20. Cine
Finalmente llegó el ansiado viernes.
El día que tanto había esperado durante años, por fin había llegado.
Estaba tan emocionada.
Por fin podría ver Millonarios en apuros 2.
Así que con eso en mente, salí de casa pero ocurrió algo.
No traía las llaves de mi auto.
Joder.
Así que a duras penas, fui corriendo hasta el cine a mi encuentro con Melanie.
Cuando llegué al cine, di varias bocanadas de aire tratando de recuperar el aire perdido.
Un segundo después aparecieron Melanie junto a Lucía y Camila.
-¡Perdonen! -expresé cansada-. He corrido desde mi casa y estoy muy... muy cansada...
-Eso si que no me lo esperaba -dijo Lucía boquiabierta.
-¡Allison! -exclamó Melanie emocionada. -Pensé que no vendrías y que me habías dejado plantada.
Un momento después se acercó a mi y me ofreció una botella de agua tímidamente.
-Es agua -aclaro Melanie.
-Oh, gracias -tardé varios segundos en reaccionar y en tomar la botella de agua-. Gracias Melanie, es muy lindo de tu parte.
-No me parece -se mete Lucía a la conversación. -Me robó mi agua.
-¿Decías algo? -pregunté después de acabarme por completo su botella de agua por completo.
-Cabroncitas -Lucía me arrebeta la botella de agua vacía.
-Gracias amigas -las abracé a las dos. -Me sentía muerta después de correr kilómetros por llegar hasta aqui, pero valió la pena. ¿Entramos al cine?
Después de que respondieran que si, nos adentramos en el cine y una vez que ingresamos, nos pusimos a hacer fila en la larga y eterna fila.
-¿Y cuál fue tu motor para correr desde tu casa hasta aquí loca? -me habló Lucía.
-¿No es obvio? Pues por la película, ¿por qué más? -contesté.
-No tontita, quiero decir, ¿sólo fue por la peli? -insiste Lucía.
-Pues sí Lucía -aseguré frunciendo el ceño. -Si no fuera por la película, jamás hubiera venido en primer lugar.
-No me estás entendiendo... -dice Lucía.
-No espera -hablé yo-. Si vine por algo más, aparte de mi película favorita.
-¿El qué?
-Le pedí prestado un libro a Camila -respondí recordandolo-. También le gusta cazadores de sombras, creo que ya encontré a mi alma gemela.
-¿Qué haré contigo, tía? -repuso Lucía tocándose su frente.
[...]
Una vez que compramos las entradas y todo expresé mi felicidad y emoción:
-¡No puedo creerlo! Estoy muy emocionada. Esos tres años me parecieron eternos con la espera, pero ahora me parece un sueño que hoy pueda ver Millonarios en Apuros 2. ¡No me lo creo!
-Es solo una película -me dijo Lucía.
-No solo es una película, es mi vida -agregué yo.
-Vale, vale, lo entiendo.
Una vez que entregamos nuestros boletos, nos dejaron pasar y entrar a la respectiva sala.
Entramos a la sala, pero todas estábamos tan absortas en nuestros pensamientos hasta que hablo Lucía.
-Eh, alguna de vosotras sabéis cuáles eran nuestros lugares.
-Alguien tenía el número anotado, porque dijo que se nos iba a olvidar -dije yo.
-¿Y quién lo anotó? -preguntó Lucía.
-Eso es lo que no sé, mi estimada Lucía -respondí.
-Gracias por tu aporte.
-Para eso estamos.
Las cosas habían salido de una manera diferente a las planeadas. Ahora estábamos yo y Melanie sentadas a lado de la otra, mientras yo comía y me saciaba de palomitas, viendo los próximos trailers y nuevas películas que iban a sacar.
Un instante después se apagaron las luces, y un poco después regreso la luz.
-Niño esa es mi mano, no palomitas -le escuche decir a Melanie.
-Ya lo sé, es solo que tenía miedo... -dijo el niño.
-Está bien, no te preocupes puedes sujetar mi mano si te da miedo -dijo Melanie calidamente.
-Ya tienes un nuevo ligue -le susurré.
-Qué va -contestó ella apenada y yo regresé mi mirada a la pantalla gigante.
-¿Quién es ella? -le pregunta el pequeño-. ¿Es tu novia?
-¿Qué?
-Se puso celosa -agregó
-¿Allison? ¿Celosa? No, imposible.
-Mi mami me dijo que los celos son hambre. -dijo el pequeño.
-Qué tierno eres -dijo Melanie acariciando su cabello-. ¿Cómo te llamas pequeñín?
-Diego, ¿y tú? Novia de ella.
-Ella no es mi novia Diego -aclaré.
-Dice muchas mentiras, ¿verdad? -agregó Diego.
-Este niño... Escucha pequeño, Melanie no es mi novia -señale a Melanie y Diego se ríe.
-Tu novia se llama Lanie.
-Melanie no es mi novia, es mi amiga -continué yo.
-Es tu novia -insiste Diego.
-Que no, es mi amiga y nada más -repuse.
-Es tu amiga.
-No, es mi novia.
¿Espera, qué?
Al darme cuenta de lo que dije, me sonroje inevitablemente.
-Te han pillado Allison -comenta Lucía con mofa.
-¿Quieren ver la película? Ya comenzó -respondí yo-. Pero que quedé claro una cosa, Melanie no es mi amiga, es mi novia -ante mi error, Melanie junto a Diego se ríeron levemente-. No... Quiero decir si es mi amiga y mi novia...
-Está bien -dijo Melanie.
Vaya...
[...]
La segunda parte es un deleite para mí.
Extrañaba tanto la parte cómica de la película que tenía en momentos críticos. Junto a un buen dramatismo sin caer en el cliché.
Sigo prestando atención a la película, hasta que escucho al pequeño Diego bostezar.
-¿Tienes sueño Dieguito? -le pregunta Melanie.
-Mucho -responde tallando sus ojos. -Pero a tu novia le gusta mucho esto, ¿verdad?
-N-No es mi... -se apresura a decir.
-¿Tu novia? Jejeje -se ríe el diablillo-. Sí, ya sé que no son novias, pero se gustan, ¿verdad?
-Yo...
-Shhh -hablé yo.
Posteriormente guardaron silencio y seguimos prestando atención a la película.
Continuamos viendo la película, hasta que Melanie metió su mano en las palomitas y rozo con la mía simultáneamente. Ante eso, yo la miré confundida y ella miro a otro lado completamente sonrojada.
-Quería palomitas -confesó y yo retiré mi mano rápidamente.
-Oh, si -dije apenada-. Hay están, Lanie.
Hacía mucho que no la llamaba así.
-Gracias -dijo con una sonrisa cerrada de labios y procedió a agarrar las palomitas.
-Perdona, suelo acabarme las palomitas cuando veo los trailers o antes de que empiece la película -confesé y primero miró al envase casi vacío y luego a mi-. Pero esta vez no me las acabe, porque sabía que me iba a poner contigo.
-Qué considerada -dijo estallando en carcajadas.
-Ya sabes -respondí con otra carcajada.
Era tan fácil para mí divertirme con Melanie. Hasta por la cosa más simple.
Y aunque en estos momentos reinaba el silencio, ambas nos miramos en silencio la una a la otra, mientras que yo sentía como choques eléctricos en mis pensamientos. ¿Esta bien sentir esto por mi amiga? Es decir, es la mejor amiga de Lucía, quien es mi confidente, no me gustaría que Lucía piense que estoy jugando con su amiga.
Pero tal vez todo lo que siento es confusión.
-Me voy a casar con tu hermana en Miami, Charlie -dijo Henry.
-Qué felicidad Henry, por fin lo has conseguido, que sean muy felices.
Mi decepción es grande, esperaba que en esta segunda parte ellos se quedarán juntos. Pero ya veo tristemente que no...
-Es el jefe John -habla Henry tras recibir una llamada. -Y nos necesita allá con él, porque Brown ha ido con su grupo y está dispuesto a matar a quien se le ponga enfrente, con tal de seguir el plan.
Posteriormente se preparan y salen de la mansión para conducir hasta el lugar.
[...]
Cuando llegan a la base enemiga, se posicionan en un coche estacionado que los cubre por completo. Seguido de eso, recargan sus pistolas y Henry con un walkie takie le llama al jefe John.
-Jefe ya estamos aquí, ¿cuál es el plan?
De alguna u otra manera, la llamada se cortó dejándonos con la duda de lo que pasó.
-Mataron al jefe.
-¿Qué? Esto no puede estar pasando.
-Y el que contesto fue Brown -continua Henry-. Me dijo que si no nos rendíamos, mataría a Elizabeth.
-¿Dónde está Elizabeth?
-Con Brown, la tiene bajo su dominio ese hijo de puta.
-Ese imbécil... Hijo de las mil putas...
Charlie en un ataque de desesperación, golpea el auto con todas sus fuerzas y Henry pone su mano en el hombro de Charlie como consuelo. Joder, si son el uno para el otro.
-Le vamos a partir la cara al imbécil de Brown y recuperaremos a Elizabeth.
-Por supuesto, hermano.
Con energías, se levantan del sueño y proceden a caminar en sigilo y dar con la base enemiga. Charlie le hace señas para que avance Henry y con éxito logran acercarse más y darles una emboscada.
Pero ocurre algo en ese mismo momento.
-¡Es Henry y Charlie! -un idiota grita sus nombres a los cuatro vientos.
-Maldición -gruñe Charlie.
-¿Lo hacemos a lo GTA 5? -propone Henry.
-Claro -responde Charlie.
Dicho eso, se desata una guerra. Pero obviamente dos contra viente tipos no son nada para Henry y Charlie.
Henry defiende a Charlie y lo mismo hace Charlie, pero todo termina por empeorar cuando Brown entra en escena con Elizabeth. La hermana de Charlie, mientras le apunta con una pistola en su cabeza.
-Qué agradable sorpresa chicos. ¿Cómo están?
-Estaremos mejor cuando te atrapemos imbécil -le escupe Charlie.
-Jajaja -se ríe con amargura Brown. -¿Ustedes atraparme a mi? No me hagan reír. Están rodeados, no tienen escapatoria -usa su pistola para señalar a todo su escuadrón-. O se rinden en este puto momento, o mato a Elizabeth, ustedes deciden.
-¡NO! -grita con horror Charlie-. Eres un hijo de perra.
-Si la matas, también me matas a mi imbécil -dice Henry y después dispara.
Brown usa de escudo a Elizabeth, haciendo que la desgracia se aproxime.
Brown dispara en dirección a Henry y a Charlie no le da tiempo de reaccionar. O salva a Elizabeth, o a Henry. Pero se queda rígido sin hacer nada.
Sus pies se mueven por si solos, y antes de que todos lo asimilemos, se lanza a Henry haciendo que la bala impacte en él.
-¡Charlie! -exclama Henry cuando los dos caen al suelo, toma el rostro de Charlie entre sus manos mientras lo golpea levemente en las mejillas para que reaccione. Ay... -Joder, despierta, despierta.
No estaba preparada para esto.
Pero las cosas no parecen acabar ahí.
Alguien patea la puerta y de ahí, sale el jefe John con más policías.
En un parpadeo, el jefe John le dispara a Brown en el hombro y en la pierna, haciendo que este caiga al suelo.
-¡Las jodidas manos en alto! -pronuncia el jefe John.
-Maldición, así no tenían que acabar las cosas... -susurra Brown.
-Suelta a Elizabeth.
-¿Y si no quiero? -repone.
Todos corren en dirección a Brown para que suelte a Elizabeth, pero él los frena tras apuntar en la cabeza a Elizabeth.
-Un paso más y se muere, ¡¿me escucharon infelices?! Den un jodido paso más y se muere.
-¡Jefe, Charlie se está muriendo! Por favor alguien haga algo... Él no puede morir... ¡No puede dejarme! Charlie, por favor despierta...
Brown ante eso, aprovecha la situación para patear al jefe y hacer que caiga al suelo. Posteriormente, Brown usa de rehén a Elizabeth, mientras se levanta del suelo y se posiciona enfrente de todos.
-Caballeros, el show aún no termina -dice el maldito.
-¡Suéltame! ¡Suéltame! ¡Jodido imbécil! -forcejea Elizabeth.
-Calladita princesa, o te mato aquí mismo.
-¡Quítale las manos de encima! -le gruñe Henry.
-Henry, qué patético te ves -dice Brown con una sonrisa malvada en su rostro. -Llorando por tu amigo el muerto. ¡Qué romántico!
-No estoy... Muerto... Imbécil... -reacciona Charlie, haciendo que Henry sonría.
-Pronto lo estarás.
-Charlie, pensé que tú... Oye bro -dice Henry sin palabras-. ¿Por qué lo hiciste? Se suponía que debías salvar a tu hermana.
-A veces... se cometen locuras... por amor...
Voy a llorar.
-Aquí todo se termina -sentencia Brown. -¿Y ahora qué vas a hacer John? Jodido imbécil.
Otra guerra se desata entre la policía y el escuadrón de Brown.
-Suelta a mi hermana...
Charlie con las pocas fuerzas que le quedan, jala del gatillo y le dispara finalmente a Brown. La bala impacta en su cabeza en un parpadeo, haciendo que sea muerte instantánea.
-Vive la vida, y sé feliz con mi hermana... Siempre fuiste el mejor amigo...
Un segundo después, suelta la arma y se deja caer en los brazos de Henry.
Ay...
Soy lágrimas.
Lágrimas caen del rostro de Henry con más fervor. Aunque él hace de todo para que él reaccione, ya no se puede hacer nada...
-Muchacho, está muerto -dice John con tristeza.
-¡Mi hermano! ¡Mi hermano! NOOO -Elizabeth corre hacia con Henry y se une a la causa de hacer que reaccione Charlie. -No puede estar muerto... No puede...
-Charlie, por favor no me dejes... No me dejes... Despierta...
Pasan 3 años después y la película termina en la boda de Henry y Elizabeth en Miami con la canción de fondo "Perfect" de Ed Sheeran. Pero lo último que se ve antes de que finalice la película, es la lápida de Charlie y Henry poniéndole flores, más específicamente girasoles.
Finalmente las luces se encendien.
Volteó a mi derecha y ahí me encuentro al pequeño Diego durmiendo profundamente.
-Se durmió -susurré afligida.
Melanie acarició su cabello mientras lo miraba con ternura.
-¿Por qué decía Diego que éramos novias? -le pregunté.
Ante mi pregunta, Melanie suelta el cabello de Diego y me mira. Un sonrojo se apodera de sus mejillas.
-Diego decía que tú estabas celosa... -dijo por fin.
-Qué travieso.
-Sí -dije.
Con una sonrisa mía, salimos del cine y nos despedimos de Diego al final del establecimiento.
-Ey, Lanie -me burló ligeramente-. ¿Cuándo me vas a prestar el libro de Los Juegos Del Hambre?
-P-Pronto -respondió nerviosa.
Estoy muy cerca de ella, pero lo hice más que nada para ponerla nerviosa.
-Seguro.
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