Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6. Desborde

A veces hay momentos en los que no te sientes tu mismo.

Momentos en los cuales desearías tener más de lo que tienes, pues te sientes perdida.

Pero simplemente no llega...

Pues ella se ha llevado todas tus esperanzas...

[...]

Sin tener mucho que hacer el día de hoy, me encontraba sentada en el sofá revisando mi celular, hasta que de repente me llegó una notificación de Instagram.

Era de Melanie Dashton.

Me había seguido y mandado mensaje.

Hola, soy Melanie.

Presione las teclas del teclado y le envié mi respuesta a Melanie.

Hola Melanie, ¿cómo sigues?

Un instante después comenzó a escribir y me mandó su respuesta.

Hola, ya mejor. ¿Y tú? ¿Qué tal?

Todo bien.

Qué bueno :D.

Yep.

Nos vemos en clases, entonces.

Recupérate pronto.

√√

Jueves.

El día había llegado más rápido de lo que esperaba.

Estando en clases, la profesora de Historia hace su clase aún más aburrida al leer como noticiera. Pero lo que me terminó por matar en aburrimiento total, fue que dijera que hiciéramos un trabajo por parejas.

Varias chicas se me acercaron y me pidieron hacer el trabajo con ellas, sin embargo, ya las había escuchado juzgar a varias personas por su apariencia y eso no me parecía auténtico.

Veamos, ¿con quién puedo hacer equipo?

Ah, ya sé.

Con ella.

-Hey, Melanie -así que me levanté de mi pupitre y fui hacia Melanie Dashton-. ¿Quieres hacer equipo conmigo?

-¿Tú y yo? -repetío incrédula.

-Así es, ellas son realmente molestas -aclaré.

-Si, claro -contestó Dashton.

-Bueno, entonces empecemos -dije y me senté enfrente de ella. 

Dashton esbozando una sonrisa, acomodó el libro en el pupitre y comenzamos a trabajar.

-Sinceramente, pensé que escogerías a alguna de ellas -me dijo un momento después.

-Son realmente molestas -respondí-. Nunca se callan.

-¿Entonces prefieres a las personas que casi no hablan?

-A las que no juzgan a los demás por su apariencia. -aclaré.

-No sabía que ellas hacían eso -dijo sorprendida.

-A veces las personas te sorprenden más de lo que esperas -dije leyendo el libro de Historia.

-Tienes razón.

Hubo silencio entre las dos por varios segundos, hasta que Dashton lo rompió y me saco de mis pensamientos revultosos.

-¿Te gusta Historia? -me preguntó.

-No tanto -respondí-. ¿Y a ti?

-Tampoco -contestó-. La Historia me aburre mucho.

-Me pasa lo mismo.

-Es que Historia tiene muchos temas pesados -dijo ella-. ¿No lo crees?

-Sí, casi no soporto la materia -dije sincera. 

-Ni yo a la profesora -añadió. 

-Sí.

Después de eso, ambas continuamos con el trabajo en silencio, hasta que Dashton me contó como una vez —vamos a llamarlo casualidad—. Termino comiendo carne asada porque se perdió en el bus. Yo, ante la historia, me mostré incrédula y solté varias carcajadas.

-¡¿En serio te paso eso?! -cuestioné sorprendida.

-¡Si! ¡Sé que es difícil de creer! ¡Incluso me dieron carne también! Jajajaja.

-Jajajaja no puedo creerlo -dije yo.

-Te juro que ni yo tampoco -respondió.

Le pasan muchas cosas extrañas a esta chica.

-Bien, entonces ya terminamos el trabajo. Vamos a revisar -dije.

Dicho eso, nos levantamos y fuimos con la profesora de Historia a que nos revisara el trabajo. Cuando lo califico,  posteriormente regresamos a nuestros lugares.

-Ni me di cuenta cuando terminamos el trabajo -me dijo Dashton. 

-Ni yo -confesé.

-Oye Allison...

Volteé a mirar a la rubia que yacía enfrente mío, esperando sus palabras.

-Se acabo la clase. No olviden hacer la tarea -dijo la profesora García antes de salir del salón.

Pero parece que no pudo decirlas.

[...]

Recreo.

Con la mano metida en un bolsillo de mis jeans rasgados negros, compré una Coca-Cola. Sin esperarme que Dashton llegará de la nada a decirme:

-¿Así que comprando Coca-Cola?

-Así es, ¿y tú? -respondí cogiendo el refresco.

-Yo una Fanta -respondió sonriendo.

-Qué bien -dije sin más.

-¿Quieres ir a pasar el rato en las gradas? -me preguntó cuando pensaba irme.

-Me gustaría, pero estoy con Kyle -contesté.

-Ohhh... Está bien -dijo Dashton.

-Pero mañana estoy libre. -sugerí.

-Perfecto.

Concluyendo eso, me fui y le di un sorbo a mi bebida. Está fría. Tal y como me gusta. Regresé con Kyle y hablamos durante un rato de cosas sin importancia, hasta que finalmente terminó el recreo y regresamos al salón.

Toca Inglés.

-¡Melanie Dashton! -habló la profesora-. ¿Puedes leer el libro en español para tus compañeros?

Es raro, ya que estamos en una clase de inglés.

Dashton responde cabizbaja que si, y lee el libro en español con su típico acento gringo.

Aunque no lo parezca, me causa gracia y ternura a la vez su forma de hablar. 

-Muy bien. Ahora Sander.

Y así continuaron las demás clases.

[...]

Posteriormente, nos tocaba clase con la profesora Julieth.

-Hoy van a pasar a exponer -dijo la profesora nada más entrar-. El equipo uno y dos preparanse para exponer.





Una vez que finalizaron todas las clases, Melanie Dashton corrió hasta dar conmigo y gritó mi nombre, a lo que yo respondí: 

-Ah, hola, Melanie. ¿Ocurre algo?

-No, no realmente -dijo recuperando el aire-. ¿En serio ya no vas a ir al salón de música?

-Ya no... -respondí sin ganas.

-Entonces vamos a otra parte -dijo ella, lo que terminó por sorprenderme.

-¿A dónde? -pregunté y un instante después, ella cogió mi mano. 

-A las gradas -respondió.

-Okey.

Miré nuestras manos unidas y cuando llegó el momento de soltarla, miré por una última vez su mano.

Es pequeña y tibia. 

-¿Y qué quieres hacer? -le pregunté.

-Supongo que solo pasar el rato -contestó mirando a la nada.

-De acuerdo.

Un segundo después, nos sentamos en las gradas y yo sentía la frescura del viento golpear ligeramente sobre mi rostro. Amo esta sensación. 

-¿Te puedo preguntar cuál es tu color favorito? -preguntó Dashton. 

-El morado, ¿y el tuyo?

-El amarillo. 

-Qué bien.

-Allison, ¿realmente odias el amor?

-Sí, realmente lo odio. No soporto saber nada de él -dije.

-Pero hay una razón para eso, ¿no? -dijo.

-Sí, sí la hay -contesté. Y un instante después añadí: - Pero prefiero no hablar de eso.

-Entiendo -dijo y agregó: -¿Ya no te gusta tocar el piano, o...?

-No es que no me guste, es que ya no puedo tocarlo. -era la triste realidad.

-Pero...

-Ya lo dejé, así que no te preocupes más -agregué yo.

-Uno normalmente no deja las cosas que le gustan así sin más, ¿cierto? -tenía razón-. Sé que no puedo meterme. Pero pienso que deberías pensarlo mejor. A ti te gusta tocar el piano. No lo dejes ir tan fácilmente.

-No se trata de eso -dije con pocos ánimos-. Lo que pasa es que... Ocurrió una mierda. Y por eso ya no puedo tocar más el piano.

-¿Es tan grande como para dejarlo? -preguntó.

-Sí.

-Aún así, no lo dejes tan fácilmente. No te rindas tan rápido con lo que te gusta.

-Ojalá fuera tan fácil...

Si tan solo fuese tan fácil...

-Puede ser así. Sólo no te rindas.

-No puedo -dije yo agobiada-. Ya dejé el piano para siempre, Melanie. 

-No se te ve feliz con esa decisión.

-¿Qué quieres decir? -pregunté confundida.

-Que no te ves feliz con esa decisión -aclaró Dashton. Yo pensé en sus palabras-. Allison, aunque no te conozco mucho, sé que puedo decir con toda la certeza del mundo, que no te complace esa decisión. Tal vez tengas motivos para dejarlo, ¿pero esa es la solución? Pienso que no. Siempre se puede hacer algo más.

-Te he dicho que ya lo deje Melanie -respondí sin alzar la voz.

-Pero tú no quieres dejarlo -dijo finalmente Dashton.

Ante esa respuesta fulminante, se hizo un gran silencio entre las dos, en el que nadie decía nada, hasta que me ví obligada a romperlo. 

-Ya no se trata sobre si no quiero dejarlo. Es que no tengo opción...

-Siempre se puede escoger -dijo.

-No tengo otra opción, por favor, ya no insistas, Melanie.

No quería seguir hablando más del tema.

Así que cogí mi mochila negra y me la coloqué en mi hombro izquierdo.

-Hasta mañana -dije antes de irme.

-Hasta mañana -dijo y me detuve-. Allison, escucha sólo quiero que lo pienses mejor. La solución no es dejarlo así sin más.

-Adiós Melanie...

Y sin más, me fui.

¿Acaso tenía razón Melanie Dashton?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro