Hoy es lunes, un día no tan especial. Como siempre, me mudaré e iré a la escuela, apenas tengo 12 años. Hay un chico que me gusta, se llama Aaron, me gusta desde el año pasado. Él era muy gordo y pequeño, con el paso del tiempo cambió, ahora es atractivo, alto, delgado y muy amable. Fui de sus mejores amigas todos esos años. Muchos años. Este año, como dije, ha cambiado. Ahora es parte de la élite de la escuela y su novia se llama Kimberly, ella es hermosa, tiene un cabello rubio perfectamente cuidado y liso. ¿Cómo competir con eso? 

Salí de mi casa y caminé hasta la escuela. Cuando llegué vi a Aaron, claro, él no suele hablar conmigo fuera de clases, lo avergüenzo. Lo entiendo, soy marginada, horrible, descuidada, nerd e insoportable. No es su culpa. Camino hacia el salón de clases. 

— ¡Hola! —dice un chico detrás.

—Hola.

Él es David, es un chico que me cae bastante bien, me gustó los primeros años. Luego se hizo una especie de amigo. Es lindo, amable, rubio, sus ojos son celestes, carismático y es el más inteligente de la clase. Es como mi amor platónico, sé que nunca pasará. 

— ¿Cómo estás? —pregunta David con una sonrisa en su cara.

—Pues como siempre, ¿y tú? 

—Bastante bien. Mira, sonríe un poco Pau, sé que siempre estás así de decaída. Si de ahora en adelante no entiendes algo, solo dime, de la materia.

David se sienta un poco lejos, aunque sé que está dispuesto a ayudarme, él es así. La profesora entra. Luego de 30 minutos, me congelé mirando la cara de David. Aaron no ha entrado, eso no es extraño. Desde que está con ellos, es diferente. Al terminar la clase, salgo y me dirijo a la otra clase. Veo a Aaron a lo lejos y él me mira a mí, tiene una cara que lo refleja todo, es mi amigo, pero no en público. Él y yo vivimos muy cerca, todas las tardes prefiere irse con James y Amy a irse conmigo. Caminar 2 km sola no es precisamente divertido.

Aaron se acerca y no encuentro qué hacer.  Me pongo muy nerviosa a su presencia, evoca algo en mí.

 —Hola, Aaron. ¿Qué sucede? —pregunto entusiasmada.

—Hola, Paula, ¿vas a ir al entrenamiento? El profesor nos espera y eres la única mujer en un equipo de tantos hombres. —me dice.

—Claro. Me gané ese puesto, gané en la eliminatoria. Hoy vas a caer, hoy es nuestro juego.

—El día que tú me ganes a mí, yo te lo juro que me rapo el cabello.

NOTA: Aaron adora su cabello por encima de todo.

—Prepárate, eso será esta noche.

Se ríe y se marcha. Es un milagro que haya venido. Él se ve tan feliz con ella, Kimberly, sujeta su cintura con ambas manos. Antes tuvo una novia que se llama Melanie, pero ella le hizo algo tan malo que tuvieron que terminar. No sé mucho de ella, solo que anduvo con un tipo llamado Jason. Como quisiera pertenecer a ellos, sin que nadie se avergüence de mí, sin que me digan que soy un asco y que uno de ellos, Aaron, me ame. Ya es tarde, muy tarde. Daría todo por tener un nuevo comienzo. Algo que me lleve lejos de todo. Desearía un día despertar y ser bonita. Eso es algo que no va pasar.