El sol bañaba con su radiante luz un paraíso, lleno de naturaleza, naturaleza que parecía sacada de un cuento, entre ese paraíso cerca de un gran río, se encontraba una pequeña ciudad, casi un pueblo.
Las calles con colores grises y cafés pero a pesar de eso, se veía muy colorido.
En una de esas casas, se encontraba 3 hombres, uno grande y gordo de cabellos rubios, tenía un aspecto elegante.

- ¿Irás a ese lugar? - pregunto

- tengo que hacer lo

- pero es muy peligroso - dijo un hombre de estatura promedia y de cabellos negros - se dice que habitan muchas brujas por sus alrededores

- lo sé... Por eso iré - dijo el joven levantando se de su asiento

- sabemos que a eso te dedicas pero te estás arriesgando - dijo el hombre de cabellos rubios - la última vez casi no te libras

El joven se poso por la habitación, miro por la gran ventana que daba a la calle.

- iré de todas formas, no dejaré que demás niños pasen por lo que yo pasé

- buenos días muchachos - dijo un hombre entrando al lugar

- hola señor Estoico - saludo

- hola Patapez

- hola tío

- Patán - dijo y se aproximó al joven de ojos verdes - Hiccup

- hola padre - dijo con una sonrisa

- ¿Nuevas noticias?

- algo así - dijo Patán

Estoico lo volteo a ver, para después ver a Hipo quien formó una pequeña sonrisa.

- no irás

- sabes que aunque no me dejes iré

- Hiccup

- tengo que hacer lo - protesto el chico - niños necesitan protección y yo se las dare

- escucha, necesitas olvidar te de eso - dijo - ya has perdido más de lo que pudiste - apunto a su pié

- fue un descuido - Hipo miro a la salida y se dirigió a ella - no se repetirá

- no quiero perder te como a tu madre...

Un silencio invadió el lugar.

- por ella es que hago esto - dijo Hipo y salió de la casa

- Estoico - dijo Patapez

- deja lo - interrumpió - no se que haré con él, es idéntico a su madre

Estoico salió del lugar.

- muchas gracias Estoico

- ¿Porque? - pregunto sin entender a la mujer

- Por dejar a tu hijo trabajar en nuestro pueblo - dijo la señora con una gran sonrisa - así que por favor acepte esto - le dio una bolsa llena de monedas de oro

- yo no

- por favor

Estoico miró la bolsa y la acepto, la señora se fue muy feliz.

- ay Valka - dijo y miro al cielo - no se que hacer con este muchacho

Hipo fue caminando por las calles, llenas de gente. Era un lugar demasiado alegré.
Hace años estaba siendo atormentado por las brujas, Hipo entreno duro para poder derrotar a cada una de ellas.
Llegó a su casa, era un hogar pequeño pero acogedor.

- ¡Hola Chimuelo! - grito

Chimuelo era un dragón grande, los dragones eran los mayores protectores del lugar, protegían a la gente del pueblo, además de que con ellos podían viajar a otros lugares.

- ¿Estás muy emocionado? - pregunto Hipo al ver qué su noble compañero no dejaba de dar saltos por el lugar - bien iremos a un lugar muy lejano

Chimuelo lo miro con interés para luego ver a los muñecos destruidos en el jardín.

- así es - dijo Hipo - a destruir unas cuantas brujas

Chimuelo salto y soltó una flama quemando una de las muñecas que estaban colgadas.

- entrenaremos hoy y después guardaremos y prepararemos todo para ir nos mañana temprano

Entro a la casa, Chimuelo entro por detrás, dejo sus cosas en una mesa y se apresuró a entrar al taller que tenía al lado de su casa, era un taller grande donde fabricaba sus propias armas y armaduras para Chimuelo.
Disfrutaba mucho hacer lo, lo sentía muy entretenido.

Miro a Chimuelo quien estaba viendo su nueva armadura.

- no está lista - dijo Hipo - y eso que no es como el de los demás - miro sus trazos y sus bocetos en prueba - no tiene grandes cosas pero al menos podré hacer algo para que vueles por tu cuenta

- buenos días Hipo

- hola Moana - saludo - ¿Cómo está mi compañera?

Moana salto la valla y entro al taller.

- tu padre ya me dijo - dejo en una mesa de trabajo unos materiales - y traje refuerzos

- muchas gracias - dijo Hipo

- ¿Cuando nos vamos? - pregunto Moana mientras veía un gran mapa, tenía taches en algunos lugares y dibujos de paisajes, criaturas y objetos puestos en casi todo el mapa

- iremos al oeste - dijo Hipo mientras tomaba unas cosas de una caja

- al oeste - dijo mientras apuntaba con su dedo un río, el cual siguió con los ojos y llegó a un pueblo que estaba bastante alejado del resto - ¿Crees que podamos encontrar a esa mujer? - dijo mientras encerraba con un círculo el pueblo

- Donde sea que vallamos - dijo Hipo y la volteo a ver la - la encontraré eso lo juro

- ¿Será tan poderosa como han dicho? - pregunto Moana

- no lo sé, pero me arriesgaré

- yo te apoyaré - dijo Moana - te ayudaré sin importar que

- gracias Moana - dijo Hipo y tomo una navaja y comenzó a afilar la

- por nada estoy contigo - dijo - sabes que me gusta la aventura - con emoción le sonrió - me gusta los paisajes y los seres mágicos que podemos encontrar

- si - dijo Hipo con una sonrisa - a mí también me emociona, me gusta, además de que ya hemos viajado por la mayor parte del lugar - miro el mapa

- así es además sin mi, no llegarías a la mayor parte de estos lugares - dijo Moana con una sonrisa mientras miraba el mapa

- oye yo también e ido solo a los lugares - Hipo menciono ofendido y a la vez orgulloso

- si claro - soltó una carcajada y miro a Hipo quien también formó una sonrisa

- será mejor que entrenemos - Hipo dejo la navaja en la mesa

- si - dijo la chica y salió al jardín - las brujas cada vez se hacen más poderosas

- si, pero sin importar eso - Hipo tomo un cuchillo - acabaremos con todas - dijo y la arrojó contra una bruja hecha de madera