- Así que te vas a hacer un tatuaje... - Murmuro. - ¿Cómo? Si no tienes 18 años todavía.

- Bueno, si un menor va acompañado de su tutor legal, le dejan hacerselo. - Responde ella.

- Ya, y tú no vas acompañada de tus padres.

- Puede, pero ya me hice uno hace tiempo con mi madre. - Es cierto, me lo había enseñado algunas veces. Tiene un tatuaje de una rosa, aunque bastante pequeña, en la zona de la espalda. - Así que la de allí me conoce bien. Recuerda que esto es un pueblo, aquí todos conocen a todos.

- Supongo que tienes razón... ¿Y por qué te tengo que acompañar yo?

- Porque quiero que elijas tú el diseño. Es algo que voy a tener toda la vida, al igual que a ti. - Me sonrojo, como siempre, al escuchar esa frase.

- Nunca me he hecho un tatuaje, ¿cómo quieres que elija un diseño?

- Eligiendo. - Dice, entrando en la tienda de tatuajes. - ¡Eh, Marina!

- ¡Hola, Aby! - Exclama una señora de unos 30 años de edad, con el pelo pintado de colores y tatuajes por todas partes. - Anda, ¿ese es el novio del que me hablaste? - Pregunta al verme entrar.

- Algo así. - Responde ella. - No somos novios ténicamente aún, pero lo seremos.

- ¡Entiendo! Bueno, id eligiendo los diseños, yo voy a ir preparándolo todo. - Dice, yéndose a otra habitación.

- Bueno, pues... - Susurro.

- En esa pared hay dibujos de muchos diseños, ¿ves alguno que te guste? - Pregunta Aby.

Hay algunos interesantes, de hecho, muchísimos. Parece que los tatuadores tienen una obsesión bastante grande con la mitología egipcia, hay un montón de dibujos de Anubis. También hay otros relacionados con el espiritualismo, como uno de los 7 chakras, las cartas del tarot, e incluso de bolas de cristal. Los que más me llaman la atención, sin duda, son los de cosas simples con grandes significados. Una flecha atravesando una rosa, un brazalete con la frase que tú quieras, ¡había hasta mandalas!

- Vale, muchas cosas, no sé elegir. - Respondo.

- ¡Ya he vuelto! - Exclama Marina. - ¿Ya sabes cuál vas a hacerte? - Pregunta a Aby.

- Algo así. - Responde ella. - No lo tengo muy claro.

Una idea se me viene a la cabeza, y puede ser una estupidez enorme, pero no lo pienso mucho. Quiero estar toda la vida con Aby, ¿cierto? Pues creo que es la mejor manera de demostrarlo.

- ¿Y si nos hacemos uno conjunto? - Pregunto. La idea hace que ambas, Aby y Marina, se sorprendan demasiado.

- ¿Perdona? ¿Uno conjunto? - Pregunta Aby.

- No estaría mal, ¿no? - Respondo con un poco de tono de burla.

- Darek, ¿vas a hacerte un tatuaje...?

- Si es contigo, sí.

Wow, ni yo sé de dónde saco tantas fuerzas.
Antes de que me de tiempo de pensar, Aby me da un ligero beso rápido, pero morboso, y se da la vuelta a mirar de nuevo los tatuajes.

- Entonces ya sé cuál vamos a hacernos. - Dice señalando a uno de los dibujos.

Una moneda, a la cuál puedes ponerle la frase que quieras.

- ¿Y la frase? - Pregunta Marina. Aby me mira de reojo, y a los segundos, responde.

- "Una moneda tiene tres caras, no dos."

Aún no me creo que esté haciendo esto, pero lo hago por Aby. Sé que le hace ilusión, y eso me basta.

- Sois realmente adorables juntos. - Dice Marina, seguida de una pequeña risa.

- Lo sé. - Responde Aby, con una gran sonrisa.

- ¿Y en qué parte del cuerpo lo queréis?

- No sé, ¿tú dónde quieres? - Me pregunta Aby.

- Un sitio en el que no se note mucho, por favor. - Digo nervioso. - Beatriz me mata si se da cuenta.

- Uhm... ¿Qué tal en el hombro? El del brazo que no uses para escribir.

- Soy diestro, así que en el izquierdo. - Respondo sonriendo y afirmando con la cabeza.

- Ya has escuchado, Marina. Un tatuaje de la moneda, con la frase que te dije y en el hombro. A él en el izquierdo, y a mí en el derecho.

- ¿Eres zurda? Primera noticia. - Digo burlándome.

- No, no lo soy. - Responde ella. - Pero así, cada uno lo tenemos en un extremo. Así te tendré conmigo siempre. - Tras decir eso, acerca su rostro hacia el mio, y sin necesidad de decir más, junto otra vez nuestros labios.

Nunca me cansaré de esta sensación. Nunca me cansaré de Aby.