1. Comienzo
ALLISON RODRÍGUEZ
Ciudad de México.
Año 2020.
¿Te ha pasado que te interrumpen en tu mejor momento leyendo un libro?
A mi me ha pasado infinidades de veces.
Dan ganas de matar a esa persona, pero bueno, dejando de lado la agresividad, me encontraba con los populares hablando de la grandiosa fiesta (nótese el sarcasmo) del próximo sábado.
Siendo sincera me aburren las fiestas de ese tipo, no les encuentro el chiste, pero como estoy con los populares tengo que tragarme eso y poner cara de que si me gustan.
-¿Hacemos una apuesta, Allison? -propuso Logan.
-¿Cómo cuál? -pregunté sin interés.
-El que logré llevarse a la cama a Samantha Hoffman gana la apuesta.
¿Samantha Hoffman?
-¿Quién demonios es ella? -respondí.
-Una mamita de pies a cabeza -dijo Logan. Odiaba ese tipos de comentarios-. Te la presentaré mañana.
-De acuerdo -respondí.
Dejamos el tema de lado y continuamos comiendo hasta que ví a Logan burlarse con mofa de algo.
-¿De qué te ríes? -pregunté.
-De eso -señaló a una chica rubia siendo mojada por una botella de agua a varios metros de distancia nuestra.
Pobre chica.
-Y lo mejor es que esa es Samantha Hoffman -agregó un segundo después-. La que nos llevaremos a la cama.
Hice una mueca al darme cuenta del tipo de chica que debía llevarme a la cama.
No es que fuese exigente, llevaba a todo tipos de chicas a la cama sin objeciones, pero me gustaba llevarme a chicas no tan malvadas.
Así que esa es Samantha Hoffman.
Vaya.
[...]
Terminando de comer regresamos al salón de clases y aproveché el tiempo para ligar a una chica.
-Tus manos son tan lindas. ¿Puedo sostenerlas? -dije.
-S-Sí -respondió tímida. Yo sonreí.
Sujete sus manos y ella se ruborizo hasta más no poder con mi acción.
Me pareció adorable, pero solo eso.
El amor ya no entraba en mis planes.
He terminado con el amor para siempre.
-Melanie Dashton, ¡deje de estar durmiendo! -dijo el profesor de matemáticas con voz severa.
Volteé hacia donde estaba ella, y en cuanto despertó se sonrojó hasta las orejas.
Desvíe la mirada y continue ligando a aquella chica.
Salida.
Por fin había llegado la salida.
Amaba la salida porque podía tocar el piano y desahogarme por fin.
Así que no esperé más y me fui hasta el salón de música. No sin antes despedirme de los populares.
Los populares eran: Logan, Kyle, Jocelyn, Mike y Alec.
Mi historia con ellos es mejor no decirla.
No tiene mucho sentido.
Ya de camino al salón de música, entré al salón y dejé mi mochila negra en alguna parte del salón. Posteriormente me senté en el asiento negro y destape mi piano.
Comencé a recrear la canción de "River Flows In You" Y al cabo de unos minutos, ya me estaba dejando llevar por lo que sentía.
Tenía mi momento a solas.
Todo era tan perfecto.
Pero seguía sintiendo un vacío en mi interior.
¿Algún día dejaré de sentirme así?
Cuando dieron las 2:00 PM terminé de tocar el piano y me fui del lugar.
Al salir me fui con esa chica que estaba ligando en clases a su casa.
[...]
-¿Estás lista? -pregunté cuando estábamos metidas en el ascensor.
-Sí...
-Bien.
Bese su cuello y lleve mi mano a su intimidad. Ella gimoteo ante mi acción, y se aferró a mi cuello.
Iba a continuar con mi labor, hasta que escuchamos a alguien entrar al ascensor.
Obviamente no podíamos continuar, así que detuve mis movimientos y los reanude cuando llegamos a su casa.
-¿Ya te vas Allison? -me preguntó.
-Sí, fue un placer estar contigo. Pero tengo que irme.
Termine de recoger mi chaqueta negra y me fui de su habitación.
Ya después de eso, invite a Logan y a todo el grupito de populares a pasar la tarde en mi casa.
Lo hacía para evitar sentirme sola.
¿Y servía en algo? Para nada.
Pero me sentía menos sola.
Al día siguiente, me levanté a las 7:00 AM y me di una ducha rápida y me fui sin desayunar. Abrí la puerta de mi coche y me metí en el copiloto y puse la radio un segundo después.
Y ahora la canción más solicitada en la radio EFM.
Si te vas yo también me voy
Si me das yo también te doy mi amor
Bailamos hasta las diez hasta que duelan los pies
Y yo esperando a que salga Girl In Red.
Llegué al estacionamiento y aparqué el coche.
Me bajé del auto y ahí me encontré a Paúl.
-Hola Ruby -lo saludé.
-¡Hola, darling! -me saludo.
-¿Cómo estás? -le pregunté.
-Bien, ¿y tú?
-Pues ahí andamos.
Continuamos hablando hasta que llegamos al salón.
No pasó nada interesante.
Hasta que llegó la salida y nuevamente iba a ir al salón de música.
Con la diferencia de que había notado que Melanie Dashton venía a escucharme.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro