba cosas como: no pude cuidar a mis niños, mis cachorros es tan graves, ahora ellos me odian.
Itachi sonrió sintiendo mucha pena por su superior así que se le acercó para reconfortarlo.
-Ren, antes ya te habíamos contado sobre todas nuestras habilidades, Hidan es inmortal, ningún daño físico puede matarlo y Deidara tiene una gran resistencia al dolor, con las atenciones que le dieron Sasori y Kakuzu te aseguro que estarán bien- dijo el Uchiha tratando de calmar todo.
-La comadreja tiene razón papá, no es nada del otro mundo, además fue divertido tener algo de acción, ya extrañaba el campo de batalla- soltó el religioso dejando en shock a la enorme bestia.
El guardian pasó saliva tratando de fórmular aquella pregunta que desde hace tiempo tenía miedo de hacerle a sus pequeños.
-¿Ustedes echan de menos el mundo ninja?-
Los jóvenes se quedaron un momento en silencio antes de darle una respuesta.
-Si, extrañó volar a tierras lejanas y que las personas queden maravillada con mi arte, hm- soltó el rubio acomodándose mejor en su lugar.
-Todo aquí es genial, pero, aveces extrañó viajar y conocer cosas nuevas, ya sabes, era algo que solíamos hacer muy amenudo- confesó Hidan.
-Me agrada ser parte de tu mundo Ren, pero seguido pienso en mi gente y también en mi familia- dijo Itachi temiendo herir los sentimientos del lobo.
A pesar de las duras palabras, el mayor solo les dedico una pequeña sonrisa, para seguir nuevamente su camino a la cueva.
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La oscuridad cubrió la vegetación, indicándole a los animales que era hora de tomar un descanso.
Ren al ver la maravillosa noche decidío prender una fogata para pasar un rato más afuera.
Todos estaban alrededor del fuego, solo que los menores se habían recargado sobre su padre para contemplar el cielo.
-La Luna está muy brillante- comentó Itachi llamando la atención de los presentes.
-Es cierto, es muy raro que esté en ese estado- señaló Nagato.
El guardian que llevaba rato viéndola, recordó una vieja historia, que su clan solía contarle.
-Nuestros ancestros decían, que la Luna fue la encargada de bendecir al sagrado lobo Makami, y como muestra de gratitud ese salvaje espíritu le prometió proteger a los humanos, su amor por ellos fue tan grande que parte de su poder les fue obsequiado, formando nuestro clan- explicó Ren sorprendiendo al grupo.
Los tres chicos se acurrucaron en su padre, esperando a que continuará con su relato.
-Por eso cuenta la leyenda, que los lobos que fueron fieles, recibieron el brillo de la Luna, el cual les permitió encontrar la verdadera felicidad- sonrió el guardian para girar su cabeza y lamer a sus cachorros.
Yahiko estaba por comentar cuando noto que la cara del lobo mostraba una expresión rara, como tristeza y dolor.
-Pero, también se dice que la Luna era envidiosa y egoísta, llegó un punto en que no soportaba ver cómo otros resplandecían como ella y por eso comenzó a deformarse para que de ese modo, su brillo ya no pudiera llegar a otros, cortándoles el camino por completo, es por eso que muchas noches esa enorme esfera se esconde- terminó de contar Ren dejando caer su cara sobre la nieve.
Konan que llevaba rato en silencio, agachó la mirada comprendiendo el porque el guardian de las montañas había contado eso.
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Las horas pasaron y los chicos ya querían ir a dormír. Poco a poco se retiraron, a excepción de la chica del origami, que freno los pasos del lobo.
-Ren-sama, por favor, ¿puede darme unos cuentos minutos?, me gustaría charlar con usted-
El mayor se extraño por la petición, pero, en ese momento se sentía aliviado de que alguien le hiciera compañía.
-Por supuesto-
Aquí les traigo el capítulo nwn ❤️❤️❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️ esperó les guste.
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