Melanie Dashton en multimedia.

-I'm through with love -comencé a cantar mientras tocaba las teclas de mi piano-. I'll never fall again. Said adieu to love, don't ever call again.

-Cantas precioso -me dijo Carla. -En serio me gustas mucho...

La miré directamente y continúe presionando las teclas de mi piano.

-For I must have you, or no one, and so. I'm through with love...

Esta canción me representa en todos los sentidos posibles.

Ya le dije adiós al amor.

-¿Te gustó? -le pregunté dejando de tocar el piano.

-Me encanto -respondió y lancé una sonrisa arrebetadora-. Eres increíble.

-Y tú eres tan adictiva. Me fascinas... -la tome del mentón y la atraje hacia mi.

-Allison, formalicemos una relación -me dijo.

Abrí los ojos y solté su mentón.

-¿Cómo? -fue lo único que pude gesticular.

-Formalicemos una relación -explico ella-. Me gustas, quiero tener algo contigo.

-¿Por qué te gustó? -le pregunté.

-Porque eres talentosa y guapa.

Sonreí con desilusión.

Todas me dicen lo mismo.

-Por ahora no quiero tener pareja, Carla -le dije.

-Vamos, yo sé que te puedo complacer... -repuso acariciando mi brazo.

No buscaba eso.

Lo que buscaba era algo que nadie podía ofrecerme.

-Como te repito, no estoy interesada en tener pareja -agregué.

-Bueno, respeto tu decisión, pero sé que algún día voy a hacer que caigas por mi. 

Era cansante. 

[...]

Química.

La segunda clase del día se volvió pesada cuando la profesora Jiménez nos dijo que haríamos parejas para realizar un trabajo por parejas.

Poniendo mi mano sobre mi mejilla, adoptó una postura de aburrimiento total.

Hasta que Melanie Dashton me habló.

-Hey Allison -me llamó-. ¿Te gustaría hacer equipo conmigo?

-Seguro -respondí.

-¿Y qué hay de esas chicas? -me preguntó.

-¿Te refieres a ellas? -las señale con la mirada-. Ya no salgo con ninguna. Así que... Puedo hacer equipo con alguien más.

-Ya veo -añadió y un segundo después, Dashton dijo: -¿Dónde nos ponemos?

-En los lugares de atrás -respondí.

Una vez que nos pusimos en los lugares de atrás, la profesora Jiménez dijo:

-Me harán una reacción química basándose en la página 87 de su libro y responderán las preguntas del libro. Tienen veinte minutos para hacerlo.

-¡Ah, dejé mi libro en el salón! -expreso angustiada.

-Yo lo traigo -respondí.

-¡Menos mal! -dijo y coloqué el libro en la mesa.

Un instante después buscamos la página 87 y procedimos a buscar los materiales para el trabajo.

Los materiales eran: dos frascos y los químicos a hacer y mezclar.

-Okey, entonces tenemos que poner Potasio y Calcio en diferentes frascos y mezclarlos -habló Dashton mientras leía la reacción química del libro.

-Fácil -dije.

Empezamos con el trabajo y Melanie puso el potasio en otro frasco, mientras que yo el Calcio en otro vaso. Y lo mezclamos y dió la reacción química que decía el libro. Bien.

Ahora teníamos que responder las preguntas de la práctica, pero antes de que pudiésemos hacerlo, llegó Jelina a hablar conmigo.

Por un momento me olvidé de ella.

-¿A qué horas nos vemos hoy entonces? -me preguntó.

-En la salida, ¿te parece? -respondí.

-Me parece bien -dijo Jelina y un instante después susurró un "te esperaré" antes de irse.

Una vez que se fue, miré a Dashton, quien miraba a la nada.

-¿Qué dice la primera pregunta? -pregunté.

-Ah, sí, -dijo y busco la primera pregunta-. ¿Qué reacción vieron al mezclar las sustancias?

-Hay que ponerle: "Reacción ácido y base".

-Solamente hay un problema... No traigo mi libro.

-Lo podemos hacer en el mío -dije cómo alternativa.

-¿Crees que la profesora lo pasará? Es muy especial... -cuestionó.

-Sí, estoy segura -respondí.

-Está bien -dijo.

Respondimos la pregunta en mi libro, hasta que después habló Dashton:

-¿Te gusta Química?

-La verdad no mucho -respondí.

-A mí tampoco.

No obstante, se formó un silencio entre las dos.

Quería saber porque de repente Dashton me hablaba. Pienso que tal vez es porque le gusta que toque el piano, pero, ¿acaso no hay otra razón? Es la primera vez que nos ponemos juntas para un trabajo. ¿Por qué tiene tanto interés? ¿Acaso le gustó?

-¿Tienes alguna materia favorita? -me preguntó. 

-Sí, Artes -contesté. -¿Y tú?

-También Artes es mi materia favorita.

-Qué bien.

-¿Y por qué te gusta Artes? -interrogó.

-Me gusta todo lo relacionado con lo artístico -respondí. Desde siempre me ha gustado el lado artístico de las cosas-. ¿Y a ti?

-Me gusta dibujar -contestó. 

-¿En serio?

-Sí -esbozó una sonrisa.

-Qué bien.

-¿Y desde cuándo te gusta Artes? -la oí decir.

-Desde que era niña. ¿Y a ti?

-Podría decirse que a mi también me gusta desde niña -respondió ciertamente nerviosa. 

-Qué coincidencia -respondí tajante. 

-Sí.

-Bueno, sigamos con el trabajo.

-Está bien.

Melanie y yo continuamos con el trabajo y respondimos las preguntas posteriores. Ya habíamos llegado a la penúltima pregunta, y hubiéramos continuado de no ser porque varias chicas me solicitaban.

-¿Salimos hoy por la noche? -preguntó una chica.

-¿Cuando saldrás conmigo? Me debes una salida.

Así que les dije que por ahora estoy muy ocupada y muy a su pesar, se fueron.

-Eres muy popular -me dijo.

-¿Eso crees? -contesté. 

-Demasiado -respondió ella. -¿Siempre fuiste así de popular?

-Solo fue a partir de este año que comencé a ser popular -hablé.

-Entonces los rumores son ciertos.

-¿De qué soy una rompecorazones?

-Sí -contestó.

-Pues si, son ciertos.

-Oh....

-¿Pasa algo? -pregunté.

-No, nada, no te preocupes -dijo.

-¿Qué dice la última pregunta? -cuestioné cambiando de tema.

-Dice... ¿Qué aprendieron de esta práctica?

-Nada. -dije y Dashton soltó una carcajada-. Ah, qué tontería, mi humor es un tanto aburrido.

-No es aburrido -me dijo. -Yo soy igual.

-Bueno.

-Entonces ya terminamos la práctica -finalizo-. Vamos a revisarla.

Así que nos levantamos y nos fuimos a revisar la práctica.

[...]

-Lo siento, pero tengo que irme -le dije a la chica que estaba besando hace momentos atrás.

-¿A dónde vas? -me preguntó.

-A casa -mentí. -Te hablo después por mensaje.

Y sin más me fui al salón de música, y cuando llegue, busqué las llaves. La sensación que sentía en estos momentos, era de tristeza. Las personas que creí que eran mis amigos, los había perdido y ahora tenía este vacío y carga emocional y presión con el piano. Intenté tocar varias teclas, pero no me sentía bien, me sentía aún más vacía que antes. No me servía cerrar los ojos, ni demás cosas, aún seguía ese vacío en mi. 

Y sin más, me aferre al suelo, pensando en como iba a dejar lo que más amaba solo por la presión que sentía...

[...]

-¡Hola, Allison! -dijo Melanie apareciendo por la puerta con la voz entrecortada. Dió varias respiraciones después.

-Ah, hola, Melanie -la saludé con tristeza.

-¿Vas a tocar el piano? -me preguntó emocionada.

-Ya no tocaré más el piano -respondí desanimada-. Lo siento.

-¿Qué? ¿Pero por qué? -preguntó desconcertada.

-Ya lo dejé. Nunca más lo volveré a tocar...

-No puede ser... -susurro.

Hubo un silencio entre las dos que después rompió Dashton:

-¿Puedo preguntar por qué?

-Simplemente ya no puedo tocarlo más...

Cuando ya no te encuentras más a ti mismo, cuando pierdes toda esperanza, cuando ya no puedes más, pierdes partes de ti mismo.

Partes que no volverán a ser recuperadas.

Ya no me siento yo misma cuando toco el piano. Ahora es como una carga.

Necesito un tiempo para reflexionar.