I
Casa de Jess, 3:00 p.m.
—Mi nena, ¿estás lista para la fiesta de hoy? Tendremos mucho licor, al igual que estoy segura de que lloverán los ligues, dime que aún estás interesada en asistir.
—Es una pregunta muy tonta, ¿no crees, Karol? Claro que iré a la fiesta, todos en la empresa irán y quizás pueda impresionar a Michael —una sonrisa ladina le hizo morder su labio inferior de tan solo pensar en su apuesto compañero de oficina.
—Sí que le traes ganas nena —la joven deja escapar una pequeña carcajada. —¿Por qué no te pones bien chula para impresionar a tu galán? Recuerda que debes verte como toda una reina, mira que debes tener cuidado con Sasha.
—Karol, no me recuerdes a esa zorra de cuarta... Ni recordaba que de seguro también ha de asistir... —deja escapar un pequeño suspiro mientras hacía un par de mechones sueltos de su cabello detrás de su oreja.
—No te alteres amiga, Drake fue un idiota en dejar a tremendo monumento que eres tú, por una aventura con Sasha, tú eres mil veces mejor que esa cualquiera.
—No lo sé, Karol... Todos siempre han preferido a Sasha por tener senos más voluminosos, al igual que mucho más glúteo que cualquiera de nosotras...
—Eso no es tan relevante, así que no te desanimes mi Jess, mira que tú tienes algo más que un lindo cuerpo y es tener cerebro, eres muy inteligente, cosa que a ella le es escaso, en el mundo existen mejores hombres que él, no lo olvides, ¿sí? No te pongas triste por un idiota que solo está con una mujer por su cuerpo.
—Pero fueron tres años... Nunca debí presentarle a Sasha, se suponía que era mi amiga...
—No todos son nuestros amigos, mira que Sasha solo se hizo tu amiga porque casi la despiden por el informe, te dije que no confiaras mucho en ella, pero como siempre, nunca me hiciste caso.
—Y no sabes cuanto me arrepiento... Pero bueno, vayamos a esa fiesta a impresionar como las diosas que somos, por lo que tenemos que ir de compras, necesitamos atuendos que dejen a más de uno con la boca abierta —una sonrisa sincera y llena de emoción se resaltó en su semblante.
—¡Esa es mi chica! —sonríe grandemente tomándola de la mano tras ponerse en pie del sillón donde estaban. —¿Qué estás esperando Jess? ¡De compras se dijo!
—¡De shopping! —ambas dejan escapar una risa antes de tomar sus cosas y salir en dirección al centro comercial.
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Bueno, que puedo decirles, en estos momentos lo único que quiero es destrozar en aquella fiesta a Sasha, la detesto tanto como a mi ex. Drake ha sido mi relación más larga, fueron tres años tirados a la basura, puesto que decidió tener una aventura con la que era una de mis supuestas amigas.
Debo aceptar que a Sasha se le notaban intenciones raras cuando estaba Drake cerca, pero no pensé que sería capaz de traicionarme, o mejor aún, que él se atreviera a arruinar nuestra relación por una mujer que era nueva en su vida. Hace un par de semanas que termine con mi ex por haberlo encontrado con ella en nuestra cama, hace dos semanas que no sé qué es estar fuera del bar "Las Vegas", todas las noches acompañada por Karol, todas las noches llorando por ese bastardo que me dejo por otra, pero esta vez nadie podrá arruinar esta gran fiesta, dejaré aquellas lágrimas de lado y volveré a brillar.
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Centro comercial del norte.
Después de haber subido por las escaleras eléctricas del parqueadero al interior del centro comercial, ambas mujeres empezaron a caminar por aquellos largos pasillos buscando los mejores vestidos, que sean atrevidos, elegantes y bonitos, todo en uno que sean perfectos para la gran fiesta de la noche.
—Ame ese vestido rojo pasión que te has comprado, mi morenaza. —sonríe la joven mientras cargaba sus bolsas de compra.
—No me digas así, sabes que me apena —deja escapar una pequeña sonrisa mientras abría la puerta del auto.
—Pero... Jess, que culpa tengo yo de que seas una Barbie humana, y lo mejor de todo, con un cuerpo totalmente natural, no como otras que conocemos por allí.
La risa no la logra contener frente al comentario que hizo Karol, pero era cierto, la mayoría de las mujeres que tenían aquellos cuerpos exuberantes en la empresa habían pasado por el quirófano, mientras que por su parte era algo de familia, una gran herencia en cuanto aspecto físico.
Lamentablemente, la diversión no duro para siempre, y mucho menos cuando la vieron acercarse, era como si les cayera un balde de agua fría, el gran error de Sasha fue haberse acercado, esta vez Jess estaba dispuesta a bajarla de aquella nube, no se dejaría pisotear de nuevo por esta "mujer".
—Pero miren a quien tenemos aquí, la borracha de Jess —ríe mirando sus amigos. —Dime qué tal has pasado estás semanas, querida amiga, me da curiosidad saber cómo le haces para ganar tanto licor, ¿te prostituyes?
—Para nada, yo no soy tu querida, si ahogo mis penas en el alcohol, lo acepto, ¿quién no lo hace? Pero al menos no doy el culo de a gratis a cualquier hombre y si me respeto como mujer.
El ambiente se empezó a poner tenso ante aquella respuesta, le había llamado puta regalada, lo había hecho por primera vez y con tal orgullo logrando captar los murmullos que hacían de ella sus "amigos", Sasha se quedó callada pensando en que decir, le había dado un gran golpe a su ego. Punto para Jess.
—Eres una arrastrada, poca mujer das pena, Jess.
—Poca mujer eres tú, Sasha, que traicionas a tus amigas por un polvaso, aunque de ti no puede venir nada bueno.
—¡Idiota! —levanta su mano con la intención de darle una bofetada, pero antes es detenida por una mano varonil.
—Qué clase de show es este en un estacionamiento público, les recuerdo que se encuentran en un centro comercial, no ven que perturban a los demás clientes —con aquella voz grave suelta el brazo a Sasha poniéndose entre las dos mujeres.
—Disculpe oficial, pero es ella la que ha empezado, nosotras ya nos íbamos.
—Haré que pierdas tu trabajo Jess. ¡Me encargaré de eso! —dice con tal enojo Sasha para retirarse primero hacia su auto.
—¡Lunática! —levanta su voz con intensión de ser escuchada, pero una mirada llena de seriedad que provenía de su costado le hizo callar. —Disculpe otra vez, pero es que ella me hace enojar al punto que me descontrolo.
—Espero que no se vuelva a presentar un acto como este o será vetada del centro comercial, señorita, eso da muy mala impresión.
—Entendido, no se preocupe, no volverá a pasar...
Jess miro por último a aquel hombre al rostro, era alto, cabello negro, ojos grises y cuerpo corpulento, pero a la vez ligeramente delgado. Con ese traje de guardia de seguridad lo hacía ver demasiado bien, que inclusive le daba la ligera sensación de comérselo allí mismo, pero lamentablemente no era posible, por lo que solo le pudo guiñar el ojo antes de subir al auto. Si este hombre trabajaba en ese mismo horario, buscaría la manera de venir más seguido a este centro comercial.
—Te ha encantado aquel chico, ¿no es así Jess? Que no se notara que te lo querías comer con la mirada.
—¿Qué...? ¿Se vio muy obvio? —escondió su rostro entre sus manos con cierta vergüenza.
—Demasiado, seguramente hasta él lo noto, aunque no niego que es tremendo partidazo, amiga.
—En eso tienes razón, espero verlo nuevamente lo más pronto posible, ahora si me dan más ganas de pasarme por aquí.
—Esa es la actitud Jess, esa es mi chica, adiós, Drake y adiós, Sasha, hola chico misterioso del centro comercial —la joven deja escapar su risa mientras encendía el auto para conducir.
—Ya cállate y solo maneja, veamos qué pasa, nada más no te emociones aún de que lo vuelva a ver, es complicado, nunca lo había visto por estos lados, tú qué sabes que solo sea un reemplazo momentáneo, no tenía la chaqueta oficial de Fox como todos los demás la tienen.
—Lo detallaste bien, ¿ah? De casualidad no lo imaginaste sin ropa también.
—¡Karol, ya!
El comentario de su amiga la llego a avergonzar un poco, por lo que se cruzó de brazos durante todo el camino e inclusive la llegaba a ignorar. Al llegar a su departamento, Jess bajo del auto con sus bolsas, no podía evitar pensar que había detallado a ese hombre, y para colmo, las ganas que le genero en ese momento eran intensas. Todo era demasiado extraño para ella, nunca había sentido curiosidad por alguien que veía por primera vez en su vida.
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