DOCE
CUMPLEAÑOS FELIZ, TE DESEAMOS A TI, CUMPLEAÑOS PRECIOSX YaniszN8 CUMPLEAÑOS FELIZ.
TE QUEREMOS YaniszN8 TE QUEREMOS ❤️
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Sonreí.
—Ya sabía yo que no todo es perfecto —pronuncié, mi mano derecha empuñaba el arma mientras que con la izquierda intentaba marcar el número de Yoce.
—Suelta el teléfono, Mackenzie —advirtió Lucas, apretando aún más la culata de su arma.
Pero él no iba a disparar, ni siquiera tenía el dedo índice puesto en el gatillo. Ellos me querían viva.
—Solo cállate, Lucas —espeté fastidiada—. ¿En serio tenían que venir cinco hombres por una chica?
Él no dijo nada y empezó a acercarse.
—¡Eh! ¡Quieto! —advertí— Que yo no te necesito vivo.
Él se detuvo. El timbre volvió a sonar.
—Wir werden eintreten! —pronunció una voz muy varonil detrás de la puerta.
*(¡Entraremos!)
—Noch nicht! Einen Augenblick! —gritó Lucas sin desviar su mirada de mis movimientos.
*(¡Aún no! ¡Un momento!)
—Wie haben sie mich gefunden? —pregunté en alemán, ya sabes, para darle un toque más excitante a la situación.
*(¿Cómo me encontraste?)
—Fue pura casualidad —Lucas parecía recordar algo muy divertido.
—¿Sí? Cuéntame —pedí, mientras él teléfono repicaba en mi mano.
—¿Para que? No es importante.
—¡Oh, vamos! ¡Para mí sí! —exclamé divertida.
—Estaba en un operativo para atrapar a alguien más —respondió.
—¡Oh! ¡Premio doble!
Él asintió, a pesar de que mi voz reflejaba el claro sarcasmo.
—Espero no te sientas mal por haber llegado hasta ti como lo hice —parecía realmente arrepentido.
Me reí.
«Contesta el maldito teléfono, Yoce». Pensé desesperada, si salía de ésta la iba a castigar por tres meses.
—Aw, que adorable —puse mi mejor cara de ternura— ¿En serio creíste que te traje hasta acá porque me gustabas?
Él no respondió, así que continúe:
—Conoces a Mackenzie Blackstone, Lucas, pero no a Black. Ésta que ves frente a ti, es una maldita puta que solo quería follar contigo —puse una cara arrepentida—. Lamento haberte ilusionado, pequeño.
—Eres una...
—¿Yoce? —hablé, colocando el celular en mi oído, ignorando completamente a Lucas, ella respondió— Me atraparon, confío en ti.
Esperé su respuesta y colgué.
—Komm herein! —gritó Lucas y antes de recibir el golpe en mi cabeza y espalda, causado con la puerta, disparé.
*(¡Adelante!)
El hombre frente a mí se inclinó sobre su cuerpo, agarrando su mano izquierda con la derecha, tratando inútilmente de detener el sangrado.
Yo también me incliné, flexionando mis rodillas hasta pegarlas al suelo, mi vista se había tornado borrosa y mi cabeza dolía como un demonio. No sentía el aire entrar a mi cuerpo y en cualquier momento quedaría inerte sin poder pensar o moverme; el golpe que había recibido fue tan fuerte que hasta juraría que me estaban cobrando todo lo que les hice pasar en Alemania.
Alguien me agarró por la cintura y me alzó, el arma y el teléfono habían quedado esparcidos cerca de donde me encontraba, no podía defenderme, casi no respiraba, y sentía que mi cabeza iba a explotar. Y contemos que eran cinco hombres armados y robustos contra mí, quizás no había oportunidad de dar pelea.
Mi madre decía "El diablo se viste de ángel" y me lo habían demostrado, pero aquí estaba yo, siendo atrapada por un tipo al que solo quería cojerme.
Sentí cómo me arrastraban fuera del apartamento.
—¡No se acerque! —reconocí la voz de Lucas gritarle a alguien.
Sentí el aire fresco golpear mi rostro, llegando hasta mis pulmones de forma dolorosa, escuchaba mucho ruido, pero a pesar de respirar mejor, mi vista no se enfocaba, y mis ojos se sentían pesados.
Me lanzaron bruscamente sobre una superficie acolchada, y por el ambiente suponía que era un auto; sabía que Lucas estaba a mi lado, porque escuchaba claramente sus gruñidos de dolor y su olor tan refrescante llegó a mis fosas nasales.
—Lass uns zum Hauptquartier gehen —ordenó la misma voz grave y varonil que gritaba fuera de mi puerta.
*(Vamos a la sede).
—Mujerzuela, ¿Que se siente ser atrapada por la BKA luego de huir cinco años? —preguntó alguien en un español forzado.
—¿Que se siente haber tardado cinco años en atrapar a una mujerzuela? —devolví.
Llevaba varios segundos tomando respiraciones profundas, apretando mis ojos y abriéndolos de golpe, necesitaba estar lúcida.
El auto arrancó de golpe, sentí a alguien tomar mis manos y luego un frío metal rodear mis muñecas. Ellos creían que esposada me iban a mantener domada.
Mis ojos lograron enfocarse luego de un momento, recorrí el auto con la mirada y como supuse Lucas estaba a mi lado con los ojos cerrados fuertemente y una de sus manos puesta sobre la herida, en el puesto de copiloto había un hombre de unos treinta años, mirándome directamente, tratando de enseñarme todo el odio que sentía por mí a través de la mirada, como piloto había un hombre mayor de cuarenta años, concentrado en la carretera frente a él. Estábamos en el carro de Lucas, siguiendo a una gran camioneta que iba delante.
—Sus jefes no saben de mi captura —logré hablar, llamando la atención de Lucas—. Por eso están tan emocionados... soy un premio gordo si abro la boca nada más para ustedes, pero ¿Saben qué?
Ellos guardaban silencio, esperando a que terminara.
—Se van a mamar un cerro de huevos si creen que les diré dónde está la cocaína.
El hombre sentado de copiloto gruñó y apretó el arma fuertemente en su mano.
—Te conviene cooperar —pronunció el chófer designado, hablando más fluido el español.
—Nadie me dice qué es lo me conviene —respondí, mi mirada directa al auto frente a nosotros.
«Confío en ti».
—Creo que es mejor llevarla directamente a la sede —opinó Lucas, ganándose una mirada estupefacta del copiloto.
—¿Y luego qué? ¿Un ascenso? ¿Sabes cuántas toneladas de Cocaína tiene esta puta? —exclamó— Le quitamos un kilo cada uno y luego la entregamos, listo.
Realmente daba asco escucharlo y verlo, cada vez que trataba de pronunciar una palabra en español, la lengua se le enredaba y terminaba formando burbujas de saliva que chorreaban por sus labios.
—Ella no les dirá dónde está la cocaína —defendió Lucas.
—¡Oh, no! —exclamé indignada— Sí les diré.
Todos me miraron, el conductor a través del espejo retrovisor.
—¿Donde está? —preguntó dudoso "Soy un bebé mira cómo me babeo"
—Sí eres nenaza, obvio que está en el coño de tu puta madre.
—Ich werde dich töten, Schlampe!! —gritó el baboso. Levantó su arma y me apuntó directamente.
*(¡Te mataré, perra!)
—¡Basta! —gritó Lucas.
—¡Son unos malditos brutos! —les grité— ¿Creen que después de cinco años sigo teniendo la droga?
El auto quedó en silencio.
—Me conformaré con el ascenso —dijo el conductor, tomando su celular de la guantera y marcando un número.
Miré nuevamente hacia el frente, sonreí y me aferré como pude al asiento, poniéndome a salvo, pero antes de saber lo que hacía, me solté y brinqué sobre Lucas, rodeando su cuello con mis manos esposadas, y aferrando mis piernas a sus muslos.
Él se aferró a mí por inercia.
Y el auto chocó.
Mi espalda pegó del espaldar del asiento delantero, dejándome sin aire por segunda vez. Luego, otro brusco movimiento me impulsó hacia el frente, haciendo que golpeara mi frente con la de Lucas.
Él rodeó mi cintura con uno de sus brazos, manteniéndome unida a su cuerpo, el otro lo subió y lo colocó en mi cabeza, acercándome a su cuello para protegerme.
Sentí la sangre de su mano humedecer mi vestido, y cuando el auto se detuvo, en lugar de separarme, me aferré más a él.
Escuché disparos, pero no me moví, y Lucas tampoco.
Habíamos encontrado la seguridad en nuestros cuerpos.
Entonces escuché:
—¿Quién fue el hijo de puta que le quiso hacer daño a mi Macki? —pronunció la voz de mi mejor amigo, acercándose a nosotros.
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Cada voto es un Jódete Lucas por hacerle daño a la poderosa de Black.
Y cada comentario es Gracias Yoce por salvar a Black.
¡Llegamos a las dos mil lecturas!
GRACIAS POR VOTAR
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