Capítulo Treinta y Siete (FINAL)
Capítulo treinta y siete. (Capítulo final)
Meredith Allen.
25 de abril, 2017.
—¿Qué piensas de mis rizos?
Mi pregunta e inesperada, pero sumamente importante y Alvin debe escucharlo en mi tono de voz porque levanta la vista de las pantallas de seguridad y parpadea hacia mí, viendo con mucha determinación mis rizos.
Parece pensarse bien la respuesta y eso es muy probable que se deba a que no quiere tener que lidiar nuevamente con un ataque de histeria de mi parte porque no note lo diferente, ha sucedido antes... Dos veces.
Alvin, el señor en situación de calle que conocí en el edificio en donde solía vivir Alfredo, finalmente llamó hace meses, el año pasado y desde hace cuatro meses ha estado desempeñando el trabajo de vigilante en la recepción del piso en el que me encuentro haciendo la parte empresarial de mi línea de cuidado natural para el cabello rizado.
Dar con esta idea de cuidado para el cabello no fue fácil, sabía que quería tener una inversión e incursionar en el mundo empresarial, deseaba algo orgánico y tras reunirme con varias personas y estudiar muchas ideas me di cuenta de que lo que deseaba era crear algo que yo amara usar, que fuese parte de mi día y recordando cuán complicado es manejar el cabello rizado o afro y cuán normal ven el preguntarnos " ¿Por qué no te alisas el cabello?", la respuesta pareció bastante fácil.
Con una idea en mente, dar con un equipo de profesionales en muchos ámbitos no fue fácil, han sido meses de propuestas, ensayos y error, asuntos legales, reuniones, confidencialidad y frustración, pero también de emoción, inversión y generar trabajo a muchas personas, de crear un ambiente laboral en el que me siento cómoda y descubrir que esto también me gusta.
Es mucho trabajo y aun no estamos siquiera a la mitad del proceso porque esto no es algo que suceda de la noche a la mañana y aunque a veces lloro de frustración o quiero detenerlo, afortunadamente siempre me vuelvo a levantar y continuamos.
Iniciar este proyecto aun estando activa en el mundo de las pasarelas y siendo modelo editorial no ha sido fácil, si bien he disminuido mis trabajos en esos ambitos aun los mantengo porque ahora que me siento mejor conmigo misma, que estoy en un mejor lugar mentalmente, estable y libre legalmente de Rochelle Lynch, volví a reconectar con lo que es disfrutar de muchos aspectos; es cierto que aun hay ambientes pesados y resulta agotador, pero ahora soy capaz de ver los pros y no solo los contras.
El pasado enero finalmente mi contrato con Rochelle terminó, ella quiso demandarme e incluso dio entrevistas televisivas que preferí ignorar en tanto saboreaba mi libertad, además aun conservaba la felicidad y serenidad que me habia dado pasar semanas con Maximiliano.
Ella siempre me escribe, nunca es dulce y se encarga de repetirme que estaré sola por malagradecida. Es una lástima que nunca pudimos ser la clase de familia que soñé, pero siento que me quité mis grilletes, ella era una enfermedad de la que finalmente me curé, una en la que no habrá recaídas.
Así que sigo siendo de las mejores modelos, estoy iniciando como empresaria, tengo novio, amigos-familia, estoy en una relacion cordial y frágil pero con futuro con mi papá y Rochelle está fuera de mi vida.
Para mí eso ha sido un enorme crecimiento y mi terapeuta que ha estado conmigo a lo largo de los años lo reafirma.
—¿Quieres honestidad? —pregunta Alvin retomando mi muy desesperada pregunta.
—Es todo lo que pido.
Me da una mirada muy lenta por los rizos y luego vuelve a mi rostro.
—Tus rizos se ven rígidos, pero brillosos.
—¡Eso es lo que dije! —digo demasiado alto, sobresaltándolo —. Gracias, Alvin.
»Ah, y puedes irte hoy más temprano, Ray estará afuera junto a Leonard.
—Pero me gusta estar aquí —Me sonríe.
—Entonces quédate tanto cómo desees.
Me doy la vuelta y vuelvo a la sala de conferencia en donde se encuentra mi equipo legal, Loraine, Conrad —encargado de dar con las precision de las fórmulas de los productos— y su equipo, también hay alguien sentado en mi sofá leyendo una revisa en donde fui la encargada de "embellecer" la portada de la última edición de la entrevista.
—El opinó exactamente lo que dije, esto no va funcionar. Normalmente mis rizos van sueltos, es lo que quiero y suavidad, nos gusta este brillo, pero no la rigidez.
—Creo identificar el problema, pero tomará al menos tres semanas la nueva fórmula.
No puedo evitar suspirar deseando que todo fuese más inmediato, pero me armo de paciencia porque al menos uno de los productos ya se encuentra cerca de ser perfeccionado y este cada día avanza más, nos queda un largo camino para la línea de cuatro productos que quiero lanzar como primera colección, pero sé que lo lograremos.
—Bien, tres semanas —concedo.
Ellos respiran aliviados, no porque yo sea una persona difícil o los trate mal, se trata de que estoy comprometida con esto y quiero los mejores resultados, también quiero que todo siga con las fechas de la agenda, porque cualquier cambio volvería todo un caos mi agenda profesional tanto cómo personal.
Se hace una conversación de una media hora en donde se habla de aspectos legales, estrategias y proyecciones del avance que se tuvo la semana pasada. Para cuando la reunión termina, me siento más calmada y tan emocionada que Loraine me pide que por favor hoy no beba más café antes de salir de la sala de conferencia junto al equipo legal.
La puerta se cierra y giro hacia el hombre sexy, hermoso y mío que pasa una página de la revista antes de voltearla y alzarla hacia mí.
—Esta me gusta muchísimo —comenta.
Se trata de una foto en donde salgo acostada sobre un sofá, con maquillaje fuerte en los ojos y los rizos alejados de mi rostro por una diadema, visto un pantalón de cuerina amarillo y un top que no cubre la totalidad de mis pechos, pero sí mis aureolas y pezones. Luzco sexy y elegante, es una foto que me gustó muchísimo.
Le sonrío y asiento en acuerdo antes de caminar hacia él, dejándome caer a su lado y recargándole una mejilla del hombro. Su respuesta es automática y cálida al reacomodarse en el sofá y atraerme con un abrazo de tal manera que consigue acurrucarme en su costado.
Es una de mis posiciones favoritas cuando se trata de conversar con él o pasar el tiempo en silencio siendo simplemente una pareja que se ama mucho.
—Esto se siente increíble, me encanta estar así contigo.
—Soy bastante cómodo ¿no? —bromea y asiento acurrucándome todavía más.
—Si pudiese estaría todo el día sobre ti, ya sea de manera dulce o sexual, estar sobre ti de manera sexual también es divertido.
Todo lo que hace es reír por lo bajo antes de darme una caricia en el muslo.
—Temo que pruebes cada uno de tus productos y termines por quemar tus rizos...
—No los pruebo siempre y no quemaré mi cabello, son pruebas hechas con responsabilidad— Le hago saber apoyando una mano en su abdomen.
—Eso espero porque no sé qué haría sin esos rizos.
—Te gusta pasar tus dedos por ellos incluso si me despeinas.
—Es verdad.
—Y sentirlo en tu pecho cuando duermo sobre ti.
—No lo negaré.
—Y lo genial que me queda el cabello rizado.
—Es perfección.
—Y te gusta tirar de él cuando tenemos sexo.
—De mis cosas favoritas —finge un profundo suspiro que me tiene riendo.
—No puedo creer todo lo que hemos avanzado, han sido largos meses y tan caóticos.
Desde mi estancia en París durante julio del año pasado, cuando dejé Londres, trabajé este proyecto, creando un plan de estudio y luego asesorándome, pero no fue hasta finales de noviembre que había conseguido permisos y había comenzado a contratar el primer personal. Todos me dicen que estamos avanzando increíblemente rápido, pero aun así me encantaría que los resultados fuesen aun más inmediatos.
—Estás haciendo un trabajo increíble, Allen.
—¿Ya te he dicho lo feliz que soy de que estés aquí?
—Desde hace una semana, exactamente desde el día que me buscaste en el aeropuerto —Se ríe.
Ocho días es el tiempo exacto que lleva Maximiliano Greene estando en Los Ángeles.
Después de pasar las festividades de diciembre y los primeros días de enero juntos, solo logramos vernos un fin de semana de febrero en Mónaco cuando hice una sesión de fotos y él consiguió adelantar trabajo y delegar más funciones a Justin, fueron tres días increíbles, pero también se sintieron tan poco, pero no mucho más veloz que el día y medio de finales de marzo que pasé en Londres de camino a París.
Tener una relación a distancia puede llegar a ser muy frustrante, pero tener una relación con este hombre es increíble, hace que los bajones sobre extrañarlo o el hecho de tener que escucharlo por teléfono o verlo por medio de una pantalla sea más llevadero.
Pero finalmente está aquí, tiene tiempo libre y eso se debe a que BG.5... Bueno, no hablaré de algo que ya todos saben porque eso sí que fue mediático y todo el mundo lo sabe, múltiples hashtags fueron hechos al respecto junto a cartas de peticiones y ruegos. Qué difícil debe ser fiver en ocasiones.
Tras organizar nuestro tiempo, vuelos y sabiendo que estaré durante poco más de un mes de manera definitiva en Los Ángeles, logramos decidir que él viniera a pasar un tiempo conmigo, específicamente estará en Los Ángeles hasta mediados de mayo y la verdad es que no puedo con la emoción, tengo trabajo, pero siempre consigo y hago tiempo para él, desde que llegó hemos pasado poco tiempo separados, de hecho viene conmigo al trabajo o me ayuda siempre que está libre de su propio trabajo que por supuesto trajo consigo.
Me hace ilusión todo este tiempo que estamos pasando juntos, no nos veíamos tan seguido desde que estuve en Londres cuando nuestra historia inició y ni siquiera entonces nos veíamos todos los días. Dormir y despertar con Maxilimiliano es toda una experiencia, sentarme en el mesón de mi cocina en tanto lo veo cocinar mientras conversamos es algo tan especial o simplemente voltear a mi lado y siempre encontrarme con su mirada en donde sea que estemos. Es una especie de sueño que tengo la fortuna de vivir cómo realidad.
—¿Aun quieres ir conmigo al evento de esta noche? —pregunto y su respuesta es levantarme el mentón con los dedos.
—¿Qué tan difícil es entender que quiero ir a donde vayas?
Y no me deja responder porque me besa de una manera que me hace desear arrancarnos la ropa y debe de leer mi mente o mejor aun: mi cuerpo, porque ríe sobre mis labios.
—¿Lo suficiente traviesa para sexo en la sala de conferencia?
—Contigo siempre quiero ser traviesa, mi galleta.
—¿Sumar y restar?
—Por favor —digo mordisqueándole la barbilla.
Me contengo las ganas gritar cuando nos hace girar, dejando mi espalda contra el sofá y llevando mis manos, con los dedos entrelazados con los suyos, sobre mi cabeza en tanto presiona su cuerpo al mío.
Aun me es ajena esta sensación de felicidad, sé que lo estoy viviendo, pero en ocasiones me siento genuinamente procesando que esta es mi vida y que esta ya no consiste en sentir dolor y convencerme de que podría ser peor.
No extraño la incertidumbre, el dolor desgarrador, miedo o soledad, esas son emociones con las que espero nunca más toparme o al menos hacerlo en un grado reducido a cómo lo sentí durante tantos años.
Tampoco quiero acostumbrarme a esta felicidad, quiero que siempre se sienta como una novedad, sorprenderme con cada experiencia, sonrisa, momento y risa; conseguir asombrarme con el hecho de que esta realmente soy yo, que estas personas realmente me aman.
Creo que lo que más me ha sorprendido y me ha hecho más feliz es conocer finalmente la sensación del orgullo propio. La primera vez que reconocí en voz alta y frente a un espejo lo orgullosa que estaba de mí, cuando vi mi reflejo en ropa interior y me dije lo bien que lo había hecho, lo guapa que estaba, lo grande que era, lloré un montón, pero lo hice entre sonrisas y aunque no solté todos mis problemas en ese instante, estos repentinamente perdieron algo de su peso. Se sintió como tomar un respiro del aire más puro que había tenido en años.
Me enamoré de sentirme orgullosa de mis logros incluso de los más pequeños cómo conseguir hornear un pastel de chocolate, llenar todo un crucigrama, conocer a personas de la industria que posiblemente ahora considero mis amigos, intentar hacer rap en un bar con Romeo (él lo hico bien, yo fatal), que Theo Greene me dijera por video llamada que me ama y merendar cada dos domingos con Dexter y Doug por video llamada, esas junto a otras pequeñas o grandes cosas me empapan cada día de la calidez del orgullo.
Ahora antes de dormir siempre me digo o pienso: lo has hecho bien, Meredith, Allen, lo has hecho bien, Mary Alena.
Sí, hay días en los que lloró o me siento realmente mal porque eso no desaparecerá incluso cuando estoy sanando entiendo que hay partes de mí que están compuestas de tristezas y aprendo a aceptar que eso está bien porque las partes menos bonitas también son parte de mi historia y de quién soy.
—¿Quiero saber qué pasa por esa cabeza tuya? —Me susurra plantando un beso en la comisura de mi boca.
—Esta es mi vida, Max.
—Lo es —Me sonríe.
—Soy una súper modelo, de las mejores según el ranking.
—La número uno según mi opinión —Me halaga sin detener sus besos.
—He sanado emocionalmente en muchos aspectos.
—Porque eres fuerte e impresionante, nadie dudó de que lo harías.
—Rochelle ya no está en mi vida.
—Me apena no haber tenido una conversación muy seria con ella. Estoy seguro de que pude haberla hecho llorar.
—No lo pongo en duda —Me rio—, eres un odioso profesional.
—Pero no siempre.
Me libera las manos para apoyar sus antebrazos a cada lado de mi cabeza y verme con esa sonrisa que ahora no es una eventualidad debido a que en un día tendré la oportunidad de verla más que un par de veces, Max suele sonreír y reír muchas veces cuando estamos juntos, no lo hace las veinticuatro horas, pero en algún momento del día siempre lo hace cuando digo o hago algo y cuando lo veo maravillada siempre me dice: "es que me haces feliz."
—Soy una empresaria —retomo la enumeración de todos los logros que no creí posible.
—Eso es muy atractivo —susurra dejando un camino de besos desde mi mejilla a mi cuello.
—Tengo amigos grandiosos que me consideran su familia.
—Y que no te dejarán ir.
—Y mi novio...
—¿Qué pasa con tu novio?
Alza el rostro para que nuestros ojos puedan verse con fijeza a la espera de mi respuesta incluso cuando sabe que él ha tenido un impacto muy grande en mi vida y que lo amo locamente.
Este hombre que siempre proclamó no querer una novia y que llevaba una agenda complicada sacó el tiempo para vivir conmigo una relación a distancia que no fue fácil, pero que a su vez se sintió maravillosa. Me permitió tener un espacio importante en su vida, conocer a su familia biológica y de vida, estar en momentos importantes, se permitió ser vulnerable conmigo, llevarme a conocer a su mamá y estar para mí incluso cuando no sabía que lo necesitaba.
Maximiliano y yo hemos soportado que nuestra relación esté en el ojo público desde que me recogió en el aeropuerto en diciembre, hemos recibido muchos mensajes lindos y divertidos, pero no negaré que ha habido un sinfín de comentarios ácidos, hirientes y bromas que sencillamente no son divertidas. Lo conozco lo suficiente bien para saber que muchas de estas cosas lo enojan, que le incomoda la manera exhaustiva en la que parte de su privacidad se ha vuelto más reducida, los comentarios sobre la diferencia de edad o que sencillamente las personas sientan la necesidad y poder de hablar de nuestra relación ya sea fe forma positiva o negativa, pero no renuncia o se plantea terminar la relación, siempre me dice que vale la pena, que lo bueno es mucho más abundante que estas cosas que llama "inconvenientes" y que esperó lo suficiente por la mujer de su vida cómo para detenerse, casi siempre después de esas declaraciones termino de rodillas o saltándose sobre él para que esté dentro de mí, es un gran afrodisiaco que me hable abiertamente de su amor y de cuánto le importo.
Él incluso conoció a mi papá y sé que se le hace difícil entender que haya cambiado, pero que se siente bien por mí, sé que no tendrán una relación ideal de yerno y suegro, pero el hecho de que se sentara en una mesa con él e intentara encontrar puntos en común y me tomara de la mano mientras conocía al nuevo yo de mi padre, ha significado muchísimo para mí.
Amo hablar con su papá por video llamadas, escribirme todo el día con BG.5, intercambiar bromas con el equipo de guardaespaldas, jugar en línea con Theo, tener contacto con Cara e intercambiar anécdotas con Thomas.
Me gusta que hemos salido junto a Romeo, que bromee con él y de hecho se lleven bien. El hecho de que me acompañara a un juego de Cole en donde era evidente que estaba celoso y fue pretencioso al conocerlo, un poco odioso, pero tan diplomático mientras le decía que había jugado bien incluso si no sabía nada del juego al igual que yo. Fue un poco incómodo, me quedo claro que los tres no seríamos un grupo de amigos, pero Cole se había mostrado agradable y aunque al final nada romántico pasó entre nosotros, sé que establecer una amistad entre nosotros no está sobre la mesa, pero tampoco ser unos desconocidos, supongo que seremos ese tipo de personas que se saluda y conversa cuando sus mundos coinciden.
Me encanta la manera en la que veo a mi novio tener conversaciones profundas con Ray, el cómo siempre verifica que mi equipo de seguridad se encuentre a gusto y sus conversaciones casuales y relajadas con Loraine de quien se ha vuelto muy buen amigo.
El sumar y restar se ha convertido en nuestra broma privada, ahora cuando lo llamo galleta simplemente sonríe y me da alguna caricia, intenta hablar más de su mamá y la otra noche me leyó tres de sus cartas, incluyendo la que recibió cuando se enteró de que había este proyecto llamado BG.5.
Hace un par de meses cuando fui a mi ginecólogo en mi consulta semestral luego de análisis confirmé lo que una parte de mí ya sabía, mis posibilidades de ser madre de manera biológica son de un escaso 25% y aunque una parte de mí se entristeció, la verdad es que tomé la noticia con serenidad, tuve días para mí misma, para comprender y entender que ser madre no era mi deber o derecho, que definitivamente no era mi sueño.
Sí, no me gustó que se me quitará la elección, pero entendí que tampoco estaba en mis planes, no era algo que veía en mi futuro.
He aprendido a relacionarme con niños y bebés gracias a los muchos que hay dentro de BG.5 y los amo, consiento y juego con ellos, pero disfruto siendo la tía, la amiga, la cómplice, cuando veo a todas esas excelentes madres con sus hijos no me reflejo en ellas ni siento el deseo de vivir tal experiencia.
En el pasado hubiese creído que eso estaba mal, que había algo errado con mi falta de instinto maternal, pero hoy sé que soy tan normal como cualquier mujer, que simplemente tengo deseos y sueños de vida muy diferentes.
Pensé que sería una conversación extraña con Maximiliano, porque teniendo en cuenta que estamos en una relación seria consideré que hablar de nuestras expectativas desde ahora era lo mejor y la verdad es que sus palabras sobre que los bebés o la falta de ellos no cambiaban nuestra relación, me hicieron sonreír y confirmar la madurez emocional y general que posee sobre muchas cosas.
Después había bromeado que de todas formas muchos adultos y bebés ya lo llamaban "papi Max" y que el único que tendría problema con la falta de hijos en nuestra relación sería su papá, pero que podríamos sobrevivir a ello.
Sé que lidiaré muchísimo en el futuro con insinuaciones de "aprovecha ese 25% de probabilidad" "sino puedes tenerlo biológicamente adopta ""pero será diferente cuando tengas el tuyo" "con el tiempo cambiarás de opinión" "amaríamos ver un bebé de tu relación con Max" "les hace falta" "entiendo que estén felices, pero que feliz serían con un bebé" "sueño con verte de madre y a él de papá" y es que creo que a veces cuesta comprender que tenemos sueños distintos o diferentes conceptos de una relación próspera y creciente o que inequívocamente el hecho de tener una relación pública confunde a las personas pensando que necesitamos o pedimos sus opiniones sobre el futuro de nuestra relación.
En cuanto al matrimonio... Bien, puede que sobre eso sí haya cambiado de idea.
Durante toda mi vida o al menos tanto cómo puedo recordar el matrimonio solía darme igual, pero eso fue porque nunca me visualicé con alguien cómo con Maximiliano y cuando él me dijo que de hecho eso era algo que sí le gustaría experimentar, comprendí que quiero que viva tal experiencia conmigo. Es algo que seguramente sucederá en un futuro si seguimos enamorados, pero acordamos que no durante este año y que queremos vivir muchas cosas juntos antes de eso.
—Cuando nos casemos... —comienzo y enarca una ceja.
—¿Cuándo nos casemos? —pregunta con diversión—. ¿Qué pasó con la Allen que nunca pensaba en casarse?
—Consiguió un novio que sí desea hacerlo y en vista que de que quiero ser la protagonista de ese momento, que quiero ser la persona con la que vivas ese deseo, tengo la facultad y derecho de hablar de que cuando nos casemos...
—¿Qué pasa con cuándo nos casemos? —Se ríe.
—¿Me confirmarás que esto no es un sueño? —susurro llevando mis dedos a su cabello.
—Será un placer, Allen.
Me pierno en la magnitud de su mirada, en la manera en la que esos ojos que la primera vez me vieron con desconcierto y molestia, ahora me ven con tanto amor y orgullo. Siempre soñé con ser amada, pero no esperé que alguien pudiese hacerlo con tan pasión y entrega.
Descubrir tantas cosas en su mirada hace que los ojos se me llenen de lágrimas por lo que giro el rostro hacia un lado y veo a un punto indefinido hasta que sus dedos en mi barbilla me hacen verlo de nuevo.
—¿Qué pasa con esas lágrimas?
—Nada —respondo sonriendo, sintiéndolas escapar por las esquinas de mis ojos.
—Bueno —acepta.
Hace el ademán de levantarse, pero lo atrapo con mis brazos y enredando mis piernas alrededor de su cintura, haciendo que mi falda suba hasta mis caderas, pero poco me importa cuando nadie puede vernos y cuando no deseo perder su cercanía.
Sé a qué está jugando y su sonrisa me lo confirma.
—No puedo follarte si lloras de tristeza, eso no es excitante.
Mi carcajada resuena por el lugar y luego me sorbo la nariz antes de poder hablar, las lágrimas no se detienen.
—Estoy abrumada por la felicidad así que puedes follarme porque no son lágrimas de tristeza.
—Es increíble cómo eres la persona más descarada que he conocido, pero también la más dulce y pura, Mary Alena, no dejas de sorprenderme.
—Y eso te hace amarme más.
—No creo que exista un medidor exacto de la manera abrumadora en la que te amo —confiesa.
Hay días en los que siento que mi amor es más grande que el suyo y otros cómo estos en donde siento que su amor es más inmenso de lo que mi corazón puede dar, tal vez es un pensamiento extraño, pero a mí me gusta pensar que cada día nuestra balanza de amor cambia y uno sobrepasa al otro.
Sé que establecer quién ama más es una tontería, pero lo que sé es que no estoy sola en mis sentimientos, que son correspondidos y estar enamorada de alguien que te ama es simplemente precioso.
—Te amo —Le hago saber antes de besarlo y gimo en sus labios cuando sus manos van a mis muslos.
—Realmente quieres que te folle en tu lugar de trabajo ¿Verdad?
—Sí —me remuevo debajo de su cuerpo—. Prometo ser silenciosa.
—No mientas.
Exhalo cuando me da un azote en el muslo cómo castigo.
Y sí, este es mi novio, muy seguramente el amor de mi vida, un hombre dulce y romántico a su manera, que también es sucio y mandón.
Estoy segura de que no se enamoró cuando subí por equivocación a su auto, tal vez sucedió entre cada encuentro disfrazado de un no es lo que parece y finalizó con cada conversación, mirada, encuentro, sonrisa y peculiaridad.
Estoy segura de que en un tiempo viviré en Londres, de que estaremos juntos, de que posiblemente en un par de años estemos casados y aunque lo demás es incierto, estoy emocionada por vivir cada altibajo a su lado.
Y quiero pensar muchas cosas bonitas sobre nuestra relación, pero entonces me besa para callar mis gemidos cuando sus dedos se cuelan debajo de mis bragas y cómo siempre que me toca, todo lo que puedo pensar es en: Max, Max, Max.
Maximiliano Greene.
11 de febrero, 2018.
Doy un trago de mi té apoyándome del marco de la puerta que da hacia mi balcón, sin despegar la vista de la mujer cuyos rizos se mueven con el viento y que solo usa una de mis camisas y unos calcetines ridículos de calabazas.
—Debes de tener frío —Le hago saber.
—Aun conservo el calor de tus múltiples orgasmos.
Mi risa resuena y me parece increíble que hace un tiempo eso no era tan frecuente y en realidad ni siquiera pasaba tiempo en el balcón de mi apartamento.
Ahora: nuestro apartamento.
Se acabaron los vuelos intermitentes, llamadas a largas distancias, meses sin versos y encuentro con los días contados.
Sí, aun le quedan muchas cosas pendientes y responsabilidades en Los Ángeles, todavía conserva su apartamento y aunque tiene una gerente encargada de la pequeña sede de sus productos, deberá hacer visitas y supervisar. También está el hecho de que ha disminuido su trabajo como modelo, pero aun está presente y hay semanas o momentos específicos en los que su trabajo demanda el que viaje a distintas partes del mundo, pero finalmente podemos decir que oficialmente Meredith Allen Lynch se ha mudado a Londres.
Se ha mudado conmigo.
Tuvimos que conversarlo muchísimo, no porque no lo desearemos, era por todas las responsabilidades de las que primero debíamos hacernos cargo.
La más fácil fue convenir que queríamos mudarnos juntos y pasar más tiempo del que veníamos compartiendo. En un principio tuve una conversación seriamente con mi hermano en la que me di cuenta de que tal vez tendría que ser yo quien se mudara y aunque me aterraba y la idea de vivir en Estados Unidos poco me atraía, quería que mi relación avanzara luego de más de un año de una relación a distancia, pero fue Allen la que me había dicho que Londres se había sentido cómo su hogar, que aquí estaban muchas de sus personas favoritas y que aunque era una decisión difícil, era una que quería tomar.
Venir a vivir a Londres conllevó a algunas despedidas que incluso podrían haberme hecho llorar a mí.
Loraine quien había acompañado durante años a Allen, de alguna manera finalmente había cesado en el recorrido.
—Loraine me ha dedicado muchos años de su vida ¿Sabes? —Me había dicho con lágrimas en los ojos— y siempre le estaré agradecida. Ambas sabemos que es el momento de que también se enfoque en su vida y que, aunque Londres es mi hogar, no es el suyo. Sería injusto hacerla venir conmigo y dejar a su novio o a su familia de forma definitiva. Ya no la quiero hacer correr, Max.
Así que Loraine ya no es la representante de Allen, en lugar de ello, es la gerente de la sede en Los Ángeles de la línea para el cuidado para el cabello de Allen.
Ray también había terminado su recorrido, estableciéndose en un trabajo que le permitía pasar más tiempo con su familia.
Allen no se siente abandonada o dejada, por el contrario, se siente agradecida de que la acompañaran durante todo el camino de su proceso de sanación y orgullosa de la persona que es hoy y que les permite a sus amigos soltar su mano y vivir tan bien cómo lo está haciendo ella.
Allen ahora cuenta con guardaespaldas que llevaban poco tiempo en su momento con BG.5 y en cuanto a su agente, espero Justin me haga sentir realmente orgulloso, sé que aprendió bien y que incluso puede ser mejor que yo, hasta ahora se llevan bastante bien y ella saca a relucir el lado más feroz y astuto de él, ella le está dando la oportunidad que a otros les cuesta tanto otorgar.
Su línea de cuidado para el cabello aun es pequeña y fue un éxito en su lanzamiento, ha recibido múltiples ofertas, pero ella quiere ir con calma y disfrutarlo, no es ambiciosa sobre querer hacer dinero, solo quiere tener algo propio que disfrute durante el proceso, algo que nadie le impuso o la obligó a amar, es su bebé, su orgullo, es suyo.
La escucho suspirar y me termino el té dejando la taza sobre la mesita que conservo en mi balcón para poder ir hacia ella con los brazos disponuibles para abrazarla desde atrás, esperando transmitirle mi calor corporal.
—Hola, compañero de piso —dice ubicando sus brazos por sobre los míos.
—Tres días y seguimos con el mismo mal chiste —la atraigo más contra mi cuerpo.
—Tres días y aun no encuentras un buen sentido del humor.
—Tres días y no desempacas, pero conseguiste sacar esos calcetines escandalosos.
—Pero te encantó follarme y comerme con ellos puestos.
Ahí me tiene atrapado, me pareció bastante ardiente tenerla desnuda, vistiendo únicamente esa ridiculez.
—Todavía trato de adaptarme al cambio de horario —confiesa—. Mis últimos viajes a Europa habían consistido en fines de semana.
—Lo sé, si tomaras té...
—Odio el té y puede que ahora viviré en Londres, pero nunca amaré tal cosa.
—Hieres mis sentimientos patrióticos, el té es cómo un patrimonio cultura. Tal vez si le aplicas leche...
—¡Iugh! Ni siquiera mojándote la polla de té me lo bebería.
Esta vez rio a carcajada estrechándola mejor en mis brazos y su cuerpo también se sacude con la risa.
—Es en serio, Maximiliano.
—Tranquila, nunca se me ocurrió meterla en una taza de té para que te gustara.
»Ahora dime ¿Por qué te exponías a este frío que podría enfermarte?
—Me gusta ver la ciudad que ahora será mi hogar, es tan bonita —Me acaricia de manera distraída los antebrazos—. También me preguntaba qué estarán haciendo todos en Los Ángeles.
—¿Ya lo extrañas?
—De alguna manera lo hago, pero no cómo un hogar, solo trato de acostumbrarme de que hay personas de las que ya no sabré con tanta frecuencia.
—Piensas en tu papá.
—Sí. Durante más de un año conseguí vivir en Los Ángeles sin huir y logré establecer una relación con él. Sé que es adulto, que está sano y tiene las riendas de su vida, pero aun me quedan rastros de las viejas inseguridades sobre si me olvidará, mi terapeuta me dijo que es normal sentirme de ese modo.
—Eres inolvidable y él sabe que tú tampoco lo olvidarás.
—Aun me parece increíble que forme parte de mi vida.
—Aun me parece maravillosa tu capacidad de perdonar, no todos pueden.
—Abrazar el dolor del pasado me estaba lastimando, lo hizo durante mucho tiempo, lo mejor fue soltarlo.
Asiento aunque no pueda verme y recargo mi barbilla de la cima de su cabeza, sonriendo cuando sin darse cuenta se balancea de un lado a otro con suavidad.
—Rochelle volvió a llamarme... Supongo que llegó la hora de pedir una orden de alejamiento.
Siento que finalmente la vida se ilumina. Esa señora ha sido francamente molesta con llamadas de tanto en tanto para quejarse, insultarla, intentar manipularla o llorarle, una vez consiguió llamarme y luego de un par de palabras no amistosas de mi parte, me dijo que yo era lo peor.
Saber que Allen pedirá la tan necesaria orden de alejamiento me hace sentir aliviado porque, aunque ella no le dé poder, es inevitable que el veneno de su tía aun no tenga algo de alcance. Afortunadamente ahora físicamente también se encuentra lejos de ella.
Siempre me preguntaré como es que a alguien como a Allen le tocó una batalla de vida tan dolorosa desde su nacimiento, me sorprende y enamora su fortaleza y determinación, la manera en la que pudo haberse moldeado de manera negativa, pero en su lugar ella abrazó todo ese dolor y se forjó cómo una de las personas más puras y especiales que he conocido en mi vida.
Ladeando lo suficiente el rostro arrastro mis labios por su sien y ella se acurruca contra mí.
—¿Estás feliz con estar aquí, Allen?
—Es una decisión de la que no me arrepiento. Ahora este es mi hogar, contigo.
—Estoy feliz, pero creo que eso es bastante obvio.
—¿Eres mi hogar?
—Siempre que me lo permitas —deslizo ahora mis labios hasta su oreja.
—Fui la perfecta candidata para una novia para Max, ya sabes, ese tweet ¿Verdad?
—Eres la perfecta para mí, pequeña descarada.
Haciéndola girar envuelvo mis brazos alrededor de su cuerpo y sonrío cuando inclina la cabeza hacia atrás para poder verme. Tiene ojeras debido a las horas dispares de sueño, pero los ojos le brillan con un montón de ilusiones y esperanzas que comparte conmigo.
Viendo hacia atrás me sorprende darme cuenta de lo mucho que tardé en entender que todos mis peros palidecían con la magnitud de lo que serían mis sentimientos. Siempre estaré agradecido de su valentía para coquetearme, mostrarse vulnerable y querer intentarlo, de su paciencia para entenderme, conocerme y esperarme.
Su mejor regalo para mí ha sido el amarme, el enseñarme que hacer esperar no es malo siempre que llegues, por enseñarme a disminuir el trote, hacerme más consciente de lo afortunado que soy y elegirme.
Aprendemos tantas cosas juntos y aun descubro cosas en ella que me sorprenden, algunas me resultan molestas, pero otras son tan encantadoras.
Hay días en los que sus ánimos son bajos y aprendí a respetarlo, a acompañarla o darle su espacio y hay otros días en los que tiene demasiada energía. Aun resulta molesta y encantadora cuando se embriaga y ciertamente su muy buena amistad con Dexter y Doug es algo que siempre me hace ser el blanco de las bromas o esperar cualquier locura.
Es la misma Allen que conocí, pero también ha madurado y sanado, si antes brillaba ahora deslumbra. Es una descarada a la que le gusta que la domine durante el sexo, una romántica que aun espera vivir muchas primeras veces que trato de darle y una mujer a la que le tocó crecer demasiado pronto por lo que carga vivencias, experiencias y un alma más antigua que su edad.
Y yo... Finalmente siento que me conozco tanto cómo puedo, el estrés ha disminuido lo suficiente para permitirme vivir. Llamo seguido a mi familia, hago tiempo para mi novia, visito cada pocos meses a papá y le llevo flores a mamá, también volví a escribirle cartas y recientemente fui el padrino, nuevamente, de bodas de Thomas y Cara.
Me siguen diciendo papi Max, estoy orgulloso de cinco hombres a los que vi crecer, veo a nuestra familia crecer, ser feliz y apoyarse. Creí en esos cincos chicos y ellos creyeron en mí.
Y aquí estoy años después, más ligero, tan feliz cómo creo que podría ser, con mis miedos e inquietudes, soltando el control tanto cómo puedo y viviendo mi vida algo que antes no me interesé tanto en hacer. Aprendí que el trabajo es importante, pero no perderme momentos especiales lo es aun más.
Empecé a jugar tenis con Allen debido a su insistencia de que buscáramos un pasatiempo que me relajara, además del sexo, y la verdad es que soy bueno, mucho mejor que ella —cosa que la molesta— y descubrí que me gusta. También intenté jugar video juegos online con Theo, pero sí... Eso no terminó muy bien, el niño no es paciente y es demasiado competitivo.
Hay días en los que vuelvo a ser el mismo estresado de antes, pero predominan los días en los que sé mantener un equilibrio entre mi vida laboral y personal, finalmente descubrí cómo hacerlo.
—Oye, Maximiliano —murmura Allen con una gran sonrisa que me hace entrecerrar los ojos.
—¿Humm? —pregunto con recelo, pero no me responde.
En lugar de ello desliza sus manos por mis costados hasta mis caderas y una de sus manos baja hasta el inicio de uno de mis bolsillos haciéndome tensar.
Pero ¿Cómo?
Mi mirada debe de delatarme porque la muy descarada de muerde el labio inferior para contener la sonrisa.
—Este es el momento perfecto en el que me pides matrimonio, sé que tienes el anillo en el bolsillo del pantalón, de hecho, por eso es que no te lo quitaste del todo mientras me follabas, porque temías que saliera volando o algo así.
La veo durante un par de segundos y luego parpadeo al menos unas cuatro veces antes de reírme.
—Sé de lo que hablo —me asegura.
—¿Segura?
—Estoy muy segura —asiente.
—En serio eres una pequeña descarada.
—Pero me amas.
—Pero te amo —Le aseguro sonriendo en tanto siento su mano adentrarse en el bolsillo de mi pantalón y tomar lo que inequívocamente es suyo.
—También te amo, mi galleta.
La veo fijamente a los ojos hasta que interpone la mano entre nosotros para que vea su nuevo accesorio. Los ojos le brillan con lágrimas.
—Me queda perfecto.
No planeaba pedirle matrimonio hoy, posiblemente no en los meses siguientes, pero ahora que se adueñó del momento y lo lleva en su mano, se la tomo besándole el nudillo. Ahora ha sido perfecto.
—Tienes razón, te queda perfecto y este momento también lo es.
Una vez más Meredith Allen Lynch me enseña a ir por todo, no planear demasiado y ceder el control.
—Entonces así se siente —suspira derramando la primera lágrima.
—¿Qué cosa? —susurro con suavidad.
—Así se siente descubrir un sueño que no sabía que tenía.
»Nunca pensé en casarme, de hecho no me veo haciéndolo con alguien más, pero ahora pienso en ser tu esposa y se siente tan bien, te am...
No logra terminar la frase porque la beso, lo hago el suficiente tiempo para entender que este momento es nuestro y luego la hago entrar en nuestro apartamento escuchándola hablar sobre una boda que ocurrirá en uno o dos años, sobre enviar la noticia a los demás, sobre que me atrapó y que no se cambiará su apellido. Escucho sobre indecisión de una boda grande o pequeña, sobre traer a sus amigos y rio por lo bajo mientras pienso que nunca soñó con casarse, pero tiene grandes planes sobre ello.
Descansa con la cabeza sobre mi pecho pasando por una ronda de preguntas sobre si estoy de acuerdo con casarme en uno o dos años porque no es algo que quiera hacer de forma inmediata y luego quiere que llamemos a mi papá, pero le recuerdo que es un señor mayor que ya debe de estar dormido desde hace mucho.
Delira otro poco más contándome sobre cómo sabía que hoy fui por un anillo, chisme exclusivo de Kendall porque lo amenazó, quién sabe con qué, le tiene un montón de secretos al mencionado. No menciono que pensé que esto sucedería en meses porque ahora es perfecto y simplemente sonrío escuchándola, acariciándole los rizos hasta que poco a poco se va quedando dormida con una expresión de tranquilidad en su rostro.
Con el un índice le trazo el arco de la ceja y ella suspira.
—Tu mamá estaría muy orgullosa de ti, Mary Alena —susurro.
Tomándole la mano con el anillo entrelazo nuestros dedos y sonrío pensando en cómo pasé de un tweet de una novia para Max, a ahora tener una prometida.
Estirando mi mano libre, tomo mi teléfono y capturo una foto a nuestras manos entrelazadas con su anillo, enviándosela a Thomas quien no duda en responder.
Tom no contestar: ¡Bastaaa! Estoy llorando
Max: sé que la perfección no existe, pero esto se acerca mucho
Tom no contestar: FELICIDADESSSSSS
Tom no contestar: mamá estaría orgullosa de ti, debe de estarlo y yo también lo estoy
Tom no contestar: seré el padrino verdad????
Tom no contestar: RESPONDE MAXIMILIANO
Tom no contestar: DIME QUE SERE EL PADRINO
Conteniendo la risa para no despertar a Allen, bloqueo el teléfono y lo dejo sobre la mesita de noche antes de cerrar los ojos y suspirar.
También estoy orgulloso de mí.
Holisss, no me creo que llegamos al capítulo final.
Aun nos queda otra cosita que subo en un par de horas.
Esta historia tiene epilogo y espero subirlo en unas semanas (depende de cuando se suba el de la inspiración de Andrew, historia que aun estoy concluyendo). Así que me guardaré los agradecimientos para ese momento.
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Espero les haya gustado este capítulo final.
Nos leemos en unas horas con la otra cosita, traigan pañuelos.
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