Capítulo 11
(¡Hola! Ya que estoy seguro que muchos querrán escuchar algunas de las canciones que salen en el libro, os he dejado mi favorita para que la escuchéis aquí; Pumped Up Kicks
Quizás añada más en otros capítulos, ¡espero que os guste este!).
Curioso. Habían tenido que pasar varios meses para que algo interesante ocurriera, y justo ese mismo día, algo mas estaba a punto de pasar. Y fue justo al entrar en clase, que un fuerte y violento golpe me sorprendió. Caí tirado en el suelo, sin apenas poder moverme, y sin siquiera haber gritado debido a la rapidez con la que me llegó.
- Vaya, mira Darek... Volvemos a encontrarnos. - Murmura Claus, el responsable del golpe, y de que su banda de matones me agarren por la espalda, poniéndome en disposición perfecta para recibir mas golpes.
- ¡Eh, cabronazo, qué mierda haces! - Grito y me agito tratando de librarme, pero otro golpe en el estómago me aturde aún más. ¿Por qué no hay profesores cuando más se necesitan?
- Devolverte la mala jugada que me hiciste pasar hace unos meses... - Responde, golpeándome otra vez, haciendo que algo de sangre me salga por la boca.
- Suéltalo. - Una mandona voz suena de fondo, una mandona y muy reconocible. Era Aby. - No voy a volver a repetirlo; suéltalo.
- Oh, ¿y qué me vas a hacer tú, eh? - Pregunta Claus. - Solo eres una débil, patética e ignorante cría... - Justo cuando estaba por terminar su frase, Claus cae al suelo debido a un fuerte golpe de parte de Aby.
- ¿Siguiente? - Pregunta la chica, con un tono burlón.
- ¡Pero qué...! - Grita Claus. - ¡A por ella! - Dice levantándose. Sin embargo, sus 'amigos' ya se habían ido corriendo al ver la fuerza del golpe. - ¡¡HIJOS DE PUTA!!
- T-Te has quedado solo, ¿eh? - Digo como puedo, quitándome la sangre de la nariz.
- Serás... - Otro golpe es dirigido hacia mi rostro, pero es detenido por uno aún más fuerte y rápido por parte de Aby hacia Claus.
- Vale "Santa Claus", tira por donde has venido si no quieres terminar con los dientes partidos.
- ¡Gh...! - Claus sale corriendo, sin decir absolutamente nada.
- Aby...
- Dios, estás fatal... - Dice mirándome. - Ven, te llevaré a enfermería. - Apoya su mano en la mia y yo las cierro, entrelazando los dedos y dejando que Aby me lleve a través de los largos pasillos del instituto que, tras recibir los golpes, son aún más largos.
- ¿Hay enfermería en el insti...? - Pregunto. - Me acabo de enterar...
- Sí, pero normalmente nadie va allí. No suelen haber muchas peleas, y cuando las hay, las víctimas se callan por mantener su honor.
- Menuda idiotez...
- Ni que lo digas, los de este instituto son... ¡Eh! - No me había dado cuenta, pero estaba empezando a cerrar los ojos. Los sentía muy pesados, esos golpes habían sido realmente fuertes. - Mantente despierto hasta que lleguemos, ¿sí? - Creo que ya me hubiera desmayado hace rato de no ser por su dulce voz.
- ... Lo intentaré. - Murmuro.
Finalmente, llegamos a la enfermería. Después de un rato poniéndome vendas y demás, y aunque me sigue doliendo demasiado todo, aunque sobre todo el estómago, ya puedo ligeramente moverme. Salimos de la enfermería, habiéndonos saltado todas las clases.
- ¿Estás mejor? - Pregunta Aby.
- Sí. - Respondo, tratando de recomponerme. - Gracias.
- No hay de qué, solo te devolvía el favor.
- Ya...
- Iba a decirte si querías salir un rato, pero ahora que estás así... Dudo que puedas moverte mucho.
- ¿I-Ibas a pedirme salir...? - Mi corazón se acelera al repetir esas palabras. Joder, realmente sentía algo por ella. No podía ser otra cosa.
- Sí, ir a por algunos vinilos o algo así. Pero da igual, ya que no puedes.
- ¡E-Eh, espera! - No quería dejar pasar esta oportunidad; era perfecto para conocerla mejor. - ¿Y por qué no te vi-vienes a mi casa?
- ¿A tu casa? - Repite ella. - ¿Para qué?
- P-Pues... - ¡Mierda, no había pensado en eso! - Podriamos... Escuchar algunos vinilos o algo... - Dios, Darek, eres lamentable.
- Hm... Está bien. Vamos. - ¡¿Tan fácil?!
- E-Espera, tendría que preguntarle a mi tía y mi prima si les importa...
- Claro, toma. - Dice pasándome mi móvil.
- P-Pero cómo... Por qué...
- Lo cogí por sí acaso. Ya sabes, Claus podía volver para robarlo. Precauciones.
- Vaya... Gracias. - Tomo el móvil en mis manos y le escribo un mensaje a mi tía, explicándole la situación. Después de un rato diciéndole que no se preocupe por las heridas, tanto ella como Ellen acepta que Aby venga. - Bien, puedes venir.
- Genial, vamos. - De repente, noto la suavidad de su tacto rodearme por la espalda.
- ¿Hm...? - No puedo evitar sentir mis mejillas arder ante tal acto.
- ¿Qué? Te cuesta andar, ¿no? ¿Qué clase de amiga sería si no te ayudara?
- ¡A-Ah! Y-Ya, claro. - Puedo notar una suave risa por su parte.
- ¿Estás nervioso? Como mínimo, estás rojo.
- ¡N-No estoy rojo! - Sí, estaba rojo como un verdadero tomate. Otra ligera risa sale de su boca.
- ¿Qué, acaso te gusto o algo así?
- ¡No es eso, idiota! - Digo poniéndome a la defensiva. ¿Cómo puede decir algo así como si nada?
- ¿Y sí fuera al revés? - Murmura, haciendo que me sonroje más. - Solo bromeo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro