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Capítulo 11: Venganza y vacaciones

Normal POV

A las afueras de una pequeña ciudad en Irlanda, se encontraba una casa de madera vieja y destartalada, la fechada era fea y se veía que se estaba cayendo a pedazos. Era pequeña, incluso parecía que adentro no cabía ni un alma. Draco la observaba con una mueca de asco. La razón por la que se había escapado del colegio aun no la entendía del todo, solo sabia que debía de estar ahí. Tomó la manija de metal oxidado y la giró con precaución.

Adentro, apenas se podían observar una vieja cama con pozos, una chimenea inservible y pequeña, y por ultimo, una mesa de madera podrida y dos sillas. La casa era inhabitable, pues la humedad de colaba y un asqueroso olor a moho se esparcía por todo el aire. En una esquina de la única habitación que había en esa casa, se encontraba un hombre con rostro demacrado y cuerpo desnutrido. Del gran Lucius Malfoy no quedaba ni la sombra del hombre que alguna vez fue. La vida se lo había cobrado muy caro. Miró a su hijo en el umbral de la puerta y se acercó unos pasos.

-Draco...- su voz era pastosa y ronca- hijo mío- Draco le entregó una pequeña bolsa con comida.

-Lucius- lo saludo con voz neutra. Aún no entendía como es que había podido escapar de Azkaban, todo el mundo mágico lo estaba buscando, pero no podía entregarlo, no hasta que supiera cuales eran sus planes- ¿para qué me llamaste?- preguntó con desdén. Lucius le dedicó una mirada severa. Su hijo ya no le respetaba, pero él se encargaría de eso.

-Necesito tu ayuda. Quiero venganza- su voz destilaba odio.

-¿Vengarte de quien? Tu fuiste el culpable de todo los que te ha pasado- dijo Draco con calma, ya no le tenia el mismo temor a su padre, no dejaría que volviera a influenciar en él.

-No. Me vengare de Potter y de todos los Weasley. Claro que también de esa Maldita sangre sucia de Hermione Granger- escupió con asco. Draco apretó los puños y miró a su padre con furia. "No a ella" pensó intentando no golpear a su progenitor.

-¿Qué harás? En este momento no era nada mas que un despreciable fugitivo buscado por todos los aurores del mundo mágico. No tienes oportunidad- replicó Draco y su padre se rió sin gracia. Miró como sacaba de su desvaída ropa, un cuaderno negro.

-No seas idiota. ¿Qué crees que hice todo el tiempo en que estuve encerrado en esa maldita celda?- le tendió un cuaderno y él lo abrió, ahí había nombres, nombres de mortífagos, apenas se completaba una docena, pero creía que había más- ideé un plan infalible, en esa lista están anotados todos los ex mortífagos peligrosos que buscan, al igual que yo, venganza. Esperaremos el momento adecuado y después...- sonrió con malicia- pero necesito tu ayuda para eso- le explicó con cuidado todos los detalles de aquel plan malvado. Draco escuchaba, por nada del mundo pondría en peligro a Hermione. Y su padre no lo sabia. En ese punto tenía ventaja.

(...)

-Escuchame, Potter. Lo que te digo es verdad- habló Draco, diciéndole los planes de su padre a Harry con voz desesperada. Estaban a fuera de la sala común de Gryffindor. Ya que Draco en cuanto término la "pequeña" reunión con su padre, fue en busca de Harry para ponerlo al tanto de los planes de su Lucius. Éste se encontraba en su sala platicando con Hermione cuando un niño de primero llegó a decirle que el señor Malfoy lo esperaba afuera. El azabache miró a Hermione extrañado y después salió, y efectivamente, Malfoy lo esperaba afuera. Cuando le explicó todo, este desconfiaba en sus palabras- Potter, no estaría aquí si no fuera verdad. Entiende- Harry asintió, creyendo por primera vez en la palabra de Malfoy.

-Debemos detenerlo, tienes que darme la ubicación exacta del escondite de tu padre- explicó Harry mientras se apretaba el puente de la nariz.

-No. Aún no, debemos detener a todos, no solo a... Lucius, y eso sera el día del ataque. Por lo pronto debemos prepararnos. Hay que estar alerta- dijo Draco y respiró por la nariz.

-De acuerdo, Malfoy. Le avisaré a la orden, te mantendré al tanto. Tu padre quiere que te acerques a nosotros, ¿no?- Draco asintió- entonces pasarás las vacaciones de navidad con nosotros. ¿te parece?- el ojigris dudo unos segundos, eso significaría que pasaría mas tiempo con Hermione, y lo que quería era mantenerla a salvo. Pero también era un buena oportunidad para impedir los planes de su padre.

-Bien, estoy de acuerdo- estiró la mano y Harry se la estrecho. Antes de que Harry se alejara, Malfoy habló por ultima vez- cuidala, protegela, por favor- inmediatamente, Harry supo a quien se refería. Asintió lentamente. Y en ese momento, se dio cuenta del gran amor que Draco sentía por Hermione, tanto, al grado de protegerla arriesgando su propia vida.

Después de eso, Harry entro por el retrato de la Dama Gorda y se sentó nuevamente al lado de Hermione.

-¿Qué quería?- preguntó ella con curiosidad. Harry le dedicó una mirada de compasión. Los dos no se merecían estar separados.

-Preparate, algo se acerca- dijo él- es increíble que no podamos tener un solo año de tranquilidad- murmuró con fastidio y después recargó su cabeza en el respaldo del sofá. Dejando a una muy preocupada Hermione.

(...)

Ron caminaba por los pasillos para llegar al gran comedor, se moría de hambre, como siempre. Aún no lograba asimilar todo lo que estaba ocurriendo, se sentía culpable por la separación de Malfoy y Hermione, a pesar de quererla mucho, él jamás quiso que ella sufriera. Él mismo la vio la otra noche con los ojos llenos de lágrimas y su baúl llegando a la sala de Gryffindor. Se sentía un estúpido por haber sido el causante de la separación y sufrimiento de Hermione. Ahora, menos tenia una oportunidad con ella, ya que Hermione no le dirigía la palabra, lo que aumentaba ese sentimiento de culpabilidad. Pero, no fue todo culpa suya, alguien mas le había llenado su cabeza de cosas, diciéndole que ella debería de amarlo a él. Fue un idiota al creer en las palabras de esa mujer, pero, ella había sabido como seducirlo, como bien dicen "la carne es débil" y, justamente, se encontró a la causante de todo. Tan hermosamente irreal, a criterio de Ron. Se acerco a él con un paso seductivo, asechando como un cazador, este caso, cazadora, a su presa. Le rodeó el cuello con sus delgados brazos y lo besó apasionadamente. Éste la tomo por la cintura y profundizó el beso. Ambos sabían que lo suyo era meramente pasión, pasión locamente satisfactoria, pues los dos sabían perfectamente que no podía haber nada entre ellos, y que ellos estaban interesados en otra persona. Ella despeino su cabellera pelirroja.

-Hiciste un excelente trabajo- ronroneo en su oído. Ella dejo escapar un suspiro de sus labios al sentir las frías manos de él en su vientre- debemos dejar de vernos- dijo y al momento Ron detuvo sus caricias, miró a los penetrantes ojos ónix de ella. Observó como ella reía, y él quedaba aun mas confundido- ya no nos veremos más- aclaró y lo pegó a una pared para después ella pegarse mas a él. Volvió a besarlo con desespero mientras desabotonaba la camisa de el. Ron se encogió de hombros y le correspondió el beso con mayor intensidad.

Dos amantes en secreto, que solo sentían deseo el uno por el otro. En esos momentos en que los dos se encontraban en los brazos del otro, olvidaban todo sentimiento relacionado con el corazón y se entregaban con locura, perdían la cordura y sus mentes se nublaban. ¿Qué podría pasar? Pero, tal vez, y solo si tal vez, no hubieran estado tan preocupados disfrutando del placer, habrían notado la presencia de alguien quien los miraba atónito, pero que, así como llegó, se desvaneció en la sombras.

(...)

Casi dos meses habían transcurrido desde el día en que Draco se reunió con su progenitor y alertó a los otros sobre su plan de venganza. También casi dos meses en los que Draco y Hermione apenas y se miraban, era algo realmente tortuoso para ambos, el no disfrutar de las caricias del otro, los labios encajando a la perfección, ni siquiera de la presencia, ya que ambos se evitaban a toda costa. Él la miraba a ella mientras estaba distraída, sin saber que ella también hacia lo mismo con él. Para ella, ver a Lestrange pegada todo el día a el era como si le clavaran un puñal en el pecho. Todas las noches, llena de melancolía, esperaba a que el entrara por su puerta y volviera a hacerla suya, que volviera a recorrer cada centímetro de su piel con sus labios. Pero nunca pasaba. Cada día despertaba con la esperanza de encontrarlo por los pasillos, o por lo menos poderlo ver durante las comidas. Él, por su parte, se moría de celos cada que algún chico se acercaba a ella por cualquier motivo. Reunía todo su auto control para no llegar y partirle la cara todo aquel que la mirara con deseo. Era un verdadero martirio aguantar todos los días la compañía de su "futura esposa". Ansiaba el día en que por fin pudiera volver a besar esos labios rosados de su castaña.

Las vacaciones de navidad ya habían comenzado, Draco las pasaría en la antigua mansión Black, que según sabia, ahora le pertenecía a Harry. Solo esperaba que Hermione no estuviera todo el tiempo ahí. Al bajar a la entrada de Hogwarts se encontró con su "querida" prometida. Él no la quería ni un poco, si lo hacia era porque no tenia otra opción.

-Hola, cariño- saludó mientras se acercaba a él y besaba sus labios. A pesar de que Draco intentaba olvidar a Hermione, no podía. Segundos después, ella se separo de él ¿listo para irnos?- pregunto aun abrazándolo.

-Lo siento, querida, pero me iré con unos amigos, te dije el otro día que me iría de vacaciones a la casa de mi familia- le recordó con falsa ternura.

-Ah, claro. Entonces nos vemos regresando- volvió a besarlo, esta vez con mas intensidad. A Draco no le quedaba mas que corresponderle. Cuando se separaron, Draco se dirigió rápidamente a las carrozas y se fue con sus amigos.

En todo el camino de regreso en el expreso, mantuvo sus pensamientos en la castaña de ojos marrones que le quitaba el sueño. Era poco creíble lo mucho que la amaba. Si que le había calado hondo.

Cuando por fin llego, se reunió con Potter, quien estaba acompañado por la mayoría de los Weasley y Hermione. Cuando el señor Weasley lo vio, lo miró con desconfianza. Draco sabía que no seria fácil ganarse la confianza de una familia a la que humilló por años.

-Joven Malfoy, Harry ya me explicó la situación- Draco asintió y extendió su mano en forma de saludo.

-Es un placer, señor Weasley- dijo educado. Miro por apenas segundos a Hermione, quien le miraba sorprendida- puede llamarme Draco, si se le facilita, señor- ofreció al ver el trabajo que le costaba pronunciar su apellido.

-Muy bien, Draco- sonrió el Weasley mayor.

-Bueno, Malfoy, es hora de irnos- avisó Harry- hasta luego. Nos vemos en la cena de navidad, Molly- dijo refiriéndose a la señora. Draco observó como se acercaba a él y le daba un abrazo casi maternal, lo que lo dejó confundido. Después se acercó a Harry y lo abrazó de igual forma.

Draco POV

-Ahí estaremos. Cuidense, queridos- confirmó Potter, yo le dediqué una última mirada a Hermione y me encaminé con él. Nos dirigimos a Grilmund place N° 12. Casa antiguamente perteneciente a la familia de mi madre. Al entrar, me sorprendí de que la casa estuviera llena de polvo y poco cuidada.

-Lamento la suciedad, pero Kreacher se rehúsa a hacer el aseo- se disculpo Harry mientras se quitaba el abrigo.

-¿No puedes controlar a tu elfo doméstico?- me burlo él. Harry rodó los ojos.

-No es fácil- dijo y se paró en medio de la gran sala- ¡Kreacher!- lo llamó, y segundos después apareció un elfo domestico todo sucio, mal diciendo por lo bajo. En cuanto vio a Draco parado en la entrada, sus ojos brillaron.

-Joven Malfoy, por fin un Black sangre pura. Kreacher esta feliz de verlo, por fin alguien digno de pisar la casa de la respetable familia Black- hizo una exagerada reverencia a mis pies. Lo miré con asco y lo empuje con mi pie alejándolo de mi.

-¿Así es como cuidas la casa de la que fue tu señora?- le recrimino, mientras pasaba un dedo por un mueble polvoriento- ¿acaso no piensas a tender a tu señor?- dije refiriéndome a Harry.

-Él es un asqueroso traidor de la sangre. Kreacher no quiere servirle- susurró refunfuñando.

-¡Es tu amo! Tratatalo como tal- mi tono de voz era exigente y duro. Herry entendía a lo que quería llegar- o de lo contrario, te dará la prenda y te echara a patadas, ¿no es así, Potter?- Harry asintió con autoridad.

-Ahora, Kreacher, limpia toda la casa y prepara la cena. ¿O quieres que nuestro invitado de vaya?- Kreacher negó enérgicamente- entonces apresurate- ordenó.

-Si, señor- hizo otra reverencia y con un plof desapareció, segundos después la casa estuvo totalmente limpia.

-Vaya, gracias Malfor- agradeció Harry y se sentó en el sofá de la sala- esta feliz por tenerte aquí- chasquee la lengua y me senté en un sofá contiguo al de Potter.

-A los elfos domésticos los tienes que tratar con dureza, ellos adoran eso- Harry asintió, ciertamente tenia razón.

-¿Quieres algo de beber?- preguntó. Draco asintió y Harry volvió a llamar a Kreacher, el elfo apareció de nuevo- traemos al señor Malfoy y a mi dos Whisky de fuego- ordeno y el elfo desapareció y volvió a aparecer con dos copas de Whisky- retirate- el elfo asintió y se fue.

-¿Darás una cena de navidad?- pregunté con curiosidad. Potter lanzó un suspiro al aire y asintió.

-Si, aunque solo vendrán los Weasley, Hermione y alguno que otro conocido- me tensé en mi lugar, la vería mas pronto de lo que pensaba- por cierto, puedes invitar a tu madre- agregó. Agradecí el gesto- y a tu prometida...- murmuró llevándose la copa a la boca. Yo lo miré extrañado hasta que caí en cuenta.

-Gracias, pero no la tolero. Preferiría no verla hasta que entremos de las vacaciones- dije con fastidio.

-Si no la toleras, ¿por qué te vas a casar con ella?- tal vez la pregunta era personal, pero aun así creí que Harry sabría guardar el secreto. Potter era buena persona.

-Te diré si prometes no decirle a Hermione- el azabache asintió y yo lanzo otro bufido- no me casare porque quiera hacerlo, pero no tengo opción, debo hacerlo. Hace apenas un tiempo, me enteré que mi padre, mucho antes de la guerra, me había comprometido con ella. Ambos patriarcas de la familia, hicieron un contrato que no puede ser roto. Es algo así como un juramento inquebrantable. Solo puede romperse si uno de los dos muere o por mutuo acuerdo- explicó- lamentablemente, ella si quiere casarse conmigo y yo no puedo hacer nada, porque si no lo cumplo, muero- finalicé con expresión compungida.

Ahora Potter entendió los motivos de nuestra separación, un caso triste. Me observó por unos segundos para después sonreír.

-¿Quieres ir al Londres muggle? Te vendría bien ropa nueva, ya sabes, ropa muggle de adolescente- sugirió. Hice una mueca de horror, pero después asentí rendido, necesitaba distraerme.

Editado√√ 03/02/17

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