Las campanas de la iglesia sonaron, los gritos de emoción resonaron por toda la sala de casamiento. Juan y Valeria, una pareja que acababa de casarse,se mostraban felices por su celebración. La fiesta duro unas horas más, 3 horas aproximadamente, hasta que la manta de la noche floreció, la pareja llego a una pequeña cabaña en el bosque, donde celebrarían su noche de recién casados.Lo que al principio comenzaron como besos tiernos y de amor, acabaron con una gran noche de placer para ambos.
Al amanecer,Juan fue a por leña dejando a su esposa completamente sola y dormida. Al despertar Valeria, escucho unos pasos, pensando que era su esposo, una sonrisa de satisfacción surco su rostro. Ella se levantó de la cama y camino hacia la puerta, los pasos se dirigieron a la habitación del fondo, ella soltó una risita coqueta. Abrió la puerta y camino hacia la habitación, pero lo que más la desconcertó fueron los gritos de su esposo anunciando su llegada.
-¿Pero que?- pronunció aturdida bajando las escaleras, ¿acaso eso había sido una mala pasada que le había jugado su mente?
-Cariño, ¿estas bien? Pareces cansada- pregunto preocupado el hombre.
-Tranquilo amor, solo es un dolor de cabeza, nada grave- respondió la mujer.
El le sonrió de forma tranquila, ella le devolvió la sonrisa algo forzada, ¿Qué era lo que había oído? Seguramente era un animal del bosque. Pero los pasos eran de una persona, estaba segura.

Continuará...