Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 19

"No tienes que controlar tus pe
nsamientos. Solo tienes que quitarles el poder de controlarte a ti".
-Dan Millman.

Anoche, no sé qué hicieron Brad, Nicolás y el señor Pascual -mi suegro y jefe-. Brad, después de perderse como dos horas, llegó con su humor un poco fastidiado, pero conmigo se le pasó rápidamente, aunque a veces puede ser un poco engreído en algunos aspectos.

Hoy, la directora nos daba una charla acerca de las vacaciones y de la Navidad. Solo falta un mes para Navidad. Mientras ella hablaba, yo me texteaba con Brad. A mi lado, Leire golpeaba con su lápiz la mesa, visiblemente frustrada.

Brad: Te quiero ver.

No pude evitar sonreír y mordisquearme la mejilla al leer su mensaje.

Yo: Yo también.

Brad: Escápate. Te pasaré recogiendo.

Su respuesta me hizo sonreír aún más, pero de repente sentí un codazo de Leire que me hizo sobresaltar.

-¿Quieres que la profesora te fulmine a preguntas, Kim? -me dijo, claramente molesta.

Rodé los ojos y dejé mi móvil a un lado. Mientras la profesora continuaba hablando sobre las vacaciones, mis pensamientos no dejaban de vagar hacia Brad. Lo nuestro se está poniendo cada vez mejor; ahora que ha compartido su verdad conmigo, puedo confiar en él. Sin embargo, la amenaza de Lina aquel día resonaba en mi mente con claridad.

Más te vale cuidarte las espaldas.

Al principio me sentía muy mal por esto; debe estar completamente loca por Brad. Pero ellos no eran nada en comparación con lo que estamos construyendo. Ya ha pasado un mes entero y he llegado a conocer más a Brad: hemos hablado de nuestros gustos musicales y hemos descubierto que tenemos muchas cosas en común, desde nuestros colores favoritos hasta nuestras películas preferidas. Y no necesito ser adivina para saber que lo que él siente por mí es real.

Salimos del salón de clases y caminamos por los pasillos. Hoy en la tarde nos dicen por correo las notas de los exámenes, y eso me pone nerviosa. Leire se despidió de mí con una sonrisa antes de irse.

De repente, una voz me detuvo y me hizo mirar en dirección contraria. Aran caminaba apresurado hacia mí. No pude evitar sentir frustración y molestia al verlo; no podía olvidar lo que le había hecho a los chicos.

-Kimita...

Suspiré pesadamente, sintiendo el peso de la conversación que estaba por venir.

-¿Qué quieres?-le pregunté, rodando los ojos. Llevaba puesto el uniforme médico.

-Kimi...

-No me digas así-le respondí bruscamente, tratando de mantener distancia.

-Solo quería pedirte disculpas. Me he estado comportando como un imbécil, pero debes entenderme, Kimberly. Sigo enamorado de ti. No sabes cuánto me alegra verte, y por esa razón pedí el cambio. Solo por verte.

Volví a suspirar; no quería que confundiera las cosas. Aun así, lo hizo. Se comportó como un buen médico con mi hermana, pero su actitud celosa me resultaba completamente insoportable.

-Aran, debes entender que lo nuestro quedó en el pasado. Estoy con Brad y es mi novio.

-Está bien, lo acepto. No te había visto tan feliz como lo estás ahora. Si te gusta ese chico, adelante; es tu vida. Pero solo quiero pedirte perdón. No fue mi intención. Quiero que lo conozcas primero; ese chico no es el que tú crees. Tiene una identidad falsa. Ni siquiera Brad es su verdadero nombre; te está engañando, tiene otra chica...

-Aran, basta.-le dije frustrada-. Basta, no quiero escucharte. Por el amor de Dios, Brad es mi novio.

Él se frotó los ojos con frustración, como si intentara despejar sus propios demonios.

-¿Ah sí?-me dijo con sarcasmo-. ¿Él ha estado en tus momentos dolorosos? ¿Sabe que tomas pastillas porque no puedes controlar tus pensamientos y emociones? ¿Sabe que te dan ataques de pánico cada vez que recuerdas el accidente de tu abuela? ¿Sabe todo eso Kimberly?

Mi voz se mantuvo firme a pesar del torbellino emocional.

-Sí lo sabe, sabe toda mi vida porque es mi novio-le respondí con tranquilidad.

-¿Y tú? ¿Sabes que tus padres te mienten?

Fruncí el ceño ante su afirmación inesperada.

-Ahora me hablas de mis padres. Te dije que no te metas en mi vida; eso lo soluciono yo. Lo único que te tengo que agradecer es que me salvaste a mi hermana, nada más.

Aran arqueó una ceja, un gesto lleno de desafío.

-Si Kimberly, tus padres te mienten. Pero sé que un día me vas a agradecer que te haya ayudado. Solo trato de protegerte emocionalmente; esas pesadillas... esas pesadillas que te descontrolan... Todo eso tiene un significado y una verdad. Tu pérdida de memoria; con el tiempo esos recuerdos van a volver y Brad no va a poder lidiar contigo.

Mi corazón comenzó a palpitar con fuerza. Mi respiración se aceleraba sin control: oh Dios, no otra vez. Aran seguía hablando, pero su voz se convertía en eco en mis oídos, distorsionándose en medio del caos interno.

Sentí un fuerte dolor torácico y la sensación de asfixia se apoderó de mí.

No por favor, no vamos Kimberly no... Aran finalmente se dio cuenta del efecto devastador de sus palabras y reaccionó rápidamente tomando mi cintura para estabilizarme.

Asfixia; eso era lo que sentía: asfixia total y desesperante. Las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos sin poder detenerlas.

-Kim, lo siento, yo... Kim.- murmuró Aran, su voz temblorosa resonando en el aire cargado de tensión.

-¿Qué haces, imbécil? -escuché la voz de Brad en mis oídos-. Curie, vamos, respira. Estoy contigo.

Escuchar la voz de Brad me hizo sentir un poco mejor.

-Sigue hablándole -murmuró Aran, su tono lleno de una mezcla de preocupación y culpa.

-Te tengo una sorpresa esta noche -me dijo Brad con una sonrisa que intentaba ser alentadora.

Mi vista estaba nublada por las lágrimas, pero poco a poco, mi respiración volvió a ser normal. Sin embargo, el miedo se apoderó de mí. Dios, no. ¿Por qué volvieron?

-Je suis avec toi ma princesse -susurró Brad, y una chispa de calidez se encendió en mi pecho.

Sonreí a pesar de todo; dos lágrimas solitarias volvieron a caer por mis mejillas. Mi vista se acomodó finalmente y mi respiración también empezó a estabilizarse.

Brad me miraba preocupado; su cabello estaba desordenado y sus mejillas estaban rojas, como si hubiera corrido para llegar hasta aquí.

-Tu es ma mélodie préférée -le dije con un leve susurro. Él me sonrió con ternura. Pero luego su atención se desvió hacia Aran, que me observaba entre apenado y arrepentido.

-No te vuelvas a acercar a ella, Artan -dijo Brad con voz firme-. Porque te prometo que te romperé la maldita cara doctorcito.

Sentí cómo su mano me tomó de la cintura con confianza protectora. Pero antes de dejarme llevar por ese momento cálido y seguro, le dediqué una mirada intensa a Aran.

¿Sería verdad lo que dijo? ¿Que tenía algo importante que decirme?

La confusión me invadía; el pasado parecía querer volver a atraparme entre sus garras oscuras. No quiero que vuelvan mis ataques de pánico.

Llegamos a casa y noté que Julia no estaba; supuse que había salido a algún lugar, y Leire dijo que iba a hacer unas cosas.

Brad, me sirvió un vaso de agua y me lo entregó. Me senté en el sillón, sumida en mis pensamientos sobre todo lo que me dijo Aran. ¿Por qué lo hizo? Aran no es así; nunca antes había pronunciado esas palabras. Cada vez que alguien menciona a mi familia, siento un dolor punzante en el pecho. Y cuando se habla de mi accidente, los ataques regresan, trayendo consigo esos horribles pensamientos que me atormentan.

Brad se sentó frente a mí en la mesa, su expresión reflejaba preocupación.

-No quiero preguntar qué ocurrió -dijo-, solo quiero que te alejes de ese imbécil.

Suspiré mientras terminaba de beber mi agua.

-No lo sé, Brad -respondí-. Me dijo cosas que realmente dolieron.

-Por esa razón, no quiero que te acerques a él -replicó con firmeza.

Lo miré a los ojos, acercándome para darle un beso suave.

-Curie... -murmuró-. No me gusta que te sientas así; me preocupo por ti.

Nuestros rostros estaban tan cerca que podía sentir su aliento cálido.

-Te prometo que no me acercaré a él -le aseguré-. Pero necesito saber si él sabe algo sobre mis padres.

Brad frunció el ceño, claramente confundido.

-¿Qué te hace pensar que sabe de tus padres?

Suspiré pesadamente y me encogí de hombros, buscando las palabras adecuadas.

-Cuando estuve en París por lo que le pasó a mi hermana, él mencionó algunas cosas extrañas. No quise profundizar en ese tema; es complicado para mí. Sin embargo, sentí una curiosidad por lo que podría saber.

Brad escuchaba atentamente mis palabras, comprendiendo la profundidad de mi angustia.

-¿Es por tu accidente? -me preguntó con voz suave pero firme.

Volví a suspirar, sintiendo una mezcla de tristeza y confusión.

-Sí, Brad. Pero es algo extraño. Cuando tengo esos sueños o recuerdo el accidente, surgen detalles inesperados; es como si empezara a recordar más claramente lo que realmente ocurrió. Pero hasta ahora no le he prestado atención a eso.

-Curie -dijo él con un tono calmado y comprensivo-, tienes que investigar más sobre ese tema para que finalmente sepas la verdad. Mientras tanto, yo estaré a tu lado.

Sonreí.

-Vaya, sorprendente cómo te salen las palabras bonitas -le dije, burlona, disfrutando de su atención.

Él me miró con una sonrisa de boca cerrada.

-Trato de no ser engreído y odioso, ma belle femme -me dijo, guiñándome un ojo.

-Suerte que nos entendemos perfectamente -respondí con una pequeña sonrisa.

Elevó ambas cejas y se acercó un poco más, acorralándome entre el sillón y su presencia. Sus manos quedaron detrás del sillón.

-Recuerdo cuando te acorralaba y te ponías nerviosa; tu cara sonrojada y tu mirada con un brillo increíble -me susurró. Su voz ronca me seguía encantando-. Cuando te vi con ese vestido... tus piernas...

Una de sus manos se deslizó suavemente hasta mi muslo, provocando un escalofrío que recorrió mi cuerpo.

-Cuando te besé y probé tus labios -dijo antes de darme un beso corto y desprevenido.

Mis manos sudaban y mi corazón palpitaba con fuerza. Su mano seguía recorriendo mi piel suavemente.

-Mi chismosa -me susurro en el oído, provocando que una risa nerviosa escapara de mis labios.

Y sin pensarlo dos veces, me besó apasionadamente. Era un beso profundo lleno de significado; todo lo que había pasado anteriormente se desvaneció en ese instante. Solo se escuchaban nuestras respiraciones aceleradas. La mano que tenía en mi muslo empezó a viajar hacia mi abdomen, donde solté un gemido involuntario por la sorpresa del contacto. Me volvió a besar, pero la puerta se abrió de golpe.

-¡Santísimo! -exclamó Brad con frustración levantándose.

Leire y Julia nos miraron con los ojos muy abiertos, como si acabaran de presenciar una película prohibida.

-Oh, lo siento Brad, no fue nuestra intención -mencionó Julia, cubriéndose los ojos como si eso pudiera borrar la escena.

-No pierden tiempo ustedes dos -dijo Leire con sarcasmo pero a la vez burlona.

-Joder, ¿qué tiempo vamos a perder si siempre nos interrumpen? -exclamó Brad frustrado pero divertido.

-Calma fiera -le dijo Julia suavemente-. Llegará el día... pero no en el sillón. ¿Vale?

Mis mejillas ardieron de incomodidad ante el comentario.

-Creo que necesitas un momento con tus amigas, ma belle -me dijo él acercándose a mí nuevamente.

Julia y Leire intercambiaron miradas confusas; recordé entonces mi ataque de pánico anterior.

-Te veo esta noche -me dijo Brad guiñándome un ojo-. Te tengo una sorpresa.

Me dio un beso corto y le dedicó una mirada de reproche a Leire y Julia, que observaban la escena con una mezcla de diversión. Ellas, al ver que ya no estaba Brad, me miraron con los brazos cruzados.

-No me vean así-les dije, intentando restarle importancia.

-Vaya manera de controlar las hormonas-dijo Leire con una sonrisa burlona.

Yo sonreí negando.

-Y bien, ¿qué tienes que decirnos? -me preguntó Julia mientras se acomodaba en una esquina del sillón.

-Regresaron los ataques de pánico-mencioné en un susurro

Al principio, Julia no había entendido lo que quería decir. Pero cuando Leire abrió los ojos como platos y se acercó rápidamente a mí, finalmente comprendió.

-Dios... No... ¿Cómo?.. ¿Cuándo? -dijo Leire con preocupación evidente en su voz.

-Cuando salimos de la universidad -le respondí con un tono más serio.

-Kim, ¿por qué no me llamaste? -dijo Julia.

-Y a mí -mencionó Leire, cruzando los brazos aún más fuerte.

Me encogí de hombros.

-¿Desde cuándo no te tomas el medicamento? -me preguntó Leire con un tono serio.

Me quedé pensativa un momento, recordando cuándo fue la última vez que tomé esas pastillas.

-Antes del cumpleaños de Matteo -respondí finalmente.

Leire suspiró frustrada.

-Kimberly, sabes que tienes que tomártelas. Es importante para que te puedas sentir bien y esos ataques no regresen -me recordó con firmeza.

Suspiré, sintiendo la presión de sus palabras.

-Pensé que lo iba a controlar, ¿vale? -les dije tratando de defenderme.

-Está bien, pero... ¿y por qué ocurrió? ¿Tuviste un recuerdo? -me preguntó Julia.

Negué lentamente. Sabía que si les contaba la verdad podrían molestarse aún más.

-Aran -mencioné al fin-. Me recordó algunas cosas y no pude soportar el peso del pasado.

Leire endureció el rostro mientras Julia soltó una risa sarcástica pero cargada de venganza.

-Ese maldito -expresó bruscamente Julia-. Ese imbécil no se puede meter con alguien de su tamaño.

-Se merece una ostia por idiota. ¿Brad no se la dio? -me dijo Leire con enojo en sus ojos.

-No -negué rápidamente-. Brad se la dio cuando se enteró que fue él quien le dijo a la policía sobre las carreras y el que publicó las fotos.

Leire abrió los ojos como platos al escuchar eso.

-¿¡Qué!? -exclamó sorprendida-. No puede ser; ¿Porqué carajos Brad, no me dijo nada?. Ojalá no se enteren los chicos porque lo dejan sin huevos.

-Sin huevos lo dejaré yo. Que no se acerque a ti porque entre todos lo mandamos directamente al hueco.-expresó Julia molesta.

Reí con las palabras de mis amigas; su apoyo era incondicional y eso me reconfortaba en medio del caos emocional que estaba viviendo. A pesar de todo lo malo que había pasado, sabía que podía contar con ellas, con los chicos y con mi novio.

Nota del autor:

Holiii, ya casi llegamos a los 4k. Gracias por todo los amooo.

Díganme que quieren matar a Aran.

Creo que Aran y Lina serían la pareja perfecta 😒🙄.

Pobre mis niños siempre los interrumpen Jsjsjsjsj, pero... Nos vemos en el siguiente capítulo🫦🫣

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro