Capítulo Dos
Capítulo dos.
Maximiliano.
14 de enero, 2016.
—No, eso es totalmente falso. Doug McQueen y su esposa no se encuentran a la espera de un segundo bebé —repito de nuevo al teléfono.
— ¿Está seguro? Porque hemos escuchado de muy buena fuente...
Me pregunta, le respondo e insiste, un ciclo sin fin. Sostengo un teléfono contra la oreja y con la otra mano respondo un correo, me gustaría terminar con la llamada que no nos está llevando a ningún lado porque el paparazzi insiste en que Hilary se encuentra embarazada, pero teniendo en cuenta que Doug se encuentra ofendido de que siquiera se lo preguntara es algo totalmente descartado que este hombre al teléfono parece no entender.
—Entiendo que dice que tiene una buena fuente, pero confíe en mi fuente: no hay embarazo a la vista —digo con poca paciencia mientras tecleo con rapidez una respuesta para la invitación del evento de agentes y managers que se lleva realiza cada pocos meses.
—No trate de mentirme, señor Greene.
— ¡Por amor de Dios! —digo renunciando a la paciencia, Jeff y Halle que jugaban con Barbies y un muñeco feo de trapo, voltean a verme sobresaltados—. Publique lo que quiera, pero luego no nos llore cuando se le demande por difamación y pierda credibilidad entre sus seguidores, publique eso y perderá cualquier oportunidad de dialogar conmigo la confirmación o negación de cualquier noticia ¿Qué piensa a hacer? ¿Seguir con esta noticia absurda o desistir?
En los segundos de silencio que le sigue, Jeff y Halle están viniendo hacia mí, sentándose sobre mis pies y abrazando cada uno una pierna con grandes y adorables sonrisas pidiéndome que juegue con ellos mientras sus padres discuten junto a Ethan y Doug la melodía de una canción. Antes Dan también estaría sobre mí, pero el mayor de los niños se mantiene sentado en un pufs y entretenido leyendo un libro infantil con más letras que imágenes.
—No publicaré la noticia, la descartaré —concluye el chismoso al teléfono y asiento presionando enviar en el correo y abriendo otro mensaje.
—Muy bien, te enviaré pases de cortesía para el próximo encuentro de la banda con fanáticos, tendrás la oportunidad de hablar con ellos por cinco minutos.
— ¿Qué tal diez?
—Entiendo, cuatro minutos y medios entonces —Él maldice y yo sonrío—. Fue un placer hablar contigo, ten buena tarde.
— ¡Papi Max! —Se queja Halle saltando sobre mi pie en una clara indirecta.
— ¡Papi Max! —Secunda Jeff copiándola y entrecierro los ojos hacia él que me sonríe— ¡Papi Max!
— ¡Caballito! —insiste Halle.
Cualquiera creería al escucharlos que en efecto soy su padre o algo así, nunca fui solo Max, parece que nacieron con el chip insertado en sus pequeñas cabezas en donde le aseguraron que mi nombre era papi Max. El teléfono con el que leía un nuevo correo suena y respondo abriendo en el otro el correo para continuar con las respuestas y alzando las piernas, sacudiéndolas, para que ambos bebés griten emocionados y riendo.
— ¿Max? ¿Cómo va la producción del CD? —Es lo primero que me dicen al contestar.
¡Joder! No debí responder, cuando Robbie – no apodo, nombre real –, sobrino del dueño de la disquera llama, significa que terminaré estresado. No es que Robbie sea un idiota, es que él es acelerado y quiere todo inmediato, hace que se sienta cómo un peso en los hombros y una voz en la consciencia diciendo una y otra vez "date prisa". Desde hace dos años y medios él se encarga de los contratos y llevar al día las producciones de la banda, no porque su tío sea viejo o se haya jubilado o aun peor: porque haya muerto, sino porque es bueno en lo que hace y tiene visión, solo necesita desacelerar un poco y no volverme más loco.
—Los chicos están componiendo, pero debes entender que no es tan fácil cómo sentarse a escupir oraciones y tocar al azar —digo dejando de mover las piernas.
— ¡Papi Max! —Se quejan Halle y Jeff al mismo tiempo y retomo mientras tecleo una respuesta a una revista con la que confirmo el encuentro con la banda y escucho a Robbie hablarme.
—Lo sé, pero también sabemos que hay costos de producción y una agenda a la que debemos apegarnos ¡Estamos en el mismo equipo! Pero ya sabes que tampoco soy el jefe ¿Necesitan que los anime?
Clavo la vista en Doug y Dexter, tal vez...Dejo de mover las piernas y de nuevo hay quejidos de bebés, les sonrío y ambos me devuelven sus adorables sonrisas infantiles que casi ocultan que no son exactamente tranquilos.
Está muy bien podría ser mi oportunidad de cobrarme un poco las bromitas continúas del par.
— ¿Sabes, Robbie? Creo que hay dos de los miembros que estarían necesitando una de tus charlas motivacionales, tal vez alguna conferencia sobre por qué hay que dar lo mejor de sí y ser un equipo.
— ¿Quiénes? Sabes que estoy a bordo de transmitir mi energía y hacer de este equipo el mejor, esos chicos no son solo cifras, mientras pueda ayudar y acelerar todo esto, haré espacio en mi agenda para ellos... ¡Patty! Despéjame la agenda para mañana —pide a su secretaria—, me estaré reuniendo con...
—Doug y Dexter, de verdad, te necesitan, una larga charla que los anime y los haga reflexionar, de horas —Presiono enviar en el correo y casi gimo cuando tres nuevos llegan—. Les despejaré la agenda para mañana, pero mejor que sea una sorpresa, te los enviaré sin que lo sepan.
—Hecho, ahora, sobre las canciones...
Él comienza a hablar, Halle y Jeff se cansan de mi caballito a medias y corren hacia el pobre Dan que no puede leer con ambos sobre él dándole amor. Veo la hora en mi reloj dándome cuenta de que Andrew viene tarde, nada nuevo, y luego el teléfono con el que respondo otro correo suena anunciándome la llamada de la agente de Brody Gallagher.
—Robbie, debo atender una llamada —Le hago saber—. ¿Mañana a las diez te los envío?
— ¡Aquí los espero! Haré que Patty organicé diapositivas y un almuerzo.
—Increíble —aseguro riendo por lo bajo y poniéndome de pie—. Estoy seguro de que se divertirán.
Finalizo esa llamada para atender la otra mientras le hago una seña a Harry de que saldré un momento, en el largo pasillo me encuentro con Andrew viniendo a toda prisa, me da una sonrisa avergonzada y sacudo la cabeza en negación mientras escucho a la agente de Brody hablar sobre cómo coordinar las horas de Andrew con las de Ashton y Brody para la colaboración que prestarán en una canción inédita.
Más correos llegan y trato de responderlos todos, finalizo la llamada y otra llega ¡Señor! Y apenas son las once de la mañana, me dará una urticaria a este paso. Cuando finalizo la llamada me quedo con la vista clavada en ambos teléfono a la espera...Pero no suenan y tomo un profundo respiro mientras reprimo un bostezo y saludo con la mano a Peter que está acercándose a mí.
—Pareces agotado —Es lo primero que dice al llegar hasta mí—. ¿Duermes siquiera?
—Algo así —Respondo estirándome y luego tronándome el cuello—. ¿Cómo van los asuntos de tu boda con Emma?
—Geniales —Me sonríe— ¿Puedes creer que Leah pretende ser la niña de las flores?
—Puedo creerlo —respondo riendo por lo bajo al pensar en la hija de Peter que solo es tímida hasta que agarra confianza—. Eso será divertido de ver.
—Emma aceptó tal locura y yo no tuve nada para acotar, quiero que sea feliz —Su mirada se clava detrás de mí—. Mira, ahí viene tu asistente.
—Ahí viene —digo viendo al chico más torpe, olvidadizo y asustadizo que he conocido en mi vida.
Lo veo tropezar con los pies y casi caen al suelo la pila de revistas y periódicos que trae consigo. Justin tiene veintidós años, era nuevo en la agencia en la que inicié y cuando le dije a un viejo amigo que necesitaba a un asistente, él me dijo que salvara al pobre muchacho que la estaba pasando mal en la agencia con la que no tengo ya nada que ver, me negué durante cinco minutos hasta ceder porque sé cuán duro es iniciar y bajo las condiciones deplorables en las que la agencia trata y hace trabajar a todos, sobre todo a los nuevos ¿Cuántas veces no me sentí humillado, enojado y con ganas de llorar?
Ahora, lo que no me dijeron es que este chico es un desastre, de verdad parece que nació sin coordinación u orden, pero lo compensa con sus ganas de trabajar y demostrar que puede lograrlo, lleva cinco meses trabajando para mí y puedo decir que tal vez le estoy tomando cariño. Cuando llega hasta nosotros deja ir una profunda respiración antes de sonreírnos, le palmeo el hombro felicitándolo por llegar hasta aquí sin caerse o correr algún peligro.
Mientras toma profundas respiraciones lo veo reparando en que de hecho este chico pudo haber tenido potencial en la industria. Dexter tiende a fastidiarlo asegurándole que debería estar en una boyband de baile porque es bonito y debo admitir que lo llegué a pensar cuando lo vi. Es de complexión menuda, baja estatura, bonito y aparenta al menos unos dieciséis años, pero su falta de coordinación y lo mal que canta, descartan cualquier posibilidad, tampoco creo que sepa actuar porque miente fatal y sobre ser modelo, no le gusta ser el centro de atención. En realidad, Justin es bueno en su trabajo, me es de ayuda y de verdad lo intenta, estoy seguro que en un par de años estará listo para ser un agente.
—Señor Max...
—Te he dicho que solo Max —Lo interrumpo.
—Max... Aquí tienes las revistas y periódicos para que lea las noticias, también actualicé las redes sociales de la banda y organicé la reunión con los de relaciones públicas para esta tarde. Andrew Wood es tendencia.
— ¿Tan temprano? —Pregunto guardando ambos teléfonos y tomando la pila de revistas— ¿Ahora por qué? ¿Qué debo solucionar?
—Por amanecer tan caliente...—Alzo la vista para verlo y Peter ríe por lo bajo—. Eso dijeron, fotos de él con la ropa que lleva hoy y su camisa se alzó, ahora se comenta al respecto.
—De acuerdo, no hay nada que hacer sobre eso, al menos no es algo que deba ordenar. Ve adentro y toma un café, también dile a los chicos que empiecen sin mí, me pondré al día con estas revistas y necesito diez minutos para respirar.
—Está bien, señor...Quiero decir, Max, solo Max —asiente y comienza a alejarse.
—Creo que ese chico es adorable —dice Peter—, se ve tan niño.
— ¿Te despierta instintos paternales? —Su respuesta es reír por lo bajo— ¿En dónde está Fire y Puck?
—Puck en la salida trasera por si alguien se las da de listo, Fire cerca de la entrada frontal, diagonal a la izquierda. No ha habido inconvenientes, hoy es zona de paz.
—Genial —Lo veo—. Ahora, si me disculpas estaré unos minutos en la camioneta poniéndome al día con esto y los chismes de internet, ya sabes, control de daño. Si ves que pasan quince minutos y no me doy cuenta, toca la puerta del auto y tráeme de vuelta a la realidad.
—Entendido, cronometraré el reloj cómo siempre.
—Gracias, Peter.
Hago el corto trayecto hacia mi camioneta y suspiro una vez estoy adentro arrojando la pila de revistas al asiento de al lado y tomando el Ipad que descansa ahí. Voy leyendo las revistas y las redes sociales en la misma medida, encuentro datos inciertos, pero que son inofensivos. Rio por lo bajo leyendo las teorías que nunca faltan sobre Ethan y Dexter teniendo un verdadero romance. En twitter se discute si Hilary está embarazada por usar unas camisas holgadas y porque hay fotos de Jeff sobándole el estómago a su mamá ¡Vaya prueba!
No hay ningún escándalo de exnovias o algo de lo que deba preocuparme, al menos por ahora. Me detengo en una revista diciendo que Andrew podría estar enamorado basándose en los tweets que ha estado compartiendo, pero no saben que solo ha estado dejando extractos de una canción en la que trabaja, lo mejor será mantener silencio por ahora. Rumores sobre Ethan comprometiéndose con Grace y otros asegurando que terminaron porque no se han visto fotos de ellos juntos en una semana. Chismes, chismes y más chismes que no terminan, pero de los cuales no tengo que hacer control de daño porque no son dañinos.
Suspiro aliviado viendo que no hay chismes de mí, lo que quiere decir que Doug y Dexter han estado bastante tranquilos, además de mi discreción, no es que tenga demasiado tiempo libre. Tomo otra revista mientras me desplazo por el iPad en otro portal de chismes, paso las páginas alternando la vista de un lugar a otro y me detengo en la página de la revista dejando el aparato electrónico a un lado.
Espera...
Tomo la revista y la acerco a mi rostro para leer bien el encabezado: ¡¿Meredith Allen Lynch tiene nuevo novio?!
Pudiera haber pasado la página si de hecho no reconociera mi espalda, mi cabello, mi camioneta – qué gracias a un ente milagroso no se ve la placa – y también reconozco el maquillaje terrible junto al peinado escandaloso de la mujer con la que hubo un gran malentendido.
No es que el artículo diga mucho, no me mencionan, pero dice que se le vio muy cercana a un hombre no identificado con el que pasó tiempo en su auto, al menos no vieron o capturaron la parte en dónde sus pechos estuvieron al aire.
Dijo que se llamaba a Allen y en ese momento no estaba muy al pendiente de unir cabos, pero es una modelo y no cualquier modelo ¿Cómo carajos...? ¡Una súper modelo! Alguien cuya cara reconocerían a donde sea que vaya y yo tuve una situación que se puede malinterpretar públicamente. Creo que me está iniciando un nuevo dolor de cabeza.
Al lado de ese pequeño apartado de chisme hay una serie de fotos que no dejan ninguna duda de por qué es una modelo del momento, solo basta con darle una mirada. En mi defensa, estaba estresado, era un malentendido, su maquillaje era raro, feo y la hacía irreconocible, además estaba ocupado borrando de mi cabeza la imagen de sus pechos desnudos y el piercing.
—Qué inesperado —murmuro viendo de la imagen borrosa de nosotros a sus fotos profesionales con mirada seductora, me estiro el cuello de la camisa porque tengo repentinamente calor—. Espero este chisme no esté muy lejos.
Tomo de nuevo el iPad y escribo su nombre primero en Twitter en donde se habla poco del tema porque no hay suficiente información y luego en Instagram en donde tiene varias etiquetas sobre las fotos, pero no demasiado porque todos están enfocados en un tal Dallas hablando de ella. No sé cómo termino viendo sus fotos publicadas, pero lo hago intentando entender cómo un maquillaje pudo hacerla tan diferente, que igual con el maquillaje feo me pareció encantadora, algo desequilibrada, pero encantadora ¡Una súper modelo!
Teniendo en cuenta que el artículo sobre nuestro encuentro es bastante nulo, respiro aliviado de que no llegará a los oídos de los cinco desastrosos que luego no me darían un respiro, pero se siente muy, pero muy extraño saber que me topé con alguien muy adentro de la industria. Pensé en ese encuentro varias veces, en mi escaso tiempo libre, porque pocas veces me pasan cosas así de locas.
—Hasta le viste los pechos —susurro sacudiendo la cabeza alejando la imagen—. De acuerdo, no hay que hacer un gran lío, tuviste un mal entendido con una súper modelo a la que le diste las galletas de los niños y uno de tus abrigos favoritos ¡Y ya está! No pasa nada.
Un toque en la ventana me sobresalta y volteo viendo que se trata de Peter que señala su reloj, de acuerdo, hora de volver a la realidad y dejar atrás todo el asunto de quien ahora sé que es Meredith Allen Lynch. Solo fue un malentendido, nada más, superado, olvidado.
Bajo del auto con la pila de revistas y se las entrego a Peter para que las done, bote o recicle, lo que quiera, pero antes de alejarme me devuelvo y tomo la revista de todo "el asunto". Peter enarca una ceja y yo carraspeo la garganta.
—Solo la necesito para leer algo.
—No pregunté, pero es bueno saberlo, Max —Sonríe.
***
16 de enero, 2016.
Ally: ¿Te sientes perdido alguna vez? A veces siento que no tengo un camino que seguir
Max: días duros los tenemos todo, no te aflijas
Ally: me siento falsa
Max: no eres falsa, cariño, eres de las personas más genuinas que conozco
Ally: para ti, pero no para todos
Ally: hice daño
Max: también te hicieron daño
Ally: pero eso no me hace menos responsable
Max: pero nos recuerda que eres humana.
Ally: Gracias, Max
Dejo el teléfono a un lado para no seguir releyendo una de las tantas conversaciones con Ally Wood. Sé que no es bueno hacerlo, pero me es difícil no caer en ello cuando me digo una y otra vez si tal vez no fui tan buen amigo, debí haber hecho más. Pensé que respetaba sus decisiones al no comentar las cosas que ella no deseaba que se supieran, pero no puedo evitar cuestionarme si eso contribuyó a que su vida fuese arrebatada.
—Lo lamento mucho, Ally —murmuro a la nada.
Cuando Andrew Wood entró en mi vida de alguna manera también lo hizo su hermana Allyson, en un primer momento sentí atracción por la joven rubia y tras conversar con ella tal vez la atracción derivó en algunos sentimientos, pero nada muy serio sobre lo que hiciese algo. Nos hicimos conocidos y con el tiempo buenos amigos, algo que pocos imaginarían. Mientras BG.5 me gastaba bromas al respecto de un romance sobre nosotros o ella gustándome, esa no era la manera en la que pensaba de ella y cuando se fue a vivir a Irlanda, mantuvimos una amistad a distancia que si bien no tenía contacto consecutivo, tratábamos de mantenernos en contacto unas pocas veces, eso se fortaleció cuando volvió y poco a poco recuperamos la confianza, tal vez un poco más, por eso una noche cuando Ally vino aquí llorando y diciendo que debía hablar con alguien, la escuché, hice mi mejor esfuerzo en entender la situación y no juzgué, pero nadie me advirtió que casi un par de años después ella sería asesinada por el que un día fue su prometido y no puedo evitar preguntarme si de haber hablado, ella estaría viva, llena de alegría y sonrisas.
Era mi amiga, de las pocas que podría tener cuando mi vida no es estable y siempre parezco estar corriendo, tal vez debí hacerlo mejor.
Y luego está esta incertidumbre sobre si debo o no hablar con su familia, decir las cosas que Ally me confió, pero ¿Qué clase de consuelo es ese? ¿Y qué tipo de amigo me hace? Suspirando me paso las manos por el rostro y tomo la caja de pizza arrojándola en la basura justo cuando mi teléfono personal, el tercero, vibra sobre el mesón. Se trata de una llamada de mi hermano menor.
—Tom —saludo.
— ¿En dónde está mi regalo?
— ¿Cuál regalo? —pregunto desconcertado y paralizándome.
— ¡El de cumpleaños!
— ¿Es tu cumpleaños? —Rápidamente tomo uno de los dos teléfonos del trabajo para verificar que estoy bien en el calendario—. Quiero decir, feliz cumpleaños, Tom...Yo...
—No es mi cumpleaños.
—Dios mío bendíceme —digo en voz muy baja y lo escucho resoplar.
—Pero estás tan estresado y fuera de lo que es tener una vida propia que te lo hubieses creído ¡Cumplo en unos meses, Maximiliano!
—Lo sé, lo sé, solo fue un lapsus.
—Te morirás de un infarto y tu sobrino te llorará ¿Planeas romperle el corazón a Theo?
—No está en mis planes —respondo viendo cómo lo dos teléfonos del trabajo comienza a iluminarse con notificaciones de redes sociales.
Mierda, no ¿Ahora qué rayos pudo pasar a estas horas de la noche? ¿Quién y qué hizo esta vez?
— ¿Me estás escuchando?
—Lo hago, Thomas. ¿Llamaste para cumplir algún sueño sobre ser hermano mayor? —pregunto, pero sonrío porque la verdad es que siempre hemos tenido buena relación pese a vernos muy poco.
—No, te llamo porque Theo quiere ver a su tío y papá está molesto contigo.
—Papá siempre está enojado conmigo —respondo desbloqueando uno de los teléfonos y entrando en las menciones.
"Andrew y la mujer misteriosa" ¿Ahora qué hizo? Hago clic y obtengo una secuencia de Andrew fotografiado de mil formas con una mujer a la que nunca se le ve la cara, pero lo que parece totalmente una cita de la que no tenía ninguna mínima idea.
—Papá solo quiere que te desaceleres el paso, es demasiado estrés, te vas a morir.
— ¿Quieres que muera para obtener alguna herencia sin compartir?
—Y para que Theo deje de preguntar por su tío.
—Eso es cruel, Tom —Sonrío—. ¿Por qué no vienen de visita un fin de semana?
— ¿Por qué no vienes tú?
—Trabajo —respondo moviéndome de un artículo a otro sobre Andrew—. Sé que a Theo le encantará venir, ama Londres.
—Theo ama que en Londres su tío le da todo, no ama Londres.
—Es la misma cosa —desestimo—. Convence a papá, vengan un fin de semana, la verdad es que también les echo de menos.
—Desde noviembre no se te ve el rostro —suspira—. Déjame ver cómo convenzo a papá y también organizar un fin de semana en el que a Theo le toque estar conmigo, ya sabes, custodia compartida.
Thomas es menor que yo por tres años, pero parece que ha recorrido en ciertos aspectos más vida que yo. Casado, divorciado, múltiples trabajos a lo largo de los años y es papá, siempre fuimos polos opuestos en actitud porque físicamente supongo que es uno de esos molestos casos en donde en cierta manera nos parecemos en algunos – muchos – aspectos.
—Haz tu mejor esfuerzo y avísame, de verdad sería genial que vinieran, también quiero ver a Theo —Cierro los ojos antes de volver a hablar—. Ahora debo colgar, tengo algo aquí que revisar.
—Te odio.
—No, no me odias, me extrañas tanto que casi te mueres —sonrío.
—Maldito imbécil, ve a dormir y descansa ¡Te vas a morir y mi hijo estará traumado por perder a su tío!
—Iré a dormir, acabo de tomar un té, caeré rendido.
—Eso espero, te estaré llamando si consigo convencer a papá y...Oye...
— ¿Si?
—Recibí tu mensaje y le llevé a mamá las flores más bellas de tu parte, le hubiesen encantado o tal vez en dónde sea que esté, las amó.
—Gracias —digo con un nudo en la garganta.
—No hay de qué, Maximiliano, ni siquiera tendrías que habérmelo pedido. Ahora, ve a dormir y no te mueras. Apaga los teléfonos...O mejor no, nunca se sabe, pero duerme.
—Lo haré, fastidioso. Dale un abrazo a Theo de mi parte y también uno a papá.
—Hecho, también tomaré uno para mí.
—Está bien —rio—, toma dos abrazos para ti.
—Me haces sonar codicioso. Cuídate y descansa.
La llamada finaliza y estoy sonriendo, pero disminuyo la sonrisa viendo las imágenes de Andrew, quien es tendencia. Al ampliar las imágenes no logro ver del todo a la mujer, pero luce algo familiar. Tomando una captura de la pantalla se la envío de inmediato a Andrew, pero el pequeño desgraciado no responde mis dudas, él hace lo contrario.
Peligro: Salgo guapo
Max: ¿Qué se supone que significa eso?
Peligro: ¿Qué tengo buenos genes?
Max: dime qué está pasando
Peligro: aun no
Max: ¿Qué se supone que significa eso?
Peligro: paciencia, papi Max
¿Más? Deberían darme un puto premio por la paciencia. Dejo el teléfono sobre el mesón y alzo las manos cómo si estrangulara el aire, pero luego decido que es un mejor ejercicio tomar respiraciones profundas y no responderle la serie de barbaridades que quiero decirle. Reviso de nuevo los portales y páginas web viendo que el chisme está sonando demasiado, pero tienen tan poco información que no hay mucho qué decir. Puedo tener un poco más de paciencia al respecto.
Mi teléfono personal vibra, ahora es Dexter.
Tormento: oyeeee, papi Max ¿Puedes resolver este problema matemático?
Max: No, Dexter, no puedo. Déjame en paz
Tormento: qué rudo, me estás haciendo jodidamente llorar
Tormento: y para que lo sepas la respuesta era -1 ¿Quieres saber por qué?
Max: quiero que me dejes descansar
Pasan unos largos segundos, pero sé que mi suerte no es así de buena y en efecto, unos minutos después, llega un audio explicativo sobre por qué la respuesta es -1. Los otros dos teléfonos no dejan de sonar y los meto en un cajón de la cocina.
—Suficiente, necesito dormir o los mataré a los cinco —mascullo yendo a mi habitación.
Hago mi rutina nocturna: ducharme, cepillarme los dientes y leer un par de páginas de algún libro de lo que sea que me interese en el momento, algo que me ayude a desconectar la mente y pensar en algo más que agendas, compromisos, control de daño, lugares a los que ir o cosas que organizar, pero apenas apago las luces y cierro los ojos pienso, pienso y pienso.
Presionando la almohada contra mi cabeza gruño y pataleo un poco. Tengo mucho sueño y no puedo dejar de pensar en tonterías y cuando tiempo después lo consigo, no sé qué rayos hago pensando en abrigos siendo rasgados y pechos al aire ¡Lo que me faltaba! ¿Es que no puedo dormir tranquilamente? Solo quiero unas horas de sueño.
***
20 de enero, 2016.
¿Esto cuenta cómo un sindicato de agentes? ¿O es una asociación? Tal vez solo somos agentes reuniéndose para desahogarse de sus representados. Al menos es por una buena causa, que es la razón por la que vengo cada pocos meses.
No soy tan bueno socializando porque sin darme cuenta siempre ignoro a las personas por estar pensando en cosas que podría estar haciendo y tampoco me gusta a ir eventos cuando no es estrictamente necesario, que es casi siempre. El caso es que cada pocos meses se hace un evento de agentes y representantes de la industria en el que compras un boleto (mayormente lo paga el artista) y cuyo dinero va a fundaciones, se supone pasas el tiempo relajándote, quejándote o desahogándote con personas que te entienden.
Me llevo una mini tartaleta de queso a la boca mientras veo a varios conocidos y trato de centrarme en lo que se habla en la mesa en la que me encuentro, pero quiero irme. No había venido en una en muchos meses, desde que vine con Ally y debido a mi ausencia en los últimos meses y la estrecha amistad que mantenía con ella, ha sido incómodo que las personas me palmeen la espalda y lo lamente cómo si fuese algún viudo o tuviera el derecho de tales condolencias.
—Maximiliano Greene.
Engullo otra mini tartaleta y alzo la vista para encontrarme con una mujer de baja estatura que parece alguna especie de hada y que me sonríe. No la conozco, pero asiento en cortesía mientras toma asiento a mi lado.
—Soy Karina, la tía y representante de Kurt.
—Oh, la tía Kari —digo reconociéndola por las pocas veces en las que vi al actor y April también la ha mencionado—, perdona que no te reconociera.
—No hay problema. Te reconocí de inmediato porque eres una leyenda para nosotros en este trabajo.
—No es para tanto —rio y ella sonríe.
— ¡Por supuesto que sí! Te dieron tu primer trabajo, nadie tenía esperanzas en ti o tus niños y los hiciste subir cómo un cohete ¡Una vez despegaron no volvieron a la tierra! —Se ríe y su risa es contagiosa por lo que lo hago con ella—. Y no han parado, los fanáticos te aman, esos chicos te aman y eres cómo un Dios dentro de la industria ¡Todos quieren un Max! Cada persona en este lugar te admira.
—No todos —porque sé de personas a las que no le agrado.
—Los que te odian es solo envidia. Eres una leyenda.
—Casi sueno invencible.
—Tienes mis respetos, me alegra de finalmente conocerte en persona. Además, creo que Kurt se está relacionando mucho con tus niños por lo que esto tarde o temprano iba a suceder, seguramente en el futuro deberemos coordinar agendas ¡Oh! Si llegas a necesitar actor para vídeos musicales mi Kurt siempre está disponible, bueno, no siempre, pero haríamos una excepción por ustedes.
—Es bueno saberlo, también has hecho un gran trabajo.
Me relajo un poco mientras conversamos, hablamos con familiaridad y es bastante entretenida, pero poco después se va cuando alguien la llama. Viendo la hora en mi reloj me digo que ya es la hora políticamente correcta para irme sin verme cómo un odioso o imbécil, así que hago unas pocas despedidas en la mesa y en el camino a la salida, mientras huyo, le envío un mensaje a Hunter para que sepa que estoy listo para irme.
No es que no pueda conducir por mí mismo, pero bebí un par de copas y él se ofreció o más bien Harry "sutilmente" le dijo que debería ser bondadoso y ser mi chofer, no es que vaya a quejarme al respecto.
Cuando llego a la salida, me detengo a esperar mientras veo la lluvia caer, ni siquiera sabía que estaba lloviendo, pero tampoco me sorprende. Me es inevitable no bostezar y parpadear varias veces para despertarme, apenas son las diez de la noche, pero estoy noqueado. ¡Dios! Actúo cómo un anciano, qué escalofríos me da. Uno de mis teléfonos vibra y descubro que es una persona con una invitación nocturna sobre diversión, poca ropa y cosas de adultos...Qué amable, bostezo una vez más.
—Psss —sisea alguien, pero decido que no tiene que ver conmigo—. Psss, oye...Psss... —Un estornudo— Psss —otro estornudo.
—No soy un perro, no respondo a los siseos —respondo mientras declino la oferta del mensaje porque hacer el viaje de treinta minutos cuando estoy tan, pero tan cansado, no suena atractivo—. Tendrás que llamarme con algo más que un siseo.
—Pero no sé tu nombre.
Hay un registro en la voz que la hace familiar, pero no del todo, así que guardándome el teléfono me giro con lentitud, pero no encuentro a nadie a la vista. Otro estornudo viene desde algún lugar.
— ¿Eres tú? ¡Mierda, eres tú! —dice la voz que me suena de algún lado.
— ¿En dónde estás, fantasmita? —Me encuentro entrecerrando los ojos y viendo alrededor.
Desplazo la mirada hasta que mis ojos se detienen en un par de tenis encharcados detrás de una planta tan frondosa que seguramente Dan la amaría y se la llevaría a su casa. Me acerco con lentitud porque esos pies deben de tener un cuerpo y en efecto lo tienen cuando me detengo frente a frente, encontrando unos ojos marrones entre todo ese matorral.
—Hola, Max ¡Sorpresa! —Alza las manos fingiendo confeti o fuegos artificiales—. Esto no me lo esperaba.
Estirando la mano retiro un par de ramas para verle mejor el rostro y lo que encuentro es un bonito rostro con peca adornado por cabello húmedo goteando y una sonrisa nerviosa. No hay maquillaje horrible ni peinados extraños y aunque no lleva un abrigo ni va en topless, lo que sí tiene es un pijama rosa claro traslucido debido a que parece que se bañó en la lluvia. Estornuda.
— ¿Qué extraña casualidad es esta? —susurro y ella alza las manos cómo si intentara lucir inofensiva.
¿Inofensiva? No lo es. Aunque su pijama es de mangas largas y pantalón de algodón, la tela se encuentra tan traslucida por el agua que las bragas se le marcan y la camisa se aferra a sus pechos que no tienen sujetador y que de nuevo dan un gran vistazo a su joyería. Su boca se encuentra húmeda y gotas de agua se aferran sus pestañas, si me lo preguntas se ve cómo una foto de revista seductora y eso no es nada inofensivo.
—No es lo que parece, pero creo que necesito tu ayuda, por favor —Une las manos en una súplica y estornuda de nuevo.
Miro alrededor y luego la veo de pies a cabeza, saliendo del aturdimiento me quito el abrigo para entregárselo aunque dudo que haga mucho por su caso, debe de estarse congelando ¿Y qué es lo que hace así afuera del lugar?
—Necesito un favor —Todo lo que hago es verla.
— ¿Por qué te escondes?
— ¿Por qué soy famosa y se me ve todo con la ropa mojada, lo que podría hacerme aparecer en todas las revistas? ¿Además de que podría arruinar una fiesta de recaudación de fondos en donde no debería de estar?
—Larga explicación, pero suena cómo una buena razón.
—Mis conclusiones me llevan a establecer que eres un agente de algún artista —Solo la veo con fijeza y ella resopla—. De acuerdo, de acuerdo, dejaré de fingir ser genial y admito que ahora sé que eres está leyendo mística en el mundo de los representantes ¿Feliz?
— ¿Dije en algún momento que no era feliz?
Abre y cierra la boca antes de estornudar de nuevo y sorberse la nariz. Por instinto estiro las manos y le froto los brazos por sobre el abrigo antes de cerrar cada botón para que se sienta algo más cálida, tiembla por el frío mientras me da una pequeña sonrisa. No entiendo muy bien qué está sucediendo, pero evitar que se muera con una hipotermia parece la cosa buena por hacer.
Mi teléfono vibra y veo que es Hunter haciéndome saber por medio de un mensaje que ya se encuentra a pocos minutos de llegar, guardándolo decido devolver mi atención a mujer que se agarró la lluvia para ella sola.
— ¿Qué necesitas de mí? —pregunto con aparente tranquilidad y calma.
Esto no es nada extraño, ni un poco.
—Todo. Necesito todo de ti.
— ¿Eh? ¿Qué se supone que significa eso?
—Quiero decir —Se aclara la garganta—. Necesito que entres y busques, por favor, a mi representante, la necesito con urgencia. No tengo boleto para entrar y si digo quién soy, habrá muchos chismes y fotos de mí, todo será un desastre, se desviará todo el evento y seré catalogada cómo "la mega perra arrogante que fue a arruinar un evento privado en donde no fue invitada."
—Es un bonito encabezado, poco creativo, pero funciona —comento y eso la silencia momentáneamente antes de que ría, sonrío—. Entonces ¿Quieres que entre y traiga a tu representante?
—Sí, por favor —sus dientes ahora castañean.
La bocina del auto suena y poco después Hunter sale con una sombrilla, me giro de nuevo hacia ella y le extiendo la mano que no duda en tomar con sus dedos sumamente fríos y arrugados por el agua. Tiene que estarse congelando y tiene que estar pescando al menos un resfriado.
—Sal de ahí, espera en el auto con calefacción mientras busco a tu representante.
—Gracias, muchas —estornudo— gracias.
Hunter nos ve con curiosidad, pero no comenta nada mientras la acerco para que la sombrilla la cubra mientras la guía al auto una vez le hago saber a él que iré a hacer algo rápidamente. Me giro y comienzo alejarme, pero me devuelvo rápidamente para gritar por sobre la lluvia:
— ¡¿Quién es tu representante?!
— ¡Loraine!
— ¿Quién es Loraine?
— ¡Mi representante!
¡Vaya! No lo hubiese imaginado. No puedo evitar rodar los ojos.
— ¿Cómo es Loraine?
Una descripción bastante específica es dicha, me asegura que de igual forma me guíe por el acento americano y busque en dónde estén los tragos de margaritas ¡Encantador! Con esta nueva misión no esperada me adentro de nuevo al evento en busca de una mujer que ni idea de quién es y momentáneamente me doy cuenta de que no estoy bostezando y estoy muy, pero muy despierto, qué extraño.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro