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Capítulo XXXV


—No me quiero levantar— Dijo Step mientras bostezaba.

—Mami, se nos hará tarde— Nathan estaba preocupado por la hora.

—¿Te sientes mejor, amor? —Alex entró a la habitación con una bandeja en la cual iba un vaso con agua y medicamentos, ella negó con la cabeza y luego se cubrió con las sabanas.

—Mami ¿Estás bien?

—Hoy me siento un poco mal, cariño, pero ya me pondré mejor.

—¿Qué tiene papi?

—Anoche tuvo un poco de fiebre, probablemente está resfriada, hoy la dejaremos descansar para que se recupere más rápido, yo te llevaré a la escuela y te traeré cuando quieras, cualquier cosa me avisas ¿Vale?

—¿Y no me puedo quedar para cuidar a mamá?

—Es mejor que mamá se quede sola, para que puedan cuidarla y no solo pendiente de ti, porque eres nuestra prioridad, así que mamá estará muy preocupada... ¿Sabes qué? Mejor vamos juntos a la oficina y te quedas conmigo, y nos venimos temprano para que podamos cuidarla.

—Sí, eso suena mejor.

Alex vistió a Nathan para salir juntos, no quería que el pequeño se preocupara de más e interrumpiera su descanso, la fiebre había bajado y ahora solo estaba somnolienta, además las mañanas no eran lo suyo.

La noche anterior Alex le había preguntado a su ex niñera si llamaba un médico, pero ella se negó, después de todo no era grave, y no se sentía nada cómoda con ninguno de ellos, aunque Natalia era su amiga no la veía como parte del personal médico, e ir al hospital era un tema que ni siquiera estaba en discusión.

La cocinera iba de vez en cuando para ver como seguía Step, y ya que ambas en ocasiones solo estaba durmiendo decidió no molestarla más, además se sentía incomoda de irrumpir en la habitación de su jefe.

Cerca de las diez de la mañana la fiebre subió, así que entró en modo avión, después de todo estar medio dormida no era la única manera, así que se fue a duchar y a vestir para salir a trabajar.

Pasó desapercibida de los trabajadores de la casa, y más como se había vestido, unos leggins negros, un saco rosa y dos tenis de diferente color, por instinto llevo su bolsa, su celular y su billetera. La ducha había mermado un poco la fiebre, pero por el aire fuera de la casa, había empezado a subir considerablemente.

Tomo un taxi y después de dar una dirección , se quedó profundamente dormida, el conductor del vehículo no sabía lo que estaba sucediendo lo que empezó a incomodarle, así que antes de meterse en problema le mintió diciéndole que ya habían llegado al lugar y luego abandonándola a su suerte, el calor de la mañana y el exceso de exposición solar, aumentaba el problema que antes no era tan grave.

Camino más, gracias a la memoria del cuerpo, su instinto quedó a cargo y la llevo lejos del lugar, a uno con el que sentía familiarizada... Su casa.

Un aparato empezó a sonar, dando alerta a su dueño, que se encontraba en el asiento del copiloto.

—¿Qué diablos es eso? ¡Apágalo!— El ruido era estridente así que el acompañante tuvo que gritar para intentar ser escuchado.

—Ya— Dijo cuando pudo apagarlo —Mierda, puse sensores a unos metros de la casa para que no pudiera entrar a la casa, no me puedo descuidar ahora, el problema es un maldito gato que se pasea y dispara la estúpida alarma... Aunque es la primera vez que suena así de fuerte.

—Quizás el gato entró a la infraestructura... Tengo entendido que ese tipo de alarmas hacen eso, mira el vídeo para confirmar— El hombre obedeció, mientras bajaba los binoculares con los que antes estaba observando cierto edificio.

—Mierda... Me tengo que ir.

—¿Qué sucede?— Pregunto Tom confundido —¿Se entró el gato?

—Uno más grande que un gato, quédate y me informas sobre ese asunto, quiero estar al tanto— Al principio dudo en decir lo que estaba sucediendo, pero al final era el único en quien podría confiar —Lauren fue quien entró a la casa, pero no parecer estar bien.

—Ok...— Tom quedó en silencio, no sabía que pensar o decir sobre el asunto. Hacía muchos años que ninguno de los dos vivía en esa casa, al principio solo el personal de limpieza se quedaba en el lugar, pero con el anuncio de la muerte de ellos, fue el mismísimo Tom quien se quedó en el lugar.

Era un recuerdo de su mejor amigo y no dejaría que nadie lo dañara o lo vendiera, cuando supo que Damián estaba vivo no dudó en volverlo a llevar al lugar que un día llamó hogar. 

Aunque al principio Damián se rehusaba a hacerlo cuando salió del hospital, lo decidió porque quedarse en otro lugar podía delatar que estaba vivo, y era algo que muy pocos sabían, quería mantenerlo así, por primera vez en muchos años era libre de portar un apellido poderoso. Por supuesto ambos amigos habían empezado a tomar medidas preventivas y las ultimas semanas Tom se había ido de la casa, para no atraer a malos espectadores.

Damián llegó en poco tiempo, para encontrar a Lauren en el suelo luchando por respirar, se había enredado con el tapete , pero por falta de fuerza cayó, y allí quedó tendida. 

—¿Qué carajos pasó? ¿Por qué estás así? ¿Alguien te atacó?— Preguntó muy preocupado a la durmiente —Sí ese hijo de p... Te hizo daño, lo voy a matar.

La giró para que el suelo no siguiera oprimiendo su pecho, y mientras acariciaba su rostro notó lo alto de su temperatura. La levantó en sus brazos y la llevó rápidamente al baño, encendió la ducha y la metió en la tina. Luego buscó su celular.

—Necesito un médico— Dijo cuando le contestaron al otro lado —Uno privado.

—El Dr. King...

—¿Es en serio? ¿Quieres que él sepa con quien se anda revolcando su hijo? 

—¿Es para Lauren? ¿Qué sucedió?— Al principio lo había dicho de broma, además el hombre mencionado ni siquiera atendía adultos.

—No lo sé, al parecer tiene mucha fiebre... Me gustaría saber más, pero necesito un médico confiable.

—En el caso de ustedes puede ser un poco conflictivo... Espera, ella está usando el nombre de antes de ser adoptada, puedes usarlo para usar cualquier médico, lo demás lo puedes solucionar con un acuerdo de confidencialidad, eres un maldito abogado, usa tu cabeza.

—Sí... ¿Crees que alguien la lastimó?

—No saques conclusiones aún, deja que un médico la vea, ya sabes que casi nunca se enferma, pero cuando lo hace siempre se puede complicar... Como cuando se embarazó, parecía que se iba a morir...— En ese momento el silencio se apoderó de la conversación, unos minutos después la llamada fue cortada por quien la inició —¡Mierda! Espero que no sea eso, porque sí es así nos quedaremos sin tiempo —Dijo para si mismo el conductor.

Damián sacó un frasco de jarabe del botiquín, paracetamol, reviso su caducidad y con toda la paciencia del caso, se dirigió a la cocina por una cuchara y un vaso de agua, luego subió de nuevo para encontrarla en la tina llena de agua como una sirena descansando cerca de la orilla.

Midió con la cuchara el medicamento y luego se lo puso en su propia boca, por suerte no tenía mal sabor como algunos, y por medio de un beso le hizo tragar a ella.

—En este momento siento que sería mejor si te hubieran lastimado... Sí, soy un tipo egoísta, que alguna vez mientras estuve casado contigo fui un buen hombre, no recuerdo en qué momento, pero te aseguro que alguna vez lo fui... Pero pasar por esto dos veces, tiene que ser demasiado cruel, incluso hasta para mí.

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Un par de meses después de lo que había sucedido, Lauren lloraba mucho en las noches, estaba furiosa y a la vez se sentía violada por parte de su marido, no recordaba mucho de la noche esa, solo de hablar con un extraño con el que se sentía bien, el hecho de que le mintiera desde allí hizo que su rabia empeorara ¿Desde cuando estaba haciendo eso? Usar identidades falsas para conquistar mujeres ingenuas y estúpidas. Al final era la frustración lo que se apoderaba de sus sentimientos.

Las nauseas y el malestar lo atribuía a lo poco que comía por la situación sentimental por la que estaba pasando, pero un día cualquiera mientras estaba trabajando cuando lo que creyó un bajón de energía la hizo caer, Damián fue quien acudió a su rescate, llevaba notándola algo diferente...Enferma, pero no podía hacer mucho. Su cuerpo estaba muy caliente, y sabiendo la aversión de su esposa por los hospitales decidió llevarla a casa, donde varios médicos y enfermeras se hicieron cargo del asunto.

Tom y Nate estaban allí también cuando se enteraron de lo que sucedió, para cuando el médico les dio la noticia, el hombre sonreía mientras leía las notas de su tableta, los exámenes se habían realizado y enviados digitalmente.

—No está resfriada, ni tiene ninguna enfermedad básica, lo único que me queda por decir es felicidades va ser padre— Dijo el galeno con toda su confianza— Su esposa está embarazada.

Damián estaba en shock, poco a poco sentía como la sangre abandonaba su cuerpo y le costaba respirar, de todos los escenarios posibles este era uno de los peores ¿Cuál era el siguiente paso a seguir?

Nate, se emocionó mucho con la noticia, pero a los demás, no mucho... Lauren entró en una especie de estado zombie, para entonces ya había perdido su empleo en la fiscalía por culpa de los rumores, ya que lo primero en su posición era una reputación intachable lo que aseguraba un juicio justo, pero ahora todo su esfuerzo se había ido al caño, ahora el embarazo solo hundía más su carrera. Damián lo sabía, era consciente de que su travesura le había costado demasiado a su esposa, y que a diferencia de lo que ella creía el embarazo acallaría los rumores, claro sí fuera de él, pero como no lo era, destruiría su carrera para siempre.

Después de mucho pensarlo, por primera vez en mucho tiempo haría algo por el bien de ella, aunque ella nunca supiera de su sacrificio... Tampoco los demás.

—Para los que no lo saben, pero se van a enterar... Mi amada esposa está esperando a mi hijo— Dijo después de unos tragos, en una reunión en la casa de uno de sus conocidos. La cara de Camila y la de Jordan era de fotografía, ninguno de los dos podía creerlo, hacía apenas unos meses que había ocurrido el incidente y la posibilidad si él se hubiera acostado con ella era de 50/50. 

Mientras tanto los demás celebraban el anuncio, en realidad no era de su importancia, pero la hipocresía reinaba en el lugar y aunque no necesitaban una excusa para beber y celebrar, usarían cualquiera que les pusieran en bandeja de plata.

—¿Estás seguro de que es... tuyo?— Preguntó Jordan con prudencia y algo de miedo.

—¿Eso importa? ¿Crees que me dejaré humillar de esa manera? Que todo el mundo diga que la idiota esa me puso los cuernos con ese tipo... Y ahora van a tener un hijo, ni loco, tengo una reputación de hombre que mantener. Y si alguno de ustedes le dicen algo a ella, vayan pensando en donde quieren su tumba.

—¿Ella no lo sabe?— Ahora era Tom el que hablaba, esto era demasiado incluso para el imbécil de su mejor amigo —¿No les ha dicho la verdad, después de todo este tiempo?

—¿Y qué? Ustedes metanse en sus asuntos.

—Esto es demasiado Damián— Jordan estaba furioso y no iba a permitirlo.

—Tú cállate, o le digo que siempre has estado enamorado de ella y que la única intención de ser su amigo era para ya sabes... Poder devorarla cuando tuvieras la oportunidad.

—Eso no es así... Al menos ya no— Dijo reprimido.

—Y que importa que tus sentimientos hayan cambiado de cabeza... Porque al final del día aún te quieres montar en mi esposa.

—¡Soy tu amigo, maldita sea!— Gritó furioso.

—Entonces demuéstralo y quédate callado— La resolución con la que hablaba le decía a los otros también que iba a continuar con su descabellado plan, sin importar el costo. Mientras el trio resignadamente miraba hacia abajo aceptando la mentira.

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—Hola amor ¿Cómo seguiste?—  Contestó Alex, al ver el origen de la llamada.

—No soy tu amor— Alex se puso frio al escuchar la voz varonil al otro lado del teléfono —Está en mi casa con alto estado febril, aunque por tu manera de contestar ya sabías algo.

—Sí, se siente mal desde anoche... ¿Por qué estás con ella?— Preguntó Alex prudentemente.

—Ella vino a mí... Hace eso cuando está muy enferma, toma caminos que conoce, no es la primera vez que lo hace, por suerte estaba en mi casa. Voy a salir un rato, así que no puedo cuidarle más, si quieres venir por ella es asunto tuyo.

—Iré por ella... ¿Cuál es la dirección?

Después de que colgó la llamada, Damián sacó a Step de la bañera, y le cambio la ropa mojada, luego le puso una limpia y seca, para dejarla en una cama bien abrigada.

En una nota, dejo escrito en que habitación estaba y el código de la alarma de seguridad, para que Alexander no tuviera problema al entrar. No se trataba de renunciar a su amor, sino de no tener derecho a luchar por ello, aún así no se iba a quedar para verla feliz con otro, así que se marchó.

Después de dar muchas vueltas por el mismo el lugar, tomó la decisión de aparcar y tocar a la puerta, era la dirección que Step le había dado hacía ya tiempo, pero no tenía el valor de buscar.

Antes de poder tocar la puerta, esta se abrió y un niño estaba allí.

—Mami, hay un señor en la entrada— Gritó el pequeño.

—¿Quién es mi cielo? —Gritó desde lejos la mujer —¿Cuántas veces te he dicho que no abras la puerta sin preguntarme prime..?— Ella se detuvo al verlo, no podía creerlo estaba ahí frente a ella y aunque en todo el tiempo ocurrido se había convencido de que lo mejor era que hubiera salido de sus vidas, al verlo se emocionó tanto que corrió a abrazarlo, sin importar el daño, aún estaba enamorada —Estás despierto.

—Perdón por venir así— Respondió al abrazo, estuvo evitando verla, temía lastimarla más de lo que ya lo había hecho o peor aún, que ella le dijera que no lo necesitaba en su vida —No te pregunte, lo siento.

—No te preocupes, entra— Miro al pequeño que ahora se escondía detrás de ella —Este es mi hijo, se llama Damián, como su padre.

—Que gusto conocerte al fin... Damián— Una sonrisa genuina se dibujo en su rostro, el niño no respondió, se sentía un poco tímido ante ese hombre grande.

—Cariño, ve a jugar un rato, el señor y yo tenemos muchas cosas de que hablar.

—Mami ¿Ese señor es mi papá?—Preguntó bajito el pequeño, aunque no tan bajo como para que el hombre no escuchara.

—Sí— Respondió él —Pero necesito hablar con tu mamá primero.

—¿Está bien...?— El pequeño niño estaba un poco confundido —¿Vamos a ver a Nathan luego?

—¿Nathan?

—Un chico que conocimos hace un tiempo... Son buenos amigos y nos reunimos de cuando en vez a jugar. Es el niño que cuida la doctora Lauren.

—¿Nathan King? ¿Es en serio? 

—¿Lo conoces? 

—Es una historia larga— Su rostro reflejo su tristeza, ella lo supo por estaba ahí, por ella.

En algún momento quiso odiarla y odiarse a si misma, cuando se enteró que el hombre que amaba le había mentido y estaba casado, la primera vez que la vio, ella también estaba esperando a su hijo.

Esa mujer le intrigaba, era fuerte, elegante, soberbia, pero no había vida en su mirada, mucho antes de la tragedia parecía tener el espíritu muerto, quizás por eso, o porque el amor es ciego, es que había entendido porque ese hombre había terminado en sus brazos... Su matrimonio y amor estaba agonizando, y ambos morían con el.

Quiso odiarla, porque se negaba a ser la otra mujer, pero no podía sacar de su corazón herido a esa mujer, y entre más investigaba sobre ella, más la odiaba... Cuando la tragedia ocurrió, todo cambió, fue esa misma mujer la que se hizo cargo de que no le faltara nada y le confesó que el estaba vivo, pero en coma.  Por un momento llegó a pensar que Lauren quizás quería robar a su bebé, pero al contrario se negó a verlo, y ella, no era ni la mitad de la gran mujer que conoció. Al final, quién más los apoyó fue esa mujer.

—¿Está todo bien?— Preguntó ella después de servir una taza de te caliente.

—Me encantaría mentirte, pero por alguna razón no soy muy bueno haciéndolo.

—No me dijiste que eras casado.

—Técnicamente no te mentí, solo te oculté la verdad.

—¿Cómo haces en este momento?

—¿Ves? Lo intento, pero es difícil.

—¿Qué sucede? 

—Creo que otra vez está embarazada —Dijo botando todo el aire de sus pulmones.

—¿Quién? ¿Lauren?

—Sí, ella.

—¿Tuyo?— La palabra más difícil de pronunciar en mucho tiempo.

—No, lo nuestro ya no tenía futuro antes y ahora menos, es solo que no entiendo por qué sigo preocupándome por ella, por qué no la puedo solo dejar ir.

—Bueno, ustedes tuvieron un pasado, está en nuestra naturaleza aferrarnos a quienes amamos, incluso aunque estas nos hagan daño... Como el padre de mi hijo, aún sigo siendo su amiga y confidente, aunque me haga daño en un futuro.

—Lo siento, eres la única en la que confío... Eras mi mejor amiga, aliada y la chica de la que me enamoré, hasta yo sé que cuando uno ama a dos mujeres, debes quedarte con la segunda porque si amaras como debes a la primera no te fijarías en la segunda.

—¿Te quedarás con la segunda?

—Eso no depende de mí y lo sabes... Depende de la segunda y su hijo.

—¿Y no de la primera y su nuevo hijo?

—En realidad no, si me preocupa la primera, de cierta manera me confunde su embarazo, pero no es lo que me preocupa en realidad.

—¿Entonces?

—¿Puedo contarte un secreto?

—Sabes que sí.

—Antes de que arruinara mi matrimonio, tenía conflicto de intereses con un amigo de la escuela, por alguna razón me gustaba fastidiarlo... Mentira, sé la razón era mejor que yo en todo y mi padre siempre preguntaba por qué no podía ser como él, con el tiempo nuestra relación se volvió más conflictiva que amistosa, sobre de todo de mi parte. 

Antes de terminar el colegio planeaba hacerle una broma a este amigo, me pasé meses planeando todo, él iba a ser humillado totalmente, hice cálculos, operaciones de todo... Un día en la biblioteca cuando de terminar los retoques de mi plan, esa misma tarde iba a empezar con los preparativos, pensé que estaba solo, pero cuando dejé mi detallado plan sobre los escritorios para ir por un libro, apareció Lauren.

Ella venía a dejar la docena de libros que estaba estudiando, no era la típica chica atractiva que siempre está llamando la atención, al contrario, podía pasar desapercibida completamente.

Ella leyó todo lo que había escrito, y dejó observaciones de como estaba mal y como me descubrirían, estaba tan frustrado que fui tras ella con el fin de golpearla, ya era un mal chico en ese entonces. Para cuando llegué a ella, me estaba esperando, estaba aterrada, un hombre había entrado al colegio, y ese no era como nosotros pensando en travesuras... La devoraba con la mirada solo por ser estudiante, sentí asco y a la vez miedo, así que la tomé de la mano y corrimos como locos, no era el único hombre que había ingresado, para nuestra suerte sus hermanos siempre la esperaban en la salida, al no poderla ubicar su paranoico padre envió muchos guardias y nos salvo de quien sabe qué cosas.

Entonces entendí porque mi plan iba a fracasar, cuando ella ingresó al colegio unos años atrás sufrió de bullying, así que sus padres pusieron todo tipo de guardias y planes para que ese tipo de cosas no volvieran a suceder, además a los infractores una merecida lección de por vida. Sí llegaba a afectar a los hijos de ese hombre en mi broma para mi amigo, iba a dañar mi vida laboral mucho antes de comenzara y eso en mi familia significaba la muerte.

Después de eso, empecé a seguirla como perrito faldero, era divertido y me ayudó a mejorar en muchas cosas, me empezó a gustar, ella era sencilla y tímida, nada parecido a mí, me enseño a ser más humilde... Conocí a un chico, era el hijo de la cocinera en la casa de ella, estudiaba con nosotros, un chico brillante y con mucho talento. El padre de Lauren pagaba la educación de todos sus empleados, y los chicos de la casa se hablaban con todos sin ningún problema, los trataban como iguales... Así que para conquistar a la chica que me gustaba, empecé a tratar a este chico, y se convirtió en mi mejor amigo y aliado, me hice novio de la chica antes de terminar la prepa.

Las cosas se empezaron a enfriar, ella estaba demasiado ocupada en su carrera y además aunque había empezado después de mí, ya me había alcanzado... Para entonces su vida se había vuelto un caos, y no me atreví a dejarla, no podía terminar en ese momento y ya nos habíamos casado, así que no era tan sencillo.

Unos años después, salimos de todo eso y poco a poco me empecé a quedar atrás, y nuevamente mi padre a recordarme lo inepto que era y como mi mujer era una prodigio, en vez de apoyarla como mi compañera, empecé a verla como mi enemigo y mi amor por ella, o lo que quedaba se fue demasiado rápido. 

Mi capacidad para ser estúpido volvió a surgir, alguien empezó el rumor de que estaba saliendo con alguien y yo sencillamente dejé que corriera. Sabía que tarde o temprano eso afectaría su carrera por un tiempo, pero para variar no medí las consecuencias de mis actos. Ella si seguía enamorada y le destroce el corazón. No solo se trataba de una competencia, se trataba de nuestras vidas, pero estaba enceguecido por mi estupidez. 

Con la mujer del rumor nunca tuve nada, aunque sí jugué con sus sentimientos haciéndole creer que podría en alguna ocasión tener algo con ella, después de que todo se sumió en el caos si tuve aventuras de una sola noche con un par de chicas, lo que luego se descubrió y afecto nuestras carreras, por supuesto la de ella mucho más.

Así que lo único que nos quedaba era nuestra firma de abogados, así que mientras la destruía más y más por dentro, teníamos que trabajar juntos, verla tan triste me recordó lo dulce que siempre fue y lo mierda que era yo, entonces te conocí, me enamoré... Para completar mi conflicto de intereses.

Contigo, sin la presión de tener mi apellido, de estar destrozando a la persona que le juré amar hasta la muerte, de ser imbécil, contigo podía ser una gran persona, por primera vez me sentí libre, quería renunciar a todo solo por la vida que me ofrecía tu compañía, pero antes de poder siquiera decirlo, Lauren cometió un error, por mi culpa, pero un error que le costaría demasiado.

Estando ebria se acostó con un hombre, ese no era el problema si fuese secreto, ya que todo estos ricos hacen cosas peores y lo mantienen así, secreto, pero quedó embarazada... 

—Espera, espera... ¿Qué pasó con ese bebé? No dirás que ella lo... 

—No, ella no podría, aunque sí se deprimió mucho. Cuando me enteré de que ella se había acostado con ese tipo... Yo.

—¿Cuál tipo?

—Que buena oyente... Para mi karma personal, con el mismo chico que había sido mi mejor amigo. En el momento estaba furioso, pero soy un hombre listo, si eso se hacía publico ambos sufrirían consecuencias laborales fuertes, pero ella por ser mujer saldría peor, es una sociedad machista, la culpa recaería sobre ella, cuando supe de su embarazo... Un hijo bastardo, no podría volver a ejercer para el Estado nunca más, así que sí podía hacer algo para reparar algo del daño que yo mismo había causado, si ya no sentía amor por ella, al menos debía sentir agradecimiento. Así que le hice creer que su hijo era mío.

—¿Qué? ¿Cómo diablos hiciste eso?

—Le hice creer antes de quien se había acostado con ella era yo, y en vez de aclararle, la protegí con nuestro matrimonio, al tener un bebé "nuestro" significaba que los rumores eran falsos y quizás en poco tiempo volvería recuperar lo que tanto perdió.

—¿Me estás diciendo qué el bebé que perdió no era tuyo?

—No, era el hijo de Alexander King, el papá de Nathan.

—Oh... ¿Y ella está embarazada nuevamente de él?

—Eso creo...

—Bueno, eso es demasiado para digerir...

—Me quedé con ella y te abandoné a ti, lo lamento.

—¿Sí hubieras sabido que estaba esperaba a tu hijo, habrías cambiado de opinión? 

—No lo sé, creo que no.

—Entonces no lo lamentes... Al final, fue ella quien perdió más, y no tenías otra opción más que responsabilizarte por tus acciones, aunque no debiste ocultarle nada, era su derecho decidir... Independiente de si era tu responsabilidad o no. No sé los detalles, pero incluso hasta el mismo señor Alexander debía saber la verdad. No era tu decisión.

—En ese momento no lo pensé así... Aunque creo ahora que es lo mejor.

—¿Por qué?

—Porque aparte de ser un idiota no quiero que me vean como un asesino, la chica con la que jugué, era la secretaria de Lauren y fue ella quién causó el accidente, donde perdió la vida ese bebé, pero sospecho que no fue su autora intelectual y me preocupa que quien lo hizo vuelva a hacerles daño.

—No entiendo...

—Bueno, ellos dos tienen algo en común... Eran mis "enemigos" después de haber sido mis más grandes aliados alguna vez, la persona que está detrás de ese accidente no buscaba causarme daño a mi, al menos es a la conclusión a la que llegó Tomás después de investigar, sino a ellos. Pero tengo miedo de que lleguen a ti, Lauren los ocultó todo este tiempo, creo que una parte de ella lo intuía, los mantuvo a salvo... Ahora debo devolverle el favor.

—No lo sé, sí estoy agradecida y todo, pero no expondré a mi hijo.

—No, es lo que quiero que hagas... Lo que quiero es... 





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