2. Piano
-Eres tan encantadora -le dije a mi conquista-. No me canso de ti. Eres adictiva.
La chica sonrió con satisfacción y yo con autosuficiencia.
Un instante después tome su mentón y la atraje hacia mi.
Ella cerró los ojos y enrredo sus manos en mi cabello castaño, mientras que yo me acercaba a paso veloz y la besaba con ardua pasión.
Un instante después le entró una llamada a mi celular y sonó mi tono de llamada. Que era Rude de Magic! Maldije y conteste la llamada.
Era Logan Reedus. ¿Ahora qué demonios quiere?
-¿Aló? -saludé.
-Allison ven a la fiesta de esta noche, muchas chicas están preguntando por ti -empezó a decir-. Si vienes, seguro que vendrán más chicas.
Al menos podía ser más discreto.
-Okey -dije-. A las 11 estaré ahí.
Y sin más colgué.
Sin perder más el tiempo, continue con mi labor pero está vez con menos ganas que antes. Lo cierto es que salía con las chicas para curar el vacío que había en mi corazón, sé que no es lo correcto... Pero alguien como yo jamás se atrevería a hacer las cosas diferentes.
[...]
Cuando dieron las 11 PM salí en mi auto negro a la casa de Logan, mientras escuchaba música.
Estaba sonando "Come And Get Your Love".
Mi canción favorita.
Tarareaba al ritmo de la canción y me perdía en mis pensamientos. Pocas veces me divertía de esta manera.
Finalmente llegué al penthouse de Logan y me bajé de mi auto azotando la puerta.
-¡Hasta que viniste, Rodríguez! -habló Logan-. Ven.
-Hey -dije.
Logan me presento con las chicas y un instante después comencé a coquetear con ellas.
-Rodríguez eres tal y como me imaginaba -dijo una chica comiéndome con la mirada-. Quiero estar contigo a solas. ¿Podemos?
-Claro.
Fuimos a un lugar desolado y ahí me comenzó a decir lo guapa que le parecía.
Y un instante después, me ví siendo acorralada por ella en la pared.
-Eres sensual -me dijo en el oído.
Yo sonreí negando con la cabeza y un instante después me gire sorpresivamente para ella.
-Tú no te quedas atrás -le dije poniendo sus manos arriba de su cabeza.
-Así que los rumores eran ciertos... -canturreo burlona-. No te gusta ser pasiva.
-¿Rumores? -hablé sobre su oído-. ¿Quién dijo eso?
-Un pajarito por ahí... -respondió.
-Ya veo.
No me lo iba a decir.
Así que después de eso la bese, pero no deje que las cosas fueran a otro extremo.
No tenía ganas de hacer nada por esta noche.
[...]
Cuando llegó la mañana, la alarma me despertó y me aliste para ir a clases.
Portando mi chaqueta negra, salí de casa y me apresure en ir hacia mi auto.
Miré la hora en mi celular y me di cuenta de que iba llegando tarde.
Ya cuando llegue al bachillerato, caminé con prisa y sin darme cuenta terminé tropezando con alguien.
-Lo siento -dijo esa persona apenada.
-No te preocupes -respondí.
Repentinamente las hojas que traía Dashton, se le cayeron y la ayude a recogerlas. Ella me miró avergonzada y tímida mientras cargaba torpemente sus hojas.
-Lo siento, te tire tus hojas -dijo ella.
-No te apures -agregué y me agache para recogerlas. Y Dashton también hizo lo mismo.
-¡Ah! ¡Lo siento! Hoy estoy muy torpe... -dijo apenada y cabizbaja cuando se le cayeron varias hojas de las manos.
-No pasa nada -pronuncié-. Creo que esto es tuyo.
-¿Qué es? -preguntó ciertamente curiosa.
Extendí mi mano y le mostré un dibujo que se la había caído.
-¡Si es mío! -dijo completamente sonrojada tomándolo-. ¡Olvida lo que viste!
-Es... un bonito dibujo -dije fijandome en la nariz puntiguada del dibujo.
-¡Qué pena! ¡En serio qué pena! -dijo totalmente roja. -¡Adiós! -un segundo después, Dashton comenzó a correr-. ¡Digo, hasta luego!
-Hasta... luego -agregué.
[...]
El día se había pasado volando.
Cuando menos lo pensé, ya había llegado la salida.
Y por lo tanto, era hora de ir al salón de música.
Me fui apresurada y cuando llegué, note que ahí estaba Melanie Dashton.
-¿Vienes a escucharme? -le pregunté con una sonrisa.
-¿Disculpa? -dijo sorprendida.
-Cuando te ví a lo lejos, pensé que venías por otra cosa, pero después me di cuenta que venías a escucharme. ¿Si estoy en lo correcto?
-Espera. Espera. Espera -dijo confundida-. ¡¿Tú eres la chica que toca el piano?!
-Yep -contesté y Dashton formó una sonrisa que se volvió en la de una fangirl.
-¡OH POR DIOS! -exclamo. -¡Tú eres la chica que toca el piano! ¡Es tan... Wow! ¡Siempre quise conocerla... Quiero decir conocerte! Tú me entiendes.
-¿Entonces si me escuchabas? -pregunté. Quería asegurarme.
-Sí... -contestó apenada.
-Qué bien -dije y guardé la llave en un bolsillo de mis jeans-. ¿Quieres entrar?
-¡Por supuesto! -contestó emocionada.
-¿Cuántas veces me has escuchado? -cuestioné destapando el piano.
-Como cuatro veces -respondió-. En verdad me encanta como tocas el piano, me gusta mucho escucharte tocar el piano. Tocas muy bonito.
-Gracias -dije formando una pequeña sonrisa.
Un instante después guardé la manta negra y comencé a presionar las teclas del piano.
Me dejé llevar por lo que sentía, pero la inspiración no fluía como me gustaría. Por lo que empecé a recrear una canción que me gustaba en secreto.
Me gustaba en secreto Rewrite the stars.
-¿Todos saben que tú eres la que toca el piano? -de pronto, habló Dashton.
-No. Solo tú y otros más lo saben -respondí.
-Ya veo... -añadió.
Posteriormente, dejé de tocar el piano por unos segundos y miré directamente a Dashton. Ella me miraba entre avergonzada y apenada. Lo que me causaba curiosidad. ¿Por qué tenía esas reacciones?
Un segundo después, se mostró tímida ante mis miradas y decidí dejar de mirarla.
-A esta hora siempre termino de tocar el piano -dije colocando la manta negra de nuevo en el piano-. Hasta mañana.
-Hasta... mañana.
Posteriormente tape con la manta negra el piano y me fui del salón de música.
[...]
Lunes.
El primer día de la semana llegó.
Estando en la cafetería con los populares, me di cuenta de que mi bandeja se me resbaló. Pero Melanie Dashton rápidamente me ayudó a levantar mi bandeja. Y se lo agradecí.
-Gracias -dije.
-No es nada -dijo ella.
Después me fui con los populares, y comencé a comer mi comida.
-Y bueno... ¿Cómo van con la apuesta? -dijo Kyle.
-Ya tengo su número -dijo Logan triunfante.
-¿Y tú Allison? -me preguntó Kyle.
-Aún nada, no he empezado con la apuesta -dije desviando la mirada.
La verdad es que la apuesta no me hacía feliz.
No quería hablar ni conocer a Samantha Hoffman.
Era el tipo de personas que más detestaba.
Posteriormente, se terminó el recreo y de regreso a clases, me encontraba ligando a una chica afuera del salón.
-Me atrevería a decir que tus ojos son lo más bello de ti, pero no. Tú lo eres completamente -dije.
-Ay, Allison -dijo ella totalmente enamorada.
-Que no se te olvide la fiesta de hoy -me dijo Kyle cuando paso a mi lado.
-No se me olvidará -dije y se fue-. Bueno... ¿En qué estábamos?
No pude continuar cuando llegó la profesora de Literatura al salón de clases.
Así que tuvimos que dejar de lado el ligue ella y yo.
[...]
2:25 PM.
Mi celular marcaba las 2:25 PM.
Cogí mi mochila y me apresure a paso veloz en ir hacia el salón de música.
Cuando llegué, me encontré de nuevo a Melanie Dashton.
Es la tercera vez que viene a escucharme.
-Hola -me dijo.
-Hola -contesté el saludo y abrí el salón de música.
Un instante después, entré al salón de música y dejé mi mochila negra cerca de mi piano y ella me siguió en silencio mientras me miraba avergonzada
-Si quieres, siéntate -le dije señalando el lugar que estaba a mi lado.
-Gracias -respondió y se sentó.
Seguido de eso, comencé a tocar las teclas del piano mientras me perdía en mis pensamientos.
-¿Desde cuándo tocas el piano? -le escuché decir a Dashton.
-Desde...-
Antes de que pudiese responder, llegó una chica al salón de música.
-Hey -dijo Janeth y se sentó sobre mis piernas.
-Hey -respondí.
-¿Quién es ella? -me preguntó Janeth.
-Una compañera de mi salón -contesté mirándola.
-Okey -dijo-. ¿Continuamos con lo de ayer?
-¿Aquí mismo? -cuestioné mirándo de reojo a Dashton.
-Sí -respondió Janeth segura de sus palabras.
-Espera Janeth -comenté y me giré sobre mi misma y la miré-. Hoy no voy a tocar el piano. Lo siento.
-Ohhh... Está bien... -dijo ella.
Sonrió y se levantó del asiento.
-Hasta luego -dijo antes de irse.
Una vez que Dashton se fue, yo puse mis manos en la cintura de Janeth y un instante después besé su cuello mientras mis manos descendían por todo su cuerpo.
Hoy va a ser una tarde larga.
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