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¿Atractiva?

El cuartel del escuadrón de su compañero quedaba solo a una hora de viaje en caballo, pero esos 60 minutos habían transcurrido como si de 60 segundos se tratase.

«Me preguntó qué cara pondrá Levi cuando le cuente sobre esto.»

—¡Bienvenida señorita Hanji! — exclamó Sasha al recibir en la puerta a la teniente que acababa de llegar — ¿De qué forma podría yo serle útil? —.

La castaña rascaba suavemente su cabeza, "vengo a pedir la mano de tu oficial al mando" no sonaba como algo fácil de procesar.

— Buenos días Sasha, simplemente necesito hablar con Levi — lo mejor sería no entrar en detalles — y por favor, te he dicho que no debes de referirte a mi de manera tan formal —.

La recluta más joven se hizo a un lado indicando con su mano para que la recién llegada hiciera ingreso a la residencia — El capitán no se encuentra en este momento, pero si gusta puede esperarlo junto a nosotros —.

Hanji suspiró. Nunca le había parecido tedioso el pasar tiempo en aquel lugar, pero ese día, se sentía realmente incomoda.

El lugar por su parte, estaba tan animado como de costumbre. Los muchachos reían de las diversas situaciones que se generaban, las constantes riñas entre Jean y Eren nunca se ausentaban, así como tampoco lo hacían los regaños por parte de Mikasa al último de los mencionados.

— ¡Ya veras maldito cara de caballo! — elevó la voz Eren — cuando Levi Heichou regrese de su cita nos hará vivir el infierno por tu culpa —.

— ¿Cita? —susurraron los labios de la castaña, lo cual no pasó desapercibido para algunos de los presentes — Lo siento... — continuó al notar las miradas que se posaban sobre ella — Es solo que el enano no me había mencionado nada al respecto —.

Hanji, distraída en sus pensamientos, comenzó a caminar en dirección a las habitaciones.

«Entiendo que Levi sea bastante reservado, pero creí que éramos amigos ¿Los amigos suelen contarse este tipo de cosas verdad?» meditaba mientras sus botas se dirigían de forma inconsciente a la recamara donde solía pasar muchas tardes en compañía del anteriormente mencionado.

Todos los cadetes presentes intercambiaron unas cuantas miradas cómplices.

— ¿No debimos aclararle la situación?— preguntó confundido Armin.

— Para nada, sólo imagina la cara del capitán cuando Hanji-san comience a interrogarlo por su cita  — expresó con una malvada sonrisa ladina Historia.

Después de este pequeño alboroto, todos volvieron a sus tareas. Realmente no querían ver molesto a su capitán. En realidad, no les convenía.

Sin pensarlo dos veces Hanji giró el pomo de la puerta e ingresó al cuarto de su compañero. Limpio y pulcro, igual que siempre.

Todo se encontraba en el mismo lugar que había estado desde que se había mudado a aquel cuartel, todo, a excepción de una pequeña caja metalica que ella jamás había visto. Esta se encontraba a medio cerrar sobre el escritorio, como si le hiciera una invitación a echar un vistazo.

Sus curiosos impulsos de científica le dominaron.

— ¿Cartas? — dijo por voz baja mientras tomaba aquel montón de hojas escritas.

Unas se encontraban a medio guardar, otras estaban completamente atadas en un manojo, y, por otro lado, algunas se conservaban selladas.

— Conocerle no ha sido más que una bendición en mi vida, usted es un rayo de luz en medio de tanta oscuridad. Espero profundamente que esta noche si pueda dormir plácidamente... Siempre suya — leía en voz alta la castaña, quien estaba tan sumida en su lectura que no se percató de la baja figura que había hecho ingreso por la puerta de la habitación.

— Así que ahora tienes una nueva afición, cuatro ojos — su seco y desinteresado tono hizo que un escalofrío recorriera toda su espalda.

El metal de la caja sonó agudo ante el golpe producido por la velocidad con la que fue guardada el papel en su interior.

— Levi, yo... — con una sonrisa nerviosa se volteó a verlo.

— No sabía que te dedicabas a leer correspondencia ajena — mencionó arqueando una ceja levemente mientras caminaba en dirección a ella — Espero que no la hayas maltratado.. —.

Con delicadeza abrió el recipiente, el papel se había arrugado levemente.

—Lo siento — susurró Hanji mientras lo veía como con suavidad la intentaba estirar para volver a guardarla en el sobre correspondiente — Pero enano ¿por qué no me habías contado que estabas saliendo con alguien? —.

El solo la miró fijamente.

— Reconozco que probablemente me hubiera reído e inventado una que otra broma respecto a ella pero ¡Creí que éramos amigos! — sin respetar ni medir el espacio personal, Zoe se ubicaba cada vez más cerca de él, pero bueno, la verdad eso es algo que a ellos nunca les había importado en lo más mínimo.

— ¿Que mierda estas hablando, cuatro ojos? — preguntó sereno pero confundido el capitán, el cual no retrocedió paso alguno, su compañera no lograba intimidarlo — Seguro que tanto estudiar titanes ya se te ha freído el cerebro —.

Una pequeña risa ahogada seguida de cuchicheos captó la atención de el de menor estatura quien se dirigió paso firme a la puerta y en un veloz movimiento la abrió.

En ese preciso instante una considerable cantidad de cadetes se dispersó sin decir palabra alguna. Él sólo se limitó a suspirar.

— Ya veo.. — comentó volviendo a donde su compañera se encontraba — deduzco que algo te han dicho aquellos mocosos —.

Hanji entendiendo la situación comenzó a bajar su tono de voz — Lo lamento Levi ¿Entonces no tenías una cita? — sus almendrados ojos se encontraron con la fija mirada del capitán — Pero.. ¿Y las cartas? —.

— Esos rufianes comenzaron a decir que yo tenía un amorío con la Dama que vende útiles de limpieza y aseo —ahora todo cobraba sentido para Hanji — Y estas.. — algo de nostalgia se dibujó en su rostro — Encontramos esta caja poco antes de mudarnos, estaban en el cuarto de Petra —.

Con su boca semiabierta volvió a dirigir la mirada hacia la caja que él sostenía entre sus manos — Ustedes estaban.. Ya sabes ¿saliendo? —.

— Ella jamás me dijo nada — mencionó guardando la caja dentro de su armario — de no ser por esto yo jamás me hubiera enterado.. —.

Los ojos de la castaña entristecieron «Entonces él ha cargado con esto todo este tiempo..»

— Levi yo.. — comenzó a decir mas fue interrumpida.

— No me malinterpretes, Hanji, no poseo esa clase de sentimientos por nadie — aclaró mientras le miraba por sobre el hombro, sin haberse girado por completo — y cambia ya esa cara, es desagradable observarte así —.

« Eso es lo que dices, pero entonces ¿Qué hacías releyéndolas? »

Al ver que su compañera no parecía estar en el planeta tierra, optó por sentarse al borde de la cama y jalar de su brazo atrayéndole hacia él para llamar su atención.

—¿De qué querías hablar cuatro ojos? — mencionó con cara de poco interés — no creo que hayas venido hasta acá solo para hurgar entre mis cosas —.

Zoe volvió en si —¡Oh! Para nada.. La verdad estoy aquí debido a que Erwin fue a visitarme esta mañana... — finalmente, después de contarle a Levi solo tendría que volver donde el comandante para confirmarle que la misión no podría ser llevada a cabo.

Le tomó un par de minutos explicarle toda la situación, Levi le observaba sin mostrar ningún cambio de ánimo evidente —...Te aseguro que yo le dije que su plan era absurdo, pero aún así Erwin me solicitó que viniera a hablar contigo ¿Pero ya vez que es una estupidez? —.

Él cerró sus ojos — Está bien —.

— ¡Eso mismo le dije! — el rostro de la castaña se congeló por unos segundos — Espera.. Levi.. ¿Qué has dicho? — preguntó atónita.

— He dicho que está bien, Hanji — respondió sin inmutarse.

La castaña se dejó caer sobre la cama— Creo que me va a dar algo... — llevando una mano a su rostro cubrió sus ojos para luego observarle desde abajo de la manga de su chaqueta — ¿Cómo puedes tomártelo tan bien? —.

Levi se dejó caer a su lado — Vengo de reunirme con Erwin, me alcanzó cuando terminé de hacer las compras... — suspiró — cuando me habló de su plan realmente creí que tenía mierda atorada desde hace días, pero la situación actual es complicada Hanji — la castaña retiró el brazo de su rostro — hemos seguido las órdenes de Erwin por años, no puedo quejarme, creo que lo mejor será continuar haciéndolo, incluso en esta absurda misión —.

Hanji desvió su mirada hacia el techo — ese demonio se me adelantó, de seguro imaginó que yo intentaría convencerte de rechazar la misión — lentamente cerró sus ojos — Erwin.. De una forma u otra siempre llevas a cabo lo que planeas ¿no? —.

Un silencio se formó tras aquella última frase.
Ninguno de los presentes en aquella habitación quería romper el hielo ya que eran conscientes de lo que aquello conllevaba.

Tendrían una boda que planear.

— Sabía que podría contar con ustedes —.

Tras haber permanecido por aquella eterna hora en el cuarto de Levi decidieron que ya era momento de continuar con las órdenes que les habían sido entregadas. Ir a reunirse con el comandante de la legión antes de hacer el más mínimo comentario a terceros.

— Deberíamos ir a la taberna para celebrar este... — el de menor estatura chasqueó la lengua interrumpiendo los dichos de Erwin.

— No suelo cuestionar tus decisiones, Erwin, pero agradecería que pudieras informarnos los pasos a seguir con la menor cantidad de rodeos posible —.

Hanji por su parte permanecía en silencio sentada en un rincón de la oficina del comandante. Estaba de muerte. 

La simple idea de tener que alejarse de sus investigaciones, y por sobretodo de los titanes, durante un tiempo indefinido le crispaba los nervios.

«Podría montar un pequeño laboratorio casero en el sótano de la propiedad del escuadrón de Levi..» divagaba una y otra vez en sus pensamientos.

— ¿Estás con nosotros, Hanji? — consultó por segunda vez el rubio, notándo que su primera pregunta fue totalmente ignorada.

— Si, si, si, algo de que la inscripción y yo que sé — mencionó rápidamente dejando entrever su molestia, lo cual obtuvo como respuesta una seria mirada del comandante.

— Estamos aclarando la historia sobre vuestro romance — la expresión de desánimo de Hanji se entremezcló con un suspiro — ¿Levi? — le llamó en señal de darle paso a contar lo que habían establecido entre ambos.

— Todo comenzó hace varios años, la verdad hemos perdido la cuenta — sus grises ojos miraban en dirección opuesta a su compañera — desde que ingresé a la Legión Hanji jamás pudo quitarme los ojos de encima, por ello se esforzó de gran manera en estar siempre persiguiendome. Esto me pareció molesto durante años, transformándose en un amor unilateral que.. — ¡JAJAJAJAJAJAJJ! —  la risa de la castaña inundó la habitación.

— Si mal recuerdo tu fuiste quien comenzó a aparecerse por mi laboratorio durante las tardes enano — le increpó.

— Ese mugroso lugar me quedaba a la pasada cuando iba a calentar agua para beber un té — mencionó Levi clavando sus ojos en ella de forma desafiante.

— Me parece increíble la cantidad de horas que tarda en hervir el agua en tu tetera— respondió dando pasos firmes hacia él.

— Tsk, la misma cantidad de horas que te ibas a meter a mi cuarto para hablarme sobre la mierda de tus titanes maldita cuatro ojos —.

La tensión podía ser cortada con un cuchillo entre aquellas dos miradas que chocaban sin desistir.

El comandante por su parte les observaba en silencio — Por lo visto ya tienen clara su coartada, esto será más sencillo de lo que esperábamos —.

— Erwin, sabes que yo estaba dispuesto a obedecer órdenes pero si no cancelas esta estupidez uno de nosotros dos — espetó refiriendose a él y la castaña — no saldrá vivo de esta misión —.

— Finalmente concuerdo con el enano — agregó la recién mencionada.

El rubio dibujó una sonrisa en sus labios — Hanji... Levi... Ustedes suelen pasar los días juntos ¿Por qué están reaccionando de esta forma? —  el par recién nombrado bajó la mirada —  ¿No será que los sentimientos que tienen el uno por el otro les provoca el avergonzarse frente a la palabra esposos? — recalcó colocando énfasis en lo último.

Un silencio incómodo inundó la habitación por unos segundos.

— Terminemos pronto con esto —  susurro Hanji sin ánimos de discutir — Entonces.. ¿Nadie puede saber que es una farsa? ¿Ni mis subordinados? —.

— Efectivamente — respondió Erwin — La única excepción que les será permitida es el contárselo a una persona en la que tengan interés romántico. No quiero que esta misión vaya a arruinar sus intimidades —.

La teniente suspiró nuevamente, ya había perdido la cuenta de la cantidad de veces que lo había hecho. El capitán se mantenía con su mirada desviada a un rincón.

— Iré a hablar con él pastor Nick, de seguro el podrá guiarnos, Levi..—  sus pisadas se encaminaron hacia la puerta — los veo luego — mencionó para luego marcharse.

A penas se escuchó el sonido de la puerta, el de menor estatura abrió la boca — No vuelvas a decir algo como eso, Erwin — sus grisaceos ojos estaban clavados en los azules que le observaban — es incómodo —.

El comandante afirmó los codos en la mesa mientras apoyaba su mentón sobre el dorso de sus manos — Levi ¿estás enamorado de Hanji? —.

Sus ojos se abrieron por la sorpresa — ¿Pero que mierda estas hablando ahora? —.

— No tienes por qué avergonzarte — prosiguió —  yo también me sentí atraído por ella en su momento —.

— ¡Ha-Hanji!.. — respondió el capitán intentando ocultar su nerviosismo—  ¡ni siquiera puedo considerarla como una mujer! —.

Que extraño se había vuelto el ambiente. Nunca había experimentado algo así con Erwin, con nadie en realidad.

¿Y como que Erwin estuvo atraído por Hanji? Tamaña estupidez.

—¿Estás seguro? —  fue lo único que escapó de los labios del rubio.

— ¿Acaso no te ha quedado claro? —.

— Soy un hombre de papeleo, Levi...— reclinandose en el asiento intentó que el hombre que estaba frente a él se relajara — Si me presentas un informe que argumente tus razones, te creeré —.

— Tsk.. Lo estás haciendo apropósito... — chasqueo la lengua —  Sabes que no.. — con un sentimiento de vergüenza entremezclado con la frustración realizó una pausa — no se como escribir.. —.

Mas el rubio, levantándose de golpe de su silla, respondió sin darle mayor interés— Ya veras como arreglártelas —.

Cuando Levi ingresó a la legión de reconocimiento era cual papel en blanco. Habían muchas cosas básicas de las cuales él no tenía la menor idea, por ello, el mismo comandante se había tomado el tiempo de enseñarle a leer, lo cual les llevó al rededor de un año y medio.
Cansado y avergonzado por sus clases, Levi se negó a recibir lecciones de escritura por el rubio, cosa que Smith aún le reprocha.

— ¡Erwin! — exclamó al ver como su amigo se marchaba en dirección a la puerta. Este último se detuvo y volteó a verlo — Si presento el informe... ¿Volverás a decir que estoy..? —.

— No se volverá a hablar el tema, Levi —  expresó antes de marcharse.

El capitán sintió como un estado de calma invadía su cuerpo tras aquellas últimas palabras. No estaba enamorado de su amiga, eso lo tenía supuestamente por seguro, pero cuando escuchó esa frase de la boca de Erwin una extraña incomodidad se había apoderado de él. 

— Tsk.. ¿Cómo que Erwin está interesado en Hanji? — refunfuñó antes de abandonar el lugar igual que sus compañeros.

Tres días habían pasado y la importante fecha llegó. Los cadetes de la 104 se sentían muy confundidos.

Algunos decían siempre haber notado que sus superiores pasaban mucho tiempo juntos, pero que no creían que la relación que tenían era de "ese" tipo. Otros como Jean, un poco mas atrevidos, argumentaban que no era normal el hecho de pasar tantas noches juntos en el cuarto del otro, que de seguro algo pasaba entre ellos cuando él y sus compañeros dormían. 

En fin, por mucha confusión que presentaran, ya estaban terminando con la misión que se les había encomendado. Ordenar y decorar todo, aunque de forma sencilla, para la celebración que se realizaría después de que sus superiores contrajeran matrimonio.

— ¿Alguien podría ayudarme con esto? — .

Dejando a todos boquiabiertos, Levi salía de su habitación vistiendo un traje celeste. Mikasa, al compadecerse de su capitán por no poder realizar de forma correcta el nudo de su corbata, decidió ayudarle.

—Si hace sufrir a la señorita Hanji se las verá conmigo — fue lo único que susurró esta en su oído al acercarse.

Levi no le respondió nada. En cierta forma se entristecía por la emoción que podía apreciar en los rostros sus subordinados. Esto era una farsa.

— Levi Heichou... Usted no se ve muy feliz —  mencionó Armin mientras se acercaba —  ¿Hicimos algo mal?¿No le gustó la decoración? — .

El capitán desvió su mirada — Está perfecto así... —.

Ante los ojos de todos el hombre de baja estatura regresó a la habitación por sus cosas, y luego, en silencio, se retiró. En cosa de minutos debía reunirse con Erwin a las puertas de la iglesia. 

— Por un momento llegué a pensar que no vendrías —.

Con unas palmadas en sus hombros Erwin recibió a su amigo y lo acompañó hacia el interior de la iglesia — ¿Los viste? —  susurró en su oído cuando habían desaparecido de la vista de ciertas personas —  Están atentos a cada movimiento, sabía que si se corría la voz de que altos mandos de la legión de reconocimiento contraerían matrimonio se esparciría como virus hasta los oídos del falso rey y sus seguidores, y aquí los tienes, comprobando de quienes se trata esto —.

— Siempre tienes la razón supongo —  sin ánimos Levi caminaba hasta llegar al altar. Durante su recorrido por el pasillo de la iglesia pudo observar a muchos cadetes de las diferentes segmentaciones del ejercito, pero también. a aquellos de los que Erwin hablaba.

El rubio lo miró con intriga —  ¿Sucede algo, Levi? —.

— Es sólo qué-..—  el sonido de los músicos le interrumpió. La novia hacia ingreso utilizando un blanco y largo vestido que se amoldaba a su cuerpo, el encaje que lucía en su pecho realizaba un invitación a dejar volar la imaginación de los espectadores; y bajo su velo... bajo aquel velo su cabello semi-recogido decoraba su precioso rostro en el cual había algo de sonrojo por la situación que estaba viviendo.

— ¿Levi? —  llamó su nombre el rubio para hacerle ver que se encontraba boquiabierto — ¿Sigues creyendo que Hanji no se acerca en nada al concepto de mujer? —.

Claro que se encontraba de acuerdo, pero si lo asumía todo se habría acabado. 

— Luces preciosa, Hanji — mencionó Erwin al recibir la mano de la novia, la cual le era extendida luego de que Moblit, con un rostro bastante deprimido, entregara a la mujer que amaba al llegar al pie del altar. 

— Erwin yo... —  el leve rubor aumentaba en el rostro de la castaña —  No acostumbro a que me digan estas cosas...—  Sus ojos ahora se clavaron en el hombre que no le dirigía la mirada  — ¿Y bien Levi, estas listo? —.

El mencionado no le respondió.

— ¿Levi? — volvió a llamarle la teniente.

— Cuatro ojos.. —  respondió por fin este mirándole por el rabillo del ojo —  te ves... muy bien —  decía en voz cada vez más baja, pero lo suficientemente audible como para que su amiga lo entendiera.

Ahora el rubor fue inevitable, tanto que Hanji tuvo que desviar su vista al igual que su compañero lo estaba haciendo —  Gra-gracias... supongo — .

El pastor Nick alzó la voz y todos se colocaron de pie, la ceremonia comenzaba. Todo salía de acuerdo a lo planeado, de hecho las cosas iban tan bien que pronto, el momento que ambos temían, se acercaba.

— Si, acepto... — respondió Hanji cuando fue su turno.

Con una reverencia de su cabeza, el pastor continuó —  Por el poder que me confiere kamisama, hoy los declaro Marido y Mujer — Ambos se miraban con los nervios bañando sus pálidos rostros, ahí venían aquellas palabras —  Capitán, puede besar a la novia — .

Hanji simplemente cerró sus ojos, podía sentir como su compañero había comenzado el movimiento. Pero, extrañamente el roce de sus labios nunca llegaba.

— Oi, Hanji — la mencionada entreabrió su ojo derecho, algunas risas se hicieron presentes en el lugar —  ¿podrías agachar tu maldita cabeza? — preguntó para luego cogerla por la nuca y guiarla hacia abajo.

En un nervioso y rápido beso sus labios se unieron por un corto periodo de tiempo. Esto desató emociones dentro de ellos que creían extintas ¿A esto se refería la gente cuando decía "mariposas en el estomago"? La verdad era lo menos parecido. Las mariposas son sutiles, esto era como la estampida de mil caballos corriendo todos juntos.

Hanji observó los ojos de Erwin, por lo visto el beso había sido poco convincente, o eso intentaba explicarle este con su mirada.

Sin previo aviso cogió el rostro de su esposo con ambas manos y lo acercó en un desesperado beso, lo cual desató nuevos comentarios y otras variadas risas.

La expresión de asombro del capitán no tenía precio.

— ¡Vaya! Esa novia si que tiene agallas! — . 

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