Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 16

- ¿Estáis seguros que no molesto quedándome aquí? - Pregunta Aby.

- ¡Por supuesto que no! - Responde mi tía Beatriz. - Esta es tu casa, Abygail.

- ¿Ves? Te dije que no les importaría. - Respondo yo.

- Bueno, ¿y a Ellen qué?

- Si me molestaras durmiendo, quizás tendriamos un problema. - Responde Ellen. - Pero yo y mamá estaremos fuera toda la noche; ¡hay un festival de manga por aquí cerca!

- ¿Desde cuándo te gusta a ti el manga...? - Pregunto.

- Desde... ¡Desde hoy! - Exclama ella. - Pero no hagáis nada raro, ¿eh?

- Yo no prometo nada... - Canturrea Aby. - Es coña, no haremos nada raro.

- Bueno, ¡siéntete como en casa, Aby! Nosotras vamos saliendo ya, ¡tenéis la cena en la nevera! - Ambas salen por la puerta después de despedirse.

Bien, sé que esto es un poco lioso. ¿Por qué Aby está en mi casa? ¿Qué ha pasado con Buck? ¿Y con su padre? Bueno, es simple. Al escuchar que su padre la maltrataba a ella y a su madre, la invité a quedarse esta noche en mi casa. Aceptó sin ningún problema, y ahora estamos aquí.

- Ya he estado en tu casa un par de veces, pero nunca me he quedado a dormir. - Dice ella. - Espero que no sea aquí donde me vayas a pedir ser tu novia. - Se burla.

- Bue, tengo algo más especial pensado para esa ocasión. - Digo en tono desenfadado.

- Eso espero. - Se acerca un momento a mí y me brinda un suave beso de un par de segundos. Honestamente, decir que no estábamos saliendo era mentir. Pero técnicamente aún no éramos novios. Aún. - Bueno, ¿y qué tienes pensado para mí hoy?

- Ya escuché todas las canciones que me regalaste, ¿por qué no me enseñas nuevas? Sería una tontería no aprovechar YouTube.

- ¡Ya esperaba que dijeras eso! - Dice en las escaleras, ya subiendo a mi habitación.

- ¡Oye, espérame! - Rápidamente subo las escaleras también, y justo cuando llego, comienzo a escuchar un ritmo alegre seguido de una letra que no entiendo debido a estar en japonés.

- Shinitai-Chan. - Menciona Aby. - O Miss Wanna Die, en inglés.

- ¿Te gusta la música japonesa, uh?

- Bue, algo así. Esta es especial. Solo escucha un trocito de la canción y lo entenderás. - Más bien tuve que leer los subtítulos en inglés. A pesar de tener un ritmo tan alegre, la letra hablaba sobre una chica que trató de suicidarse sin éxito, y de alguien, una persona especial, quien le devolvió las ganas de vivir.

- No sabría como tomarme esta canción. - Respondo. De repente, ella se gira hacia mí, abrazándome y mirándome fijamente.

- Tómatela como si fuera yo la que canta, y tú la persona de la que habla.

- ¿Perdona...? - Entiendo a lo que se refiere. Lo entiendo perfectamente. ¿Debería sentirme feliz? Porque ahora, solo siento preocupación por ella.

- Hay dos tipos de persona. Las que tienen una cara y las que tienen dos. Como una moneda.

- Creo que no te sigo.

- Tú solo tienes una cara; te muestras tal y como eres, sin miedo a lo que la gente piense de ti.

- Ajá...

- Y yo, yo tengo dos. - Su tono de voz pasa a ser casi de susurro. - Y las dos te las muestro solo a ti.

- Vaya... - Realmente no sé qué responder a eso. Me estoy poniendo demasiado nervioso en esta situación.

- La sociedad ha decidido que una pareja ha de ser mitad y mitad; solo dos caras. Ahora, te haré una pregunta. - Murmura. - ¿Seguirás el camino establecido por la sociedad? ¿O romperás los límites junto a mí? - Ya entiendo de lo que está hablando, aunque admito que me ha costado pillarlo.

- ¿Cómo una moneda de tres caras?

- Como una moneda de tres caras. - Repite afirmando.

- Entonces hagamos que desaparezcan los límites. - Ni siquiera termino la frase, cuando nuestros labios vuelven a juntarse. Esta vez, noto el beso de una manera distinta a los demás. Siento un encuentro mucho más íntimo entre nosotros dos, como si ahora fuéramos un solo ser.

Sus manos dejan de aguantar mi cabeza para evitar que me separe, a pasar a mi pecho, empujándome suavemente hacia atrás, hasta que ambos caemos en la cama, uno encima del otro, siendo ella quien, como siempre, tiene el control de la situación. Nuestros labios se separan por un momento, dejando ese hueco para respirar y hablar lo que necesitemos, incluso aunque sobren las palabras.

- Una moneda con tres caras. - Repite ella. - Me gusta como suena. Que sea nuestra frase.

- Estaría genial. - Respondo yo.

- Darek. - Su tono de voz cambia a uno más serio, pero a la vez divertido e incluso... Sensual. - Necesito que me hagas una promesa.

- Claro, ¿qué es?

- Prométeme, que esta y mil noches más, me harás tuya, completamente al fin.

Supe a qué se refería en ese momento.
Supe que sería esa noche, la que ella se entregaría a mí para siempre, en cuerpo y alma.
Y, honestamente, no pude decir que no.

- Lo prometo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro