
Capítulo XXXVIII
La fiesta continuó en su apogeo, mientras una de las asistentes estaba atenta al espectáculo en especial a lo que rodeaba al lindo castaño claro, que estaba cuidando a su novia como depredador a su presa.
—¿Así que esa es tu novia? Eso es interesante ¿Qué harás si alguien más te roba tu princesa para algo más que bailar? Por cierto ¿Dónde está tu hijo?— La mujer tomó el teléfono de su bolsa —Averigua donde está el niño.
Camila bebió un trago de su copa, mientras suspiraba.
—Como te extraño Lauren— Se paso los dedos por la boca como si estuviera extrañando un beso —Eras la única a la que valía la pena molestar, los demás son débiles y se rompen demasiado rápido, si lo hubiera sabido antes no te hubiera provocado ese accidente... ¿Será una mala decisión dejar vivir a tu primogénito? Sí es como tu valdría la pena, pero si es como su papá, no lo sé... Aish que indecisión, si tan solo supiera donde estás te daría la noticia que tu pequeña albondiguita si está vivo, y quebrarlo delante tuyo... ¿Qué hago querida? ¿Lo destruyo o solo lo mato? He ahí el dilema.
Camila salió de la fiesta para poder encender un cigarrillo, estaba cansada de su papel de niña buena, ver la gente mostrando su cara más hipócrita le daba asco, aunque eso era constante todo el tiempo, esa noche en particular no tenía ganas de fingir una hermosa sonrisa mientras pensaba como lastimar a la mayoría de los que estuvieran allí.
Estaba acostumbrada a ser complacida por cualquier capricho, pero cuando su hermano menor nació, su padre empezó a ignorarla, después de todo solo quería un hijo varón, Camila y sus hermanas fueron relevadas a la nada, con apenas cinco años entendió la discriminación por su femineidad, con una conciencia nula y una gran capacidad intelectual eliminó la competencia consiguiendo el sufrimiento de su padre por la perdida de su hijo legitimo y haciendo que fuera su madrastra quien cargara la culpa.
Había visto como su padre se deshacía de quien no le sirviera, entre esas la mujer que le había dado a sus tres hijas, en divorcio problemático y polémico había dejado a su mujer en la calle, e inmediatamente se había casado con una joven que ya estaba embarazada, sí, había dejado a su mujer después de estar seguro que daría a luz un varón. En ese momento Camila no lo entendía del todo bien, pero reconocía la discordia que el nuevo miembro de la familia causaba, la mujer trató de sacarla e ella y a sus hermanas, con su futuro hijo cuando este era mayor, pero el inocente ni siquiera llegó al primer año, y aunque que gritó con furia que había sido la pequeña Camila no pudo probarlo, en cambio ella sí, la mujer después de ser esposada volteó por última vez para ver la sonrisa ladina en medio de lágrimas falsas de una niña que no había terminado su primera infancia.
Por cuestiones de la vida, su padre se había tenido que volver a casar con la madre de sus hijas, y esta había adoptado a dos hijos ilegítimos de su esposo, era una buena mujer, pero iba a dejar a sus hijas desamparadas con ese hombre y uso toda estrategia posible, amó como una buena madre a los niños que vinieron a formar parte de su hogar y cuidó de aquellos que él había dejado regados. Siendo ya adolescente su hija menor, conoció a los gemelos Stottlemeyer, y por un tiempo pensó que eran de aquellos que dejó abandonado su marido, por los imponentes y capaces que eran para cualquier cosa, su personalidad era similar, pero para cuando descubrió que no eran ni familiares lejanos era demasiado tarde, estaban en la mira de Camila, a como de lugar quería arruinarlos, en especial a la chica, que tanto había llamado la atención de su primo favorito, su cómplice principal.
Cuando conoció a Lauren, pensó que era una de las decenas de becados a los que la escuela le daba la oportunidad por su capacidad intelectual, aunque pocas veces se veía a chicos tan jóvenes, aunque si hubieran unos pocos, los sacaban de escuelas públicas después de hacerles rigurosos exámenes para cumplir con su cuota de inclusión y oportunidad, en otras palabras una excusa para recibir más dinero y quedar bien ante la sociedad.
La chica nueva era un espécimen raro, los chicos estaban emocionados pensando en como jugar con ella, mientras las chicas se morían de celos por ser el nuevo tema de conversación, pero ella parecía ignorarlos a todos, apenas si conversaba con los chicos Stottlemeyer, ni siquiera se había presentado el primer día y los profesores apenas la llamaban por su apellido, Díaz. Que Nate girara a su alrededor había causado muchas molestias, algo que Camila no iba a desaprovechar.
Cuando tuvo la oportunidad se acercó a Hasley y con cizaña la manipuló para que ella y su secta de seguidoras fueran las que se encargaran de molestar a la recién llegada, estaba acostumbrada a planear todo desde las sombras, no por seguir adelante sino por el hecho de que no le gustaba ensuciarse las manos, además había aprendido de algo muy difícil de probar era su culpa como autora intelectual.
Después de que aclarara el asunto de que Lauren era un miembro más de la familia Stottlemeyer y una becada como se había difundido el rumor, Hasley le había venido a reclamar por todos los rumores que Camila se había inventado, pero esta última le había contestado con una sonrisa ladina y una ceja en alto.
—¿Acaso yo te dije que la molestaras?
—Pero tu también tienes la culpa, tú me dijiste... —Hasley estaba a punto de llorar por la frustración, podía ser expulsada del colegio.
—Sé lo que dije, pero también sé lo que hiciste hay una gran diferencia— Volvió a meterse la paleta a la boca— Yo solo dije que esa niña se la pasaba con James, demasiado, y resultó que era verdad porque es hermano, que tu hayas utilizado esa información para ser mala es otra cosa. No es mi problema.
Con esas últimas palabras se marchó dejando a una frustrada Hasley, y ella una gran sonrisa triunfante en su rostro. Aunque había logrado que molestaran a Lauren, de ahora en adelante estaría protegida por una familia importante y no podía hacerlo más, lo que le dejaba un mal sabor de boca.
Con el tiempo averiguo que era la hermana gemela perdida de Nate, y que ambos eran adoptados, seguro por eso le molestaban tanto, como si su procedencia fuera lo que le incentivaba a dañar... Pues sus voces no solían ser escuchadas.
La noche era oscura, la luna no iluminaba el cielo nocturno el lugar era iluminado por lámparas en las columnas, el patio era una vaga simulación de naturaleza verde y unos cuantos muebles de jardín. Camila encendió un tercer cigarrillo, por alguna razón no era suficiente para calmarse, era buena en lo que hacía, muy lista y además había estudiado mucho para conseguir su objetivo principal, arruinar a su padre.
Para ello, tendría que tener poder, no solo económico también de influencia, necesitaba dominar a muchas personas para lograrlo, pero no era sencillo con solo su papel de buena hija, no solo podía ser fuerte, necesitaba demostrarlo, algo que le envidaba a Lauren era eso, ella siempre se veía tan serena, tan fuerte, incluso ante las situaciones más difíciles, Camila lo tenía en claro, ella había causado la mayoría de esas situaciones, pero no había logrado quebrantar su espíritu.
—¿Qué más necesitabas? Te quité a tu esposo y a tu hijo, pero no te veías abrumada, ni siquiera te diste cuenta que me lo lleve de tus brazos— Suspiró— Creo que te hice un favor, esa cosa no hacía sino llorar, dos días y casi me vuelve loca, por suerte se lo dejé a su padre y hasta ahora lo cuidó bien, pero ahora está las manos de una cualquiera.
Quién lo diría, tu pequeño bastardo me ayudaría al final —Empezó a chasquear los labios —Nada como una madre soltera, empoderada luchando por el amor y bienestar de su hijo.
—Camila — Interrumpió el hermano menor de Damián— Así que aquí estás, te he estado buscando por todos lados.
—Lo siento, Sebastián, no estaba de humor.
—Mi madre te estaba buscando, y obviamente no te encontró.
—¿Puedes decirle a mi tía que me tuve que ir porque no me sentía bien?— Puso su linda carita triste.
—¿Qué sucede Cami? Has estado muy alejada últimamente, nos tienes preocupados.
—¿Nos? Por favor, al único que se preocupa por mí eres tu, cuando te acuerdas.... Al único que le importaba —Suspiró de manera triste —era a Damián.
—No has sido la misma desde ese accidente, pero eso no significa que no pensemos en ti, te has criado como una hermanita para nosotros, sigues siendo mi hermana mayor.
—Ay por favor, a mis padres no les interesa lo que hago y mis tíos, menos, ni siquiera tu queridísima madre... ella sencillamente no quiere saber realmente de mí, solo quiere mantenerme vigilada para que no manche el apellido.
—Ey, sabes que eso no es así, aún está de duelo, perdió a su hijo, a su nuera y a su nieto, ni siquiera tuvo la oportunidad de conocerlo. Para ella y para Leland fue muy duro.
—Eso lo entiendo, créeme yo también los quería mucho, bueno a Damián, pero ¿Por qué no me dejó ser socia del bufete de Damián? Yo también soy abogada, de las buenas... No le estaba pidiendo que me dejara dirigirla.
—Tendrías que empezar como pasante, como todos lo hemos hecho, además Damián era un abogado penalista, y tu eres administrativa aunque pertenecieras a la firma no podrías hacer lo mismo que ellos...
—¿Ellos?— En su pregunta había tanto desdén que se podía sentir la tensión en el aire —¿Crees que quiero hacer lo mismo que ellos?
—Lo siento.
—Olvídalo ¿Tu eres abogado de familia? ¿Cierto?
—Sí, al final me decidí por esa especialidad, poder ayudar a las familias y protegerlas es algo que quiero, lamentablemente se comenten muchas injusticias hoy en día.
—Lucas, tengo que confesarte algo que solo Damián sabía, él me iba a ayudar con eso, pero después de que él falleció... Yo, sencillamente no supe que hacer— Empezó a llorar lastimosamente, en ese momento pensó que le hubiera ido bien en una carrera como actriz —Yo...
—¿Camila? ¿Qué está sucediendo?
—Tengo un hijo.
—¿Qué? ¿De qué diablos estás hablando, Camila? ¿Qué tiene que ver Damián en todo esto? No irás a decir que él y tu... ¿O sí?
—No, no, no... Cuando supe de mi embarazo, le conté a Damián y él me estaba apoyando— Era obvio que no hubo un embarazo y por supuesto el susodicho no podía saberlo, pero los muertos no hablan y era eso con lo que contaba Camila— Pero cuando él murió, yo di a luz por la noticia, yo no supe que hacer no podía sola así que se lo entregué a su padre y aunque él me lo ha dejado ver algunas veces, yo quiero poder ser parte de la vida de mi bebé... Quiero la custodia.
—No imagino, por lo que estás pasando... Eres muy valiente al contármelo, sé que tu vida ha sido dura, pero no puedo ni imaginar como las has pasado todo este tiempo ocultando algo tan grande y creo tan difícil, pero desde ya te tengo que decir que no es nada sencillo, y realmente dudo que te lleguen a dar la custodia.
—Pero es mi hijo... Yo soy su madre.
—Camila, han pasado cinco años desde la muerte de Damián, así que el niño debe tener la misma edad, no importa las razones, eso es abandono... ¿Quién es el padre?
—Alexander King.
—¿Tenías una relación con él?— Preguntó extrañado el menor, pues era consiente de la situación de su hermano con el nombrado.
—No, fue solo el producto de una noche de copas.
—Entonces ¿Por qué no abortaste? O ¿Él te lo impidió?
—No, él se enteró ya hasta que mi bebé nació, si lo consideré, pero era una pequeña vida... Yo no podía, cuando le conté a tu hermano, él me dijo que me ayudaría a criarlo con su bebé, para que tuviera un hogar, la misma Lauren se compadeció de mí y dijo que de ser necesario ellos lo adoptarían por mí, sabes que ella era adoptada así que eso le hacía querer a mi bebé como al de ellos... Pero cuando ella supo de que su hijo no había sobrevivido, no lo pudo aguantar y murió.
—Sí, aún recuerdo a mi mamá llegando para comentar que el bebé no sobrevivió y que ella había muerto por hemorragias internas... Recuerdo que pensé que su espíritu era inquebrantable, estaba allí de pie diciéndolo como una columna de hierro, pero cuando pasé por su habitación la oí llorar tan amargamente —Los ojos de Lucas se llenaron de lágrimas al recordar a su devastada madre llorando como si fuera solo un niño pequeño —Lo siento, tu contándome de tu pena y yo aquí ocultándola con la mía.
—No te preocupes, fue un época difícil para todos.
—Ahora que lo pienso... Tú no parecías embarazada, lo digo por como se veía Lauren.
—Como todo el tiempo oculté mi embarazo, me fajé y creo que mi temor no me dejó crecer el vientre, eso me explicaba un psiquiatra— Camila había investigado casos de la vida real donde habían ocultado su embarazo hasta el final.
—Tuviste que pasar por mucho, pero incluso Lauren te apoyó aunque no eran buenas amigas.
—No se trataba de mí, sino del instinto materno.
—De todas maneras, aunque les cuentes esto ante un jurado van a seguir diciendo que es abandono, has estado ausente durante los últimos cinco años, y él no es un hombre con mucho poder su empresa es nueva... Pero tiene todas las de ganar.
—¿Cómo es posible que yo no tenga derechos? ¡Soy su madre!
—Sí tienes derechos legalmente, pero no tantos si te hubieras quedado con el niño desde un principio... Déjame investigar, pero te recomiendo que dialogues con él y llegues a un acuerdo lo más pronto posible, sí hay que interponer una demanda que sea antes de que termine la próxima semana, el tiempo corre y está en tu contra.
—Él se acuesta con la niñera...
—Bueno, esa es una buena razón para demandar, que el niño no tenga una figura materna afectará su vida obviamente, pero que tenga que pasar por varias alrededor de su vida es aún peor y si se acuesta con su actual niñera ¿Quién garantiza que no lo ha hecho con las anteriores o que no lo vaya a hacer con las futuras?
—Exacto— En realidad Camila estaba asombrada por la inteligencia de su primo, no se le había ocurrido ir por ahí— Eso es lo que me hace pensar en la vida de mi bebé, quiero que sepa que yo estaré siempre ahí.
—Puede que no tengas la custodia, pero al menos podrás pedir visitas, y poco a poco entrar a su vida, ten paciencia,
—Ya tuve paciencia, ahora solo quiero a mi pequeño en mis brazos.
—Entiendo, pero tienes que hacer lo que te dije. Trata de no meterte en problemas mientras tanto.
—Lo sé, además no es como si yo lo hiciera a propósito.
Camila espero a que Lucas se incorporara en la fiesta para ella marcharse por la "puerta de atrás", un auto la estaba esperando en el edificio contiguo.
—¿Necesitas transporte?— Preguntó el hombre quien conducía el auto.
—Necesito algo más que transporte, quiero un masaje relajante ha sido una semana larga...
—Eso supe, le dijiste a tus padres algo que a él le molestó— Ella afirmó solo con la cabeza— ¿Y él te golpeó?
—Por supuesto— Levantó su cabello para dejar ver el moretón que le había causado el golpe, y que el maquillaje no podía cubrir —No sabe como manifestar su frustración de otra manera, hubieras visto como quedó mi hermana mayor cuando se embarazó, casi la mata.
—¿Y qué pasó al final con ella?
—Como casi perdió el bebé, dejó la familia... Se cambió el apellido y ahora ayuda a una mujer muy rica, que también hizo lo mismo cuando murió su única hija por el cáncer o algo así.
—Esa historia sí me suena— El hombre arrancó el auto.
—Claro, ella si es muy famosa, venía de una familia muy rica y poderosa, pero ella pudo probar que sus padres la habían vendido para casarse con tipo extranjero cuando aún era menor de edad. Así que los hizo mantenerse lejos, se cambió el apellido como una muestra de que cortaba lazos con la familia, el caso lo llevó una gran abogada de derechos humanos, no recuerdo como se llama en estos momentos.
—¿Y el marido?
—Se tuvo que devolver para su país y ya no puede estar en este, no era un magnate ni nadie importante, solo un tipo con conexiones en su momento, las cuales se fueron perdiendo o algo así, el asunto es que esa mujer logró volverse inmune y él no puede tocarla o algo así.
—¿Cómo sabes?
—Elhena hablaba de vez en cuando de ese caso, le llamaba mucho la atención y además era amiga o algo así con la abogada esa, en fin, ¿Por qué terminamos hablando de eso?
—¿Qué? Me gusta saber de tu familia, nunca hablas de ellos, ni siquiera de tus hermana, no se supone ¿Qué los hermanos son tus primeros aliados?
—Lo dice quién ni siquiera fue el entierro de su medio hermano.
—Sólo por que Damián también tenía alguna cantidad de lazos sanguíneos similares a los míos, no lo convertía en mi familia. Así como no te considero familia a ti, solo eres mi amiga, siempre estás tan sola por tus mentiras y tu falsa carita de "Yo no fui".
—¿Por qué eres tan idiota?
—¿Yo? Yo soy una persona normal, soy tan normal que puedo ver tu cara ficticia siempre, ese es el problema que todos están acostumbrados a la falsedad que no pueden reconocer la verdad ni aunque la alumbren con una linterna. Además, idiota o no, fuiste tu quién me llamó para que viniera por ti... ¿En qué estás metida otra vez?
—Tengo un hijo.
—Ok, ahora cuéntame una de vaqueros, porque eso no te lo creo— El hombre ni siquiera volteó a verla, ella torció la boca, pensando en lo mucho que se parecía a Damián, la descubrían sin siquiera verla.
—Ok, no es mi hijo, pero no puedo perderlo.
—Eso es raro, viniendo de ti.
—Es el hijo de Lauren...
—¿Lauren?
—La esposa de Damián.
—Ah, la abogada sexy, ella murió con él ¿No? Con el bebé.
—No, antes de ella morir yo tomé el bebé, porque no era hijo de Damián, si mi familia se enteraba de eso. Bueno... Su suerte hubiera sido peor.
—Ajá, los ricos y sus adulterios, pero que puedo decir, por eso existo... No sé porqué, pero estás metida en una pelea que no traerá nada bueno.
—Por eso quiero ayudar al niño.
—¿Quién lo tiene?
—Su padre, Alexander King.
—Es un buen muchacho, y además está bien protegido en estos momentos.
—Quiero proteger a ese niño.
—No, quieres destruir tu vida y la de ese niño, probablemente por no arruinar la reputación de macho de tu cómplice favorito. Qué su esposa tuviera un hijo con otro hombre no la hace a ella una sinvergüenza sino a tu primito un cachón. Te he sacado de muchos problemas, te he dejado ser libre de tu apellido y hacer la mierda que realmente te gusta, pero esto es demasiado.
—Solo ayúdame ¿Quieres? No te diré nada de ahora en adelante, solo necesito un poco de ayuda, eres el mejor en eso.
—¿En qué?
—Quiero que busques lo peor de Alexander, y de su niñera... Lo que sea que encuentres, sino hay nada malo me doy por vencida. Lo prometo.
—Esta bien, buscaré... Pero también creo que es un buen chico.
—Pero es rico... Ya sabes, los ricos y sus adulterios. Todos tenemos algo que ocultar, en especial si tenemos dinero de por medio, por el cual competir.
—Soy tu único aliado en lo que realmente importa, quitarle todo a tu padre, algo que hemos planeado desde hace años, sí incluimos la fortuna de su querido hermanito... Y seguro lo vas arruinar en esto.
—¿Por qué diablos insistes en qué todo va a fallar?—Gritó desesperada por la negativa del hombre —¿Crees que soy estúpida?
—Sí— Respondió él calmadamente —Te has creído demasiado lista por tanto tiempo, que esto te va a explotar en la cara.
—¿Por qué?— Sus palabras la hacían enfadar más.
—Sencillo, a los niños los cuidan los ángeles o los demonios, pero los cuidan... Quizás un niño jamás se entere de lo que han hecho por ellos, pero te aseguro que los que les hicieron daño sí se entendieron que hicieron mal.
Ella bajó del auto y azotó la puerta, habían llegado a la cabaña.
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