capitulo 3
-Cariño, no puedes seguir así -Sofia se sentó en el sofá junto a su hermana -Han pasado cinco días.
-Y ni siquiera ha llamado -Camila volvió a limpiar las lagrimas que caían por sus mejillas -Ni para preguntar por los niños.
-Y tu sigues aquí -Suspiro -Sentada ante el teléfono esperando que lo haga. Llevas tres días sin ir a trabajar, se que te han dado permiso. Pero tienes que volver a tu vida.
-¿Qué vida? -Y volvió a llorar -Yo no tengo vida
-Tienes a tus hijos -Ella la miro con tristeza -Tus tres hijos, que necesitan a su madre.
-Y a su padre -sonó su nariz -Pero a el no parece importarle una mierda.
Y entonces el teléfono sonó, ambas se quedaron mirándolo paralizadas. Hasta que Camila lo tomo rápidamente y contesto.
-¿si? -Trato de no seguir llorando
-Camila, tenemos que hablar -Shawn hablo serio al otro lado -Supongo que estas en casa de tu hermana.
-Si -Ella respondió con apenas voz.
-Nos vemos en el parque que hay junto a su casa, en ¿quince minutos? -El hablaba seguro.
-Vale -Y respondió sin siquiera pensarlo
Siguió con el teléfono pegado a la oreja, pero ya solo se escuchaba el pitido de la línea. Ni siquiera pregunto por los niños, ni por ella. Nada.
No le importo como iba vestida, con unas mayas la camiseta y un jersey, tampoco como estaba su pelo. Le dijo a su hermana que iría a hablar con el y tomo las llaves del apartamento y salió corriendo de allí.
Cuando llego al parque miro a su alrededor con tristeza y ansiedad. Y estuvo esperando, de pie, parada en el centro de todo. Esperando.
Y le vio, caminaba con tranquilidad hacia ella y llevaba al perro ¿El perro?.
-Hola -Shawn se paro a unos pasos.
-Hola -Ella miro al perro y frunció el ceño -¿Cuper? -El animal meneo el rabo y se acerco a ella.
-Ten -rápidamente el le dio la correa -Eras tu quien quería un perro.
Aquella frase le cayo como un balde de agua fría. ¿Qué significaba eso? ¿Qué pretendía?.
-¿Qué? -Camila miro la correa en su mano.
-Si necesitas algo de la casa solo tienes que llamar a mi oficina, mandare que te traigan lo que quieras de allí -el la miro a los ojos -Mis abogados se pondrán en contacto contigo, de momento pagare una generosa pensión y me hare cargo de los gastos de los colegios. Tengo la obligación de pasar con ellos dos fines de semanas al mes, empezare por este fin de semana.
-¿Obligación? -No entendía nada -¿Abogados? ¿De que estas hablando?.
-Del divorcio, Camila -El respondió tranquilamente.
-Del divorcio -Lo repitió como si no lo creyera -¿Así termina todo?
-¿Qué quieres? -El frunció el ceño -Ambos sabíamos que no estaba funcionando
-¿Ambos? ¡¿Ambos?! -Y las lagrimas se agolparon en sus ojos -¡Yo no sabia nada! ¡Ni siquiera me daba cuenta que tu secretaria se encarga de trabajos manuales a parte de su labor en la empresa!
-Quieres bajar la voz -miro a todos lados -Esto es lo mejor.
-¿Lo mejor para quien? ¿Para ti? ¿Para que puedas seguir revolcándote con esa guarra cuando te de la gana? -sintió que le faltaba el aire -¿Para que tus hijos no te estorben?
-Ya te he dicho que me llevare a los niños dos fines de semanas -Apretó la mandíbula.
-¡Dos fines de semanas! ¡Has hablado de obligación! -y finalmente las lagrimas salieron de sus ojos -¡Son tus hijos! ¡Necesitan a su padre! ¡Un padre que juegue con ellos! ¡Que este a su lado! ¡No solo Dos fines de semana!.
-Deja de gritar maldita sea -el suspiro -No se puede hablar contigo.
-¡¿Hablar?! ¡¿Desde cuando hablas tu conmigo?! -y todo lo que tenia dentro estaba saliendo -¡Te he dedicado los mejores años de mi vida! ¡A ti, a tu casa, a tus hijos! ¡Te he dado la familia que tanto querías!.
-Pues quizás estaba equivocado en lo que quería -el la miro fijamente -O en con quien lo quería.
Y eso fue lo ultimo que necesito escuchar, levanto la mano y le dio una sonora bofetada que lo dejo sorprendido.
-Eres el hombre mas despreciable que he conocido en mi vida -Apretaba los puños con rabia.
-Mis abogados se pondrán en contacto contigo y el viernes a las cuatro estaré aquí en el parque para recoger a los niños. Te los traeré el domingo en la tarde. -Se giro y comenzó a caminar -Adiós.
-¡Pues que te den! ¡Maldito cabron, egocéntrico, hijo de puta! -allí estaba gritando en mitad de un parque lleno de niños -¡Que disfrutes de mi cama con tu rubia oxigenada! ¡Ojala te pegue una enfermedad venérea!.
Y toda la gente la miraba como si estuviera loca. Y asi se sentía, loca, loca habia estado todo este tiempo que se había entregado a una vida junto a el. Ahora no le quedaba nada, salvo sus tres hijos. Era una madre divorciada, con tres hijos a su cargo y que habia sido engañada por su marido. Por si fuera poco ella había mantenido la esperanza hasta el ultimo momento de que el le pidiera disculpas, que volviera arrepentido y le jurara que todo habia acabado con Vanesa. Que le pidiera que volviera a su lado y comenzaran de nuevo.
-¿Qué va a pasar ahora? ¿Qué voy ha hacer ahora? -miro al perro que estaba sentado mirándola -Cuper, ¿Qué va ha ser de mi vida ahora'.
Y camino hacia la casa de su hermana, tirando del perro y con esa pregunta repitiéndose constantemente en su cabeza.
Cuando Sofia abrió la puerta y vio el rostro de su hermana supo que no había ido bien, después vio al perro y frunció el ceño.
Camila entro sin siquiera dirigir una palabra a su hermana, camino hasta el sofá y se sentó en el. cuper se sentó a su lado, en el suelo y apoyo la cabeza en su rodilla mientras la miraba, como si el también estuviera triste.
-Me ha pedido el divorcio -lo dijo en voz baja -Bueno, ni siquiera eso. Simplemente me dijo que sus abogados se pondrían en contacto conmigo, que pagaría una buena pensión y se haría cargo de los gastos de colegio. -su mirada estaba perdida -Y tiene la obligación de pasar con los niños dos fines de semana. Obligación.
-Dios mío -Sofia suspiro y se sentó junto a su hermana para abrazarla -Cariño, es un desgraciado.
-Yo creía que era el, mi hombre perfecto -Camila miro a su hermana mientras las lagrimas se derramaban por sus ojos -Tenias razón. El hombre perfecto no existe.
-Oh -Sofia la abrazo con fuerza -No puedes seguir asi, tienes que levantar la cabeza y salir adelante. ¿Qué te ha pedido el divorcio? ¡Pues que le den! Tu tienes tu trabajo y a tus tres preciosos hijos y me tienes a mi. -le acaricio la mejilla -Se que ahora pensaras que tu mundo no tiene sentido, pero cuando te recuperes incluso te arrepentirás de no haberle gritado mil cosas en su momento.
-Le grite -Camila frunció el ceño -Creo que le llame cerdo hijo de puta -se quedo pensativa -Y le dije que ojala esa rubia oxigenada le pegara una enfermedad venérea.
-¿Qué? -Y Sofia no pudo evitar reír -¿Ves? Esta es mi hermana, me parece que puedes volver a ser tu misma.
-Hay que recoger a los niños -Camila miro el reloj.
-Yo lo hare -Sofia se levanto del sofá y la miro con una sonrisa -Tu arréglate un poco y cuando tus hijos vengan llegara el momento de explicarles que es lo que pasa. Tampoco creo que echen mucho de menos a su padre. Y mañana quiero verte de nuevo en el trabajo. Tienes que recuperarte, ser fuerte y demostrarse a ese cabron hijo de puta que tu puedes seguir sin el.
Pero eso era muy fácil de decir y no tanto de hacer. Aun asi Camila se obligo a levantarse de aquel sofá y se limpio las lagrimas. Ya habia llorado bastante por un hombre que habia sido capaz de insinuarle que haberse casado con ella y tener hijos juntos fue un error. Fue al baño y al mirarse al espejo sintió lastima de si misma, no quedaba nada de la mujer luchadora que era. Es como si en todos estos años la hubieran ido consumiendo.
Cuando los niños llegaron, Camila y Sofia se sentaron con ellos, al menos con los mayores y les explicaron que sus padres ya no iban a vivir juntos. Y tampoco pareció importarles mucho, claro que cuando Camila les dijo que el próximo fin de semana lo pasarían con su padre, eso si les molesto. Alex dijo que el no iria sin su mama a ningún lado y Matt dijo que no le importaba no ver a papa.
Eso hizo que Camila se diera cuenta de que su matrimonio no estaba funcionando, el no funcionaba, ni como marido, ni como padre. Sus hijos ni siquiera querían pasar tiempo con el, no les importaba lo mas mínimo el echo de que su padre no viviera con ellos.
Después de cenar, Sofia ayudo a acostarse a Alex y Matt y Camila baño a Damián y lo acostó en la cama que compartían. Al rato ambas se sentaron en el sofá con una copa de vino entre sus manos.
-En cuanto encuentre una casa nos iremos -Camila miro a su hermana con tristeza -Siento todo esto.
-¿Pero que dices? -Sofia la miro molesta -Estoy encantada de tener a mis sobrinos aquí y por supuesto a ti. Esta es vuestra casa.
-Gracias -suspiro -Pero tienes razón, tengo que salir adelante. Y necesito hacerlo por mi misma. Mañana regresare al trabajo, volveré a mi ritmo diario y empezare a buscar una casa.
-Y cuando ese idiota se de cuenta de la mujer que ha perdido no le alcanzara vida para pedir perdón. -frunció el ceño -Pero espero que no seas tan estúpida como para perdonarle.
-Aun esperaba que lo pidiera -sonrió con tristeza -Esperaba que se arrodillara y me pidiera perdón mil veces. Que me dijera que me quería y que fue un error, que volviéramos a ser una familia.
-Nunca habían sido una familia -Sofia se obligo a ser sincera con su hermana -El nunca estaba, por una excusa u otra. Siempre eras tu la que sacaba adelante a los niños sola, la que les llevaba al parque, a la escuela, la que jugaba con ellos. Ya has visto que ni siquiera quieren pasar tiempo con el, no sin ti.
-Pero no deja de ser su padre -Camila miro la copa de vino -Y yo no puedo olvidar de la noche a la mañana tantos años.
-Nadie te dice que los olvides -frunció el ceño -Tienes que tenerlos muy presentes, para saber lo que quieres ahora en tu vida. Tu decides. Eres dueña de tu destino.
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Un Capitulo por día.
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